Fuego a la APEC
La libertad no es patrimonio del quehacer político. Para ser libres no necesitamos representantes, concejales, dictadores, caudillos, Estado ni gobierno. Mucho menos un Imperio o los Tratados truchos de Comercio explotador que firman a puerta cerrada. Sólo el rebaño necesita líderes. La libertad es un acto de liberación total, individual y colectivo.
La liberación total deja volar la mente para que la voluntad cree otro mundo, necesario, libertario y posible: el jardín planetario donde convivan libremente los seres humanos, animales, árboles, ríos y montañas. El yugo industrial e imperial es impuesto por los mandamases: aquella casta desquiciada que debe desaparecer, dueña del dinero, los medios, los ejércitos, los países y el tiempo de todos y todas.
Para destruir este mundo injusto y este sistema violento que no funciona, hay que romper los espejos del solipsismo y detenr el tictac bélico de la banca mundial que condena al trabajo asalariado, reduciendo el rol de cada persona a una simple unidad económica productiva o consumidora, a fin de continuar alimentando la megamáquina industrial. Esta reducción mercantiliza la vida, convirtiéndola en una cosa.
La globalización es la recta final de la carrera suicida y autodestructiva del mundo actual, falto de plenitud, libertad y ocio. Oponerse a ella es una necesidad de la conciencia y el espíritu libertarios, que no sólo aspiran a romper las cadenas impuestas por un modelo (neoliberalismo), un sistema (capitalismo) y una ideología (democracia liberal representativa y electoral); sino que también deben detener a toda costa la neocolonización de los pueblos originarios (genocidio), la devastación ecológica (ecocidio) y la domesticación desarrollista e industrial de la gente mediante las nociones abstractas de modernidad y progreso.
La globalización conlleva la esclavitud laboral y la estandarización de la vida. Sólo la anarquía -y no el anarquismo- nos permite actuar en forma autónoma y pensar de manera libre.
Romper el cerco represivo de la cumbre estandarizadora y esclavista de la APEC será un acto de rebeldía y catarsis liberadora. Compartir y conversar sobre estos temas, es otro acto necesario de ternura y libertad. Imaginar y crear comunidades autónomas es el acto definitivo de la liberación total.
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* Escritor y académico.