Firmas para Huilcamán y un país más vasto

Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El “problema mapuche” se hunde como un puñal en las entrañas de la sociedad chilena. No es el único, desde luego, pero sin duda el más antiguo y aquel por cuya causa más sangre se ha derramado y más injusticias se han cometido.

Y dice relación con un derecho fundamental, piedra angular de la libertad que pregona la civilización: que cada cultura se desarrolle en armonía con sus vecinas, que pueda autogobernarse con el respeto de los demás, que pueda convivir –cuando así lo demanda la historia– con otras en un mismo territorio.

Sucede que las culturas, las costumbres, las creencias, las lenguas, no se diferecian entre superiores e inferiores, sino entre propias y ajenas. El mestizaje no es a costa de una etnia y sus valores sino para el enriquecimiento de todas. Lo contrario se denomina genocidio.

Los países no son vastos por los kilómetros que componen su territorio, sino por la riqueza y variedad de sus habitantes. Ciertamente los mapuche tienen cosas que aprender de otros; pero ciertamente esos otros tienen cosas que aprender de los mapuche. Cosas tan simples como el sentido de pertenencia a la Tierra, recordar que el animal humano es parte de la Naturaleza y no su destructor.

El esfuerzo y la determinación de Aucán Huilcamán y los suyos debe, así, valorarse como un esferzo y determinación que contribuye a ampliar las fronteras internas del país. El sólo hecho de que busque legalizar su candidatura significa un cambio en Chile. Y una esperanza.

¿Y si llegara a la presidencia? Pues será un buen presidente o podrá ser un mal gobernante. Hemos conocido de ambas clases. Y sobrevivido a ellos.

foto LAS NOTARÍAS