El sexo y los hombres
La diseñadora del cuestionario, Carmita Abdo, calificó su creación como «la fórmula para tener mejor sexo». El llamado Cuestionario de Autoevaluación del Coeficiente Sexual (CS) tiene un total de diez preguntas y fue presentado como un equivalente de la prestigiosa prueba de coeficiente intelectual.
Las respuestas admiten cinco variantes entre «nunca» y «siempre», que reciben calificaciones de uno a cinco de acuerdo con la frecuencia y el nivel de satisfacción. El puntaje obtenido puede llegar a un máximo de 50 que debe multiplicarse por dos.
Por ejemplo, quienes obtengan entre 80 y 100 puntos gozan de «una vida sexual apasionada», mientras que los que sumen entre 0 y 20 puntos tienen «una vida sentimental frustrante».
La sexóloga hizo notar que para conocer el propio CS los hombres deberán responder «con franqueza», es decir sin sumar puntos extras que ayuden a la autoestima. De lo contrario, los beneficios que el test puede reportar para optimizar el placer sexual no pueden ser aplicados.
Además, las 10 preguntas referidas al ciclo sexual completo, incluido el «juego anticipatorio», deben ser contestadas en base a la actividad sexual de los últimos seis meses.
La herramienta fue calificada por los médicos que participaron en el congreso como «simple y eficaz para proporcionar a las parejas un punto de referencia global para evaluar la calidad de su vida sexual».
Consultado respecto a la eficacia que puede tener el cuestionario, el reconocido médico sexólogo Gastón Boero dijo que «las preguntas son muy similares a las que se realizan cuando un hombre llega por primera vez al consultorio, aunque explora muy poco el tema del deseo y maneja el término ‘libido’ que ya es obsoleto».
Sin embargo, Boero remarcó que en Brasil, y especialmente en la ciudad de Sao Paulo, desde hace tiempo se realiza un importante número de investigaciones acerca de la disfunción eréctil, lo que ha ayudado al conocimiento y tratamiento de la misma.
Según la sexóloga Carmita Abdo, el test aspira a «brindar apoyo e infundir ánimo a los aproximadamente 100 millones de hombres que padecen disfunción eréctil y actualmente no reciben tratamiento», ya que estudios recientes afirman que el deseo y el placer sexual del hombre dependen mucho de su erección, en circunstancias de que no debería ser así.
Carmita Abdo y su esposo, el urólogo João Abdo, dirigen una clínica para la disfunción sexual en Sao Paulo, y ya probaron el test en 100 pacientes varones, e informaron que el próximo paso es la creación de un cuestionario similar para mujeres.
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