Falso que en América Latina y el Caribe no haya investigación científica
Rosalba Carín.
Conocido es el exabrupto de don Miguel de Unamuno; "¡Que inventen ellos!"; pero los tiempos han cambiado, las contradicciones sociales de todo tipo se agudizan y los estados depresivos y el estrés cabalgan por doquier. Frente a tal situación, un grupo de científicos caribeños resolvió lanzar al mercado un medicamento de ultima generación y excelentes resultados.
Informan en su portal de divulgación que el fármaco no tiene contraindicaciones ni produce efectos secundarios ni daños colaterales de ningún tipo. El grupo recomienda una dosis diaria que se indica en el envase respectivo, y aun cuando recomiendan no abusar, comprenden que ante situaciones límites pueden ampliarse, prudentemente, las dosis —dependiendo esto último de cada paciente.
Las primeras partidas del medicamento —fabricado en laboratorios de República Dominicana— se encuentran a disposición de los necesitados en forma absolutamente gratuita con efectos garantizados. Otras comunidades en distintos países latinoamericanos —e incluso europeos— trabajan sobre ortos productos similares.
El objetivo es poner remedio al estrés, la ansiedad, el insomnio, la depresión y otros males de la época de manera eficaz, sin largos y costosos tratamientos. Los investigadores —entre los que se cuentan destacados estudiosos de la sociedad y otros intelectuales— lo recomiendan ampliamente, es especial en tiempos de elecciones y querellas entre los políticos y sus organizaciones partidarias.
Advierten, empero, que, como todo fármaco rigurosamente elaborado, sus efectos beneficiosos tienen un límite, y que llegado éste, el ciudadano no tendrá más que enfrentar la realidad.
Una imagen puede valer por muchas palabras, en esta oportunidad la imagen contiene las suficientes.
Dosis recomendada: 3 a 4 tabletas al día.
Mayores informaciones pueden solicitarse a velboys@googlegroups.com —aunque no se asegura respuesta personal.