Una película, una realidad, O varias. En todo caso denuncia. O constatación. Patricio Guzmán, el documentalista, dijo alguna vez que el cine documental es algo así como el álbum de fotografías de una familia. Un modo de conocerse en el tiempo.
Se filmó en 2005. Son apenas 55 minutos para mostrar un costo. El ambiental y humano de una aventura aurífera. El daño al ambiente y el drama humano corresponden a las consecuencias sobre la comunidad sipakapa, en Guatemala, a partir de emprendimientos mineros en su territorio.
El pueblo dijo «no». Como es lógico no se se les escucha.
Nora Murillo y Álvaro Revenga fundaron la productora Caracol para documentar y dar voz e imagen a la defensa de los derechos humanos que se avasallan de las muchas comunidades que no tienen cómo hacerse oír, ni menos hacerse ver. Sipakapa no se vende es una muestra de tal compromiso.
El realizador, que creció y se formó en España, vive en Guatemala, en Cobán para ser más precisos, desde 1996. «Nuestro trabajo consiste en comunicar. En comunicar para rescatar la sabiduría popular ancestral, pero situando ese saber en el contexto de la realidad contemporánea, insertándolo en aquella global en la que vivimos».
Es muy poco probable que podamos ver el filme. Salvo que Arcoiris TV lo incorpore a su acervo.
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* Informe: Benedetta Scardovi
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