Forzados, pero lo hicieron. – LA BUENA LETRA DE LOS SENADORES CHILENOS

Carmen Soria, la hija del ciudadano español Carmelo Soria asesinado por la DINA, dio a conocer en la mañana del jueves 19 de julio en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), a qué se destinará el millón y medio de dólares aprobado en una accidentada sesión del senado chileno en la noche del miércoles como indemnización a la familia. La indemnización había sido rechazada en la primera votación registrada el martes, por los votos en contra o abstenciones del demócratacristiano Sergio Pizarro y del pepedeísta Roberto Muñoz.

Soria fue secuestrado por los servicios de la dictadura el 14 de julio de 1976 y su cadáver apareció dos días después; era funcionario de la Cepal, organismo de Naciones Unidas con sede en Santiago. Como muchos republicanos, Soria buscó refugio en Chile al términó de la guerra civil española en 1939. También fue editor y animador del sello editorial Ruedo Ibérico.

La reparación, que obtuvo en la votación final 16 votos a favor y 14 en contra, fue acordada entre el gobierno de Chile y la ONU en 2003, requería la aprobación del senado y significa la suma de US$ 375.000 a su viuda y una cantidad idéntica a cada uno de sus tres hijos.

Diplomáticamente el organismo internacional destacó la ratificación del Senado chileno. «Estamos satisfechos por esta aprobación», señaló a la prensa el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Luis Machinea, acompañado por Carmen Soria, sin mencionar para nada el difícil parto senatorial. Machinea, no obstante, sí se refirió a la «valentía y perseverancia –de la hija del funcionario– que durante 31 años ha luchado por el esclarecimiento del secuestro y asesinato de su padre».

La aprobación del Senado se logró después de tres intentos; la Cámara de Diputados había ratificado el acuerdo en marzo de 2005.

Soria, por otra parte una distinguida intelectual, no es persona que guste de los rodeos. Manifestó que la ratificacioón del senado «se demoró muchos años tratándose de un acuerdo con Naciones Unidas». En cuanto a las razones que algunos senadores esgrimieron para no honrar el acerdo entre el Ejecutivo y la ONU, dejó claro que eran hipócritas: «Me parece preocupante e hipócrita que algunos se preocupen mucho del dinero y no, por ejemplo, de anular la Ley de Amnistía que impuso Augusto Pinochet a favor de los represores».

No pocos ex funcionarios, asesores o consejeros de la dictadura son en la actualidad dirigentes de los partidos de derecha, prominentes empresarios, diplomáticos y …senadores.

Carmen Soria además dijo que «Espero lograr algún día meter a los que mataron a mi padre a la cárcel, porque creo que ésa es la justicia que necesitamos todos los chilenos».

Según consta en el proceso, que la administración de justicia chilena ordenó archivar, el asesinato fue cometido por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de la dictadura. En octubre de 2003, sin embargo, debió reabrirlo –como a regañadientes– debido a una nueva querella presentada por Carmen Soria contra Pinochet, de la que se hizo parte el Estado.

La hija de Carmelo Soria refregó la actitud de los senadores: «están tan preocupados de la justicia y la discriminación que sería feliz que de una vez por todas se metiera a la cárcel a los que asesinaron a mi padre y que se aboliera de una vez la Ley de Amnistía”. Dijo también que estimaba “grotesca (la conducta del senado), porque es grotesco que senadores de la derecha se opongan a una reparación del Estado, cuando ellos no tuvieron la más mínima voz cuando en este país se torturó, se detuvo y hasta el día de hoy siguen desaparecidos y, como en el caso de mi padre, siguen miles de ejecutados políticos sin justicia”.

Con energía señaló que “el millón y medio de dólares no me trae a mi padre de vuelta, y no me interesa. Yo hubiese sido mucho más feliz de tener a Lepe, Belmar, Iturriaga Newman en la cárcel”. Extraoficialmente personas cercanas a la familia destacaron que tal vez en horas se haría público el destino que se piensa para esos fondos.

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* Informe de Ernesto Carmona y equipo de Pîel de Leopardo.