Escrituras: Apuntes para un experimento social

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Nota introductoria:

Léase primeramente sin notas y en dos con notas.

Antecedente gnoseológico para la comprensión de la cosa en sí:
Una adecuada significación

Cinco mil años de plexo referencial se fusionan en un solo horizonte de significación para dar vida a lo que en este momento nos interesa de sobre manera (¿?) (Ver título).

Marco teórico ontológico del fusionar anteriormente citado.

¿Qué comen los patos?

Los patos desde que son unos polluelos les procuras, les atiendes; saboréalos desde pequeños. Cuando tienen forma comestible ya los estas cocinando, olvídate del alimento para pollos, olvídate de los consejos del veterinario, olvídate de su mierda; cuando esté dentro del sartén recuerda el dulce sabor de la nuez garapiñada, es decir, dales nueces, almendras, empédalos con amaretto, puedes polvearlos con nuez moscada antes de salir a la plaza, chamanéalos; desde pequeños debes hablarles de su muerte, de cómo se verán después de tres días de marinados en soya con tequila, después de hundir mis dedos entre los huesos y la carne. Así uñas sanguinolentas, con una mano romper sus costillas, con la otra rociar pimienta sobre su dulce espalda. Por supuesto que lo rellenaré de cebollón, le coseré el vientre con el hilo de sus vísceras. Al final con miel disuelta en agua y un poco de colorante… ¡sorpresa! Serás toda una obra de deliciosa exquisitez. Cadáver de dulce marinado.

Somos lo que nos dieron de comer. Dónde, cuándo, cómo, entre quienes y para que nos dieron de comer. Histeria colectiva, gastritis, problemas de estrés. Por fin todos a la mesa comiendo en familia. –cuéntame juanito- debes ser respetuoso. –Haber platícame-. Siéntate derecho. No tienes de que avergonzarte. –Enséñame las manos. Córtate las uñas. –Nunca me des el salero de tu mano.

Antecedentes y justificación

Ya casi esta todo listo, nada podría lucir en tan perfecta armonía. Después de todo no vivía tan mal, cualquier cualquiera se mata diez años de su vida en una institución para una de estas, pintada de azul, cortinas con encaje, servilletero de madera blanca con un tinte azul en perfecta concordancia azul pared, en la barra: lujosa porcelana azul del norte… 100 años, tres meses, doce días para ser exactos. 13:00 horas con doce minutos en la oficina de migración. San Francisco California. Kuan –what? –Kuan –respondió ella nuevamente. –OK Juan. Damos por terminado –exclamó el agente de migración–. En el abismo del aparente vacío se nos abre el destino determinado al devenir, nada es y, nada puede ser. Así algo le obligaba a estar ahí. Dime cuanto tienes y te diré cuanto vales. –Sus pertenencias–. El mandil1, un papiro, un wok, un puñado de palillos, un puño de arroz, la ropa puesta y za… No ya no hay zapatos. Y él, sólo lo puesto, una porción de maíz ¿maíz? Sí maíz, él no sabe para que sirve, sólo sabe que ella no le fallará. Surcos en la tierra, unos cuantos metros, un ciclo, un poco de estiércol, unos palos, piedras, el trabajo, el jornal; entonces podemos ir y podemos llegar, sin saber a dónde pero siempre buscando otro lugar, siempre incómodos con el presente, progresando sobre la nada.

Dentro de la porcelana las delicias de lo más antiguo de la tradición, los olores le hablan a él de lo que un día fue su infancia. Ella también era del norte… abónicocompostico-orgánico no degradante de la tierra sea la putrefacta carne de tu madre cancerosamente fallecida2 . Sin ella él no hubiera nacido. No importa él está aquí y aquella esta muerta. Pero ella (aquí) era lo más dulce que se había encontrado, no podía dar crédito de lo que le estaba sucediendo, todo había salido perfecto. La calma reinante, el olor delos ajos, el jengibre, el aceite de ajonjolí, cacahuate, soya, chile, la cantidad exacta de tequila más la cantidad exacta de polvo de ajo, vino, cebo de tocino, arroz cocido al vapor. Vapor de la inmensa nube de años que se funde en el momento exacto de estar con ella detrás del wok. No metas mano –pensó él– no decir nada, susurrarle al oído –huele delicioso, –gracias –respondió ella–.

Él se sienta en el comedor y ella se siente un poco más libre. No es que ella no quisiera sentir su cuerpo de macho detrás de sus atléticas nalgas mientras arrojaba el aceite ardiendo sobre el ya mencionado pato; lo que sucedía era algo mucho más sensual, él ya la había violado, violó el sacrosanto espacio (la cocina), tomó un salero3 y se fue , él lo sabía –pensaba ella–, sabe lo que hace, sabe cual es el punto exacto de cocción, pero este es el momento del arte. ¿Qué hace él? Toma distancia, la deja respirar, ella desea no sólo su cuerpo detrás sino también conquistar… Listones multicolor en continuo danzar descubrió en sus ojos, mirada perfumada, borbotones de sangre hirviendo (carroña de burro empalado ven los ojos del vulgar que zopilotea. No en los desiertos ardientes de carroña momificada, sino en selvas húmedas de carroña pútrida. Ignimbrítico sello de tradición moral impuso aquel punto de vista). Él si veía, en el horizonte le brinca, le salta, en multicolor revoloteo la baila la mirada.

Cuando toda la coreografía culinaria hubo de ser terminada el ya se encontraba completamente perplejo, no quería ver otra cosa que no fuera su artística belleza del moverse o simple estar. La forma de cada una de sus extremidades esta perfectamente esculpida por Graham, no hay nada que hacer, su simple estar, o su no tan simple devenir, es belleza, vida en su recrearse.

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La lujosísima mesa (estilo oriental por supuesto), la porcelana, los palillos con exótico decorado de dragón, técnica milenaria de esmalte con hilo de oro, perfecta sonrisa de mandarín lámpara en mano llamando al mencionado dragón, copas Ridell de fabricación alemana, $1,056 pesos caja con cuatro, manteles individuales de 136 palillos de bambú entretejido de fabricación tailandesa, velas, arroz, todo en orden. ¿Qué hay sobre el arroz? Sobre el arroz se encontraban doce deliciosos trozos de tocino dulce estilo Shi Chuan, que él pusiera a secar un año antes durante la temporada de secas. Pero eso no lo es todo, el chop suey lo ha servido en tazones individuales; esto la saca de un contexto tradicional, es decir, los platos al centro, toma únicamente lo que esta frente a ti. Es de mala educación escoger la comida ¡nunca con las manos! En cada tazón del mencionado chop no se alcanza a ver lo que propiamente es el platillo, lo que se alcanza a ver es una capa superior de cacahuate molido sobre la que se ha colocado una flor formada por cinco pétalos de almendra acaramelada, ¿y al centro de la flor? Cilantro de exageradamente fino picado.

Cuando ella estaba segura de que lo tenía completamente conquistado se sentó, él frente a ella fumaba un cigarrillo. Fue entonces cuando ella recordó las palabras de la abuela, “a los hombres por el estómago”. Propuso que brindaran4; por las abuelas, por las cocineras de verdad –exclamó–. Antes de que ella pudiera tomar la copa, el se dispone a chocar la suya contra la de ella, en ese preciso momento ella aproxima la mano y en un movimiento confuso el derrama el vino sobre aquel mandil. ¡Todo se ha perdido! Un error lo ha echado todo a perder. Se acabo. Disarmonía. Fin.

¿Qué pensó él mientras caía el vino?

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Pensó que todo fue totalmente absurdo. La demostración del absurdo proceder lógico de la sociedad se había acabado por un minúsculo error; no tenía ningún sentido el hecho de que él hubiera estado procurando la mirada hacia la puerta, que ella descubriera la frecuencia de su voltear, que él supiera de la evidente intencionalidad del ya mencionado voltear. Que ella hiciera coincidir las miradas, que él respondiera la sonrisa, que ella hubiese presupuesto una tendencia, que la única razón por la que regresarían al bar era porque ella dedujo, por negación de contrarios, que era fácil volver a encontrarle en aquel sitio, y que él sin saber aquello, pero por lo tanto, la correlación de agentes y verificación de frecuencias le hacían “saber” que ella regresaría, que el objetivo dos sería juntar los elementos correspondientes en el lugar indicado, surgiendo en el debido tiempo e indicado espacio que el mismo devenir social marcaría (crear el fenómeno), solo faltaba indicar una frecuencia de aquel movimiento. Pensó que este trabajo se realizó sobre el mismo campo. Estadística, censo, encuesta. Tampoco tenía sentido que en la segunda intervención en el laboratorio se debía incluir la variable arte. ¿Qué arte? Por el momento no nos interesa. Que ubicarse en el lugar de las demostraciones artísticas que, de la índole de la variable recientemente integrada, se presentan en nuestra bella ciudad había sido ridículo. Provocar la casualidad, recrear el fenómeno, experimentar, ensayo…, tiempo, espacio, error. Ella esta ahí, absurdo haberse puesto de acuerdo, las frecuencias ya habían marcado el movimiento de necesidad. Ahora demostrar que estabas directamente deslumbrado y que el paradigma no dejaba ver una situación más allá de lo entendido en el fenómeno ya recreado. Pensó en que lo único que pudo hacer el investigador fue aprovechar dos comentarios que le dan la más sólida de las estructuras a nuestro acontecer. Pasa por el círculo de la sociabilización de ella y te empiezas a llenar de subjetivizaciones que no se alcanzan a apreciar en un primer momento, pero las cuales el investigador debe tener presente en cada momento (reproyectar). Dichos elementos de subjetivización no pueden ser desdeñados a la primera, pero podemos hacer lo que comúnmente se denomina tomar la distancia histórica. Relájate y respira hondo. Es estúpido el quehacer sólo por hacer. El experimento fue un fracaso, las conclusiones no deberán ser informadas, tanto calcular para no poder probar bocado de sus delicias, esto es una vergüenza, no poder demostrar lo ya muchas veces demostrado. Inaceptable… inaceptable derramar el vino sobre el mandil.

Conclusiones

Él: Este… eehhh…, que pena, el mandil de tu abuela… este, este, es original ¿verdad? Este… antiguo ¿no? Lo puedo mandar lavar, especialistas… este… lo que sea.

Ella: No, no te preocupes, no importa, es, es, es una de esas cosas inmensas, infinitas, abrumadoras, inconmensurable tradición que ya había muerto hace tiempo.

Notas

1Éste será lo único que conserva de la tradición Un Shu, de la cual, al intentar escapar fue cazada (no será casada, no, literalmente cazada) por el hombre que la trajera a un lugar tan lejano, ya no importaba nada, tenía el mandil y le enseñaría a sus hijas los 687 y, un poco más, sin contar los olvidados o no trasmitidos caracteres monosilábicos de los cantos de la fertilidad y la lactancia, esto era lo único que la ataba a una auto valoración como mujer. Nunca tuvo tal hija, todos fueron varones, pero ésta era la nieta.

2Para desgracia de él, del sepulturero, de la agencia funeraria, de los parientes dolidos, de la comunidad inmigrante china, y de los que nos quedamos aquí, sobre la tierra fertilizada por ella no nacen girasoles.

3 Ella no sabía que, lo que él tomo, fue un cenicero, no un salero.

4 ¿Con qué se disponían a brindar? Este es el punto culminante de nuestra investigación que se apoya en el experimento dirigido por el Dr. X acerca de la conducta criminal. El robo de la botella sin ningún sentido (cleptomanía). La botella: los primeros franciscanos que llegaron a esta tierra (y los primeros chinos) se sorprendieron por su belleza y la determinación de su clima, Valle de Guadalupe le llamaron. Corría el año de 1996 cuando se presentó un fenómeno algo inesperado, las condiciones de humedad y lo peculiar de las precipitaciones pluviales de aquel año, provocaron que se desarrollara una maduración escalonada en los varietales. Las cosechas de cabernet sauvignon que se vendimiaron ese año fueron abundantes y se presentó la posibilidad tanínica de la elaboración de un vino de distinto estilo. El vino al que nos referimos es un cabernet sauvignon botella número 48,262 de la cosecha especial de 1996. Esta cosecha produjo 136,837 botellas bordolesas y 120 magnum. El vino que por su génesis (Monte Xanic) y por su origen, hurto fardero, adquiría un sentido propio y por lo tanto una significación se aparecía nuevamente en esta realidad, no sólo como un elemento de pretexto para la experimentación. Sino también como elemento de unión de 5000 años de tradición perdida, la cual (tradición), y el cual (el vino), presenta la peculiaridad de producir notas características del casis con ciruela negra, en el paladar se apreciará su medio cuerpo y su buen equilibrio, sabor de realidad. (cfr. La etiqueta). Ahora se derramaba sobre el mandil.

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