El pacto económico con Ucrania: avidez de Trump y su fracaso para detener la guerra

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Como colofón de sus primeros cien días de gobierno, el presidente Donald Trump ha firmado con Ucrania un “acuerdo de asociación económica” que permite a Estados Unidos acceder a los ricos recursos minerales ucranianos, especialmente las codiciadas “tierras raras” y otros metales críticos, con la creación de un fondo de inversión para la reconstrucción que puede dejar el futuro económico ucraniano en manos del hegemonismo económico de Washington.

El pacto firmado este miércoles plantea muchas dudas, por sus términos generales y por el momento en que se firma, en plena guerra contra Rusia y sin garantizar la “protección” que demandaba Ucrania. Solo queda claro que el único interés de la Casa Blanca en estos momentos es obtener beneficios económicos a cualquier coste.

Trump quiere que esta “alianza económica” quede al margen de los vaivenes de la guerra y deja muchos cabos sueltos, por ejemplo, si EEUU incrementará su suministro militar a Ucrania para proteger el proyecto, al tiempo que negocia con Rusia la paz.

De momento, parece que el arreglo permitirá a Ucrania mantener el apoyo ya estipulado por la anterior Administración del presidente Joe Biden, lo que es mucho. Cuando, nada más inaugurado su mandato, Trump retiró su respaldo militar y de inteligencia a Ucrania durante unos días, Rusia aprovechó para recuperar la mayor parte de la zona de Kursk que el ejército ucraniano había ocupado en esta región rusa.

Prioridad: las minas, no la recuperación de territorio

La conclusión de la guerra de Ucrania era la promesa lanzada por Trump antes de ganar las elecciones de noviembre pasado y que reiteró desde que asumió el poder el 20 de enero. Sin embargo, como subraya la nueva “alianza económica”, ahora resulta que la prioridad es apoderarse de parte de los recursos ucranianos para cobrarse la ayuda militar prestada a Kiev en estos tres años.

Hay un pequeño problema, no obstante. Una quinta parte del territorio ucraniano, incluidas zonas donde están esos recursos codiciados por Washington, está bajo control ruso. Según el Kremlin, de los 55 grandes yacimientos estratégicos ucranianos recogidos en el acuerdo, 25 se encuentran en manos rusas.

Trump pide a Ucrania tierras raras a cambio de la ayuda de EE UUTampoco puede empezar la extracción y explotación de esos recursos energéticos, habida cuenta de queel acuerdo entre EEUU y Ucrania no parece que vaya a acelerar el proceso de paz con Rusia, que podría abrir otros frentes bélicos donde se encuentran esos recursos.

No obstante, para el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el pacto supone una victoria, tal vez pírrica, pero sí estratégica, pues, a cambio de empeñar las riquezas de su país, puede suturar las heridas abiertas con Trump desde el enfrentamiento entre los dos mandatarios del 28 de enero. En tal encuentro estaba previsto firmar ya el acuerdo, pero Trump y su vicepresidente, J.D. Vance, arremetieron contra Zelenski públicamente y en la Casa Blanca, y este respondió. Las relaciones entre Washington y Kiev se pusieron en su peor nivel desde el comienzo de la guerra el 24 de febrero de 2022.

Según reconoció Zelenski, para limar asperezas fue clave la reunión que ambos presidentes mantuvieron en el Vaticano, en el marco de las exequias del papa Francisco, hace una semana. Las prisas para cerrar el acuerdo de los minerales críticos eran patentes en la Casa Blanca desde hace más de tres meses, dados los fracasos consecutivos de Trump para lograr un avance en las conversaciones de paz a tres bandas con rusos y ucranianos.

Las contradicciones del acuerdo

EE.UU. y Ucrania firman un histórico acuerdo para la explotación de minerales en la nación europea - BBC News MundoEl acuerdo fue firmado por la viceprimera ministra ucraniana, Yulia Svyrydenko, y el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien publicó en su cuenta de X (antes Twitter) que el documento suscrito “muestra con claridad el compromiso de la Administración Trump con una Ucrania libre, soberana y próspera”.

Ya esta afirmación contradice la postura que en las últimas semanas había defendido la Casa Blanca, esto es, que la paz solo podría lograrse con un acatamiento pragmático de los hechos consumados. En otras palabras, con el reconocimiento de la anexión por Rusia de Crimea (ocurrida en 2014) y de la mayor parte de los territorios ocupados por el ejército ruso.

No deja muy claro el acuerdo cuál será a partir de ahora la contribución militar estadounidense a la causa ucraniana, sin embargo, la propia Svyrydenko señaló que su país recibirá de EEUU nuevos sistemas antimisiles, claves para frustrar los ataques masivos rusos con misiles y drones en las ciudades de su país y en el frente.

Sí se prevé la adquisición de material estadounidense, no en concepto de donación, como losQué minerales raros tiene Ucrania y por qué son codiciados por Estados Unidos - BBC News Mundo cerca de 73.000 millones de dólares en armas entregados hasta ahora, sino de compra directa. En este caso, los miles de millones de euros que ha prometido Europa seguir entregando a Ucrania acabarán en buena parte en manos de las empresas de defensa estadounidenses.

La Casa Blanca no confirmó esa entrega a Ucrania de sistemas antiaéreos. Washington se ha centrado en destacar los aspectos económicos del acuerdo y los beneficios que obtendrán las compañías estadounidenses en la extracción de minerales estratégicos, claves para la fabricación de componentes electrónicos de telecomunicaciones, transporte y sistemas militares, entre otras derivaciones de las llamadas “tierras raras”.

Un acuerdo clave para EEUU… si termina la guerra

Svyrydenko subrayó que el convenio da a Kiev la baza para “determinar qué y dónde se debe extraer”, además de asegurar que las riquezas del subsuelo siguen bajo propiedad de Ucrania. Son temas a precisar con urgencia, pues EEUU necesita gestionar la adquisición de este tipo de recursos naturales, las “tierras raras”, de las que China, su gran rival geoeconómico, es el principal extractor y comercializador.

Pero la guerra sigue

En el acuerdo se incluye también la explotación y comercialización de hierro, grafito, aluminio, titanio y uranio, cuyo manejo supondrá un magnífico negocio para las compañías estadounidenses que participen. Siempre y cuando termine la guerra, claro está.

Y este es el gran hándicap que persiste y que podría dejar el convenio firmado por EEUU y Ucrania en agua de borrajas si no se alcanza pronto un armisticio. El problema de este acuerdo es que no parece tener en cuenta que sea Rusia la que está ganando la guerra y, por tanto, tiene mucho que decir en el proceso de pacificación.

Tanto que ni siquiera un nuevo giro militar de Washington hacia Kiev podría cambiar sustancialmente lo que está ocurriendo en el campo de batalla y, por el contrario, podría animar a Rusia a lanzarse a por objetivos que de momento ha dejado de lado para no dinamitar la posibilidad de esa negociación.Járkov, la ciudad de mayoría rusa asediada por los bombardeos de Rusia

Los tanteos que ha lanzado en el norte de Ucrania el ejército ruso, en torno a Járkov, con más de 300 kilómetros cuadrados capturados en esta región, podrían convertirse este verano en una ofensiva en toda regla. Igual puede ocurrir con los planes, de momento suspendidos, de atacar con mayor decisión la ciudad portuaria de Odesa, antaño uno de los núcleos rusófonos más importantes de Ucrania, a fin de cortar todo acceso de este país al mar Negro.

Este mismo viernes, el Ejército ruso lanzó una oleada de 150 drones contra la ciudad de Zaporiyia, capital de la región del mismo nombre, que está en buena parte bajo control de Moscú. Con este ataque masivo, el Kremlin estaba mandando un mensaje claro: la guerra continúa y la paz se firmará entre rusos y ucranianos, no entre Washington y Kiev.

Y para alcanzar esa paz, Moscú ya ha marcado sus condiciones mínimas: reconocimiento de las anexiones, renuncia de Ucrania a entrar en la OTAN y desmilitarización de este país para que se convierta en un Estado neutral entre Occidente y Rusia. Tampoco quiere el Kremlin tropas europeas de pacificación tras alcanzar un alto el fuego. Zelenski ha respondido al respecto que Ucrania no accederá a su partición de ningún modo.

Una oportunidad para Moscú

Una cuestión importante es que el acuerdo de cooperación económica entre EEUU y Ucrania no garantiza la defensa de este país por Washington, asunto que queda muy confuso. En teoría, la Casa Blanca puede seguir negociando con el Kremlin apelando al pragmatismo de este, que se vería obligado a hacer de tripas corazón y sentarse a la mesa de diálogo como si no hubiera pasado nada.

Aunque la firma del acuerdo bendiga el acercamiento entre Kiev y Washington, ello no quiere decir que Moscú no pueda aprovecharse de este paso. La diplomacia rusa le ha cogido el tranquillo a Trump y sus oscilaciones exteriores, en la guerra arancelaria y en el propio conflicto ucraniano, y podría utilizar el momentáneo entusiasmo de la Casa Blanca por la firma del acuerdo con Kiev para acelerar el fin de la contienda a favor de Rusia.

Simplemente, el presidente ruso, Vladímir Putin, tendría que resaltar a Trump que EEUU ya ha conseguido sus beneficios de la guerra, que solo se podrán materializar si hay un armisticio y que la única forma de que Rusia acceda a firmar la paz pasa porque se acepten sus conquistas en Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón, además de la anexión de Crimea.

En realidad, la pelota está en el tejado de EEUU y la negociación afronta los momentos más difíciles, pues es ahora cuando Washington ha de impulsar esas conversaciones directas entre Moscú y Kiev a pesar de las tremendas dificultades. Se puede entender que Vance declarara este viernes, en una entrevista en Fox News, que la guerra de Ucrania “no terminará pronto”.

El secretario de Estado, Marco Rubio, también subrayó al mismo medio que Rusia y Ucrania “están más cerca, pero aún lejos”. Y volvió a amenazar con la retirada de EEUU de la intermediación. Trump “tendrá que decidir cuánto tiempo más dedicar al asunto”, pues para Washington “hay asuntos más importantes en el planeta”, aseguró.

Tras la firma del acuerdo ucraniano-estadounidense y pese a las prisas que tiene la Casa Blanca, su retirada de la crisis de Ucrania para atender asuntos supuestamente más perentorios ya no es posible si EEUU no quiere perder lo ganado hasta ahora y que se enquiste un conflicto en una zona clave para la estabilidad europea y que afecta a Rusia, una superpotencia con grandes intereses en el área de Asia Pacífico.

 

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