El Tropicana, uno de los sitios de mayor fama mundial, festeja 70 años

2.005

La Jornada*
El cabaret Tropicana de La Habana celebra este fin de año su 70 aniversario como uno de los espectáculos musicales de mayor fama mundial y uno de los productos más conocidos de Cuba, junto a su ron y su tabaco.

En el lujoso complejo arquitectónico a cielo abierto, rodeado de bosque tropical, un equipo de 500 personas entre artistas y personal de servicio ofrece cada noche un espectáculo que combina música en vivo, luz y el baile de sus exuberantes bailarinas y exóticos vestuarios, que atrae hasta un millar de visitantes por función, en su gran mayoría turistas europeos.

"Nuestro cabaret se ha ido convirtiendo en un lugar teatral, en el que el mensaje es cultural, que entrelaza la cultura nacional con el turismo y se exporta categóricamente la imagen nuestra, de Cuba, de la cultura nacional", afirmó David Varela, director general de Tropicana, quien aseguró que 250 mil personas han asistido este año al afamado centro nocturno, lo que equivaldría a poco más de 10 por ciento de los 2.42 millones de turistas que visitaron la isla en 2009, según cifras oficiales.

Con motivo del aniversario, la noche del lunes estrenó un nuevo show que se mantendrá en cartelera los próximos meses y que hace, en algo más de dos horas, un repaso por algunos de los que han sido sus espectáculos más característicos a lo largo de las siete décadas pasadas, en su escenario de múltiples plataformas y con decenas de artistas que actúan al mismo tiempo.

Rumba, mambo y cha cha cha

Del repertorio ideado por Tomás Morales, con ritmos afrocubanos, rumba, cha cha cha o mambo, se presentan una coreografía inspirada en los carnavales de Brasil, otra de estética taurina, la actuación de una contorsionista, un conjunto de música a capella.

Bailarinas con ligeras vestimentas y trajes adornados con plumas y lentejuelas danzaban en el escenario al aire libre, en un espectáculo que se ha repetido desde que el cabaret fue inaugurado, el 30 de diciembre de 1939.

La presentación, que se extendió hasta la madrugada del martes, homenajeó a algunas de las estrellas que pasaron por el escenario, entre ellas Nat King Cole y Carmen Miranda, en medio de una vegetación exuberante.

de Cole aparecieron en las pantallas detrás del escenario cuando dos bailarines se balanceaban románticamente al ritmo de su canción Tenderly.

El Tropicana comenzó como un casino y un club nocturno que antes de la revolución cubana de 1959 era la atracción de un flujo constante de celebridades que van desde Marlon Brando hasta Maurice Chevalier, algunas de los cuales actuaron allí o se codearon con la elegante clientela de la época.

"Se trata de dar las gracias a artistas que han pasado por esta pista y le han dado mucha gloria a la cultura nacional de este país", afirmó Varela, desde hace seis años al frente de este espacio de entretenimiento emplazado en el distrito de Marianao, a las afueras de la capital cubana.

La presencia y la publicidad que generaban las personalidades que lo visitaron en el pasado hicieron de Tropicana uno de los centros nocturnos más conocidos del mundo.

Cuba, a sólo 145 kilómetros de las costas de Florida, era en la década de los 50 del siglo pasado un popular destino turístico para los estadunidenses, quienes han estado imposibilitados de viajar a la isla debido al embargo comercial que aplica Washington desde 1962.

Tropicana era propiedad del jugador cubano Martin Fox desde 1950, pero su casino, como muchos otros de La Habana, estaba bajo el control de un socio de Santo Trafficante, un mafioso de Florida que tuvo extensas propiedades en la isla.

Después de que Fidel Castro derrocó al dictador Fulgencio Batista en 1959, su gobierno cerró los casinos. Los clubes nocturnos pasaron a ser propiedad del Estado.

"Sin chovinismo, en un país capitalista este cabaret no existiría en estos momentos. Hoy en día en el mundo no hay un lugar donde se mantengan 300 artistas y 200 trabajadores atendiendo al cliente. Eso se da específicamente en nuestro país, en nuestro sistema, en nuestras condiciones, que un cabaret como éste pueda salir todas las noches al año con la misma producción, con una orquesta en vivo, con momentos de hasta 80 artistas en el aire", afirma Varela.

La entrada, incluyendo una cena ligera, ron y refrescos, asciende a 70 pesos convertibles (73 dólares/50 euros), precio prohibitivo para la mayoría de cubanos. Pero Tropicana atrae, según su director, a un promedio de 150 mil turistas anuales; en 2008 registró un récord de 200 mil visitantes, principalmente de Europa, pero también de países latinoamericanos como México, Argentina o Colombia.

Varela explicó que la crisis económica mundial de este año puso entre paréntesis esa senda de crecimiento, pero espera que se regrese pronto a ella. Según dijo, entre los visitantes de Tropicana existe un nivel de satisfacción superior a 95 por ciento y se registra incluso una demanda creciente entre el público de Estados Unidos, país que prohíbe a sus ciudadanos viajar a Cuba, aunque decenas de miles lo hagan por medio de terceros países.

"Realmente sabemos que hay una gran demanda de clientes estadunidenses. El turismo en Tropicana se mezcla con la cultura nacional, y eso es lo que exportamos al mundo: nuestra cultura nacional sin ningún tipo de vicio", dijo Varela.

Una indicación de la popularidad que tenía Tropicana antes del triunfo de la revolución es que cinco décadas después sigue siendo una gran atracción.

El cabaret es hoy una fuente confiable de ingresos para Cuba en medio la crisis financiera.

 

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