EL PAPA Y EL SILENCIO CÓMPLICE DE GENOCIDIO

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 «Estamos viviendo una suerte de genocidio causado por la indiferencia general y colectiva del silencio cómplice del ‘a mí qué me importa'», dijo el papa Francisco durante la misa, del domingo 12 de abril, celebrada por el centenario del genocidio armenio.

Francisco manifestó que «recordar es necesario» porque eso significa que «el mal tiene abierta la herida». «Esconder o negar el mal», subrayó el Sumo Pontífice, «es como que una herida continúe sangrando sin medicarla». «Quiera Dios que los pueblos de Armenia y Turquía retomen el camino de la reconciliación y la paz también pueda brotar en Nagorno Karabaj», añadió.

Además de recordar a los mártires armenios, Francisco proclamó Doctor de la Iglesia al clérigo y filósofo armenio San Gregorio de Narek. Al evento asistieron el presidente de Armenia, Serzh Sargsián, junto con los patriarcas de la Iglesia católica armenia, los Katolikós de la Iglesia Apostólica Armenia (San Echmiadzín y Antiliás),el Arzobispo de Córdoba, Monseñor Carlos Ñáñez, y el cardenal argentino Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires.

 

«A pesar de los conflictos y tensiones, los armenios y turcos han vivido largos períodos de coexistencia pacífica en el pasado y, aun en medio de la violencia, se han vivido momentos de solidaridad y ayuda mutua. Sólo de esta manera se nuevas generaciones abrirse a un futuro mejor y tendrán el sacrificio de tantos convertido semillas de justicia y paz», añadió el Sumo Pontífice.

«Es la responsabilidad no sólo del pueblo armenio y de la Iglesia universal recordar todo lo que ocurrió, sino de toda la familia humana, de modo que las advertencias de esta tragedia nos protejan de caer en un horror similar, que ofende a Dios y a la dignidad humana», manifestó Francisco. «Hoy también, de hecho, estos conflictos a veces degeneran en violencia injustificable», continuó, «provocada por diferencias étnicas y religiosas».

Corolario: Turquía convocó a su embajador del Vaticano. El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, señaló que «no se puede aceptar la declaración del Papa» ya que «dista de la verdad histórica y jurídica». «Los espacios religiosos no son lugares para incitar al odio y rencor con acusaciones infundadas», agregó el canciller turco.

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