Entre la palabra de la mujer y los nombres de la vergüenza

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Declaracion de las mujeres

ex presas politicas bajo la dictadura

Las abajo firmantes fuimos militantes y miembros de la resistencia contra la dictadura militar que sufrimos la cárcel y la tortura como consecuencia de nuestra lucha por la recuperación de la democracia. Como hoy la opinión pública bien sabe, agentes de los servicios de seguridad del Estado nos sometieron a toda clase de barbaridades y vejámenes, en las cárceles clandestinas de Villa Grimaldi, José Domingo Cañas, Irán (venda sexy), Londres 38, Tejas Verdes, etc.

El 28 de noviembre del 2004 nos convocamos en Villa Grimaldi, en calidad de ex prisioneros políticos, para escuchar al señor Presidente de la República, su discurso sobre el informe de la Comisión de Prisión y Tortura. Luego de esta experiencia y de conocer el informe de la citada Comisión, declaramos:

1.-Reconocemos y agradecemos a cada uno de quienes formaron parte de tal Comisión, por el compromiso y sensibilidad con que recolectaron y analizaron la información que permitió instituir un documento veraz y exhaustivo, que instaló en la conciencia colectiva, de manera irredarguible, el horror de la tortura, como una política oficial de la dictadura militar de Pinochet.

2.-Afirmamos que el presidente Lagos, en su discurso, que fuera expresado de manera menos cálida que la esperada por nosotras, se equivoca cuando dice que la reparación que propone, constituye… «una experiencia sin precedentes en el mundo».

Señor Presidente: nos resulta sorprendente que usted desconozca que hasta hoy y desde la segunda guerra mundial, sólo Chile era el único país que se había restado al reconocimiento y reparación, por la aplicación de tortura sistemática, durante la dictadura. Ahí está Europa, Argentina, Uruguay, Brasil, etc. que no sólo significaron una reparación oportuna y no después de 30 años, sino que marcaron hitos, hasta dar paso a una jurisprudencia internacional.

3.-Para nosotras el discurso presidencial desarrolla una profunda contradicción, entre lo que reconoce que ocurrió y las medidas que propone como reparación. Destaca que las mujeres sufrimos torturas físicas y psicológicas como todos, y además en nuestra condición de género, fuimos violentadas en nuestra sexualidad. Sin embargo, a esta violencia de género, que no supone ninguna reparación paliativa, el discurso suma discriminaciones inexplicables.

Las mujeres militantes y resistentes no aceptamos ser tratadas en nuestro compromiso político, como «las mujeres o esposas de …». Sufrimos la tortura independientemente de ser solteras o casadas con militantes, por lo tanto, no puede ser confundida o restada la reparación por un asesinato o desaparición del cónyuge, de la reparación que un familiar amerita por haber sido individualmente víctima de la tortura.

4.- Más incomprensible aún, resulta pretender que el exiguo monto fijado a los exonerados como reparación a los despidos arbitrarios que sufrieron a partir de septiembre del 73, y la imposibilidad de volver a trabajar durante la dictadura, sea razón para no recibir la ofrecida pensión por tortura. Se trata de la vulneración de dos derechos distintos. Uno da cuenta del derecho laboral y el otro, del derecho a la vida, que todo régimen democrático debe cautelar.

5.- El presidente nos ofrece salud a través del Programa Prais, que en la teoría favorece a víctimas y familiares. Tal programa que fuera instalado por el presidente Aylwin, se encuentra carente de presupuesto, lo que lo ha convertido en un carnet de indigentes, que compartimos con el sector más carente y abandonado de la población.

6.-Se reconoce que casi todas las mujeres que pasamos por los centros de tortura, clandestinos, tenemos hoy, más de 55 años de edad, y se nos fija una determinada pensión mensual de por vida. No se reconoce que hay un alto porcentaje de mujeres que tiene más de 65 años e incluso más de 80, y que por lo tanto, dado el promedio de vida en nuestro país, el poco tiempo de recepción de tal pensión, resulta también discriminatorio para las víctimas de la tortura, que hoy están en la tercera edad.

7.-Para nosotras, mujeres de más de 55 años, como reconoce el presidente, resulta un chiste de mal gusto, el ofrecimiento de continuar los estudios en los distintos niveles, en forma gratuita. Ese intento lo hicimos ya hace muchos años y tuvimos que renunciar o resolver tal propósito con grandes dificultades. Quienes lograron una profesión, lo hicieron después de cumplir 40 o 50 años de edad.

8.- Nos preocupa enormemente que el discurso presidencial también resulte contradictorio, en cuanto reconoce que es terrible lo que el país ha vivido respecto de violaciones a los derechos humanos, y no establezca a continuación, medidas realmente efectivas que hagan posible el nunca más.
El ocultamiento de los nombres y responsabilidad de los torturadores no ayuda en esa dirección.

No advertimos propuestas para que sea la propia legislación la que refrende garantías de respeto a los derechos humanos. Echamos de menos en el discurso, el énfasis en que la mayor reparación para nosotras las víctimas y para la sociedad entera que es receptora de esta energía de barbarie, es la justicia y la verdad, hasta sus últimas consecuencias.

Pedimos que se administren desde el ministerio de Educación, planes para colegios y Universidades, que incluyan el ramo de Derechos Humanos y los cambios en los programas institucionales de las fuerzas Armadas y de Orden, así como en el Poder Judicial y en las Carreras de Periodismo para que realmente en este país, se haga efectivo el nunca mas y para que cada ser humano que acceda a cuotas de poder, en el terreno que sea, tenga en su ser interno, las reservas morales suficientes para no acatar políticas indignas emanadas de dictadura alguna.

9.-Solicitamos una pronta revisión de los casos de violaciones a los derechos humanos, que no se consideraron, ya que no compartimos las razones administrativas que impidieron su inclusión en el informe de la Comisión.

10.-Le pedimos al presidente Lagos, a los ministros y altos funcionarios de gobierno que no continúen insultándonos al comparar para cuantas carreteras alcanzaría, el monto total a que asciende la propuesta reparación a las víctimas de la tortura. No vamos a caer en el área chica de la discusión, explicando al país cómo se computa en pesos, la recuperación de la dignidad y la reparación de quienes sobrevivieron a los centros de tortura clandestinos.

Solamente queremos pedir que en un gesto de elemental equilibrio y justicia, digan a cuanto asciende el 10 por ciento de las ventas del cobre, que se entregan, no sabemos a punto de qué, a las Fuerzas Armadas, que han reconocido ser las autoras de la imposición de la barbarie, en Chile.
Pedimos asimismo una auditoría de las compras de armamentos de las Fuerzas Armadas, durante la dictadura, porque es lícito suponer que hay mucho más en bolsillos castrenses que los doce millones de dólares, en manos de Pinochet.
Pedimos una auditoría a las transacciones que significaron las privatizaciones de los servicios públicos, y que fueron el origen del enriquecimiento ilícito de connotados particulares y uniformados.

Pedimos también se nos entreguen los montos de las pensiones que reciben actualmente todos los torturadores, empezando por Augusto Pinochet, siguiendo con Manuel Contreras, Moren Brito, Krassnof Marchenko, Basclay Zapata, etc. etc. etc.
Sólo entonces sr. Presidente, cuando conozcamos todas estas cifras, hablemos del costo de las carreteras.

11.-Finalmente: nosotras, mujeres chilenas, torturadas y violadas en nuestros propios cuerpos -cuerpos gestores de vida-, seguiremos luchando por parir un Chile realmente democrático, justo e igualitario, en cuyo horizonte no se vislumbre la posibilidad de que nadie, nunca más, bajo ninguna circunstancia, viva lo que nosotras vivimos.

Diciembre del 2004.

Agrupación de Mujeres, ex prisioneras políticas, sobrevivientes de la red de centros de tortura clandestinos del régimen militar de Pinochet.

Nosotros, los sobrevivientes….

Si resulta tristísimo que un estadista ose medir en dinero en efectivo el costo del martirio, de acuerdo con una lógica de balance de almacén de barrio, resulta indigno y todavía más triste el empecinamiento gubernamental por mezquinar las monedas de una compensación imposible.

Se cuentan más de 32 años desde que los pequeños traidores, sus mentores y sus cómplices pusieron en marcha un proyecto que buscó eliminar adversaraios y testigos, que permitió el saqueo de hogares y posterior reparto del botín, que dejó huérfanos, que infringió un daño aun no reparado al tejido social chileno; un daño quizá ya irreparable al mantener, y profundizar, los gobiernos de la Concertación la dirección establecida por la dictadura en el orden económico.

La política social del Estado chileno se ubica entre las menos solidarias del mundo «occidental», como se desprende de la realidad nacionaly de estudios locales (ver, por ejemplo el portal de Corporación Representa: www.corporaciónrepresenta.cl) e internacioales, como los informes PNUD.

Probablemente los ancianos que recorren las calles adyacentes a la Estación Central, en Santiago, con sus harapos a cuestas, los «microempresarios» -como la perversa lengua de los economistas define a quienes sobreviven en el submundo de la informalidad económica-, las prostitutas recién adolescentes, las que muestran más que sus mamas en los llamados «café con piernas», la niñez que puede verse a orillas del agua inmunda del Mapocho canalizado a pocas calles de los edificios en cuyas oficinas se administra el país, los que deambulan sin asistencia médica, las que abortan porque no ven futuro para sus hijos, los borrachos de mirada perdida, los que recogen y doblan cartones a un costado de la ¿elegante? Avenida Providencia, los que cuidan automóviles en las calles…

Ninguno de ellos -tampoco las trabajadores temporeras del comercio frutícola, envenenadas por los antiplaguicidas y sin previsión social, ni las familias de los obreros muertos porque no hay control de la seguridad en las obras, ni los chicos que se drogan más allá del punto desde el cual no se retorna, ni los hijos de los mapuche expulsados de sus tierras en nombre del progreso- leerán nunca La tortura, crimen de lesa humanidad, no prescribe y sus responsables deben ser juzgados. Nosotros, los sobrevivientes acusamos.

Este Contrainforme (ver: www.pieldeleopardo.com/modules.php?name=News&file=article&sid=642) contiene nombres. Los iremos publicando como un servicio social y una obligación moral.

Dice el trabajo de la Coordinadora de ex presas y ex presos políticos:

«El Informe de la Comisión de Prisión Política y Tortura recopila los testimonios de más de 35.000 víctimas: hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos, que fueron objeto de las más brutales aberraciones.

«Chile necesita sanear su alma moral. Es preciso entonces revelar toda la verdad, saber quién fue torturado y por quién. A quince años del fin de la dictadura y de transición a la democracia, el país debe enterarse de quiénes son los responsables, tanto políticos como ejecutores materiales de una política de Estado de abuso y violación de los derechos de la persona».

fotoAquí están sus nombres; bajo el acápite Los autores puede leerse:

1. Abarzua, Gustavo

Ejército, General
Director de la CNI y posteriormente fue el jefe del DINE, puesto que ocupo hasta su retiro. Es uno de los hombres de confianza de Pinochet y ocupo dos de los mas altos puestos en aparatos represivos. El 28 de Diciembre fue detenido por su participación en la financiera clandestina «La Cutufa».

2. Araos Ibáñez, Jorge

Ejército, Teniente Coronel

Al 11 de septiembre de 1973, el teniente coronel Jorge Araos era el segundo comandante del Regimiento de Telecomunicaciones Nº 2 «Santiago», con asiento en Peñalolén.

En 1951, ascendió a capitán. Desde 1952 a 1955, es oficial de la Academia Politécnica del Ejército. En 1957, participa en el Año Geofísico con transmisiones desde la Antártida. Permanece ocho años en el Regimiento de Telecomunicaciones. En ese período, asciende a mayor, y en 1961, debe viajar a Alemania a la Siemens y, en 1962, a Estados Unidos. En 1963, viaja a la Conferencia Interamericana de Telecomunicaciones realizada en Bogotá. En 1967, es comisionado a la Conferencia Interamericana en Washington, a Venezuela y a la Zona del Canal de Panamá, siempre por asuntos relacionados con su especialidad. Pasó luego al Estado Mayor de Difusión del Ejército en el Departamento de Telecomunicaciones. Tuvo la Jefatura de Logística durante dos años y ascendió a teniente coronel.

En septiembre de 1971, fue nombrado asesor de la Compañía de Teléfonos de Chile (CTC) y posteriormente Gerente General hasta 1976. En marzo y junio de 1973, viaja como presidente de la Comisión para compras de necesidades de la CTC a Europa y Asia.Desde 1976, con el grado de coronel, fue destinado al Ministerio de Defensa.

3. Arellano Stark, Sergio

General, Ejército

Procesado por secuestro calificado y desaparición de 19 personas.

Uno de los principales instigadores del golpe de Estado. El 11 de septiembre de 1973, se nombra jefe de la Guarnición de Santiago, comandando las tropas militares que atacaron La Moneda. Años más tarde, como general de División, especialmente designado por Pinochet, Arellano Stark pasaría a la posteridad como el jefe de la «Caravana de la Muerte». Nació en 1920. Casado, dos hijos.

Arellano Stark se formó como oficial de Infantería. En 1964 y 1965, realizó el Curso de Estado Mayor en la Escuela de Comando y Estado Mayor de Fort Leavenworth, Kansas, en Estados Unidos. En 1968, el coronel Arellano Stark, jefe de la Casa Militar hasta entonces, fue designado edecán militar del presidente Eduardo Frei Montalva, sustituyendo al coronel de la época Oscar Bonilla, que fuera enviado a España como agregado militar. En 1969, Arellano Stark parte a su vez a España como agregado militar. A finales de agosto de 1971, regresa a Santiago.

Cuando salió de su puesto de edecán del presidente Frei Montalva, fue reemplazado por el (General Viaux, comandante del regimioento) Tacna de Santiago, creando una grave crisis político-militar.

Al año siguiente, Viaux encabezó la tentativa golpista en la que fue asesinado el general Rene Schneider, con el apoyo de los Estados Unidos, para impedir la elección de Salvador Allende a la Presidencia de la República.

Tiempo después, en 1972, el general Viaux relató, desde su celda en la Penitenciaría de Santiago, que «El General Schneider mandó a hablar conmigo al coronel Hermán Brady, que hoy es general. Está en la VI División. Era amigo mío también y estuvo de mi parte en todas estas cosas».

En enero de 1971, el Senado de la República había objetado el ascenso de Hermán Brady a general. Fue la intervención directa del Ministro de Defensa José Tohá, a pedido del Presidente Allende, masón como Brady, que le permitió seguir dentro del Ejército y ser nombrado general.

Durante el período inmediatamente anterior al golpe de Estado de 1973, Brady mantuvo una postura ambigua dentro del Cuerpo de Generales del Ejército. Ejemplo de ello, fue la actitud oscilante que tuvo durante la crisis generada en el Alto Mando por la manifestación que esposas de generales en activo, entre otras las de los generales Arellano, Nuño, Bonilla y Palacios, realizaron frente al domicilio del comandante en jefe del Ejército, general Carlos Prats y que fue catalogada por éste como un acto de sedición. En la reunión del Cuerpo de Generales que la siguió, sólo los generales Mario Sepúlveda Squella, comandante de la II División que incluía la Guarnición de Santiago, y Guillermo Pickering, comandante de los Institutos Militares, presentaron sus renuncias al general Pinochet, comandante en jefe subrogante, en un acto de solidaridad con él.

El 10 de septiembre, Arellano Stark informó a todos los jefes y oficiales del Cuartel de Telecomunicaciones de Peñalolén que al día siguiente se realizaría la asonada golpista. Informó que él se trasladaría a la Guarnición de Santiago y Pinochet se quedaría en Peñalolén, a cargo de esa Unidad. Luego se reunió con los comandantes de la Guarnición de Santiago en su oficina del Ministerio de Defensa, y les informó lo mismo.

En los meses anteriores al golpe Brady fue uno de los principales conspiradores y se reunía con otros oficiales para preparar el golpe militar. Se describe de esta manera su participación previa: los conspiradores se reunían en una casa ubicada en Lo Curro, de Jorge Gamboa, primo del general Arellano Stark. «los que más frecuentemente asistieron fueron los generales de Ejército Sergio Arellano Stark, Washington Carrasco, Javier Palacios, Hermán Brady, César Benavides a Santiago, en octubre de 1973, fue promovido a general de División y comandante de la II División del Ejército, que comprende la Guarnición de Santiago, y que abarca desde La Serena hasta Rancagua. Como tal, le correspondió el cargo de Juez Militar de toda la zona.

Fue Brady quién «ordenó a los Comandantes de las unidades de Santiago desplegarse en la siguiente forma: Cesar Benavides al mando de las tropas situadas al oriente de Avenida Vicuña Mackenna, con su cuartel general en la Escuela Militar; Sergio Arellano Stark a cargo de las tropas del centro, con una jurisdicción hasta los cerros del Poniente de la capital; al Norte del río Mapocho; tomó la Jefatura de la tropa el Comandante del Regimiento Buin, Felipe Geiger Stahr; al Sur de la Avenida Departamental y hasta San Bernardo al sur, las fuerzas fueron comandadas por el Coronel Koenig de la Escuela de Infantería». Comandante de la Guarnición de Santiago durante el golpe militar.

El día del golpe, ordenó el traslado de los detenidos en La Moneda al regimiento Tacna. Varios de estos presos fueron ejecutado y otros integran la nómina de desaparecidos.

Comandó la «Caravana de la Muerte» que ejecutó a 72 presos políticos en el norte de Chile. Eugenio Ruiz Tagle Orrego, gerente de Inacesa en Antofagasta hasta el golpe militar, fue una de las 72 víctimas de la comitiva comandada por Arellano Stark.

El 21 de octubre, la madre de Ruiz Tagle Orrego vio el cadáver de su hijo en el ataúd: «Le faltaba un ojo, el izquierdo. Los párpados estaban hinchados, pero no tenía heridas ni tajos. Se lo sacaron con algo, a sangre fría. Tenía la nariz quebrada, con tajos, hinchada y separada abajo, hasta el fin de una aleta. Tenía la mandíbula inferior quebrada en varias partes. La boca era una masa tumefacta, herida, no se veían dientes (…) Su cabeza estaba en un ángulo muy raro, por lo que creí que tenía el cuello quebrado».

1. Arredondo González, Sergio

Ejército, Teniente Coronel (r)
El coronel (r) Sergio Arredondo, usaba la chapa de «Rorro», fue agregado militar de Chile en Brasil y representante de Codelco en Sao Paulo. Es identificado por los organismos de derechos humanos como el segundo hombre de Arellano Stark en la denominada Caravana de la Muerte. Mientras estaba en Sao Paulo, confirmó haber participado en misiones militares en 1973 y admitió los fusilamientos, pero siempre negó su participación en las ejecuciones, señalando que eran de responsabilidad de las autoridades militares locales. Otro antecedente que vincula a Arredondo en este tipo de hechos es la mención que se hace de él en una declaración jurada del chileno Juan José Soto Vargas, quien confesó haber sido agente de la Central Nacional de Informaciones (CNI) y haberse contactado en Brasil con Arredondo en la mencionada ciudad.

El coronel en retiro fue compañero de curso del general (R) Manuel Contreras y habría participado directamente en las ejecuciones. Teniente coronel en 1973, formó parte de la «Caravana de la Muerte» del general Arellano. En agosto de 1978 fue detenido algunos días en EE.UU, tras petición de familiares de ejecutados.

Pinochet le comunicó personalmente su ascenso a director de la Escuela de Caballería horas antes de la ejecución de 14 prisioneros. Fue agregado militar en Brasil y desempeñó importantes funciones en el aparato exterior de la DINA (policía política de la dictadura). «No lo recuerdo bien, porque ha pasado ya tanto tiempo. Pero es probable que haya ocurrido uno que otro fusilamiento legal. Pudo haber sucedido, pero sacarlo a relucir ahora es sólo por espíritu de revancha», declaró en 1986 al Jornal do Brasil.

Existen antecedentes que ponen en evidencia que luego del 11 de septiembre de 1973 asume la dirección de la Escuela de Caballería de Quillota efectivos de los servicios de inteligencia. Por razones desconocidas Ángel Custodio Torres quien entonces tenía grado de coronel y se desempeñaba como Jefe de Inteligencia accedió a que un oficial de menor graduación, el teniente coronel (r) Sergio Arredondo, tomara a su cargo los nueve detenidos que mas abajo mencionamos.

Ello también explica por qué Sergio Arellano Stark, delegado del general Pinochet, habría encomendado a Arredondo viajar a la zona para «agilizar procesos», y este muy obediente, tan pronto arribo a la zona solicitó de inmediato que los detenidos fueran trasladados hasta la Escuela. Es así como el criminal Arredondo, es procesado como uno de los principales inculpados en el caso Caravana de la Muerte.

Formó parte de la «Caravana de la Muerte,» comitiva militar que en octubre de 1973 viajó en helicóptero a Los Cauquenes, La Serena, Copiapó, Antofagasta y Calama, donde dio muerte a 72 presos políticos. Detenido unos días en los EE.UU. en agosto de 1987, tras una petición de familiares de ejecutados políticos. Entre 1976 y 1978 fue agregado militar en Brasil. Arredondo habría sido el encargado de la DINA-Brasil y hombre importante en el aparato exterior de la DINA.

2. Badiola Bromberg, Sergio

Ejército, Comandante
El 11 de septiembre de 1973, el comandante Sergio Badiola era el edecán militar del Presidente Salvador Allende. Cumplía esas funciones desde 1971. Casado, tres hijos.
El día del golpe de Estado hizo de enlace entre el Presidente y los jefes de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, al día siguiente asumió como ayudante del general Ernesto Baeza en la Dirección General de la Policía de Investigaciones, organismo intervenido por el Ejército.

Sergio Badiola pertenece al arma de Telecomunicaciones. Sirvió en el Destacamento Andino Nº 4 «La Concepción» de Lautaro; en la Escuela de Telecomunicaciones; en la Escuela Militar y en el Comando en Jefe del Ejército.

En 1974, fue comandante del Regimiento de Telecomunicaciones Nº 1 El Loa y jefe del Estado Mayor Administrativo de la Intendencia de Antofagasta.

En 1976, fue nombrado Director de Personal del Ejército. En 1977, Director Nacional de Comunicación Social, y posteriormente de Organizaciones Civiles del Ministerio Secretaría General de Gobierno. Luego fue Director de Reclutamiento y Movilización de las Fuerzas Armadas. En diciembre 1980 designado Agregado Militar en España.

En 1977 fue nombrado Ministro Secretario General de Gobierno. Ese mismo año, el coronel Radiola fue nombrado director de la Dirección Nacional de Comunicaciones (DINACOS), organismo de la Junta Militar encargado de censurar toda información que no tuviera carácter oficial. Igualmente fue director de Organizaciones Civiles de la Secretaría General de Gobierno, reemplazando en el cargo al abogado Ambrosio Rodríguez.

Fue director de la Dirección General de Deportes (DIGEDER). En 1981, el ya entonces general Badiola, fue nominado Intendente Metropolitano de Santiago, cargo que sólo abandonó cuando fue llamado a retiro del Ejército en 1983.

(Continuará).

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