El Oil Crash a escala humana

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¿Han notado la fascinación que produce la hollywoodense frase un millón de dólares?…un millón de dólares… Si hacemos memoria, la locución ha sido repetida hasta la saciedad en cuanta película gringa se haya proyectado en nuestras pantallas y en esa banal repetición del enunciado (…un millón de dólares…) se patentiza no lo material y concreto del concepto, tanto como su componente mágico, fantástico y, si se quiere, sobrenatural.

Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!
Groucho Marx

 La cifra (un millón) seduce por lo  que insinúa, no por lo que compra…, la oración funciona igual para un millón de pesos, un millón de pesetas, de bolívares, soles, euros, libras, marcos…lo encantador de la frase trasciende los idiomas, las medidas y el valor objetivo de cada moneda, todos repitiendo embelesados el mantra mágico de la felicidad…un millón de dólares…un millón. Pero, ¿porque?

Digamos, primeramente, que no es la primera vez en la historia que una cifra objetiva, sirve o se usa para designar otra cosa u otro concepto distinto a la propia unidad numérica que nominalmente representa; el diluvio duró 40 días y 40 noches, los israelitas vagaron por el desierto 40 años, Jesús ayunó 40 días, Ali Babá y los 40 ladrones… ¿lo van adivinando? sí, el número 40, en la antigüedad, era la forma para expresar el concepto de mucho o  incontable si se quiere; cuesta creer (y que nos haga reflexionar) que una cifra hoy tan básica, hace algo más de 2000 años tenía el valor casi de infinito.

Hoy mismo, el número 7 es el número de la suerte por excelencia. Luego, para preguntarnos -y bien respondernos- qué se esconde detrás de esa cifra mágica (un millón) y como nos afecta en la actualidad de cara al fenómeno del peak oíl, primero debemos preguntarnos ¿qué es realmente el dinero?…puntualizo, energéticamente hablando, ¿qué es el dinero? Y para llegar a esa respuesta que, a su vez, será la base del análisis de los capítulos subsecuentes de este post, estimo que lo primero es un pequeño, pero necesario, recorrido por la historia primera del ser humano y el desarrollo primigenio de su relación con él dinero. A saber.dolares montones

El hombre aparece en la tierra en la primera fase de “hominizacion”, que se sitúa, temporalmente, alrededor de los diez millones de años atrás; preantropida e irracional, sus vestigios dicen relación con el Oreophitecus (Italia), Ramaphitecus (India) y el Keniaphitecus (África del Sur); no existen mayor información de esta etapa, y lo cierto es que muchos estudiosos del tema ni siquiera la consideran como efectivamente existente. Una segunda etapa se sitúa alrededor de los cinco millones de años atrás; a los homínidos que vivieron en esta fecha se les denominó, de forma general, Australopitecus, y constituyen, precisamente, el género anterior al género “homo”.

Entre sus más famosos representantes tenemos al Australopitecus africanus y prometeus descubiertos ambos por Raymond Dart, en Taugs y Makapansgat, en el año 1925 y 1948 respectivamente; también el Plesianthropus Transvaalensis descubierto por R. Broom, en Sterkfontein, en 1936. Una tercera fase de hominización comienza con el descubrimiento del Homus Habilis (con lo que efectivamente se da inicio al género Homo) descubierto por Louis S. Leakey en Oldubai, Tanzania, al que se lo data con una fecha aproximada a los 1.8 millones de años antes de Cristo. Una cuarta fase la constituye la del homus erectus que nos acerca al año 500.000 a. c; dentro de este período encontramos el Pithecantropus Erectus, (Hombre de Java, descubierto en Trinil, Java, por Dubois en 1891) y el Sinantropus Pekinensis (Pitecantropus Sinensis, Hombre de Pekín, Black, 1929).

Alrededor del año 200.000 a c se distingue la penúltima etapa de Hominizacion llamada Paleantropida, cuyos principales representantes fósiles son el homus sapiens Neardentalis (Hombre de Neanderthal), y  el homus sapiens neardantaloide, ya en pleno periodo Paleolitico. Por ultimo, nos queda la etapa Neantropida, donde el paradigma lo constituye el Hombre de Cro-Magnon, homus sapiens sapiens, el que se sitúa alrededor del año 35.000 a. c., y cuya capacidad craneana, es sensiblemente parecida a la del hombre moderno, y que por lo mismo se constituye, precisamente, en su referente inmediato.

Bien, durante el Neolítico (10.000-3000 a. c. aprox.) los hielos glaciares se desplazaron lentamente hacia los Polos, las tundras y las estepas se convirtieron en bosques frondosos…estas mejoras en las condiciones climáticas dan lugar a la primera y posiblemente una de la más significativa revolución social que ha conocido de la humanidad, comparable solo con la anterior conquista y manipulación del fuego.

Ella establece los cimientos de toda la expresión económica subsiguiente, hablamos el nacimiento de la domesticación de la planta y el animal, origen de la agricultura y la ganadería respectivamente; lo que junto a la conquista de la metalurgia, hace finalizar la etapa de “economía de apropiación, basada en la caza y la recolección como actividades principales, para dar paso a la “economía de producción”.

Lo anterior, a su vez, tendrá consecuencias directas en la vida desarrollada a partir de dicha etapa y que nos alcanza hasta hoy; pasamos de una vida nómada a una vida sedentaria, nacen  los asentamientos urbanos estables…es el inicio estructural de las primeras ciudades.

Pareciera ser que el primero de los dos fenómenos en desarrollarse fue el de la ganadería; por un lado estaba referido a seres vivos con una vitalidad más cercana a la humana, como es el caso de los animales, y por tanto más fácil de conocer y asimilar, que la vitalidad inherente a los vegetales, más lejana a nuestra propia forma esencial. Por otro lado, el pastoreo o ganadería, se acomodaba mejor a la primitiva forma de vida nómade del hombre prehistórico; mismo que estaba obligado a recorrer, con sus animales, distintas comarcas en busca de los pastos que les servían como alimento. Sin embargo, esta vida nómada, implicó que mucho de esos pueblos quedaran rezagados en su desarrollo en favor de quienes ya comenzaban a asentarse a su lado…los pueblos agrícolas.

Es con la agricultura con que el hombre, derechamente, comienza a afianzar su espíritu civilizador. Entre otras razones tenemos que el fenómeno de la agricultura implica por primera vez el sedentarismo absoluto; lo anterior, toda vez que, por un lado,  el agricultor debe esperar indefectiblemente la recolección de su cosecha; por otro lado, porque ya no dejará las tierras que considere buenas o aptas para el cultivo. Esto último supuso la construcción de viviendas permanentes; actividad necesaria puesto que las cuevas, en las que antes se cobijaba, no siempre coincidirán con el lugar donde se encuentran las tierras de cultivo.ec agricultura campesina

Lo anterior, obviamente, evolucionó progresivamente en la misma medida en que el hombre se asentaba más fijamente en una localidad, y esa localidad, por su ubicación geográfica, o la especial característica de fertilidad de sus tierras, permitía el sustento de una mayor cantidad de personas, mismas que también contribuían a su defensa. Luego, esos asentamientos, derivaron naturalmente en el poblado y en la aldea como primeros núcleos urbanos. El nacimiento de la ciudad (y si se quiere del reino y el imperio posteriormente) como una nueva etapa histórica, estaba a la vuelta de la esquina. Decir que el concepto de propiedad territorial, que decantó del fenómeno de la agricultura, se perfeccionó y amplió en la medida en que las grandes ciudades se volvieron más importantes y permanentes.

Por último, una tercera conquista vino a complementar las dos anteriores, y aunque su efecto civilizador, en principio, no fue tan evidente como el de la domesticación y la agricultura, fue la que terminó por perfilar la base técnica con la cual el hombre se planteaba ante esta nueva etapa de desarrollo humano: la metalurgia.

Pero, se preguntaran ustedes amigos lectores ¿de qué manera conectamos este resumido relato prehistórico con el peak oíl?…paciencia, para allá vamos.

Digamos que lo trascendente de cambio anterior (fuego, ganadería, agricultura, metalurgia…y observemos ya el detalle que las tres primeras de las cuatro patas del banco civilizador son manifestaciones físicas de energía concentrada) es que, al pasar el hombre de una economía natural de “apropiación”, básicamente dada por la recolección y la caza, a una economía artificial de “producción”, dada por la ganadería y la agricultura; aparece un nuevo elemento en el desarrollo de la humanidad, y que será factor clave en todo su progreso futuro y hasta nuestros días, hablamos del “excedente”… padre de la riqueza, hermano del dinero y aunque cueste creerlo, bisnieto de la batería de ion de litio…y es ahí donde quiero llegar…el excedente, definido como “lo que resta una vez suplidas las necesidades del individuo”, es lo que permite al hombre, por primera vez, invertir energía ya no en “mantener” sino en “desarrollar”. Energéticamente, el excedente, no es otra cosa que energía sobrante, excesiva y/o vacante.

Así, en la medida en que se “producía” las relaciones humanas dentro de la comunidad se fueron complejizando, toda vez que el “excedente”, al que ya hicimos referencia, permite ocupar parte de la población en tareas específicas; o sea permite, sin poner en riesgo la supervivencia de la comunidad, una especialización mayor. La importante consecuencia subyacente de lo anterior es la conquista del tiempo.

Al escapar de la sobrevivencia, como actividad diaria y necesaria, lo mejor y mayor de las capacidades humanas se invierten en “producir”; pero luego, cuando ya la producción misma no necesita de la dedicación, ni física ni intelectual, que requirió en sus comienzos, lo que el hombre comenzó a “producir” fue “tiempo”, el que se tradujo a su vez en la “acumulación”, con el que nace definitivamente el concepto de riqueza. La acumulación y la riqueza a la que hacemos referencia tuvieron dos expresiones concretas, una, por cierto, más evidente que la otra. Por un lado la acumulación de riquezas en el puro orden material, granos, tierras, joyas, metales preciosos, rebaños, telas y esclavos. Pero por otro lado se dio también, aunque de forma mucho más sutil la acumulación de conocimiento, eclipses, ciclos climáticos, medicina etc., siendo ambos en definitiva los que ayudarían al fenómeno de la acumulación de poder.

Ahora, volviendo sobre el tema, ¿De qué manera se manifestó ese excedente energético en los albores de la civilización?, pues bien, primigeniamente en la cosecha y el rebaño. Particularmente, el segundo, sin mucho esfuerzo, podemos considerarlo la primera “batería energetica” con que contó la humanidad, energía envasada, movible, transferible, constante y utilizable según las necesidades de su propietario. Desde una perspectiva concreta de la vida y de la energía, y particularmente de la vida en aquel periodo, podemos decir que fue el trueque fue la primera forma de intercambio energético, traslado o transferencia energética, que no refiriera al trabajo mismo del hombre (o al propio hombre).

Esta primera forma de intercambio del excedente energético, el trueque, la permuta de bienes materiales tangibles, estuvo condicionada por su tiempo histórico; frente a seres de experiencia concreta, con elementos particularmente reconocibles, una primera ventaja de este intercambio energético  era la certeza de la transacción ej. Energía de alimentos por energía de las pieles, las primeras llamadas a cubrir nuestro déficit interno de energía (hambre) y las otras llamadas a paliar la pérdida exógena de energía (frio), que en aquellos tiempo y (aunque nadie quiera admitirlo) hoy mismo, un nivel crítico en cualquiera de ellas lleva a una muerte segura.

Con la ventaja de la certeza, el trueque, también incubaba la desventaja de la limitación, la que no tardó en hacerse presente, en la misma medida en que se complejizaba la sociedad que utilizaba dichos mecanismos de trasvasije energético. Luego, las dificultades inherentes al trueque, llevaron a la utilización de diversos bienes –particularmente, aunque no primeramente, metales- para facilitar los intercambios. Estos bienes convertidos en instrumentos generales de cambio se convirtieron en las primeras formas de dinero.

Decir que a lo largo de la historia, se han utilizado muchos tipos de bienes como medios generales de pago; se ha buscado bienes con un valor estable, de alto valor en relación con su volumen y disponible en cantidades suficientes a las exigencias. También se ha exigido que sean bienes fácilmente almacenables, que puedan ser transportados sin dificultad, divisibles, inalterables y no perecederos. En los primeros casos de comercio con dinero, la mayor utilidad y fiabilidad de los bienes para ser reutilizados y vuelto a intercambiar (su comercialización), determinaron su elección como objeto de intercambio. Así en las sociedades agrícolas, los bienes necesarios para la producción de cereales de una forma eficiente y cómoda eran los que más fácilmente adquirían significación monetaria en los intercambios directos.

Pero, como dijimos, en la medida que las necesidades básicas de la existencia humana fueron satisfechas, se incrementó la división del trabajo que a su vez permitió crear nuevas actividades para el uso del tiempo y resolver problemas más avanescala humanazados. Conforme las necesidades de los pueblos se volvieron más refinadas, se hizo más necesario el intercambio de modo indirecto, de la misma forma la separación física de trabajadores especializados (oferentes) de sus posibles clientes (demanda) requería el uso de un medio común a toda la comunidad, para facilitar un mercado más amplio.
El historiador griego Heródoto atribuye la invención moderna del dinero a los habitantes de Lydia, un pueblo del Asia Menor ubicado en las costas del Mar Egeo, entre las costas de las actuales Grecia y Turquía. Allí, en el Siglo VIII antes de Cristo, se hizo circular monedas hechas de una aleación de oro y plata que llevaban la imagen de un león que era el símbolo del pueblo. Por su parte la palabra «moneda» deriva del latín «moneta», que era el apodo de la diosa Juno, porque en su templo de Roma se acuñaban las monedas. De hecho, durante el Imperio Romano se empezó a acuñar una única moneda, igualando los tamaños, pesos y valores de todas las monedas existentes, y prohibiendo la acuñación de monedas por parte de individuos particulares, debido a que esa actividad era un monopolio del Estado. En tanto, la palabra «dinero» deriva del latín denarium, que era una moneda utilizada por los romanos para realizar actividades comerciales.  La historia indica además que el personaje que más ayudó a diseminar el uso de las monedas de metal fue el Rey de Macedonia, Alejandro Magno, quien desde el año 335 Antes de Cristo, impuso el sistema de acuñar monedas en Persia, Mesopotamia, Siria, Egipto y en varios territorios que hoy forman parte de Turquía, Afganistán, Pakistán y la India. Después de su muerte, en esos territorios se continuó con la práctica de acuñar monedas y, muchas de ellas, con el busto del propio Alejandro Magno.  También en China hay evidencia del uso y la acuñación de monedas durante la dinastía Chou, que gobernó por cerca de un milenio hasta el siglo tercero antes de Cristo. En las ruinas excavadas se han encontrado monedas de cobre de forma circular, con un agujero cuadrado en el centro. Igualmente, fue en China donde se usó por primera vez el papel moneda, lo que ocurrió en el Siglo IX. Su valor era garantizado por el oro y la plata del gobierno, y su gran ventaja era que no era tan pesado como las monedas. En Europa, el papel moneda apareció en el siglo XVI y su valor dependía de los depósitos en oro que poseía cada país que lo emitía.

…ahora bien, para continuar, ya definido el excedente desde un punto de vista energético como energía vacante…pregunto, desde ese mismo punto de vista, ¿qué es realmente el dinero?

Segundo

El dinero no es nada, pero muchdolares rolloo dinero, eso ya es otra cosa.
George Bernard Shaw

Como en todas las cosas importantes, pocas veces nos detenemos a pensar cual es, efectivamente, su verdadero significado; damos por descontado el conocer su esencia sin que siquiera nos la hayamos cuestionado una vez. Por de pronto, el dinero, no comprende una sola definición sino varias; la más conocida de ellas es la definición económica del dinero: un medio de intercambio y/o de pago. Pero, dijimos, no es la única; sociológicamente se ha considerado al dinero como un símbolo operador de la unidad social (moneda, nación y estado).

Psicológicamente, al menos la escuela conductista, ha definido el dinero como un reforzador condicionado generalizado.  Antropológicamente el dinero ha sido considerado como un catalizador de la equivalencia, hace que  todo sea equivalente (incluso lo que en algún periodo de la humanidad se consideró irreductible, ej.: el honor, la pertenencia social, los valores y principios). En fin, para quienes tengan un interés mayor en el tema recomendable es el libro de Georg Simmel “La filosofía del dinero”. Mientras prosigo.

Ya definí el excedente, padre del trueque, abuelo del dinero, básicamente como energía sobrante. En el mismo sentido, desde el tema que nos convoca a todos en este blog, la energía, ¿cómo puede ser definido el dinero? O, dicho de otro modo, energéticamente hablando, ¿qué es el dinero? Al entender de este servidor el dinero puede ser definido, o encasillado, de dos formas o en dos definiciones:
a) batería energética (medio de pago, ahorro o acumulación)
b) vector energético (medio de intercambio).

La definición de la RAE para batería es acumulador eléctrico, mas técnicamente se define a las baterías y pilas como acumuladores, siendo esta otra forma de nomenclatura para dichos artefactos.  Luego, el dinero no es otra cosa que una batería energética, que antaño por valor material de que estaba confeccionado, y hoy por fe y abstracción, es transmutable  en múltiples y casi infinitas expresiones de esa energía, desde unas manos mágicas que  te trasportan en el aire a 10000 km y te depositan suavemente en las playas de Varadero, hasta la pizza o el kilo de arroz para la reunión de amigos o con el que el indigente vive una semana.

Es una batería energética mágica; cuyo sortilegio reside, precisamente, en que nos permite la transformación de la energía –reitero, por fe, abstracción y representación- en casi en lo que deseemos… entonces, ¿qué hay de mágico en la frase un millón de dólares?, pues simple, esa frase no es más que una forma de representarnos la idea, posibilidad fantástica (y la palabra nunca estuvo mejor utilizada), de ser dueños de una fuente de energía infinita para hacer todo cuanto queramos… ese es su encanto, su hechizo. El brillo del oro, más que el oro, es lo que atrapa y pierde al avaro y al ladrón (ni una ni otra cosa pierde al banquero, a él lo seduce la cantidad numérica, sea escrita en un libro de contaduría o en la pantalla de un computador) lo que insinúa que vale y no lo que vale.

Pero ese dinero esa moneda tiene sus raíces bien hundidas en la realidad, y en la más básica de todas, despojada de su fulgurante canto de sirena ( detrás de la moneda está Dios dice Borges en El zahir)  proviene, directamente de aquella oveja o cabrito criado en las pasturas neolíticas; así la palabra “pecuniario”, lo atingente al dinero, viene etimológicamente del latín “pecus” “rebaño”; lo mismo el vocablo español “ganancia” que pareciera provenir de “ganado”… también la cosecha es parte de esa consideración y hasta hoy lo extremadamente valioso vale como “ grano de oro”.  Por favor, no nos olvidemos, en las raíces del dinero solo encontramos comida y abrigo, una forma de acumulación y reemplazo de esa energía que se nos escapa inclemente cada día, junto con la vida, a través del hambre y el frio.china dolares y yuan

Igualmente, el dinero, puede ser considerado un vector en la medida en que este es definido como (RAE) Agente que transporta algo de un lugar a otro. Así, el dinero, es un vector energético, el elemento trasmisor de energía entre personas, jurídicas y naturales, al interior de la comunidad y entre comunidades (si se quiere países). Más aún, con la digitalización del dinero hemos llegado, también al punto de la transferencia mágica del mismo. La tele transportación de la energía,…quizá por primera y única vez en la historia del hombre, hemos roto las leyes de la materia…y si no es así, el truco ha quedado lo suficientemente perfecto como para que el público no descubra el engaño.
Preguntaba al inicio del capítulo 1 de este post: ¿Han notado la fascinación que produce la hollywoodense frase un millón de dólares? Pues ahí está la respuesta, energía infinita, en infinitas formas, y para satisfacción infinita de las necesidades y más probablemente hoy de los deseos, placeres y vicios. Igualmente podría decir, que la energía infinita podría llevar al bien infinito, pero esa afirmación, contrastada con la realidad, no alcanza a durar el tiempo que me demoro en escribir la frase.

Pero volvamos a lo nuestro. La tesis pikolera básica es que vivimos en un tiempo con energía menguante o estamos ad portas de entrar en él. Ahora, si este es fenómeno real y concreto como lo anunciamos y defendemos los pikoleros, ¿cómo se manifiesta? Y más precisamente ¿cómo se manifiesta entre nosotros, hombre de a pie, ciudadanos comunes y corrientes del mundo? simple, en este mundo, tú tienes menos dinero…tú tienes menos energía. Detengámonos en este punto. Actualmente la unidad internacional de energía, definida de esa manera por el Sistema Internacional de Unidades es el julio, que se define como el trabajo realizado por una fuerza de un newton en un desplazamiento de un metro en la dirección de la fuerza, es decir, equivale a multiplicar un Newton por un metro ( para los humanistas, como este servidor, casi chino mandarín). Asimismo, existen muchas otras unidades de energía, algunas de ellas utilizadas actualmente, otras en desuso…Caloría (cal) ,Frigoría (fg), Termia (th), Kilovatio hora (kWh) Tonelada equivalente de petróleo (Tep) Tonelada equivalente de carbón (Tec) Electronvoltio (eV) Brit ish Thermal Unit (BTU o BTu) Caballo de vapor  (CVh) Ergio (erg) Pie por libra( ft × lb).

Y si bien, para medir científica o matemáticamente cierta cantidad de energía, dichos conceptos o unidades otorgan la certeza y objetividad que requieren las ciencias exactas, claramente, a un nivel social, individual o comunal, medir nuestro acceso a la energía o la cantidad de energía con la que contamos, utilizando las medidas o unidades anteriores, es un despropósito. Se puede hacer sí,  en un laboratorio, como objeto de estudio científico o en modelos matemáticos, ideales y teóricos;  pero en el aquí y ahora, en la realidad concreta del cuerpo social, esas unidades no tienen sino una cabida marginal.

Quizá, dejando de lado la caloría (cal) por su directa relación alimenticia, el decir que Fulano, o que el pueblo de Zutano, tiene acceso a un julio diario de energía, a 100 julios mensuales o anuales,  a Fulano y al pueblo de Zutano, les dice nada. En la realidad, en el día a día, la fórmula es más sencilla, tú tienes menos dinero, tú tienes acceso a menos energía.

Así, si en la prehistoria, en los albores de la humanidad, el acceso a la energía estaba determinado derechamente por tu fuerza o la de tu clan (la ley del más fuerte); si en la antigüedad (y posiblemente hasta el inicio de la edad de los combustibles fósiles) el acceso a la energía acumulada o vacante estaba determinada casi exclusivamente por el nacimiento, esto es la pertenencia desde la cuna a cierta clase social dominante( nobleza, aristocracia, militar o religiosa) que solo dejarías en la muerte, el solo hecho del nacimiento aseguraba, contra todo evento, el dominio y la propiedad de los bienes materiales para mantener dicho status (paradigmático de ese inmovilismo energético es precisamente la época o edad feudal). Bien, ahora, en el presente, sin eufemismos, tu acceso a la energía está determinado por la cantidad de dinero con que cuentes (ello incluso independiente de la forma en que te hayas hecho de ese dinero…ya luego llegaré a ese punto) en el aquí y el ahora… tú tienes menos dinero, tú tienes menos energía.

Decir, que no es necesario señalar lo pendiente que estamos los pikoleros de los macro procesos energéticos en desarrollo, en sus distintas vertientes, políticas, económicas, geográficas, militares, mismas que apoyen nuestra opinión o la subviertan; todos aquí participamos de esa dinámica. Lo anterior, claramente, tiene sus consecuencias a la hora de mirar e interpretar el mundo desde la perspectiva pikolera; entre ellas, sino una de las más importantes, seguro una de las más paradójica es que, aunque aceptamos el Crash oil como un fenómeno que se desarrolla día a día y que, por tanto,  necesariamente se está desarrollando a nuestro alrededor; pero, asimismo, por imperceptible, sencillamente no acertamos a verlo. petroleo mundo

Y sin embargo, lo anterior, porque el fenómeno es cierto, debiera ser posible. Refiramos que, quizá,  la razón de este vicio de refracción sea lógica …lo grande es más fácil de ver que lo pequeño; las actuaciones del conjunto son más uniforme y coherente que las actuaciones del individuo; es razonable, entonces, que desde la ciencias, particularmente las exactas (aunque también las sociales), las actuaciones humanas, desarrolladas en el ámbito de la cotidianeidad, merezcan siempre ser vistas, únicamente, desde una perspectiva unitaria o individual atomizada, sin conexión directa con macro-procesos civilizatorios (como el que nosotros propugnamos con el Crash Oil.). Y si bien es lógico considerar que en el actuar de un solo individuo está más presente la voluntad individual del mismo, de quien realiza el acto,  que el reflejo de procesos culturales, económicos o sociales, tal vez esto último no sea tan así.

Dicho de otro modo, el cuadro del todo que nos entrega la ciencia solo puede pintarse con números; posiblemente, la ciencia, solo pueda mirar con la certeza que de ella se reclama exclusivamente a través de la cantidad. Pero para el caso del todo y la parte,  de la civilización y el individuo, la conexión no se puede (ni se debe) hacer, a todo evento, en arreglo a cifras, gráficos o estadísticas. El hombre puede hacer lo que no el número, puede mirar a través de la pupila de otro hombre; luego, y quizá si estamos atentos, podamos ver la verdad de lo continente (la humanidad) en un solo gesto o palabra de lo contenido (el humano)… entonces pregunto: ¿qué tendría que ver que el fontanero deje mal un arreglo en las cañerías de mi casa con el Crash oil?

Antes de responder, o tratar de responder, la pregunta anterior -que es en definitiva donde quiero llegar- permítanme, primero, hacerles otra pregunta: ¿Qué es lo realmente mágico que tienen los hidrocarburos?

Sociológicamente, estimo (y sí, esta es una apreciación que puede ser subvertida), permiten, por primera vez en la historia de la humanidad, disociar, masivamente, el excedente energético y su utilización en las cobertura de necesidades, para colocar dicho excedente, como resultados de satisfacción segura de las primeras, en los simples deseos. Al día de hoy lo anterior tiene, podría tener, una primera y posiblemente trágica consecuencia, el creer que las necesidades, particularmente las básicas, se cubren solas… hace tanto ya que nadie pasa hambre o frio (y que no se me mal interprete, hablo desde la perspectiva del hombre promedio occidental, que bien o mal se las apaña dentro del BAU  “para llegar a fin de mes”… ¿ se entiende no?) decía que hace tanto ya que nadie pasa hambre o frio, que nadie asocia la falta de energía o, su equivalente, el dinero, con esos fenómenos.mex petroleo

La neolítica relación directa entre excedente energético y cobertura de las necesidades básicas, en gran parte de países occidentales solo se da al interior del fenómeno de la indigencia y de manera más global en ciertos países con amplios y brutales problemas de pobreza… es ahí donde efectivamente un euro o peso o dólar de menos significa un día de hambre o frio. Pero en el contexto BAU (incluso entre las clases más bajas del “sistema”) el excedente energético y su merma dejarán en evidencia otro tipo de “necesidades” o “carencias”, casi simples deseos.

Ya la conexión anterior les quita, objetivamente, el grado de tragedia y de profundidad abismal que la frase “una necesidad insatisfecha” de por sí plantea…dos ejemplos cotidianos: a) el sufrimiento de quien tiene que cambiarse de barrio pijo a uno menos considerado socialmente porque su situación financiera cambió; ese es un sufrimiento real para los involucrados… ¿ cuántos MILLONES familias están viviendo en este momento ese drama replicado en el auto, la casa, el colegio de los niños? b) ¿cuantos millones de familias de las clases más desprotegidas y vulnerables socialmente tienen como primera prioridad el pago de la TV por cable, siendo elevado, de facto , ese elemento, al carácter de esencial?…(el sufrimiento es real pero, esencialmente, ¿está justificado?) .

Así las cosas, los hidrocarburos, permitieron confundir masivamente necesidades con deseos; luego, en un rizo maquiavélico, ha hecho desaparecer las necesidades y en su lugar se han colado,  impostados, los deseos. Mientras exista energía vacante la ilusión se mantiene y se mantendrá, social y personalmente, global o unitariamente. Se conservará ese ingenuo delirio mientras los niveles de energía no mengüen al punto de hacernos volver, de rompe y raja, a los límites esenciales, al núcleo duro de lo que malamente debemos considerar verdadera energía cubriendo verdaderas necesidades (pan techo y abrigo).

Así, por ejemplo, si alguien gana 1000 (solo como ejercicio 1000 unidades de energía) y con eso cubre sus necesidades esenciales un recorte del 50 % 500 unidades implicara que efectivamente pueda dejar de cubrir conceptos energéticos básicos como abrigo y comida (comenzará a pasar hambre y frio) sin embargo si alguien gana 20.000 unidades de energía un recorte de 500 unidades implicará posiblemente un día menos de vacaciones y claramente esa situación es mucho más difícil asociarla a la energía y su finalidad como satisfacción de las necesidades humanas, sin embargo, la merma, igualmente es real.

Los pikoleros lo sabemos, esta generación y las que vienen están enfrentada a un momento único en el devenir de la humanidad. Durante los últimos cincuenta mil años el hombre ha contado con excedentes energéticos crecientes, y ese ha sido el púlpito sobre que el cual, generación tras generación, el hombre le ha gritado en su cara al universo el titulo soberbio de ser la “criatura mimada de la creación”. Con el maná de energía siempre creciente para sostener cada palabra del discurso civilizador, no hubo ni contradicción ni tropiezo; sin embargo, será esta generación y las que siguen a quienes le he este dado conocer la verdadera fortaleza de esa afirmación.

escala humana2Tercero

La honestidad es en su mayor parte menos rentable que la deshonestidad. Para seguir adelante, me permitiré hacer algunos supuestos simplificados de como creo ha sido el desarrollo del hombre, en razón de la disposición de energía.

a) En esencia, la mejora en las condiciones materiales de vida del hombre se han incrementado, en la misma medida en que se ha incrementado el excedente energético que le permite acceder a esas mejoras. Lo anterior, porque se generan nuevos mecanismos para satisfacer las necesidades humanas, como porque se  masifican los mecanismos de satisfacción creados, a niveles superlativos. Dicho de otro modo, el desarrollo civilizador, con crecientes niveles de energía, será siempre más y mejor.

b) Esas mejoras en las condiciones humanas y su evolución histórica, tienen una doble perspectiva. Dos canales de consecuencias. Una de ellas es evidente, se produce una mejora material y concreta en las condiciones de vida del ser humano; la otra consecuencia (no exenta de discusión, si directa o indirecta, anterior o posterior a la mejoras materiales, definidora o definida) es el desarrollo moral y ético de la humanidad (simplemente, para puntualizar, la ética refiere a las normas de conducta de una sociedad, la moral refiere a las normas de conducta de una persona). En concordancia con lo expresado (y que ciertamente puede ser discutido) pongo por modelo este ejemplo sencillo: si los excedentes energéticos han permitido que, cada vez, un número mayor de personas no sufran hambre (por tanto la mejora en concreto, en lo material, es la satisfacción de una necesidad) su correlativo lógico espiritual ha sido la solidaridad.

No están directamente unidas ( si le hemos de dar una chance al hombre no debieran estarlo) y cualquiera podría argumentar que hombres solidarios ha habido en todas las épocas y latitudes; pero no es menos cierto que, desde la mirada de hombres comunes y no santos, es más sencillo compartir y ser solidario cuando se tiene más que menos. Asimismo, en un ejemplo más sociológico, las conquistas sociales- al menos teóricas- de los defensores de los animales, la ecología o a las minorías sexuales, han sido precedida por conquistas más importantes (aunque, a veces, no menos teóricas), necesarias y cercanas a las necesidades cotidianas, derecho de los trabajadores, libertad de culto, habeas corpus. El desarrollo del cuerpo y del espíritu sigue la línea casi gravitacional que para alcanzar lo superior necesariamente se ha debido alcanzar lo inferior. Esa directriz, históricamente nunca puesta a prueba, es la que nos propone como hipótesis confortable, cómoda y absolutamente cierta de que jamás retrocederemos en nuestro andar civilizador.

Luego, damos por hecho la interiorización, indubitada y absoluta, de los derechos arrancados a la barbarie, la brutalidad o el oscurantismo; tan seguros estamos de la consistencia de esas expresiones de dignidad humana social e individual, que por ningún momento se duda  que, dichas conquistas, puedan ser más débiles o febles de lo que, a la luz de lo aparente, estimamos. Por de pronto, históricamente, la sociedad occidental, particularmente desde la generación de nuestros padres o abuelos,  no ha tenido la oportunidad de responder a esta sencilla pregunta: ¿cuánta solidaridad habrá el día que campee el hambre?… en esa pregunta simplificada está el dilema al que nosotros o nuestros hijos y toda la generación del Crash oil se enfrentará. Si estamos de acuerdo en que el hambre vendrá (llámenla escasez, peste o piojos, llámenla austeridad o  exclusión, llámenla como quieran) lo único que queda por resolver es si el salto civilizador que hemos dado es firme y nos aleja, a todo evento, del peligro de desandar el camino o si, simplemente, las cavernas torvas nunca estuvieron demasiado lejos y solo esperan pacientes el regreso de sus hijos pródigos.

c) Que, el aumento de energía disponible y esas mejoras cuantitativas y cualitativas se han extendido históricamente de la misma manera en que se llena una pirámide de copas de champagne, solo en la medida en que se ha dispuesto de mayores volúmenes de champaña (las distintas manifestaciones de la energía) ha sido posible ir llenando desde los pisos superiores a los pisos inferiores de la pirámide.

Ej: En el tiempo de los faraones solo los nobles y sacerdotes podían permitirse ser abanicados por esclavas (o esclavos) de Nubia…hoy todos tenemos un aire acondicionado en casa ( o al menos la opción de acceder a él); algo más moderno si hace 50 años los viajes en avión estaban prohibidos para las masas  ( de ahí esa elite llamada Jet set), hoy cualquier hijo de vecino puede cruzar el globo en un viaje de vacaciones

d) Que, en la medida en que la copa (familia, comunidad, grupo social) está más cerca de la base de la pirámide, su conducto de filtrado (gasto de energía) está más cerca del tallo (entendiendo por tallo las necesidades básicas de cada persona) y por lo tanto su capacidad de retención de champagne (esto es, poder ocupar energía vacante en otras cosas) es menor. Inversamente, las copas superiores tienen sobreabundancia, las que le siguen están llenas hasta el borde, las de las siguientes filas filtran por un ducto ubicado en el punto superior del cáliz (clase alta) en su parte media (clase media)  en su parte baja (clase baja) al lado del tallo (indigencia y/o miseria).

e) Que, imperceptible al ojo de un tercero, quien observe 7 mil millones de copas desde la distancia, la escasez o perdida de energía (espumante, dinero) y los problemas derivados de ella, puede estimar erróneamente inexistente el problema de escasez, o solo conmensurable matemáticamente. Lo anterior, puede llevar a la falsa sensación de que  “nada está ocurriendo” o permitir, paradójicamente, una visualización de lo macro funcionando como si la energía no menguara, y en algunos casos como si la energía aumentara, cuando ello, si hemos de creer efectivamente en la veracidad del Crash Oíl, no es así;  que esto último, es solo una ilusión de lejanía.

f) Que no obstante lo anterior, el dueño de cada copa (el jefe o jefa de hogar, de cada casa)  sí es capaz de observar como esta se vacía  más o menos rápidamente, o, si se quiere, que la misma se llena con más o menos dificultad.

g)  Que la percepción de ese conocimiento concreto, extendido y multiplicado por millones de copas (casas, familia, comunidades), tiene un efecto real y concreto en la comunidad; atomizado, pero igualmente multiplicado, que define, día por día, nuestro presente y moldea y proyecta nuestro futuro.

h) Que la multiplicación, por cientos de millones, de esa percepción (escasez), la confrontación de ese fenómeno de carencia en el presente (realidad) y la proyección de las consecuencias definiendo el futuro (perspectiva) es la cara concreta y efectiva del Crash oil, de la que participamos, todos nosotros, cada día.

Ahora, acabemos con los eufemismos, ningún ciudadano de a pie, dice “Esta semana cuento con 20.000 unidades de caloría (Cal) para alimentarme; 1000 kilovatios (kwh) para iluminarme, 250 unidades de termia (Th) para calentarme, 300 más de electronvoltio (eV) para mis aparatos eléctricos  y, por último, cuento con 0.5 toneladas equivalentes de petróleo (Tep) para movilizarme”  NO, para saber con cuánta energía contamos para satisfacer nuestras necesidades (y/o deseos) simplemente nos revisamos el bolsillo o la cuenta corriente, así de sencillo, así de brutal, y lo que el ciudadano de a pie no tiene en dinero , no lo tiene en energía.

crica petroleo Igualmente, el ejemplo (y lo burdo es parte del mismo) que 90 millones de barriles de hidrocarburos divididos entre 7000 millones de personas da como resultado 0,012 litros diarios por personas y que por lo tanto una disminución esperada del 10 % en los próximos 10 años supondrá que cada persona accederá a 0.010 litros diarios, es válido solo como ejercicio matemático, pero nada más. En la vida real dinero es energía y cuando esta falta, como individuos y como comunidad solo tenemos 3  opciones: a) gestionar y asumir la pérdida o carencia de esa energía o dinero (postura pikolera), b)  crear el delta de energía faltante (de modo general, aunque como veremos no único, trabajando más.  Postura BAU) y c)  simplemente, se lo quitaremos a alguien (chapuza y/o deshonestidad).

Luego, el centro moral y la disyuntiva ética que se le plantea hoy el ser humano, como individuo y como comunidad, frente al Crash oil es: si siete mil millones de personas comienzan a observar que la energía con que cuentan para satisfacer sus necesidades (sean estas reales, como el hambre,  o impostadas como ir de vacaciones al Caribe o las playas de Marbella) es menos y (pario la abuela) a repartir entre una mayor cantidad de individuos  ¿qué harán?… ¿Qué hacen?…¿qué están haciendo?

Para contestar recapitulemos, dijimos que para medir el pico de la energía a escala humana, a nivel micro, solo tienes que revisar tu bolsillo o tú cuenta corriente, lo que tienes es la cantidad exacta de energía con la que cuentas, en un momento dado y tiempo determinado, para cubrir tus requerimientos energéticos cualesquiera sean ellos. Y si bien la relación energía dinero es absolutamente salvable y prescindible, más bien poco visible, cuando  100 euros (o dólares o pesos) significan 1 día más de vacaciones, no lo es cuando esos mismos 100 euros significan el pago del alquiler o la comida de la semana. Es entre esos límites que se mueven hoy los miles de millones de personas, al menos del mundo occidental, que buscan su lugar y su identidad en la manida triada de clasificación social… clase alta, clase media y  clase baja. Más allá de las consideraciones éticas de la riqueza y la pobreza, o las supuestas cualidades morales que implican pertenecer a una u otra clase social o económica, o el  querer salir de una o entrar en otra, la verdadera pregunta de cara a la energía menguante es: ¿qué estamos dispuestos a hacer en el camino, para mantener nuestro nivel de vida y, por tanto, retener la cantidad de energía (dinero) necesario para satisfacer dicha pretensión?…. Mejor aún: ¿cómo lo está haciendo hoy la sociedad occidental?, como dije y reitero en esa respuesta está el verdadero rostro del crash oil  a escala humana.

Ahora bien,  permítanme establecer, en relación a este vector y batería energética que es el dinero (vector porque posibilita su trasmisión y batería porque permite su acumulación),  un estándar de ubicuidad de los distintos tipos humanos, que nos servirá para los ejercicios o explicaciones siguientes:

petroleo refinerias11) Individuos con excedentes energéticos. Categoría que, a su vez se puede subdividir en 2:

1.a) Individuos con excedentes energéticos mayores: aunque en esta categoría, naturalmente, podrían caber muchos especímenes humanos (desde el heredero de una rica familia, pasando por un político, mafioso o un militar, hasta un aprendiz de tirano de algún país tercermundista) desde la perspectiva del planteamiento del problema (energía=dinero)  hablamos de los muy ricos y/o multimillonarios. (Ese 1%)

1.b) Individuos con excedentes energéticos menores: hablo de clase alta o acomodada. Sin tener los recursos del grupo anterior, gozan de una posición energética (pecuniaria) que les permite cubrir cada una de sus necesidades y aún más. Hablamos, por ejemplo, de pequeños o medianos empresarios hechos a sí mismo, algunos representantes de profesiones liberales (médicos, abogados, ingenieros), medianos comerciantes, pequeños latifundistas, corredores de bolsa, gerentes…dejo a ustedes la implementación de la categoría. Eventualmente esta clase o grupo no se diferencia, exteriormente, en nada del grupo anterior (los con excedentes energéticos mayores) van casi a los mismos lados y tiene los mismos gustos, pero mientras que los primeros tienen asegurada casi a todo evento su acceso al excedente, este segundo subgrupo, depende en gran medida de su trabajo y de correr con viento a favor; aunque disfrutan de excedentes energéticos, no podrían asegurar la pertenencia propia ni la de sus hijos a esta categoría.

2) ) Individuos sin excedentes y sin déficit: esta es, claro,  una categoría más bien ideal (un amigo me decía en tono de chanza… viejo, cada vez que tengo plata en el bolsillo, es porque se me olvido pagar una cuenta) y que corresponde a las personas que equilibran lo que gastan y lo que obtienen o los que van asumiendo la perdida en la medida en que esta se produce. En esta categoría deberíamos estar, en teoría, los pikoleros.

3)  Individuos con déficit: categoría que cruza a todas las clases sociales y que nace de la ecuación las necesidades que requiero satisfacer y el flujo energético para concretarlo. Igualmente podemos encontrar el tío que no tiene como parar la olla durante la semana, pasando por la jefa de hogar que se sacrifica colocando a sus hijos en la educación privada buscando asegurarles el futuro, hasta  aquella familia acostumbrada a ir de vacaciones al extranjero y que hará todo lo necesario para volver a hacerlo el siguiente estío (básicamente, todos ellos, a punta de deuda).

Esta es una clasificación objetiva, no refiere necesariamente a la clase social a la que perteneces sino, simplemente a si a) te sobra, b) si estas justo, c) si te falta.  Y aunque pudiéramos pensar que los primeros siempre se encontraran en las clases sociales más alta y los con déficit en las más bajas, ello no necesariamente tiene que ser así; al contrario, aunque muchos individuos de clases media y baja no podrán contarse como individuos con excedentes, los hay (pocos, pero los hay). Pero más acusadamente, es el fenómeno contrario es el que nos debe preocupar, los millones de individuos de clases baja y media, que evidentemente y sin ya vergüenza o pudor (que, por cierto,  no se debe tener) y clase alta, en estos últimos, oculto el fenómeno por las paredes de sus barrios pijos (country, condominios) que se encuentran engrosando, silenciosa pero inclemente la última categoría.

Ahora  bien, establecida la clasificación anterior, voy a realizar el siguiente postulado: bol evo pueblo

no solo la vanidad, no solo el ansia de dinero, de mejora inmediata y concreta en nuestras condiciones cotidianas de vida, nos llevarían a sostenernos en la categoría en que estamos, y/o intentar pasar a la categoría superior. Sumado a lo anterior, y posiblemente abarcando todas las posibilidades o argumentos vestidos con ropaje de civilidad (quiero un mejor pasar para mis hijos, quiero no preocuparme de mi vejez, quiero acceder a los medios que me procuren mejor salud a mí y mi familia), en el fondo del argumento cotidiano lo que verdaderamente nos mueve es esa pulsión de vida que, comúnmente, llamamos instinto de supervivencia. El mismo que hace 10 mil años atrás llevó a nuestros antepasados a defender una buena cueva o emigrar en busca de mejores pasturas, es el que hoy nos orilla a subir a una categoría superior o  al menos permanecer en la que nos encontramos. Y frente al mandato de ese pulso esencial, en comunidad, particularmente en la comunidad civilizada que malamente somos, solo hay dos formas de actuar:

a)  con las reglas: que no sé por qué sentido republicano lo llamaré el ciudadano

b) y sin las reglas. Subdistinguiendo:

b.1) el que está dispuesto a saltarse las reglas morales: el chapucero.

b.2) el que está dispuesto a saltarse las reglas legales: el delincuente

Cuarto

“El hombre honrado a carta cabal queda siempre como un caballero, pero se queda siempre Entonces, continuando el razonamiento del capítulo anterior, y cruzando la primera con la segunda clasificación, nos encontraremos con las siguientes categorías de individuos, vistos desde una perspectiva energética; a saber:

1) Individuos con excedentes energéticos mayores y menores, que para mantener esa posición o afianzarla, están dispuestos a saltarse las leyes ética y morales que debieran ser observada por cada hombre en su interrelación con los otros: esta categoría la denominaré “los negreros”…la calificación, de entendimiento universal, no es azarosa; sino corresponde al paradigma de quien lleva adelante un negocio o actividad legal (tratante de esclavos), pero lesionando en el camino la dignidad inherente a cada ser humano. Hoy podemos hacer caber en esta clasificación al patrón que humilla y explota a sus trabajadores, las multinacionales y holding que despersonalizan las relaciones humanas, intelectuales de alto vuelo al servicio del mercado, o los tecnócratas que aplican regla de austeridad a todo el mundo menos a ellos. Yo sé que la simplificación siguiente pudiera ser injusta, pero en términos generales hablo de esa clase empresaria, facha y reaccionaria.

2) Individuos con excedentes energéticos mayores y menores que para mantenerlos o afianzarlos están dispuestos a saltarse las normas legales: los designaré genéricamente como “los corruptos”, aquellos individuos que abusan del poder obtenido y lo degradan. Hablamos de los “delincuentes de cuello y corbata”. Lo curioso de esta clasificación, es que el ánimo delincuencial –a diferencia del delincuente común, que siempre obra motivado por una necesidad externa, directa y concreta- es puramente interior; nada en el mundo lo obliga a convertirse en un delincuente como no sea su propio deseo de, si se quiere, acumular. Aquí caben particularmente políticos, empresarios, militares,  jueces…todos corruptos.

3) Individuos con déficit energético, que para salir de él, o para no aumentarlo está dispuesta a saltarse las reglas éticas: el chapucero, el embustero.

4) Individuos con déficit energético, que para salir de él, o para no aumentarlo está dispuesta a saltarse las reglas legales: el delincuente común.

He aquí el tablero energético cotidiano, sus casillas y sus posibles jugadas: están lo que tienen de más, los que tiene lo justo y los que les falta; y, entre ellos, están los que para pasar de una categoría a otra, o mantenerse en la que están, jugaran con las reglas o bien se las saltaran…como siempre el futuro de cada uno, y del mundo, se contiene en unas pocas decisiones esenciales que engloban a todas las demás…¿cuál creen ustedes que es la decisión que está tomando el mundo?, ¿ hacia dónde se está escorando este barco?, ¿estamos haciendo lo correcto o nos estamos yendo todos al carajo?; pero más importante que las preguntas anteriores es ¿tenemos la libertad de elegir?… es esta última pregunta la que realmente quiero intentar contestar. Antes de hacerlo, me detendré un minuto en una categoría a la que excluiré del ejercicio de respuesta, porque para este ejercicio (no así otros) no es relevante;  me refiero en nuestra clasificación a los Individuos con excedentes energéticos mayores, hablo del 1%.  Los ricos, los poderosos, esos mismos que ocupan gran parte de sus esfuerzos en generar las condiciones que les impidan, de cualquier modo, salir de la posición de seguridad que han alcanzado; uno diría que ese es su único trabajo. La posibilidad que las elites caigan en una categoría energética inferior es siempre menor; pero no porque sean personas con más suerte o más trabajadoras que el resto, sino sencillamente, porque durante generaciones han dispuesto de los medios sociales, legales, económicos, para que ese riesgo les sea lejano.

Lo peligros a los que se someten esas misma elites son más graves y de consecuencias más terribles, solo que nosotros no los entendemos, el riesgo de ellos no es ir la cárcel, (que cosa más mundana y pequeña) no, el riesgo al que están expuestos es mucho mayor…por ejemplo: imagínense el trabajo y la responsabilidad que significa tratar de entrar al cielo con todas esas riquezas, sobre todo cuando ya se les advirtió de los humildes es el reino de los cielos; y más encima, nosotros, que desde nuestra posición de seguridad del paraíso ganado esperándonos, los criticamos y apuntamos con odio. papa en muro de los lamentos

Tanto se ha esmerado esta clase en no cargarnos con sus miserias y tentaciones, que incluso se han visto convenientemente obligados a modificar hasta el Padre Nuestro para no hacer recaer en nosotros esa responsabilidad; en efecto, donde repetimos y perdona nuestras ofensas como así nosotros perdonamos a quienes nos ofenden, dice originalmente  “y perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores” … contritos han elevado su propia vara de obligación moral con el prójimo, si Jesús se conformaba con que le perdonaran su deudas, esta clase no ha estado dispuesta a tan poco, cualquiera perdona una deuda, pero no cualquiera perdona una ofensa, cuanta grandeza de alma hay que tener , cuanta fe, y ahí están ellos, luz del mundo. Dicho lo anterior, prosigo.

Al fin, el gran escenario en el que concordamos todos los pikoleros y que entendemos se está dando en estos precisos instantes en cada punto del globo (con sus propias características)  es el enunciado por Antonio Turiel en sus post La gran exclusión, y Porque esta crisis no acabara  nunca, que tiene su correlato en similares de otros grandes autores en la temática del peak oil como por ej: The Long Descent de John Michael Greer;  (por cierto, otra cosa es que concordemos que el desarrollo del escenario anterior se lleve, por acción u omisión, hasta sus últimas consecuencias y en ese punto ya no hay tanta coincidencia de pareceres) decíamos entonces que el escenario de la gran exclusión es el que, desde la perspectiva de las clasificaciones hechas por este servidor, corresponde al movimiento natural que se está dando -y que se seguirá dando con más fuerza en el futuro según aumente el déficit de energía- de trasvasije, de individuos, comunidades (y posiblemente hasta países) desde las categorías superiores (con excedentes energéticos) a las inferiores (con déficit). Cada excluido cargando a sus espaldas miserias y grandezas, sus sueños, necesidades, miedos y esperanzas, cargando hijos y padres; lo anterior, en un estado probable de incredulidad y rechazo (¿porque me está pasando esto a mí?).

La velocidad creciente con que millones de individuos, cotidianamente, están siendo arrancados de una (ilusa) categoría superior para ingresar a una (real) categoría inferior es abismante. Como el viento, no se ve, poco se escucha, pero ahí está, nomás saliendo a la calle te azota el rostro. Al lado de los derrotados, igual de abismante es la presión a la que otros tantos millones de individuos familias y comunidades están siendo sometidos para mantener una posición energética que cada día se vuelve más desesperada, es ahí donde se juega, en este momento silencioso, el colapso del sistema, donde se  está verificando la cruda realidad el Crash oil a escala humana, la verdadera tragedia de la energía menguante que nunca tendrá un  titular en la prensa.

Y nos vamos decantando de realidad

escala humana3¿Saben ustedes en que se ha transformado la energía? La energía es solo una alfombra extendida, que tiene por virtud separarnos del suelo, del suelo físico y del suelo espiritual. Se extendió generación tras generación, todo cuanto pudo extenderse y aun mas,  con la economía fiat, incluso nos hemos dado el lujo de extenderla donde ni siquiera hay suelo firme, extendida sobre el aire. Que se extendió mullida y suave solo en algunos lugares, o solo para algunos, es cierto; que en otros se extendió dura y fría, también; y en otros apenas si fueron hilacas, es verdad… pero todos pudimos disfrutarla, aun lo hacemos…¿y qué otra cosa es el peak oil sino ese recorte cotidiano, centímetro a centímetro, de la superficie que ese tapiz, el día anterior ocupaba?.  Y, aunque en una superficie de un millón de millones de kilómetros cuadrados, el que desaparezcan 1 cm por lado cada día puede parecer poco o insignificante, no lo es.

No lo es para los millones (y cada vez mas millones)  que están cerca de sus bordes, el instinto de supervivencia, llama al mismo tiempo al miedo y la y rebelión, (que sin un objetivo claro solo es violencia vacua), y mientras pasa otro día se acorta un centímetro más por cada lado. Sabemos lo que sucede al borde, aunque no estemos cerca de él, para bien o mal cada ser humano es una caja de resonancia de las emociones y miedo de quienes se encuentran frente a la boca del abismo;  una cadena de transmisión de la que todos somos parte, y que desde los bordes abisales del tapiz van haciendo correr, como pulso eléctrico, ayer la esperanza y hoy el miedo. El seguro centro tampoco es alternativa, pues no les pertenece a los hombres de a pie, es ahí donde se hace fuerte el BAU y todos quienes los defienden, ellos mismos son otra fuerza que van empujando a las masas hacia afuera, a la exclusión. El miedo y la necesidad, pocas veces han conocido maneras civilizadas, sus portaestandartes son el insulto y el empujón, heraldos ignominiosos,  a su vez, del golpe y la herida.

torre bynEn la cotidianeidad de universo de energía menguante, ya lo señalamos, hay pocas alternativas. Para los honestos, los trabajadores, los crédulos de este sistema y sus bondades solo queda la Hipótesis de la reina roja, correr cada vez más rápido para permanecer en el mismo lugar  (…eso o el millón de dólares de la lotería). Los pikoleros sabemos que es una elección está condenada al fracaso, tarde o temprano, la maquina nos alcanzará, al país, la ciudad, la casa. Cuando lo haya hecho, nos deglutirá insípidamente, sin ningún atisbo de rebelión…¿con que fuerzas nos rebelaríamos?, generaciones con la desesperación del fracaso, con las potencias agotadas por años de humano esfuerzo tratando de hacer realidad un sueño, que ni siquiera era un gran sueño, una linda casa, el buen día a día, hijos con futuro, disfrutar el paso de los años. En cambio solo hay deudas, trabajo gris o derechamente explotación, hijos reprochando lo que ya no obtuvieron, alcohol para algunos benzodiazepinas para otros… psicólogos (si tienes suerte y dinero para pagarlos); pero por sobre todo la sensación creciente que la vida que te ofrecieron, o te ofreciste, se fue por la alcantarilla o se perdió en enésima planilla a llenar.

TV y Prozac para mil millones es la elección  y los poderosos, los corruptos, los chapuceros y delincuentes, confiando en que sean narcóticos suficientes para que las masas no levanten cabeza y vean la trampa sin salida a la que han sido llevados. Y eso, estimados, es futuro para los honestos, para los buenos, para los que aun creerán y soñaran con un tiempo mejor; y que con esa creencia como blasón no le aflojaran al sistema sino rendidos y muertos. Los ingenuos, la gente buena, irán (van ya) como ovejas al matadero. Llegaran a sus casas, como llegan, tirándose los platos por la cabeza, sin saber de dónde nace la culpa y la rabia que los corroe, le sigue el reproche, el grito y las puertas que al interior de cada hogar se están azotando. Si los que aflojan tendrán tal vez un respiro, aquellos que no lo hagan (por razones tan espurias como la vanidad o tan importantes y legitimas como el futuro de sus hijos) irán componiendo la gran masa de constreñidos, de presionados, por las dos reglas sociales más importantes a la hora de evaluar cómo hemos de mantener o acrecentar nuestro flujo de energía (o su equivalente dinero); y esas dos paredes son, por un lado, las obligaciones éticas y, por otro, las obligaciones legales. Las paredes del caldero en las que la sociedad occidental se cocina, hoy mismo, a un fuego no tan lento.

Los honestos, mis amigos, en un escenario de energía menguante, en el Crash Oil, están siendo en estos momentos sitiados, y no solo por las reglas morales y legales que los llevaran a cumplir con su deber ciudadano hasta el último respiro; sino que también lo serán por los otros, lo que se las salten las reglas, chapuceros y delincuentes verán a las masas trabajadoras como el campo fértil donde sembrar y cosechar los agrios frutos del embuste y el delito. En otro frente, lidiando contra  el BAU, amurallado en el  centro, los que tiene mucho que perder, generando su propio espacio vital, arrinconándonos a punta impuestos, deuda, bancos y desahucios.

La honestidad tiene su propia peste, el chapucero y estos se expandirán según se acabe la energía. Aunque la desesperación por conseguir energía (o su equivalente monetario)  no es tanta para convertirse en un delincuente, no está lo suficientemente desesperado para robar, si lo suficiente como para traicionar las confianzas, he ahí a un chapucero. La chapuza, el paradigma de la disolución del sistema, no es solo el maestro que deja mal un arreglo en tu casa porque tiene que ir a dos o tres casas más, o porque lo que le puedes pagar, estima él,  no vale un trabajo concienzudo y metódico (que por cierto requiere más energía). Involucra, igualmente, a ese doctor que atiende a sus  pacientes como quien ordeña vacas; involucra al abogado que te deja los juicios a la mitad, o aquella empresa contratista (y para esto solo vean los periódicos) que en vez de terminar la obra le sale más conveniente declararse en quiebra (total, después los dueños crearan otra empresa y suma y sigue) y será la sociedad, el país el que se irá llenando de casas a medio construir, puentes a medio construir, carreteras, hospitales, edificios, escuelas a medio construir…en el fondo será (es) la vida, los sueños, las esperanzas las se va quedando, por falta de energía la que va quedando a medio construir .

La chapuza es hoy la reina y trae  con ellas las semillas de disolución social. No sé si en esta categoría estarán los más débiles moralmente, los más desesperados, los más indolentes o los más listillos, pero crecerá cada día. Con cada comerciante que decide no pagar una deuda con ese proveedor con el que han forjado años de confianza, crece con cada cheque sin fondo traicionando confianzas, crece con cada dinero pedido por un familiar o amigo y que simplemente hay que echar al olvido, con cada fontanero al que les pasas dinero para los materiales y se va dejándote el trabajo a medias y la maldita gotera resonándote en los cojones. Con cada informe hecho de copy paste. La chapuza es peligrosa, más incluso que la delincuencia que siempre será abismo, peligrosa porque posibilita la disolución de la sociedad desde adentro; al delito se lo combate, a la chapucería se la putea. La chapuza es hermana del mercado negro  y tras ella se esconde la artrosis temprana del cuerpo social. indignados_n-

Trae la rabia y molestia de quien la sufre, la indignación y desesperación del hombre cabal. La chapucería es el archienemigo del ciudadano limpio que encerrado entre perro, reja y candado puede aún evitar al delincuente, pero que estará siempre impedido de evitar al embustero. Decir, por último, que la chapuza tiene un rostro amable y casi simpático, sobre todo cuando se la ve  campeando a sus anchas en nuestros palacios de gobierno, en nuestros Congresos y Senados, entre autoridades de provincias, intendencias, partidos, municipalidades o diputaciones. Sí, la política es siempre la primera víctima. La segunda, el hombre trabajador y honrado, que siempre le recordará al chapucero su propia miseria.

Otra, igualmente, es la categoría que aumenta junto con el déficit de energía, aquellos que están dispuestos a saltarse las reglas legales para, mantener o mejorar su posición energética, el delincuente. Cierto, delitos y delincuentes ha habido en todas las épocas, pero esta vez no enfrentaremos a una ola delincuencial que con la energía menguante tiene sus propias características. Ya señalábamos como con el advenimiento de los combustibles fósiles, las necesidades sencillamente han desaparecido, y que en su lugar impostados como necesidades hemos puesto los simples deseos. Y si antes existió el  delincuente moral (¡Fuenteovejuna señor!) y delincuente por necesidad (hurto famélico) la cosa ahora es distinta.

La delincuencia movida por el simple deseo está ligada al sin sentido y al vacío. El asesinato por un par de zapatillas que cuestan 200 euros, el robo de un auto para disfrutar la noche loca, el fraude al fisco para comprarte el  4×4 de 50 mil dólares. Aumentaran los delincuentes, cualquiera que quiera ese deportivo rojo y que no tenga el dinero ni esté dispuesto a trabajar por el será candidato a engrosar esta categoría  (como el cuento de los tres deseos que se transforman en maldiciones, solo tiene que desearlo lo suficiente). Perpetroleoo es otra la consecuencia que se debe temer y que ya se teme, el influjo de disolución social del ilícito, barrios sitiados por la droga, familias encorvadas en la promiscuidad, ciudades abrazadas a la miseria. En ellas el delito es solo el catalizador, el gesto. Lo que ese gesto refiere es lo realmente preocupante. Y el contrapunto desde el centro poderoso, colusiones, carteles, monopolio, la coima, el soborno y el cohecho.

Ahhhh el petróleo, una gran alfombra mis amigos, sobre la cual siete mil millones de almas han puesto sus necesidades para ser satisfechas, casas, autos, viajes, negocios, dinero, ocio, salud y educación, pero incluso lo recién indexado es solo materia y superficie; recién detrás de los bienes se encuentra la esencia de lo que hemos puesto sobre este tapiz extendido (supuestamente) al infinito…hemos colocado el FUTURO, el nuestro y el de nuestros hijos, esa es la verdadera dimensión de la tragedia. Entendible quizá que nadie la quiera ver

Y así, con cada centímetro que se recorte esta alfombra, siete mil millones de almas, cada día, tomaran una decisión, abuelos, padres de familia, jefas de hogar, empresarios, jóvenes profesionales, cesantes, viciosos… toda la fauna del mundo…tiraran los dados y apostaran sus fuerzas esa mañana, unos al trabajo, otros a la juerga , unos al suicidio otros a la lujuria, unos a la rabia otros a la resignación, unos a las armas otros a la cruz, unos a la esperanza otros a la acción. Y el silencio que hoy sentimos es solo atomización, disolución a velocidades estratosféricas, lo inmóvil es ilusión. Ya sin energía, ni para grandes conflictos ni grandes esperanzas, vemos al fin la verdad, la degradación bullente -ni trágica ni histriónica- del mundo, es la realidad… la verdadera cara del Crash oil es la nuestra, la mía, la tuya, la de todo aquel que mira en este instante el futuro a través de una ventana.

*Licenciado en CC. Físicas por la UAM (1993), en CC. Matemáticas por la UAM (1994), Doctor en Física Teórica por la UAM (1998).
Científico titular en el Institut de Ciències del Mar del CSIC. Publicado en Crashoil

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