El señor Kast y el sentido común

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Desde hace algún tiempo el señor J.A. Kast nos dice que su política tiene como fundamento lo que él llama «sentido común». El sentido común guía sus propuestas de políticas públicas y en el están ausentes los fundamentos del Partido Republicano (PR). Contando con toda la prensa derechista de su lado, a ningún periodista nunca ni en lugar o situación alguna se les ha pasado por la cabeza preguntarle en qué consiste ese sentido común del que nos habla.

Da la impresión que todo el mundo se da por enterado cabalmente sobre lo que es el sentido común. Por lo tanto es  absurdo preguntarle que es lo que entiende por aquello. El resto de la prensa y adversarios políticos tampoco tienen ninguna duda. El señor Kast entiende por sentido común aparentemente lo que entendemos todos. Tendríamos así, por la magia de la fuerza formadora de opinión de los medios de comunicación, que el sentido común como lo entiende el señor Kast, es el sentido común del común de los chilenos y chilenas.

Kast a menudo recurre a esta expresión del sentido común para justificar sus propuestas de políticas o puntos de vista sobre las cosas más diversas. Así por ejemplo lo declaraba en el Plebiscito del 2022 cuando triunfó el Rechazo en el Plebiscito Constitucional: «…con el Rechazo triunfó el sentido común”. O en la campaña presidencial de Diciembre del 2021: «queremos recuperar el sentido común para buscar la senda del progreso».  O por ejemplo cuando declara que: «nuestros principios se fundan en la naturaleza humana y en el sentido común[i]» (La Tercera, 3 Julio de 2019).

En una gira por Europa declaraba: «La izquierda se ha visto sorprendida por el despertar del sentido común» (La Tercera, ibid). Curiosamente esto querría decir que el sentido común no está siempre presente en las mentes de las personas como podría pensarse. Habría «despertado» con el alerta lanzado por el señor Kast. También Kast ha declarado: «no me traten de ultraderecha porque no lo soy. Espero que me califiquen como un candidato del sentido común». No solo Kast y su Partido son considerados de ultra-derecha por el Programa electoral que han presentado en sus candidaturas presidenciales y sus múltiples declaraciones. También por la gente que admira y/o simpatiza y con la cual privilegia  sus contactos políticos.

En su gira europea se ha reunido entre otros con Santiago Abascal, la ultra-derecha de VOX en España, con Giorgia Meloni, la jefa del ultra-derechista Fratelli d’Italia, en Brasil con el ultra-derechista Jair Bolsonaro. Igualmente se declara cercano al pensamiento de los ultra-derechistas y nacionalistas actuales presidentes de Hungría y Polonia. Sin embargo, el insiste en que no es de ultra-derecha. Pareciera que se reúne con esa gente y no con otra por simple casualidad. Con la misma casualidad que pertenece a la organización latinoamericana de organizaciones de ultra-derecha Alliance Defending Freedom (algo así como Alianza para la Defensa de la Libertad). Casualmente también se declara admirador de Pinochet el cual si estuviese vivo, dijo Kast antes de la elección presidencial, habría votado por mi. Nada de esto nos dice él, me puede identificar políticamente con la ultraderecha. Sin comentarios.

Simpático y afable pero mentiroso siempre. En una entrevista en Europa decía muy suelto de cuerpo que: «en Chile tenemos un problema de inmigración ilegal y tráfico de drogas generado por Michelle Bachelet».  ¿Pero quien fue a Cúcuta en Colombia a participar en el frustrado golpe para derrocar a Maduro invitando públicamente a colombianos y venezolanos a venirse a vivir este oasis? ¿Fue la señora Bachelet? ¿O fue el muy derechista presidente Piñera? El tráfico de drogas, y sus mafias organizadas, como recientemente ex-jefes policiales lo han declarado, existe en Chile desde hace tiempo y aumentó a partir de la Dictadura de Pinochet. Hasta la DINA tenía negocios con los narco. Pero no, para él la causante de todos los males fue la señora Bachelet. Sospechoso sentido común el de una persona que miente repetidamente y distorsiona la realidad, lo que por otra parte es el caso en general de la derecha chilena y sus medios de comunicación. Afortunadamente repetir mil veces una mentira no la convierte en verdad.

En su programa presidencial inicial Kast incluía derogar la ley de aborto terapéutico y expulsar del país a la sede de la Universidad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Se proponía eliminar el Ministerio de la Mujer e incorporar a miles de reservistas a las FFAA para combatir el terrorismo. Proponía que Chile saliera de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y eliminar el Instituto Nacional de Derechos Humanos. De igual manera se manifiesta en contra de los matrimonios del mismo sexo.

Su desprecio por las mujeres es conocido. En una entrevista del año 2017 al diario El Mercurio, su esposa Pilar Adriasola contaba las dificultades de los primeros años de matrimonio, por la prohibición que le impuso su marido de tomar pastillas anticonceptivas cuando ya tenían dos hijos. Kast se lo prohibió terminantemente contó ella. Han llegado a tener nueve hijos posteriormente. Una actitud que ilustra el sentido común de Kast.

A propósito del flujo de emigrantes en la frontera con Bolivia, Kast respaldaba la construcción de una zanja en la frontera con Bolivia. Según el, si tuviese 300 metros de largo ayudaría «a evitar que traficantes de personas, extranjeros ilegales y narcotraficantes entren sin control a nuestro territorio”, escribía en su cuenta de Twitter. Como la frontera con Bolivia tiene 861 kilómetros, queda claro cuan inefectiva y estúpida era esta propuesta. Tratando de arreglar su disparate, intentó corregirlo más tarde diciendo uno todavía mayor. Se trataría solo de una señal para decirle a emigrantes y traficantes que estamos atentos. Como se sabe y eso sí que es de sentido común, la estupidez no tiene cabida en él.

José Antonio Kast y Eduardo Bolsonaro

Al diario La Tercera declaraba(10/06/2019) que:  … «yo estoy a la derecha de la izquierda, claramente, y soy una persona pragmática y de mucho sentido común». Apoyando al candidato en su filosofía del sentido común, el Presidente de la UDI, el señor Macaya decía que  «En nuestro país prima el sentido común… ”.

Digamos muy de paso que el apoyo de la derecha tradicional (UDI,RN y Evopoli) a Kast en la elección presidencial pasada y seguramente en la próxima no es casual. La ultra-derecha moderna en general, incluída la chilena, se diferencia de sus abuelos facistas (italiano, alemán y español) en que es totalmente neoliberal en su política económica, al igual que nuestra derecha tradicional. Todo regulado por el mercado, subsidariedad del papel del Estado, nada de impuestos, mantención de salarios en el límite de la sobrevivencia para los trabajadores, el rol fundamental del individuo en la sociedad y la defensa irrestricta de los intereses de la clase dominante. Véase como ha votado el PR en el Congreso desde que existe para confirmar lo que decimos[ii]. Portanto si Ud cree que el PR defiende los intereses de los trabajadores, olvídese. Es mentira.

Continuemos. Otra declaración durante la campaña presidencial pasada: «Nosotros de extremo nada, y de sentido común, todo». Como le habría retrucado Cantinflas: «ni lo uno ni lo otro, todo lo contrario».

Para el nuevo Consejo Constitucional recientemente constituído, el PR del señor Kast definió como representante de su bancada, mayoritaria en dicho consejo, al señor Luis Silva, el joven consejero constitucional de la ultra-derecha. Se trata del hombre de un cilicio en la pierna, portador de un anillo de matrimonio -del que nos dice que lo usa porque está casado con Dios-  y que tiene además voto de castidad. Cada cual tiene en su vida el derecho de vivir como quiera. Pero escoger una persona con estas características tan singulares para contribuir a escribir una Constitución para todos los chilenos y chilenas, una persona alejada del mundo real pero con la misión de tratar de la cosa pública esencial del Estado, no parece ser una medida muy de sentido común. Para la particular visión de Kast si lo es.

Contrastando lo que dice Kast y su Partido sobre el sentido común con la realidad de sus actos y programas electorales, de las cuales hemos dado aquí unos pocos ejemplos, sería bueno que esta gente nos explicara qué es lo que entienden por «sentido común».Empresa: ?el sentido común, el menos común de los sentidos? - Community Manager y Copywriting - Inma Jiménez

¿Será que es de sentido común, declarar como lo afirman representantes del conjunto de la derecha y ultra-derecha, que Pinochet fue un estadista? ¿Un personaje conocido y confirmado como asesino, ladrón y corrupto podrá estar en la lista del sentido común como un estadista? ¿Y relacionado con esto, será que es de sentido común afirmar como verdad incostestable que Pinochet nos dejó un «milagro económico», a pesar de todas las cifras económicas existentes de fuentes creíbles que indican exactamente todo lo contrario, esto es, que no hubo milagro alguno? Será propio de quien se dice usar el sentido común el de hacer afirmaciones tan temerarias como falsas?

¿Pero, qué es el sentido común? La Real Academia de la Lengua Española indica algunas definiciones posibles bastante escuetas por lo demás:

  1. a) sentido común: «Capacidadde entender o juzgar de forma razonable».
  2. b) de sentido común : «Lógico o conforme al buen juicio».

¿Qué entienden los lectores por sentido común? Intente su propia definición.

En el diccionario de la inglesa universidad de Cambridge la definición para sentido común (common sense) es un poco más explícita. Dice que es: «el nivel básico de conocimiento práctico y juicio que todos necesitamos para ayudarnos a vivir de una manera razonable y segura».

Y también: «la habilidad para usar el buen juicio en la toma de decisiones y vivir de una manera razonable y segura». (traducidos del inglés por el traductor del programa Google). En la sección de ejemplos y comentarios de estas definiciones hay un par de comentarios que nos dan luces sobre el uso real de esta expresión:

«Siempre deberíamos ser escépticos de la sabiduría recibida, o en su forma bastante más peligrosa, el sentido común, que a menudo es poco más que una ideología ‘naturalizada’. Y agrega: «Por otro lado, las ideologías, en nombre del «sentido común» o la «lógica evidente por sí misma», tienen mecanismos incorporados para resistir la resistencia».

El filósofo francés René Descartes en su Discurso del Método estableció el significado moderno del llamado sentido común, además de comentar sus aspectos controvertidos indicando que es verdad que toda la gente tiene sentido común pero este raramente se utiliza bien. Según él, no se debe confiar demasiado en el sentido común[iii].

El sentido común representa en principio simples verdades con las que toda la gente estaría de acuerdo, verdades que por eso mismo no necesitan de discusión crítica ni demostración científica algunas. Verdades que no se deben poner en duda. Ahora bien, como vivimos en una sociedad de clases sociales, sabemos que las ideas dominantes son aquellas de la clase dominante. Esta naturalmente nunca es partidaria que se discutan «sus» verdades. Ni que sean puestas en duda. Por lo tanto, el contexto histórico y social de una sociedad de clases influencia largamente el sentido común en cuestiones ideológicas, económicas y políticas. Esto es fundamental para comprender que es lo que consideramos verdades evidentes. En el contexto de la Política, no es más que el sentido común de las verdades de la clase dominante.

Así por ejemplo durante los tiempos de la Colonia, la dominación del imperio español sobre lo que después vendría a ser Chile, no era de sentido común afirmar que la gente viviría mejor si se librara de la tutela española. Afirmarlo habría constituído una aberración, además de ser una traición al soberano. Por otras palabras, el sentido común es generalmente conservador porque asume las verdades de ciertos segmentos de la población, como verdades indemostrables que no permiten que sean sometidas a crítica alguna. Justamente por eso lo utiliza Kast. Sus verdades corresponden a las verdades del segmento más retrógrado y conservador de la clase dominante chilena. Llenas de prejuicios sociales, económicos, morales y étnicos. La Iglesia Católica en su momento también en la Historia estuvo dispuesta a quemar como hereje a quien dijera que la Tierra no era el centro del Universo. Una idea que hacía parte del sentido común de su época. Nadie lo ponía en duda.

El sentido común está principalmente basado en la experiencia y valores sociales considerados generalmente aceptados por todos sin mayores explicaciones ni profundizaciones. No le interesa buscar ni estudiar la causa profunda de los procesos naturales y sociales especialmente. Por eso es que cuando es aplicado en las llamadas políticas públicas como aquellas que defiende Kast, muchas de las soluciones propuestas atacan los efectos y no las causas de los problemas. Como el de la Seguridad Pública por ejemplo, el caballo de batalla de toda la derecha. Un problema muy importante que aqueja al conjunto de la sociedad, pero complejo y difícil de resolver en el corto plazo. Porque no tiene soluciones simplistas.

La Desobediencia del Sentido No Tan ComúnPara esa idea de sentido común no interesa entender por ejemplo porqué aumenta la delincuencia cuando aumenta el desempleo fuertemente y los salarios no permiten vivir a millones de personas, como es el caso de Chile. No le interesa tampoco la necesidad de revisar las políticas de emigración y el establecimiento de largos y difíciles acuerdos transnacionales con otros países, puesto que se trata de un problema que traspasa las fronteras nacionales y que es preciso resolver en conjunto. Y en el caso mundial, tampoco le interesa entender como la explotación de los países pobres por parte de los países ricos, con su estela de pobreza y miseria extremas crea multitudinarios problemas migratorios cuyos resultados los vemos hoy.

Para la ultra-derecha y la derecha en general, la solución al problema de la Seguridad Ciudadana, queda reducido a más y mejor represión policial, apertrechada de una legislación  que haga la vista gorda a la violencia policial, ignorando DDHH básicos como ya lo alertan organizaciones mundiales en esta materia.

Considerando que hay tantos que hoy envalentonados con los muy parciales triunfos electorales de la ultra-derecha, apenas empinados en su porcentaje electoral por sobre los que votaron nulo, en blanco o no votaron,  que sacan el habla hoy para declarar que apoyan el régimen de Pinochet, será que pueden apropiarse tranquilamente del sano sentido común para sus fines políticos?

Nosotros concluímos que hay que poner en duda y tener un juicio crítico siempre de supuestas verdades a las que se les atribuye pertenecer al sentido común. Porque como se puede comprobar, el sentido común es el menos común de los sentidos.

Nota

[i]       No solo el concepto de sentido común es discutible como lo veremos, sino que aquel de la «naturaleza humana», cuyo comentario dejamos para otra ocasión.

[ii]      Hemos publicado en Clarín anteriormente un extenso comentario crítico del programa electoral de Kast que el lector encontrará en el buscador de su página web indicando mi apellido.

[iii]     El filósofo Emanuel Kant también ha discutido el sensus communis en su Crítica del Juicio.

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