Elecciones en el Reino Unido: el Brexit conservador vs el cambio radical laborista
A menos de tres semanas de las elecciones del 12 de diciembre y con una ventaja promedio en las encuestas de 14 puntos, el primer ministro conservador Boris Johnson apuesta todo a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), mientras la plataforma laborista presenta como eje un aumento del gasto público, con el programa de cambio más radical desde la posguerra.
El financiamiento de esta ambiciosa agenda es tan radical como las medidas: aumento impositivo a los ricos y las corporaciones, combate a fondo contra la evasión fiscal de las multinacionales, impuesto especial a las empresas energéticas y a las transacciones financieras de la city londinense. El programa laborista generó un esperado rechazo de los medios de comunicación conservadores, el sector financiero y el empresariado.
Tax Justice Network, que lucha contra los paraísos fiscales, celebró el compromiso por un cambio de modelo tributario para las multinacionales, que pagarán impuestos en el lugar donde generan riqueza y no en un paraíso fiscal, algo que reforzará la economía británica.
Para los votantes, estimulados y manipulados por la prensa hegemónica y los sectores financiero y empresarial, el Brexit, la salida suspendida de la UE es el tema primordial para los votantes. La segunda preocupación de los electores es el Servicio Nacional de Salud.
La propuesta del laborismo no tiene una consigna que facilite la tarea de los votantes: promete renegociar el acuerdo con la UE en tres meses, aprobarlo en el parlamento y someterlo a un referendo en el que los británicos podrán elegir entre este acuerdo y permanecer en el bloque europeo.
Asimismo, el sistema de votación indirecto y no proporcional añade incertidumbre, así como la fragmentación nacional. (Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda del Norte), regional (sur rico, norte pobre) y etaria (jóvenes prolaborista, mayores de 45 proconservador).
Los británicos eligen por mayoría simple a los representantes en el parlamento de 650 circunscripciones: el partido que obtiene más escaños puede formar gobierno.
La revolución de Corbyn
El Partido Laborista, tradicional formación progresista y de izquierda socialdemócrata, presentó su programa para las elecciones del 12 de diciembre, el que consolida el giro que dio la formación con el liderazgo de Jeremy Corbyn, para quien se trata del: «plan más radical y ambicioso de las últimas décadas para transformar nuestro país», y con el cual pretende recuperar la agenda y el debate político que había perdido con el Brexit.
Por tres años el Brexit se adueñó de la política británica y la parálisis e indefinición del Partido Laborista en este tema responde a un dilema estratégico, ya que el 61% de sus diputados provienen de circunscripciones en las que el Brexit se impuso en el referéndum de 2016, aun cuando el 68% de los votantes laboristas abogó por permanecer en la Unión Europea.
Para no romper este equilibrio, Corbyn propuso un segundo referéndum y simultáneamente movilizar a sus votantes con un paquete de medidas sociales, con propouestas que van bastante más allá de las propuestas actuales de otras formaciones de izquierda (como la española Podemos).
Algunas de las propuestas laboristas para las elecciones británicas de diciembre son acabar con la escuela privada, nacionalización de la energía, los trenes, el agua, el servicio postal e internet.
Propone, además, banda ancha gratuita para cada casa, con la creación de una empresa pública, British Broadband, a través de la nacionalización de varias divisiones de la principal empresa de telecomunicaciones del país. Para el conservador Boris Johnson se trata de un “loco plan comunista”.
Para el Partido Laborista, escuela privada y justicia y movilidad social no pueden ir de la mano. Mientras solo el 7% de la población británica acude a escuelas privadas, en el Parlamento representan un 29%, una cifra que se dispara hasta el 44% en el Partido Conservador.
La propuesta laborista incluye obligar a las grandes empresas a ceder hasta el 10% de la propiedad de la empresa a sus empleados, reservar un tercio de los asientos en las juntas directivas a representantes electos de los trabajadores y darles a éstos más control sobre la remuneración de directivos.
Asimismo, poner en marcha un programa piloto de renta básica universal para responder a la baja remuneración de los trabajadores, construir un millón de viviendas sociales en diez años, que entre 1981 y 2016 cayó un 25%.
Los laboristas quieren auditar el impacto del legado colonial británico para comprender su contribución a las dinámicas de violencia e inseguridad en regiones que estuvieron bajo el control colonial británico. El imperio británico llegó a ocupar un 25% de la superficie terrestre, siendo el más extenso de la historia e incluía territorios como Palestina e Israel, Irak, Sudán, Sudán del Sur y parte de Yemen, entre otros.
El plan propone suspender inmediatamente la venta de armas a Arabia Saudí para su uso en Yemen y a Israel para armas utilizadas en violación de los derechos humanos de civiles palestinos. Corbyn promete también una reforma radical del régimen de exportación de armas para evitar que los ministros hagan la vista gorda a la utilización de armas británicas contra civiles inocentes.
* Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)