Encuentro en Brasilia, ¿hacia un nuevo tercermundismo?
Tanto Latinoamérica como el mundo árabe son dos zonas del Tercer Mundo, compuestas cada una por algo más de una veintena de paises que comparten entre sí lenguas, alfabetos, creencias, culturas e historias comunes. Ambas carecen de armas nucleares, de asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y mantienen una relación de amistad y recelo hacia EEUU.
La primera cumbre árabe-suramericana es el mayor evento internacional presidido por el presidente de Brasil, Lula Da Silva. Es parte de su estrategia de entrar permanentemente al máximo organismo de Naciones Unidas y de encabezar un bloque suramericano pro-multipolaridad, que mantenga cierta autonomía ante Wáshington y teja lazos bilaterales con Rusia, Europa, África y Asia.
Junto a China e India organiza un eje de los tres colosos geográficos del sur.
Este tipo de reuniones puede aprobar críticas a EEUU, Israel o Gran Bretaña, pero Brasil debe intentar limar radicalismos a fin de no antagonizar a Bush para que éste no vete sus anhelos de tener un sitio fijo en el Consejo de Seguridad.
Lula quiere ser el mediador entre Wáshington y los “radicales” en Caracas, La Habana y otras zonas.
Brasil quiere capitalizar el hecho de contar con muchos descendientes de inmigrantes del Oriente Medio y que Suramérica tiene mas de 10 millones de descendientes de árabes –algunos de ellos han llegado a encabezar el gobierno o la oposicion en Argentina, Ecuador y El Salvador–.
El comercio entre ambas regiones sigue siendo limitado. Solo un 3.5 por ciento de las importaciones de Oriente Medio proviene de América del Sur. Pero el encuentro busca ampliar los vínculos, captar inversiones árabes y abrir nuevos mercados para frutas, soya, granos, metales y carne suramericanos. MERCOSUR y el Consejo de Cooperación del Golfo firmaran acuerdos.
La cumbre, que debería haber servido para unir al bloque suramericano, ha demostrado la fragilidad en las relaciones entre los vecinos Chile-Peru y Brasil Argentina. Kirchner se retiró prematuramente del cónclave. Argentina junto a México se opone al proyecto brasileño de entrar al Consejo de Seguridad, pues les haria sentirse inferiores como potencias latinoamericanas menores. Las exportaciones brasileñas a la Argentina se estarían duplicando y tienen mayor valor agregado que las de su vecino, quien reclama desequilibrios.
Venezuela apunta a usar el encuentro para avanzar hacia una multinacional petrolera estatal suramericana (PETROSUR) ligada a la OPEP, y tambien para tejer un bloque que propugna la soberanía y contener el “intervensionismo y unilateralismo” estadounidense.
Suramérica y la Liga Árabe tienen regímenes muy distintos. Mientras el primer subcontinente tiene democracias de libre mercado que van eligiendo gobiernos de izquierda moderada, la región árabe tiene pocas democracias y esta escindida entre las autocracias mas draconianas que existen y ciertas dictaduras nacionalistas proteccionistas. Pese al poco intercambio comercial y a las afinidades ideológicas entre ambos bloques, un factor que ambos quieren usar es el de apoyarse mutuamente para conseguir mejores relaciones comerciales y políticas con el Norte.
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* Analista internacional (www.bigio.org).