Hablando de represas… El huracán Saca golpea El Salvador

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Laura Henríquez*

Se las promociona y publicita como panacea en el combate –que se pierde– contra la escasez de energía. Y vamos ahogando praderas, valles, bosques, poblados; se tuerce el curso de los ríos, liquida flora y fauna y los paisajes se convierten en ilusión de la memoria. Es el progreso general, nos dicen. Y nos dicen que es absolutamente necesario progesar. Progreso significa, todavía, ir hacia adelante; es avance, adelanto, perfeccionamiento. Pronto será sacrificar en el ara de las altas torres que se llevan la energía hacia otra parte.
Una salvadoreña nos habla de un huracán que construye represas…

Con sentido inhumano el señor presidente Saca nos amenaza con dos tremendas represas más, anunciando que darán trabajo a mas de mil personas, pero como de que no, si cuando vienen las descargas con pocos días de lluvia, se necesitan mas de mil personas para rescatar y  llevar ayuda a los miles de  afectados, donde hasta los políticos hacen su campaña.

Pero lo mas tremendo es que sin necesidad de un huracán Gustav, el huracán Saca abre las compuertas de las represas  para celebrar el Día del niño a millares de niños que ven anegados sus hogares, y como ya es tradición que sus padres pierdan el fruto del esfuerzo de todo el año, tienen que ser desplazados, esperando que algún día, les llegue lo prometido por el presidente de turno, que llegó a ofrecerles mejores condiciones cuando puso la primera piedra de esa represa que ahora les inunda la vida, porque al igual que a los pobladores de los alrededores de la del Chaparral, a estos desplazados les ofrecieron puentes, energía barata, clínicas médicas y odontológicas, empleos y muchas más promesas que las inundaciones que sufren cada año se han encargado de borrar.

Según el Foro Mesoamericano contra las Represas, la proliferación de estos proyectos hidroeléctricos, no  obedece a las necesidades energéticas de nuestros países, sino que es una respuesta de los gobiernos comprometidos con el modelo económico neoliberal, vendiendo nuestros recursos naturales, creando  infraestructuras para el desarrollo de los diferentes tratados, como el Plan Puebla Panamá, (PPP), el Área de Libre Comercio de Las Américas, (ALCA), entre otros.

Estos megaproyectos están vinculados al gran capital transnacional y nacional, contando con el apoyo de las instituciones financieras multinacionales, incumpliendo totalmente la Legislación Ambiental, los Derechos Humanos y el Derecho de Autodeterminación de los Pueblos.

El Plan Puebla Panamá, es un conjunto de iniciativas, cuyo énfasis está en la creación de infraestructura vial, eléctrica, turística y  de comunicación, creando las condiciones adecuadas para el robo de nuestra biodiversidad, es decir que nuestra flora y fauna la pueden explotar y controlar las grandes corporaciones, además de aprovecharse  del recurso agua y de la mano de obra barata.

Para el desarrollo de este PPP, América Central será recorrida por el Sistema de Interconexión Eléctrica para los Países de América Central, por medio de una línea de transmisión de 1.830 kilómetros, desde Panamá hasta Guatemala con un costo de alrededor de US$ 337 millones, para  luego continuar con la Interconexión Guatemala-México, junto con otras redes, interconectadas con la red estadounidense.

Es decir, que se le está dando forma a un gigantesco mercado eléctrico en la región, que abastecerá con energía el corredor económico del PPP y además le estaríamos garantizando el abastecimiento eléctrico de los Estados Unidos. Estos proyectos son reconfirmados nuevamente por el BID en su informe de avances del Plan Puebla Panamá, donde estima el atractivo que representa para la inversión  privada, las centrales generadoras de energía  orientadas al mercado regional.

Como vemos las grandes, medianas y pequeñas represas, se convirtieron en atractivo económico, y en el sostén de la nación mas consumista y derrochadora del mundo, a costa  del sufrimiento de millones de niños que como los del bajo Lempa no solamente tienen que sufrir las inundaciones y sus consecuencias de hambre y enfermedades, si no también, igual que todos los salvadoreños: quedamos endeudados, engañados, perdiendo nuestra soberanía y degradándonos ambientalmente.

No nos oponemos al desarrollo con equidad, pero si al desarrollo voraz y cruel que tiene colapsado al gigante americano y a sus seguidores; incluyéndonos.

En una próxima entrega estaremos analizando el desastre Medio Ambiental que estas represas ocasionan, contribuyendo además a los gases de efecto  invernadero y cambio climático. 

* En www.diariocolatino.com –periódico salvadoreño–, edición del nueve de octubre.

 

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