Una camioneta cruzó la valla del Centro Médico Militar, en ella mujeres y hombres, sobrevivientes del genocidio, familiares de detenidos desaparecidos e integrantes de organizaciones de derechos humanos, unidos con el propósito de la búsqueda de la justicia por el genocidio cometido en el país, entraban a lo que se ha convertido en la guarida de los militares responsables de las mayores atrocidades que el mundo y Latinoamérica haya conocido. ⎮EDDA GAVIOLA ARTIGAS.
Al poco tiempo dos pick up de chafas [militares] rodeaban nuestro viejo bus, querían que saliéramos, gritaban desde dentro “quién putas los dejó pasar”. A esas alturas, la jueza Carol Patricia Flores; Manuel Vicente, fiscal del Ministerio Público y abogados y representantes de los querellante adhesivo se constituían en dicho centro para efectuar la Audiencia de Apertura a Juicio en contra del General Héctor Mario López Fuentes, Jefe del Estado Mayor del Ejército en 1982, quien elaboró los planes de campaña que identificaron como enemigo interno a los diversos grupos étnicos del pueblo maya y arrasó con jóvenes que soñaban con una tierra más justa para todos y todas.
La Audiencia no pudo realizarse, el viejo general estaba sedado… Paralelamente y en silencio se construía a la entrada de ese recinto, con pino y flores un letrero que “sólo” decía Justicia, flanqueado por veladoras.
Dos oficiales salieron de manera prepotente a pedir que se retirara y a buscar al responsable de tan grande ofensa. Juntamos nuestras manos y rodeamos nuestro letrero de flores y velas, en silencio, intentando transformar su mala energía en un gigantesco círculo a favor de la justicia. Tuvieron que retirarse, pero dejaron gente para fotografiarnos y filmarnos desde todos los ángulos, parapetados cobardemente y con toda la impunidad que acostumbran.
Al finalizar, en su demostración de odio que los ha acompañado toda la vida, patearon velas y flores, como lo hicieron décadas atrás con comunidades completas, con su cosmovisión, en lo que fue su tierra arrasada y en su guerra. Sólo que esta vez, hay un círculo de energía que va más allá de quienes estuvimos allí, que junta el pasado y el presente y el deseo que nunca más vuelvan a ocurrir estos hechos en Guatemala.
Los militares de ayer y de hoy, han escrito una enciclopedia sobre cómo lograr impunidad… Nosotras y nosotros vamos escribiendo las páginas más bellas de cómo se construye Memoria, Verdad y Justicia, entrelazando generaciones, identidades y conjurando nuestros propios miedos.
Guatemala, 14 de octubre de 2011.
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