El Imperio del Caos está en guerra, híbrida y de otro tipo, no solo contra los BRICS, sino contra la integración de Eurasia.
Solo hizo falta una foto para inmortalizar la humillación total de las élites políticas de la eurobasura en el año 2025: la Coalición de los Idiotas, en el Despacho Oval, alineados como un grupo de escolares asustados, severamente reprimidos por la Voz de Su Amo, el Director de la Escuela y Maestro de Circo.
Esto también se describió muy bien como “Trump partiendo Europa sobre su rodilla”. Por supuesto, el presidente Putin ya lo había predicho más de seis meses antes de que ocurriera: Te aseguro que Trump, con su carácter y su persistencia restablecerá el orden con bastante rapidez. Y todos ellos, ya lo verás, pronto se pondrán a los pies del amo y moverán suavemente la cola.
La humillación de la Casa Blanca selló el acuerdo y reafirmó una obsesión: para los ‘líderes’ de la UErotrash, a todos los niveles en lo que se refiere a las relaciones con Rusia, la paz es la guerra. Blandiendo su lógica retorcida, no pueden entender que si se instrumentaliza a Ucrania —en realidad, desde antes de Maidan en 2014— para acosar y desestabilizar a Rusia en sus fronteras occidentales, Rusia contraatacará con fuerza.
Eso es lo que subyace al concepto ruso de “causas subyacentes” de la tragedia de Ucrania, que deben abordarse a fondo si se quiere tener alguna posibilidad real de alcanzar la ‘paz’ trumpiana o no trumpiana.
En el panorama general, eso se traduce en que el Imperio del Caos y Rusia se sienten a negociar un nuevo acuerdo de “indivisibilidad de la seguridad”, tal y como propuso Moscú en diciembre de 2021: entonces, la respuesta fue la indiferencia. El nuevo delirio de EUrotrash Inc. es atribuirse el diseño de las futuras fronteras entre una Europa rearmada y una Rusia que inevitablemente le infligirá una derrota estratégica masiva.
Es muy difícil imaginar que Trump sea capaz, por sí solo, de imponer una nueva realidad estratégica a la belicista y arruinada Coalición de los Idiotas. Pase lo que pase con lo que queda de Ucrania, Trump, basándose en sus propias vociferaciones y giros, quiere que Europa ‘contenga’ a Rusia a partir de ahora, utilizando un arsenal de ridículas y caras armas estadounidenses.
Así que lo que cambia es el carácter de este capítulo concreto de las guerras eternas: será librado por la Coalición de los Idiotas, y no por los estadounidenses.
A corto plazo, eso también revela la única estrategia disponible para el combo UE-basura/Kiev: sobrevivir a Trump hasta las elecciones de mitad de mandato de 2026, destruir lo que quede de su presidencia y asegurarse el regreso de la mega pandilla rusófoba en 2028.
¿Qué mano muerta prevalecerá?
Una mano de la vieja escuela del Estado profundo, que tenía acceso privilegiado a todos los mandamás de la era de la guerra fría, resume los escollos que le esperan a Rusia: Rusia está tardando demasiado en neutralizar a Ucrania, lo que da tiempo a la OTAN para reavivar las distracciones, si bien la ofensiva a paso de tortuga en Ucrania salva vidas, la OTAN busca debilitar la posición estratégica de Rusia en los Balcanes y en otros lugares, lo que puede costar muchas más vidas en el futuro.
Si se aplasta a los eslavos de los Balcanes, se puede debilitar estratégicamente la posición general de Rusia, y eso es mucho más costoso que una gran ofensiva relámpago al estilo de Stalin en la Ucrania rusa. Rusia debe terminar esta guerra ahora y centrarse en sus problemas del sur, en los Balcanes, y en las intrigas de Bakú.
Trump, por supuesto, ignora estas sutilezas del panorama general. En el mejor de los casos, admite a Fox News que “Ucrania no recuperará Crimea” y que “Ucrania no se unirá a la OTAN”. Pero no parece importarle que “Francia, Alemania y el Reino Unido quieran desplegar tropas en Ucrania” como parte del nuevo kabuki: “garantías de seguridad”. Esa es una línea roja intergaláctica para Moscú.
Paralelamente, es una ilusión creer que Putin está ahora finalmente dispuesto a negociar la ‘paz’. No se trata de la paz, sino de presentar hechos incontrovertibles en el campo de batalla, porque Moscú sabe que esta guerra solo se ganará en el campo de batalla.
Las fuerzas rusas han alcanzado la última línea defensiva de Ucrania en Donbás: Slavyansk-Kramatorsk. Y están rodeando rápidamente bastiones clave cerca de Pokrovsk y Konstantinovka. Hablamos de un punto de inflexión estratégico y psicológico. A partir de ahí, el cielo de la estepa es el límite. A esto se suma el ataque informático combinado contra el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que reveló que las pérdidas de Kiev, en términos de muertos y desaparecidos, ascienden a la asombrosa cifra de 1,7 millones.
Todo lo anterior significa que nos acercamos rápidamente al momento decisivo en el que el vencedor dictará las condiciones de capitulación del enemigo. No es necesario marchar hacia Bankova, en Kiev, y plantar la bandera rusa.
Entregarse a un acuerdo de ‘paz’ de pacotilla impulsado por Trump conlleva una serie de graves derrotas estratégicas para Rusia. Por ejemplo: dejar Odessa y Járkov en manos del MI6 y las maquinaciones británicas. Al mismo tiempo, Moscú necesita empezar a prestar mucha más atención a su punto vulnerable en el frente del Cáucaso Sur, donde la armoniosa ofensiva turca busca establecer un cinturón/corredor pan-turánico.
El Imperio del Caos está en guerra, híbrida y de otro tipo, no solo contra los BRICS, sino contra la integración de Eurasia. Algunas de sus implicaciones se debatirán sin duda en la próxima cumbre de la OCS en Tianjin, los días 31 de agosto y 1° de septiembre. Putin, Xi, Modi y Pezeshkian estarán todos en la mesa.
Y eso debería impresionar a todos los actores sobre la necesidad imperiosa de que el BRICS y la OCS, más pronto que tarde, representen a Eurasia, coordinen cada vez más sus acciones y aceleren no solo su cooperación económica, sino también geopolítica. Solo hay un camino a seguir: negociar como grupo con el Imperio del Caos, cada vez más fuera de control. Putin y Xi ya lo saben. Lula y Modi están empezando a entenderlo.
Mientras tanto, es irresistible la tentación de presentar a Putin como alguien que concede a Trump una salida magnánima: salir de la derrota estratégica imperial en Ucrania sin perder la cara.
El problema es que el enorme frente “La paz es la guerra” nunca lo aceptará. Y eso va mucho más allá de EUrotrash Inc., incluyendo a la vieja élite atlantista, a los principales actores de las finanzas internacionales y a los neoconservadores, que son como muertos vivientes, pero no están realmente muertos.
Rusia, China, los BRICS y la OCS deben estar en alerta roja las 24 horas del día, los 7 días de la semana. El frente “La paz es la guerra” ya está en proceso de convertirse en el frente NBT: amenazas Nucleares, armas Biológicas y ataques Terroristas. Rusia puede que tenga la ‘Mano Muerta’ (Dead Hand), que exterminaría a cualquier atacante. El frente NBT, en el mejor de los casos, tiene la escuálida mano muerta de un muerto viviente.
* Columnista brasileño de The Cradle, redactor jefe de Asia Times y analista geopolítico independiente centrado en Eurasia. Desde mediados de la década de 1980 ha vivido y trabajado como corresponsal extranjero en Londres, París, Milán, Los Ángeles, Singapur y Bangkok.
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