Enríquez-Ominami: “Sí, soy un socialista (…) El PS es reformista”

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Cristian Joel Sánchez*

Es un ejemplo de dinamismo y actividad: me recibe en Concepción, en medio de una intensa gira que incluye este domingo a Puerto Montt –he viajado a la carrera para tener la conversación– tras alcanzar hasta Punta Arenas. Una ciudad por día en un periplo agotador, del que se sobrepone sin vetar las preguntas ni evadir las respuestas. He aquí lo que dijo.

Hace un frío enorme en la ciudad penquista, sin embargo, desde un principio la conversación se vuelve cálida, franca y sin tapujos.

Lo abordo con un larga y práctica introducción que resume los problemas básicos de la capital de la X Región, a saber la crisis del desempleo agravada por el desastre salmonero que todo lo arrastra, los problemas de los pescadores artesanales, la conectividad de la isla, y detalles muy preciados para los puertomontinos, como por ejemplo la muerte del tren que dejó aquel elefante blanco botado en La Paloma. Responde:

–Todos los problemas que atañen a Puerto Montt y en general a las regiones, tienen un tope que es la política. Si tu no reformas las instituciones, si no distribuyes poder, si no entregas poder, si el uso del suelo, de los recursos, no es compartido con las regiones, nada de lo que estamos hablando va ser efectivo.

"Por eso yo soy un revisor del trabajo político. Entregamos una propuesta de cambio del sistema político empezando por las estructuras que vienen de la colonia, como la de los gobernadores, por ejemplo, que son borbónicas. Tú me dirás “eso es menor”, pero no. La figura de los gobernadores yo la eliminaría en el acto, No tienen responsabilidad, son inimputables, no tienen un control directo.

"Y también la figura del intendente debe ser moderna, no colonial. Es por eso que lo primero es hacer una reforma política, ley de partidos, ley electoral y reequilibrio de poderes. Soy un candidato explícito en esta materia.

"Lo segundo es que yo hice una propuesta para aumentar el gasto en obras públicas, para cualquier proyecto como el del puente postergado hacia Chiloé. Y que sea viable. Lo primero es ver de dónde vamos a sacar la plata porque otro camino es seguir creyendo que con un subsidio las cosas se pueden hacer. Yo hice una propuesta: entre otras cosas aumentar el impuestos a los alcoholes y al tabaco, he hecho la propuesta de aumentar impuesto a la minería, el mal llamado “royalty”.

"Una recaudación de 3.700 millones de dólares para el primer año. Para tres años: salud, educación y obras públicas. Estamos tomando así un riesgo que nadie ha tomado porque es muy fácil decir “quiero un país más justo”. Pero de dónde sale la plata. Quieren renacionalizar el cobre, encantado del debate, pero de dónde sale la plata, quien paga: ¿expropiamos y pagamos o expropiamos sin pagar? Para una economía abierta como la nuestra eso no es viable.

"Lo que estoy diciendo es maximalista dentro de lo pragmático y además con convicciones  En materia de crear empleo  yo he propuesto una amplia red de flexibilidad. Respalda lo que estoy diciendo porque presenté una ley, que entre paréntesis es una entre más de 160 leyes que he patrocinado. Una de ellas es ésta. Y después estoy dispuesto a discutir cómo hacer para enfrentar la crisis, pero primero un diálogo dentro de la empresa, entre empresa y trabajadores, dentro de cada empresa, no interempresas. Si hay problemas de crisis se discute y se pacta.

"Yo creo en los sindicatos, la tasa de sindicalización en Chile es baja y atomizada. Son propuestas robustas. En el tema regional yo soy un regionalista, soy un diputado de región, y soy regionalista porque conozco perfectamente el drama del desarrollo productivo, lo que incentiva el sueldo mínimo en Puerto Montt es diferente de lo que incentiva el sueldo mínimo en Arica, por eso yo estoy por un federalismo atenuado, débil, pero un federalismo al fin".

Como me interesa llevarlo al “área chica” ya que sobre Puerto Montt se explayará este domingo, le lanzo un pregunta sorpresiva:

–¿Te consideras un socialista? –Le aclaro de inmediato que no se trata de una militancia, sino de una cuestión ideológica.

–Si se entiende que un socialista del siglo XXI es el que concibe que el Estado es el brazo para derrotar la pobreza y el mercado la herramienta que crea riqueza, pero que es incapaz de distribuir riqueza, sí soy un socialista

–¿Cree tú que los principios ideológicos del PS actual son los mismos de su fundación?

–No –categórico–. El Partido Socialista es hoy un partido reformista.

–¿Pero tu compartes esta posición?

–Yo estoy por develar las contradicciones en que estamos. Es una economía de mercado, pero no queremos que nadie hable de economía y que el Estado sea más potente. Volvemos al tema: si tú me hablas de la nacionalización del cobre yo no puedo más que estar a favor ¡claro! Pero volvemos a lo mismo: se paga o no se paga.

"Asamblea constituyente, yo he dicho que tengo simpatía por la asamblea constituyente, pero la pregunta es cómo se entra y también cómo se sale. Yo he dicho además cómo se logra. No existe hoy un mecanismo para ello. Son un conjunto de planteamientos que serían propios de un partido socialista y que hoy día tienen viabilidad real.

"Lo que me llama la atención es que un partido socialista que se dice participativo no haya convocado en 10 años de gobierno —metamos a Lagos adentro— nunca a un plebiscito no vinculante, nunca. ¿Por qué lo va hacer la derecha?
 
–¿Te consideras un revolucionario?

–Si por definición de revolucionario me comparas con Miguel Enríquez…

–No. Me refiero a una persona que piensa que el sistema debe cambiar de manera profunda, es decir desde el punto de vista de los principios. Mi pregunta apunta a la definición que entregó Fontaine, quien elaboró el plan económico de tu candidatura, cuando dijo que el programa económico del hipotético gobierno de Enríquez-Ominami no era un programa revolucionario, sino más bien continuista.

Medita un poco y aclara que la considera una pregunta difícil y que no quiere responder de manera oportunista siendo él hijo de un revolucionario.

–Paul Fontaine ha presentado los lineamientos generales para un proyecto, lineamientos generales —recalca— para generar un debate y convocar a las demás candidaturas que expongan de dónde quieren a sacar la plata.

"Yo estoy por superar el concepto de Estado subsidiario, estoy por una nueva constitución, estoy por un cambio del sistema político, estoy por un debate sobre los recursos naturales, estoy por un aumento del impuesto específico y por un "royalty" real, y ya que no lo podemos hacer ahora avancemos por lo menos en aumentar los tramos que pagan y cuánto pagan. Estoy por los derechos civiles. Si todo eso para ti te parece continuismo, te lo dejo a tu criterio.

–Te aclaro que no lo dije yo, lo dijo Paul Fontaine.

–Yo creo en un conjunto de reformas que son radicales. Concedo que en mi caso me considero inapto para responder la pregunta porque soy hijo de revolucionario. Es tal mi admiración por Miguel que si me haces esa pregunta me cuesta mucho disociar el concepto.

"Por eso si me preguntas si soy revolucionario como Miguel te contesto que no, porque son otras las condiciones".

–Que opinas de la forma de gobernar a “bonazos” y a “subsidiazos” si me permites los conceptos, que ha caracterizado al gobierno actual?

–A ver… Tengo diferencias contigo en un punto. El asistencialismo y el paternalismo ha sido un mecanismo de acercamiento a la pobreza clásico del Estado de Chile. Hay que superar a futuro el asistencialismo y el paternalimo, pero ahora te diría que de 900.000 niños 750.000 son atendidos por el Estado, por tanto sin asistencialismo hoy, ahora, esta noche, a esos niños ¿tú le puedes decir no más asistencialismo?

"Yo he criticado de manera robusta el asistencialismo y el paternalismo, por ejemplo, respecto de los pueblos indígenas del Estado de Chile. Y he propuesto al respecto reformas a mi juicio revolucionarias".

–Pasando a otro asunto. Plantear tu candidatura en términos generacionales, ¿no lo consideras contraproducente? Te recuerdo que en dos etapas álgidas de la historia, la década de los sesentas hasta el 73, y luego en el plebiscito del 88 la participación de la juventud fue abrumadora y los líderes en ambos casos, por nombrarte a dos, Allende en el 70 y Aylwin el 88, superaban los sesenta y los 70 años respectivamente…

Interrumpe con aspavientos y muy enfático:

–Completamente de acuerdo contigo, completamente de acuerdo —repite con énfasis—Concedido, concedido. El Facebook lo hicieron unos cabros y dice “Los jóvenes al poder” y no he querido corregírselo. No sólo me parece contraproducente, sino que no creo que los jóvenes tengan el monopolio de las buenas ideas.

"Yo no he planteado mi candidatura en esos términos. Mi abuelo Gumucio, con quien viví en 10 metros cuadrados en París, es 10 veces más joven que tú y yo juntos. Te repito: concedido y no he querido corregirlo porque, ¿te confieso una debilidad? tengo cierta coquetería con la frase. Pero confieso que es una respuesta insuficiente y la formulación es insuficiente para lo que nosotros queremos en esta candidatura".

–Hablemos algo de política internacional. ¿Consideras posible a futuro el proyecto bolivariano para nuestro país? No ahora porque los excedentes del cobre principalmente han permitido atenuar mediante bonos y subsidios las diferencias económicas y sociales. Pero si esto falla y se producen contradicciones más fuertes acá, ¿consideras que el proyecto socialista bolivariano podría abrirse paso aquí? Y sobre la misma, ¿consideras a Allende el primer bolivariano del continente?

–Yo soy un convencido que la lógica diplomática criolla es completamente insuficiente y hay que superarla, pero que también ha hecho tremendos aportes en distintas materias. Yo no creo en países prósperos que no se esfuerzan en superar la táctica de la dinámica diplomática en la que estamos.

"Te digo concretamente: no me quedaré ni un milímetro más abajo de lo que hizo Pinochet respecto a Bolivia. Y creo que las relaciones diplomáticos de Chile con sus países limítrofes no puede ser objeto de una campaña electoral porque son temas súper delicados. El tema de Perú, por ejemplo.

–Es decir que tú piensas que los problemas que enfrentan a Venezuela y Ecuador con Colombia no debieran existir.

–Mira, yo te pongo un ejemplo europeo de Francia con Alemania. No tienen el mismo idioma, no comparten un tronco común histórico, y tienen además una odiosidad de 50 o 60 años atrás, y no de 130 como nosotros con Bolivia, y qué tienen hoy día: política internacional común, política migratoria común y moneda común.

–Si los sistemas son diferentes, como ocurría en las fronteras del mundo socialista y sus vecinos, ¿tú crees que se puede dar eso entre Venezuela que tiene un gobierno socialista y Colombia con un gobierno de derecha vinculado incluso con paramilitares?

–Yo creo que hay algo inevitable que son las fronteras. Tu vas a seguir siendo vecino de Bolivia y Perú. Yo pienso que más allá de los gobiernos de turno tú te relacionas con países, no te relacionas con sistemas políticos solamente. Yo estoy por avanzar en eso.

–Te hago una pregunta intempestiva: ¿Te consideras el candidato de la Pymes? Lo digo porque la presencia del pequeño y mediano empresario, tú mismo, está presente siempre de manera muy prioritaria en tus planteamientos.

Se ríe y contesta un tanto dubitativo:

–Sí, en efecto. Desde ese punto de vista me puedo considerar un candidato de las Pymes.

–Para ir finalizando quiero hacerte una pregunta muy personal, humana, y que por lo mismo no estás obligado a responder si no la consideras pertinente. La presencia detrás de ti de tu padre biológico atrae, sin duda, la atención de quienes te rodean y lógicamente de la prensa. Tus respuestas a estas inquietudes –y hablo de una impresión muy subjetiva que se produce en algunas personas–  parecieran extrapolar cierto resentimiento, quizás amargura respecto de Miguel-hombre, Miguel-padre, no de Miguel revolucionario.

–Es una gran pregunta y te la voy a responder, Me parece muy bonita la pregunta y te la respondo encantado…

–Te lo argumento recordando una de tus respuestas en la que haces toda una relación de lo que fue la vida de Miguel como un individuo que tuvo una vida de clase media privilegiada, tomó toda la leche que necesitaba, no fue exiliado, tuvo papá y mamá, estudió medicina en la Universidad, era hijo de un rector, todo textual.

"Añades que tuvo una vida preciosa que tú no tuviste comparándola con todas las vicisitudes que te tocaron como niño exiliado a temprana edad. Esta descripción de la vida de Miguel, sonó, según las críticas, a las mismas que la derecha y ciertos sectores de la izquierda de aquellos años les hacían a los líderes del MIR".

–Son las críticas que hoy se me hacen a mí, lo que se me acusa hoy a mí. Claro, lo que ocurre es que tuvimos vidas muy distintas y me habría encantado tener la infancia que él tuvo. Tuve que vivir en el exilio hasta los 14 años y a eso apunta, no es ninguna crítica, no hay ningún resentimiento. Cuando me dicen por qué usted no está hoy en las posiciones más parecidas a las de él, bueno porque probablemente la situación es distinta, nos tocaron vidas distintas.

"Por de pronto él tuvo padre, yo no tuve claridad de padre, por lo pronto me tocó vivir en un país distinto hasta los 14 años, ¡a eso apunta! Siento que se haya mal interpretado. No es ninguna crítica a él, no es ningún resentimiento. Cuando se hacen las comparaciones odiosas yo digo: momento, cómo fue la infancia de cada uno, son situaciones distintas.

"Lo que si hay es un dolor gigantesco, un padre ausente es un gran sufrimiento. Yo me emociono, estoy tan lleno de orgullo por lo que él hizo y humanamente me habría encantado que hubiera conocido a su nieta porque tiene los ojos y la frente parecida a él y me llena de orgullo. Puro amor. Me encantan estas preguntas, no te preocupes. En cambio recién en una universidad me dicen ‘¡tu padre debe estar revolcándose en su tumba!’ Es una interpretación odiosa en vidas que son distintas.

"Ahora lo segundo: qué es para mí Miguel. Para mi Miguel es la admiración total y absoluta, no acepto ninguna crítica hacia él, pero ninguna. Lo que no me aguanto es la crítica por la izquierda, que yo no estoy a la altura de él. ¿Cuál es la altura de él? ¿Cuál es mi pecado, mi delito? ¿No haber sido revolucionario a los 18 años, no haber tirado piedras, haber sido alguien que decidió titularse, haber sido alguien que hizo La vida es una lotería, haber trabajado en televisión?.

"Los delitos que se me imputan fueron esos. Y que se me siguen imputando… Farandulero por qué, a ver, por qué soy farandulero, ¿por haberme casado con una periodista de televisión? ¿Ese es mi delito? A mucha honra. ¿Porque decidí aprender televisión, o porque mis películas no son revolucionarias, no son subversivas? La vida es una lotería es una crítica radical a lo que está pasando en Chile.

"A lo que yo me niego, lo que rechazo, es el veto a que yo tenga derecho a referirme a Miguel. Si hay un sitio donde yo soy dueño y soberano es en la admiración por mi padre, es un refugio. Lo que yo dije en esa ocasión fue una respuesta a una pregunta muy cabrona".

Mientras respondía con vehemencia a esta última pregunta, quizás también “cabrona”, pero necesaria para quienes han hecho un objeto de culto de Miguel, miraba yo fijamente a su hijo Marco por si, como dijo Neruda “una sombra extraña cruzara por sus ojos”. Pero no. El orgullo de un hijo por su padre es un brillo imposible de ocultar y este candidato que tiene conmocionado el ambiente político lo expresaba sin lugar a equívocos.

Me quedó bastante tinta en el tintero, muchas preguntas, a pesar que ni él ni yo queríamos terminar esta conversación. Pero la vida de un candidato es así, veloz como sus esperanzas y como las esperanzas de quienes lo siguen. Pero ya habrá otra oportunidad. 

* Escritor.
La entrevista se publicó también en el periódico El Llanquihue (www.diariollanquihue.cl).

 

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