El origen de la religiosidad del cubano: El que no tiene de congo, tiene de carabalí

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Santiago Masetti*
La religiosidad afrocubana está marcada principalmente por el sincretismo. Los esclavos negros de Africa mezclaron las creencias bantúes de sus comunidades con el catolicismo español. También con los pesares del sometimiento ejercido por sus amos blancos.

Con la llegada de millones de esclavos negros procedentes de África a Cuba se inició un interesante y complejo proceso de transculturación y de sincretismo religioso que marcó y marca la vida cultural y espiritual de los cubanos.

La primera entrada de esclavos, registrada en el área del caribe, comenzó en 1501, siendo Portugal el primer país europeo que inicio el trafico negrero. En Cuba, los primeros esclavos africanos aparecieron con la conquista y colonización de Diego Velásquez por el año 1510.

Es casi imposible saber cual fue la cantidad exacta de esclavos traídos a la fuerza a Cuba, y se calcula que entre los años 1510 y 1873 arribaron a las costas cubanas un millón y medio de esclavos de forma “legal” o burlando la abolición del tráfico negrero pactado entre ingleses y españoles.

Éstos trajeron consigo sus cantos, sus ritmos, sus credos y sus dioses, pero al llegar a la colonia no les fue permitido mantener sus creencias. Una vez entregados a sus dueños se les bautizaba y se les imponía otras creencias religiosas diferentes a las suyas.

El Reglamento de Esclavos de 1843 establecía con claridad estos menesteres. En sus artículos primero y segundo disponía que: “Todo dueño de esclavos deberá instruirlos en los principios de la Religión Católica, Apostólica Romana para que puedan ser bautizados si ya no lo estuvieren, y en caso de necesidad, les auxiliará con el agua de socorro, por ser constante que cualquiera puede hacerlo en tales circunstancias” y el otro apartado decía “La instrucción a que se refiere el artículo anterior, deberá darse por las noches después de concluido el trabajo, y acto continuo se les hará rezar el rosario o algunas otras oraciones devotas”

En África existen más de 300 culturas bantúes. Los que fueron traídos a la Isla procedían de distintas regiones de dicho continente, con diversos credos y ritos. Las etnias introducidas en Cuba fueron los Congos, Carabalies, Angolas y Yorubas entre otros. Los que abarcan geográficamente el sudoeste de Nigeria (Carabalies); la cuenca del Congo (Congos), desde el sur de esta área venían los Angolas y desde la costa de Senegal hasta Liberia, los Maní, Kono, Bámbora y Mandinga, desde la Guinea Francesa los Yola y los Fulani. Del antiguo Dahomey (hoy Togo) y gran parte del sudoeste de Nigeria eran los Yorubas.

Negados a expresar y practicar sus cultos, los esclavos negros se expresaban clandestinamente o utilizaban como medio, las fiestas católicas de sus amos.

Al no poder adorar a sus dioses libremente, los esclavos africanos lo hacían mediante los santos e imágenes de la religión católica. De esta manera se produjo la transculturación o el sincretismo afrocubano, de los cuales se destacan la Regla de Ocha o santería; la Regla Congo, Mayombe o Palo Monte; la regla Arará; y los Abakuá.

A fin de conservar sus antiguas creencias religiosas, los esclavos identificaron a los santos del catolicismo con los dioses africanos, otorgándole a cada uno características y poderes especiales de sus orishas.

De este modo, por ejemplo, en la Regla de Ocha o santería, de origen yorubá, tenemos a Elegguá, el que abre y cierra los caminos. Es un niño juguetón y un viejo a la vez y se sincretizó en el Niño de Atocha o San Antonio de Padua, sus colores son el rojo y el negro; Obatalá. Diosa africana de la pureza, de color blanco, asimilada con la virgen de las Mercedes; Ochún, es la diosa del amor, la maternidad y dueña del cobre, su color es el amarillo y encarnó en la religión católica con la virgen de la Caridad del Cobre (patrona de Cuba); Changó. Es el dios de la guerra y del trueno, sus colores son rojo y blanco, se asimiló con Santa Bárbara; Yemaya. Madre de la vida y de todos los orishas, diosa y dueña del mar, su color es el azul, representa a la Virgen de Regla, patrona de la bahía de La Habana, donde tiene su capilla en el barrio de Regla; Babalu-ayé. Es una deidad africana, se sincretizó en un complejo de figuras de la religión católica: en el san Lázaro de Betania, en el Lázaro hermano de Marta y María y en el mendigo Lázaro, Sus collares son de cuentas blancas rayadas en azul; Orula, el gran benefactor de los hombres, su principal consejero, personifica la sabiduría y la posibilidad de influir sobre el destino, incluso el más adverso, dueño de la adivinación, se sincretizó en san Francisco de Asís. Estos son solo algunos de los orishas más importantes del panteón yoruba.

La Regla Arará traída por los Dahomey, es otro de los credos sincretizados, su mayor cantidad de fieles radica en las provincias de Ciudad de La Habana y de Matanzas.

Su mitología está constituida por más de una decena de dioses o deidades (fodún). En sus ceremonias religiosas cobra gran fuerza la música considerando a los tambores sagrados. En las creencias está presente el culto a los antepasados y los difuntos (kotoko) y los credos se fundamentan en determinadas fuerzas sobrenaturales que se encuentran en las plantas, los objetos inanimados y en las personas.

Los dioses sincretizaron no solo con el catolicismo sino también con la santería (orishas): Naná Buruki sincretizada con la Santa Ana o madre de la virgen María de la Iglesia Católica; Asojano se sincretiza con el Babalú Ayé (Regla de Ocha) y con San Lázaro; Hevioso sincretiza con Changó y Santa Bárbara. Estos son solo algunos de una decena de dioses o deidades de la mitología de la Regla de Arará.

La Regla Conga, Mayombe, de Palo o Palo Monte son de origen bantú y provinieron del centro de África, especialmente del Congo y de Angola. Tienen como fundamentos primordiales el culto a los difuntos, los antepasados y a la naturaleza, Según esta regla, el hombre debe de estar en contacto adecuado y respetuoso con la naturaleza, con los árboles, la vegetación y los animales, que son sagrados.

La Regla Conga posee un determinado grado de sincretismo con la Regla de Ocha, el catolicismo, las sociedades abakuá y con el espiritismo, por esta última vinculación fueron considerados en el período colonial como brujeros y hechiceros.

Por su parte los Abakuá fueron traídos a Cuba por los Carabalíes que se encontraban en, lo que es hoy, el sur de Nigeria y Camerún.

Conformados por una estructura de sociedades fraternales secretas, donde sus miembros son solamente hombres, las sociedades abakuá solo existen en Cuba y específicamente en La Habana Y Matanzas.

Para ser miembro abakuá es imprescindible cumplir con altos principios morales como ser buen padre, buen hijo, buen hermano, buen amigo, entre otras importantes virtudes.

Sus principales fundamentos nacen a partir de una leyenda africana que relata el hallazgo de un pez sagrado por la princesa Sikán y una serie de reproducciones de voces, en la cual los tambores sagrados tienen un rol protagónico.

Los esclavos africanos arrancados de sus tierras también tuvieron que soportar el desarraigo de su cultura y de su religión, por eso es que no existen templos o iglesias de los cultos sincréticos afrocubanos. De manera clandestina los centros de adoración se fueron instalando en las casas de los mismos practicantes en donde se hacían y se hacen las principales actividades espirituales.

*Agencia Periodística del Mercosur

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1 comentario
  1. Anner Carabali dice

    Me gusta much,saber sobre mi origen.Espero poder profundizar mas con el apoyo de ustedes sobre mis raicez africanas.

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