Fuegos de artificio: Lacalle anuncia aumento desde julio y a cuenta del próximo ajuste anual
Tras reunirse con sus socios de la coalición multicolor de derecha, el presidente Luis Lacalle anunció medidas paliativas contra la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos y dispuso un aumento adicional a sueldos de funcionarios públicos y jubilaciones –que se aplicarán dentro de 73 días-, tras sugerir a los empresarios adelantar correctivos por inflación.
Los aumentos serán de 3% para las jubilaciones y pensiones, y de 2% para el salario de los empleados públicos, que empezarán a regir el 1º de julio. Estos puntos incrementales son a cuenta del próximo ajuste anual, es decir, se adelanta la fecha de pago unos meses. La decisión, que fue tomada luego que sectores del oficialismo y la oposición reclamaron que se actuara sobre el alza de precios, no satisfizo a ningún sector. Joselo López, vicepresidente de la central unitaria de trabajadores PIT-CNT, dijo que las medidas no cubren la inflación ni la pérdida salarial.
En definitiva, el motivo más verosímil de los anuncios realizados ayer es político. Este mes el aceleramiento de la inflación trajo consigo descontento popular y rápidos movimientos dentro del oficialismo, con numerosas propuestas que habrían sido rechazadas por demagógicas e irresponsables si las hubiera planteado el Frente Amplio. Ante esto, Lacalle Pou apeló también a “medidas paliativas”, que inevitablemente serán, como las otras, de corto vuelo.
El motivo más verosímil de los anuncios realizados es político. El aceleramiento de la inflación en marzo trajo consigo descontento popular y rápidos movimientos dentro del oficialismo, con numerosas propuestas que habrían sido rechazadas por demagógicas e irresponsables si las hubiera planteado el Frente Amplio. Ante esto, Lacalle apeló a “medidas paliativas”, que inevitablemente serán, como las otras, de corto vuelo.
La medida contrarió los criterios liberales del equipo económico y de buena parte de los formadores de opinión que apoyan al oficialismo; por otro, no dejó satisfechos a quienes venían reclamando medidas para paliar la carestía desde la oposición política y social.
El presidente de la Cámara de Industrias, Alfredo Antía, dijo que le “sorprendió” la noticia: “Mientras nos piden que cuidemos precios, en paralelo, nos piden que corrijamos salarios por inflación”. Los economistas se mostraron críticos con la definición del gobierno porque se deja al Banco Central “más solo” para combatir la inflación y alertan por efectos colaterales como una baja adicional del dólar.
El expresidente Julio María Sanguinetti, miembro de la coalición derechista de gobierno, subrayó en una rueda de prensa que “el sector privado va a tener la misma sensibilidad que tiene el gobierno”. Además, subrayó que estas medidas costarán 170 millones de dólares en el segundo semestre, “en una economía que tiene déficit”.
Para el diario conservador El Observador, el gobierno priorizó el aumento de salarios sobre la contención de precios reclamadas por socios. Señaló que “preocupación” e “inconsistencia” fue la reacción de los analistas tras anuncio de Lacalle.
Es probable que el paso de los días cause una mezcla de decepción e indignación entre personas que ayer entendieron mal y quedaron convencidas de que los aumentos anunciados de salarios públicos y pasividades aliviarían de inmediato sus dificultades actuales (se producirán el 1º de julio, dentro de 73 días), o de que serán incrementos adicionales a los que estaban previstos anteriormente (no es así, sino que se realizarán a cuenta de los próximos ajustes), señaló ladiaria.
Los sectores con visión liberal de la economía señalan que los anuncios presidenciales implican una transferencia imprevista desde el sector privado al gasto público (Lacalle Pou alegó que era posible por el aumento de la recaudación), estimada en 170 millones de dólares por el expresidente Julio María Sanguinetti, con la finalidad de adelantar la indexación de salarios y jubilaciones, que según ellos es nefasta en general e inflacionaria en particular.
Desde la oposición sindical y política, se deja constancia de que habrá que llegar con dificultades a tres fines de mes antes de cobrar estos aumentos, sin que se pueda asegurar cuánto subirán los precios en los próximos 73 días. Todos temen un alivio tardío. Además, señalan, la prometida recuperación del poder de compra este año será, en el mejor de los casos, mínima.
Las probables decepciones e indignaciones se explican solas. Teniendo en cuenta el cuidado con que se preparan los anuncios presidenciales, es muy difícil creer que se haya omitido sin intención toda referencia a que serán adelantos a cuenta.
Habrá otras repercusiones en el sector privado. El Ejecutivo dice que va a reabrir las negociaciones en Consejos de Salarios y que les “sugerirá” a los patrones que también adelanten aumentos. La respuesta de las cámaras empresariales será, muy probablemente, que para incrementar salarios tendrán que subir también precios, y que si el Ejecutivo no quiere que lo hagan debe otorgarles alivios tributarios o alguna otra compensación (lo cual nos llevaría a un mayor aumento del gasto público, que los empresarios critican salvo que sea en su beneficio).
Lacalle
“Hace algún tiempo se empezaron a recuperar los puestos de trabajo, y se ha dado un crecimiento económico reflejado básicamente en las exportaciones, producción industrial y algunas otras actividades”. Destacó que esto trajo aparejado “un aumento en la recaudación” y que a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania “se ha sufrido una presión inflacionaria en todo el mundo”, señaló el presidente.
Además, Lacalle indicó que, en el marco de lo que catalogó como “sugerencias”, el Ministerio de Trabajo va a llamar al Consejo Superior Tripartito, integrado por autoridades, empresarios y sindicatos, para que se convoquen más de “80 mesas” de negociación, que involucran “en el entorno de 300.000 trabajadores”, a los efectos de “que estos puedan evaluar adelantar el ajuste por inflación” en el sector privado.
El anuncio no contempló las medidas sugeridas por el sector colorado Ciudadanos o el del ultraderechista Cabildo Abierto para controlar la suba de los precios de la canasta básica,y ayudar a la recuperación del salario real.
Las remuneraciones perdieron frente a la inflación en 2020 y 2021 y se prevé que la inflación cerrará el año en torno a 8%, con mayores cifras en el primer semestre, cuando se mantendrá por arriba de 9%. O sea, un aumento que cuando se otorgue ya habrá desaparecido. Son los fuegos artificiales de Lacalle.
*Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)