Frei Betto: Claves para cambiar la Iglesia Católica

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Frei Betto, fraile dominico de la orden de predicadores. Varias veces premiado por sus libros -nos quedamos con su primer premio en 1985 de Juca Pato de la Unión Brasileña de Escritores, y hace poco, en 2013, con el premio internacional José Martí de la Unesco. Entre sus escritos se encuentran, “Bautismo de Sangre”, “Minas de Oro” y en colaboración con Leonardo Boff, “Mística y Espiritualidad”.  En la entrevista exclusiva dada a ALER Frei Betto habla de la iglesia, sus aportes y retrocesos. El teólogo de la liberación también hace hincapié de lo que significa ser dominico.

-¿Cómo se siente dentro de la Iglesia?
-La Iglesia, como dice San Agustín “es una santa prostituta”, o sea que tiene un lado muy malo y feo y un lado muy santo y evangélico. Yo me siento en la Iglesia como me siento en mi familia. En mi familia tengo gente que le siento simpatía, y otros a los que no les tengo simpatía. Con unos tengo más amistad, con otros menos. Así es la Iglesia; y tengo amor a esta Iglesia.

Y sé que una Iglesia es como un país. Si tú le quieres cambiar tienes que estar dentro, no puedes estar fuera. Y yo, desde mis principios, siempre he luchado para que esta Iglesia sea más coherente con el Evangelio de Jesús, que no sea machista, triunfalista, moralista. Que sea exactamente la Iglesia que quiere el Papa Francisco. Si la gente quiere saber qué pienso, cuál es mi modelo de Iglesia, hay que prestar atención a las palabras del Papa Francisco.

-¿Y las mujeres tienen cabida en esta iglesia?frei-betto
-Yo siempre he defendido que las mujeres tienen derecho a ser sacerdotes, obispos, cardenales y Papa. Yo no encuentro en los evangelios ninguna razón por la cual la iglesia siga discriminando a las mujeres. Primero porque el que lee el evangelio se encuentran los nombres de las mujeres que estaban integradas en el grupo de Jesús. Segundo, el primer testimonio de la resurrección es una mujer. Tercero las primeras apóstolas son mujeres: la samaritana fue anunciar que había encontrado al mesías, en pozo de Jacob; y Magdalena que fue a anunciar a los apóstoles, que estaban con miedo después de la muerte de Jesús, que Él  estaba vivo.

Entonces no encuentro un motivo, a no ser un machismo absolutamente injustificable. Las mujeres son criaturas de Dios tan completas como nosotros. Yo conozco la historia de la discriminación de las mujeres en la iglesia, y allí lamentablemente nuestro hermano Santo Tomás tiene una cuota responsabilidad, porque dentro de las concepciones biológicas y filosóficas que había, la mujer no era un ser humano tan completo como el hombre; más eso en este contexto ya no tiene cabida. La mitad de la humanidad es mujer y la otra mitad hijos de mujeres. ¿Por qué esa discriminación?
 
-Nombramos antes a Francisco, quien está haciendo todo lo posible para que tenga ese protagonismo, pero ¿no cree usted que su mensaje está llegando a la gente sencilla pero no a la que le tiene que llegar, como a la jerarquía por ejemplo?
-Claro, porque habla para una jerarquía muy conservadora nombrada por dos pontificados conservadores. Entonces, es normal que esa gente tenga un pensamiento más conservador, mucho más del derecho canónico que del Evangelio, de mantener la tradición que de hacer renovaciones.

El Papa tiene que seguir esa línea profética guste o no guste, y así como tenemos misa en lenguas vernáculas, el Papa Juan Pablo II cerró el limbo, ya no tenemos el moralismo que había antiguamente. El Papa Francisco tiene todo el respeto por los homosexuales…son cambios importantes y debemos avanzar en eso, sino no seremos testigos vivos de Jesús.
 
– También el Papa Francisco se ha abierto más a la teología de la liberación, aunque algunos decían que ya había muerto….La teología ¿no es liberadora y hay que ponerle el calificativo de liberadora?
– Un detalle que hay que subrayar para la gente: Francisco ha recibido en la casa Santa Marta a Gustavo Gutiérrez quien, junto con Leonardo Boff, es considerado padre de la teología de la liberación y me ha recibido el 9 de abril de 2014 en la audiencia pública en el sector de los invitados especiales y pude dialogar con él por algunos minutos.

Entonces, son gestos que expresan que él no tiene ningún prejuicio respecto a la teología de la liberación, porque si fuese así no se habrían producido esos encuentros. La teología de la liberación, que sigue viva ahora, ¿por qué necesita de ese adjetivo? Porque lo que predominaba en la Iglesia Universal era la teología liberal eurocentrada, que debe ser buena para Francia, para Portugal, España, Italia, pero no es buena para el continente latinoamericano en el que la mayoría de la gente vive en situación de opresión y ahí es importante el adjetivo “liberación”.

Porque el anhelo más profundo de toda la gente en nuestro continente es tener una vida feliz y digna y para eso hay que cambiar profundamente muchísimas estructuras.

-Pertenece a la familia dominica, una Orden que congrega monjas, hermanas, frailes, laicos y laicas y que estamos cumpliendo 800 años… ¿Por qué es usted dominico?
-Soy Dominico porque Dios me ha dado esta vocación. Yo era militante de la Acción Católica desde los 13 años y los dominicos eran los asesores de la Juventud Estudiantil Católica. Me encantó mucho el testimonio de ellos y me vino la inquietud vocacional, la duda. Pero yo también tenía ganas de ser periodista y lo soy hasta hoy. Ingresé a la universidad para hacer periodismo y al final del primer año, que coincidió con el primer año de la dictadura militar en Brasil (1964), luego de estar 15 días en la cárcel por primera vez, decidí ingresar en los dominicos, no para quedarme sino para quitarme la duda.

Quizá yo no quería llegar a los 40 años con la sensación de que Dios me indicó este camino pero yo no tuve coraje. Como era muy joven dije: “voy a entrar y sino sigo la vocación de periodista u otra cosa”. Desde entonces ya son más de 50 años y digo que estoy en la familia dominicana no por virtud sino por vicio. Yo le tengo mucho amor y me siento muy a gusto.

E- Oración, vida en común, estudio, predicación, son los pilares de la vida dominica. ¿Hoy siguen teniendo sentido esos pilares después de 800 años?
-Sí, para mí son pilares no solo de la vida dominica sino de la vida cristiana. Todos ellos sin excepción. Somos una familia que tiene 800 años, que por milagro nunca se dividió a pesar de que hay distintas posiciones. Tenemos la Inquisición y lo tenemos que decir claramente, porque no hay que pintarse la cara para hacer de cuenta que somos perfectos. No somos perfectos pero tenemos una trayectoria muy interesante sobre todo en América Latina.

El único de estos atributos dominicos que para mí no es fácil mantener es la vida comunitaria. Por un problema. Un dominico teólogo muy conocido dijo “tenemos demasiados santos y notables pecadores”. Tenemos una trayectoria muy evangélica a pesar de algunos de nuestros pesos graves como la Inquisición. El padre Congar decía “mi parroquia es el mundo”. Yo puedo decir lo mismo porque ahora estoy aquí en Quito, mañana voy a Brasil y después voy a otras partes. Entonces no es fácil que mantenga una vida comunitaria regular. Por suerte mis hermanos comprenden mi labor evangélica de predicador.iglesia de los pobres

– El lema de estos 800 años es “enviados a predicar el Evangelio”. ¿Se siente enviado por su comunidad, desde su familia dominica? ¿Cree que este es un lema bueno?
-Antes de ser dominico yo ya era un predicador porque nací para comunicarme. A mí siempre me gustó escribir, hablar; yo soy un comunicador. Tengo unos 60 libros publicados, escribo artículos, a veces dos por semana, tengo demasiado trabajo de comunicación. El principal talento que Dios me ha dado es saber comunicarme. Entonces sigo esto y le agradezco a Él que descubrí el contenido de los principios de esta comunicación en la predicación evangélica.

En adviento de 1511 fray Antonio de Montesinos en nombre de aquella primera comunidad dominica en estas tierras proclamó: “¿estos no son hombres? ¿Estos no tienen alma racional?”, junto a Pedro de Córdoba, Bartolomé de las Casas, y luego Francisco de Victoria, inspirados en Santo Tomás de Aquino. ¿Dónde cree que hacen falta estos “Montesinos»? Comunidades que digan aquello
-Yo diría que una familia como la dominica en América Latina que tiene gente como Antonio de Montesinos, Bartolomé de las Casas, es una familia que tiene una responsabilidad delante de las exigencias del proyecto de Dios en la historia. Y diría que donde hace falta esta presencia profética evangélica es dentro de la propia familia dominica. Yo tengo mucho temor de que los jóvenes dominicos no tengan ese fuego profético de estas personas que ustedes y yo hemos citado.

Tengo temor de que estas personas tengan en la cabeza “yo quiero ser sacerdote”, cuando lo primero que tenemos que ser es discípulos de Jesús; “yo quiero ser fraile” y lo primero que tenemos que ser es seguidores de Jesús; “yo quiero estar en un convento confortable” y no, lo primero que debemos es aceptar la cruz, los riesgos de la predicación, estar con la gente más pobre. Entonces yo digo que me preocupa un poco si la familia dominica no mantiene vivo este fuego profético evangélico de Montesinos y de De Las Casas.

*Publicado por Radio Seybo y UDECA
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