El trabajo no reconoce el derecho a la vida en Chile
Pocas horas antes de la aseveración presidencial los obreros de la firma donde el día anterior se había producido la muerte, el asesinato en verdad, de ocho de ellos al ceder un andamio de altura -levantado sin atender a ninguna consideración de seguridad- se negaron a trabajar hasta que no se revisaran las medidas que indican las leyes y reglamentos laborales vigentes. La empresa tuvo una respuesta parca: el que no ingresa a la obra es despedido.
Chile no es el único caso, en América Latina al menos, de desprecio por la vida de los trabajadores; para no ir muy lejos, la Argentina tiene un «rico» historial de obreros muertos por derrumbes y otros «accidentes del trabajo». Pero en Chile al pago de sueldos indignos, a la trampa de la «tercerización» de faenas que se entregan a empresas contratistas en connivencia con aquella responsable de la obra en su conjunto, se suma la intimidación empresaria sobre el cuerpo laboral y la complicidad de las autoridades, incapaces de hacer cumplir los reglamentos vigentes.
Declaración
Santiago, 3 de diciembre de 2004.
Está bien que el director suplente de Seguridad de la Dirección del Trabajo haya comprobado que la constructora Trío Limitada no había entregado el reglamento interno de orden y seguridad, ni contaba con el programa del comité paritario.
** Pero ¿por qué la Dirección del Trabajo hace esta comprobación cuando el edificio tiene ya varios pisos?
Está bien que la Directora del Sesma Metropolitano haya reconocido que «hay que asumir las responsabilidades y en este caso el plan normal de fiscalización no ha funcionado eficazmente».
** Pero no está bien que esta comprobación se realice recién después de la muerte de seis compañeros.
La misma Directora del Sesma ha dicho que va a dictar medidas para priorizar la inspección de las empresas constructoras.
** ¿Pero no dejará por esto de inspeccionar las empresas eléctricas o químicas de alto riesgo hasta que en alguna de ellas se produzca el próximo accidente?
Está bien que Solari, el ministro del Trabajo, haya declarado: «Para no sufrir accidentes en el trabajo se requiere de una política activa de prevención de riesgos y para que esta tragedia no se vuelva a repetir, los empresarios deben cumplir la ley».
** Pero ¿por qué lo dijo recién después de la tragedia?
El tribunal envió un oficio a la Inspección del Trabajo, solicitando que se acredite la situación laboral de todos los trabajadores y sus empleadores.
** Al parecer, sólo 38 de los 60 trabajadores estaban contratados por la empresa. Un familiar de un accidentado dijo: «Casi todos los que murieron estaban subcontratados y no sabemos si tendremos ayuda». A los heridos no quiso atenderlos en primera instancia el Hospital del Trabajador, porque faltaba el requisito del contrato. Las familias de quienes murieron sin contrato aumentarán el número de los que caen en la pobreza absoluta.
El Presidente Ricardo Lagos dijo: «el país no debe crecer a costa de la seguridad de los trabajadores».
** Es una buena frase para el bronce. Pero tendría que haberla dicho hace cinco años, cuando llegó al gobierno, porque ésta no es la primera ni la única tragedia laboral que se produce. Y tendría que haberse preocupado por prevenir eficazmente, en vez de hablar cuando ya sus palabras son inútiles.
Cantar ejemplos, confesar vergüenza
– El crecimiento de la explotación pesquera se produce a costa de la seguridad de los pescadores artesanales que mueren uno a uno, calladamente, y sin tanta publicidad, cuando tienen que salir cada vez más lejos mar adentro, porque los buques-factorías han barrido con los peces cercanos a la costa.
– El crecimiento de la exportación frutera se produce a costa de la salud de las mujeres con niños en gestación que trabajan sin protección contra los pesticidas.
– Muchas veces la vida corre peligro en los transportes masivos y no autorizados ni inspeccionados que llevan a las temporeras a sus lugares de trabajo.
– El crecimiento de la producción minera en el Norte se produce a costa de la contaminación de las aguas de las poblaciones aledañas y la potencial destrucción de glaciares de los que el recurso agua depende.
– El crecimiento de la producción hidroeléctrica se produce a costa del barrido sistemático de la historia y la cultura de los pueblos originarios.
El país va a seguir creciendo, pues, a costa de la seguridad de los trabajadores y del bienestar y calidad de vida de una inmensa mayoría de pueblo postergado y excluido, mientras sigan siendo las ganancias del capital lo que más interesa al Estado y el trabajo siga siendo considerado, mentirosamente, como una mercancía que patrón y trabajador contratan «libremente».
Ahora que con ocasión de la muerte de seis compañeros trabajadores se ha levantado la tapa de esta enorme mentira, no basta con pleitear, como lo hace la CUT, contra una empresa. No está mal, por supuesto. Pero los pleitos tendrían que multiplicarse por diez o por ciento o por más, o en vez de pleitos, los trabajadores tendrían por fin que volver a reconocerse y reencontrarse como clase para levantar todos juntos un movimiento enorme, que volviera a colocar sus derechos por encima de los intereses del capital. Porque los derechos elementales de los trabajadores se resumen en algo tan sencillo como la vida en vez de la muerte cayendo de un andamio…
Colectivos de Trabajadores, CC.TT.