Escándalo «blanco» en Uruguay: renuncia canciller por pasaporte a narco
El canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, renunció a su cargo, horas después de que se difundieran audios de una llamada que mantuvo con la exvicecanciller Carolina Ache, para que borrara los antecedentes del otorgamiento de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset, quien se encontraba preso en los Emiratos Árabes.
Antes de renunciar, Bustillo conversó la decisión con el presidente Luis Lacalle Pou, que estaba en Estados Unidos, en un intento de alejarse del inminente escándalo. Con esta renuncia no finalizan los intentos del gobierno de la coalición derechista por ocultar las pruebas sobre Marset y el narcotráfico: ahora se espera la renuncia del ministro del Interior, Luis Alberto Heber.
Desde Presidencia se esperaba que el canciller tuviera el “gesto” de renunciar de motu proprio, sin que Lacalle se lo tuviera que pedir explícitamente, y eso es lo que sucedió luego de una conversación telefónica que el mandatario mantuvo con Bustillo.
El senador oficialista Sergio Botana, vicepresidente en funciones, dijo a la diaria que con la renuncia de Bustillo “ya está liquidado el tema en lo político, y si hay algún tipo de responsabilidades, son en otro campo”.
Antes de que presentara su renuncia, varios legisladores exigieron que rodaran más cabezas, como la de Roberto Lafluf, el asesor de Comunicación de Presidencia, al que ven como el “ideólogo” de la maniobra para que Ache borrara los chats relativos a Marset, porque fue quien impidió que llegara a la Justicia parte del material que ella entregó a la cancillería.
Para muchos legisladores oficialistas, también debiera renunciar el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, ya que “si lo soplan, se cae” y ya “no hay quien lo defienda”, teniendo en cuenta que el Frente Amplio acaba de votar una nueva interpelación al jerarca, entre otros temas, por el caso Marset.
Las consecuencias de la polémica por la participación de Bustillo en la entrega del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset comienzan a sacudir al gobierno que perdió a una de sus figuras, y desde el mismo Partido Nacional (PN) piden sostener la institucionalidad a partir de la renuncia de los demás dirigentes involucrados. Mientras tanto, el Frente Amplio (FA) reclama al presidente Luis Lacalle Pou que regrese a Uruguay y convoque a una reunión con todos los partidos políticos.
El caso Marset no es el primer escándalo de la actual administración, tras los protagonizados por el exjefe de seguridad del mismo presidente, Alejandro Astesiano, quien fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión y la inhabilitación especial para ejercer cargos públicos luego de cerrar el acuerdo de juicio abreviado con la Fiscalía por la causa de falsificación de pasaportes para ciudadanos rusos en Uruguay.
Bustillo parece haber abierto la puerta para que también salga del gobierno el ministro del Interior Luis Alberto Heber, que si bien no tendría participación directa en la polémica del pasaporte de Marset ya está desgastado a nivel político por los cruces con el Frente Amplio; del subsecretario de Interior, Guillermo Maciel; y del asesor presidencial Roberto Lafluf.
El semanario Búsqueda publicó este miércoles una nota en la que apuntó que el Gobierno de Lacalle «intentó ocultar a la Justicia» mensajes que tiempo atrás intercambiaron Ache y el viceministro del Interior, Guillermo Maciel, sobre el caso del narcotraficante Sebastián Marset, hoy prófugo, buscado en Paraguay y Bolivia por ser partícipe y financista del nacotráfico, así como del asesinato del fiscal anticorrupción paraguayo Marcelo Pecci en Cartagena de Indias, Colombia.
La prensa publicó, además, audios de comunicaciones telefónicas entre Bustillo y Ache en las que el ministro «le sugirió que perdiera su teléfono» para no entregar sus chats con Maciel, en los que describió a Marset como «un narco muy peligros y pesado».
El ahora excanciller aseguró que Ache “descontextualizó conversaciones y obró de mala fe”; en las filas del oficialista Partido Nacional hay “bronca” y “sorpresa”, y piden llevar el tema a la Justicia para que investigue si hay “responsabilidad penal” del exjerarca.
En agosto de 2022, Ache negó «cualquier participación» en el trámite de expedición y entrega en Emiratos Árabes Unidos de un pasaporte a Marset que le permitió salir de ese país, donde estaba detenido. Pocos días después en una comparecencia ante el Senado, Bustillo y el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, defendieron que la entrega de dicho documento fue un «trámite administrativo» y no político. En diciembre de ese año, Ache presentó su renuncia como vicecanciller de Uruguay.
«Yo fui la única política de este Gobierno que renunció y se fue para su casa. Y -paradójicamente- no fue por haber hecho algo incorrecto, ni por haber hecho algo ilegal, todo lo contrario, fue por no haber estado dispuesta a ocultarle comunicaciones a la Justicia», dijo Ache a la prensa.
La prensa local difundió la carta de renuncia de Bustillo, donde trata de lavarse las manos: «Deseo manifestar que no hubo nada ilegal en la tramitación del pasaporte tramitado para el señor Marset, en cuya instancia tampoco tuve participación ni conocimiento alguno. Por supuesto, tampoco mentí o me aparté de la verdad en la interpelación parlamentaria. La Dra. Ache, descontextualizó conversaciones y obró de mala fe», señaló el ahora excanciller.
«Las cosas no son como se las ha mostrado, pero resultan suficientemente sensibles como para haberle presentado la inmediata renuncia al Señor Presidente», agregó Bustillo.
La exsubsecretaria del Ministerio de Relaciones Exteriores Carolina Ache presentó documentación en Fiscalía que compromete al canciller, Francisco Bustillo, quien le pidió que “perdiera” su teléfono para evitar brindar la conversación que mantuvo la exjerarca sobre Sebastián Marset con Guillermo Maciel, subsecretario del Interior.
En los audios proporcionados por Ache a la Justicia, sobre conversaciones que mantuvo la exjerarca con el ministro de Relaciones Exteriores vinculadas al pasaporte que expidió el gobierno uruguayo para el narcotraficante Marset a fines de 2021, Bustillo intentó convencer a Ache de que no entregue el teléfono y, de esa forma, ocultar la conversación que ella tuvo con Maciel sobre Marset, cuando el subsecretario le advirtió que el uruguayo “era un narco muy peligroso y pesado”.
“Hola, Caro, podemos saber qué pasó con este delincuente detenido en Dubái por documento falso. Es un narco muy peligroso y pesado. [Queremos] saber si sigue detenido o si lo liberaron, lo cual sería terrible”, dice el mensaje de Marciel divulgado por la diaria, correspondiente al 3 de noviembre de 2021.
La Justicia había resuelto que Cancillería debía proporcionar la conversación que tuvo Ache con Maciel, pero finalmente la información fue entregada a fines de noviembre de 2022, contraponiendo la versión que había dado el Poder Ejecutivo durante la interpelación en el Parlamento. Allí se dijo que no se sabía quién era Marset cuando se entregó el pasaporte.
Aunque en primer término Ache no entregó el contenido del chat con Maciel para la investigación administrativa, un fallo del Juzgado de lo Contencioso Administrativo del 9 de noviembre de 2022 obligó al Poder Ejecutivo a entregar los mensajes entre los subsecretarios por el caso de la entrega del pasaporte. Ante la resolución judicial, Ache no borró la conversación y acudió a una escribana para que dejara constancia del contenido y la existencia del chat.
Fue así que el 24 de noviembre la exvicencanciller entregó en un sobre cerrado el contenido de las comunicaciones que mantuvo por WhatsApp con Maciel, pero según Búsqueda ese sobre no estaba entre la documentación entregada a la Justicia.
El Presidente
El 25 de noviembre de 2022, Ache recibió un mensaje de WhatsApp del asesor del presidente Luis Lacalle Pou en comunicación, Roberto Lafluf, para citarla a una reunión con el mandatario en el piso 11 de la Torre Ejecutiva. “Sería conveniente ingresar por el garage”, escribió Lafluf a Ache.
En esa reunión se le pidió a Maciel y a ella que borraran el chat que habían mantenido ambos sobre Marset, y que hiciera constar por otro escribano que la conversación nunca existió. Ache decidió que no iba a protocolizar el contenido de su celular por segunda vez sin los mensajes de Maciel y se lo comunicó a Lafluf en una llamada telefónica. En el mismo día, Lafluf se volvió a contactar con Ache y le expresó que entregara de vuelta la documentación con el chat con Maciel en Cancillería.
En la audiencia del último miércoles, Ache declaró ante Fiscalía que tras hablar con su abogado le dijo al asesor presidencial que lo que le estaba pidiendo que hiciera era “cometer un delito”, que de “ninguna manera lo haría”.
Lafluf la conminó: «Presentá todo como está. Lo único que te voy a pedir es que vuelvas a entregar el protocolo (…) Porque no está más, lo destruí», afirmó Ache en la audiencia. Ache finalmente entregó una copia del acta protocolizada que certificaba la existencia de esos chats y se la entregó a Mata el día 28 de noviembre.
Al poco tiempo, los mensajes llegaron a la Justicia y también accedieron a ellos los senadores del centroizquierdista Frente Amplio, quienes habían presentado una solicitud de acceso a la información pública para obtener el expediente completo del trámite de Cancillería por el caso Marset.
Veinte días después, el 19 de diciembre de 2022, tras no contar con el respaldo político del Partido Colorado, parte de la coalición derechista de gobierno, Ache presentó la renuncia a su cargo como vicecanciller. Los chats con Maciel habían sido difundidos por la diaria el 12 de diciembre, una semana antes.
*Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)