Evo llama a rechazar la nueva CPE en las urnas y no con violencia
ABI
El presidente de Bolivia, Evo Morales, convocó a los sectores más duros de la oposición a su Gobierno a expresar su rechazo a la nueva Constitución Política del Estado (CPE) en las urnas sin generar violencia en las calles ni bloquear a la economía nacional y reiteró que la derecha busca crear las condiciones para un golpe civil.
Las palabras del Jefe de Estado fueron expresadas a su retorno de Libia e Irán, países donde suscribió acuerdos en el campo energético y agrícola, principalmente, y fortaleció las relaciones bilaterales.
“Si bien no están de acuerdo con la nueva Constitución Política del Estado que lo expresen en las urnas y no con la violencia”, aseguró Morales en rueda de prensa, y condenó las agresiones, provocaciones de los grupos de choque “cívicos” al pueblo, lo que calificó de intolerables.
Por ello, dijo que las advertencias del presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, Branco Marinkovic -quien amenazó que “con decreto o con ley” el referendo sobre la nueva Constitución Política del Estado no se realizará en ese departamento- “es una abierta conspiración contra la democracia boliviana y a las normas vigentes”.
Morales sostuvo que esos grupos radicales, como al que pertenece el citado dirigente cívico cruceño, “son cada vez menos, pero más violentos” y condenó que hayan optado por el camino del enfrentamiento con métodos de los dictadores de los años setenta (Hugo Banzer) y ochenta (Luis García Meza).
“Siento que alguna gente con mentalidad dictatorial, golpista, antidemocrática, sobrevive en el oriente boliviano y por eso piden el retiro de las Fuerzas Armadas para tomar las instituciones”, aseguró el Dignatario.
En ese contexto, el Presidente boliviano sostuvo que su administración gubernamental hará respetar la integridad de las instituciones del Estado, garantizará su seguridad así como la del pueblo boliviano.
Morales dijo que sólo el pueblo juzgará las medidas de presión, de sabotaje a la economía y al estado de derecho que asumieron los grupos opositores, paradójicamente, encabezados por autoridades electas legal y legítimamente en el marco de la democracia.
“Es un bloqueo, no es una reivindicación (…) Se habla de tomas de instituciones en Cobija y el pedido de algunos prefectos, de algunos comités cívicos sobre el retiro de las Fuerzas Armadas, ya es una acción política y un golpe civil al Estado”, insistió el gobernante.
No obstante, indicó que esas acciones de violencia racista suman cada vez mayor rechazo por parte del pueblo, por su carácter fascista y contrario al estado de derecho que los bolivianos reconquistaron hace 26 años.
Respecto del argumento de reposición de los recursos del 30 por ciento de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), Morales dijo que sólo es la bandera para justificar un atentado en contra del derecho del pueblo a definir su futuro en las urnas, donde aprobará o rechazará la nueva Constitución del Estado.
Además, afirmó que una decisión sobre el IDH ya no se encuentra en manos de su Gobierno sino que “está en manos de los abuelos y finalmente de las alcaldías”, respecto del destino que dio su administración a esos recursos para pagar la renta Dignidad y el desembolso directo a los gobiernos municipales sin participación de las prefecturas.
“También recibí algunos pedidos de algunos alcaldes que de una vez, todo el IDH que manejan las Prefecturas se distribuya a las alcaldías, son pedidos que vienen de los alcaldes, de algunas comunidades, de algunas asociaciones”, indicó Morales.