Haití: …Y pensábamos que la situación no podía empeorar

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Beverly Bell
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Puede que eso cambie para peor bajo Michel Martelly, el próximo presidente. Para comenzar, quiere volver a establecer el ejército que el ex presidente Jean-Bertrand Aristide desmanteló en 1995. Como Haití ya tiene una fuerza policial para mantener el orden público y no se espera que el país vaya a la guerra, Martelly solo puede tener un objetivo al restablecer las fuerzas armadas: recuperar el instrumento utilizado por antiguos presidentes para fortalecer su poder mediante la violenta represión del disenso y de los posibles competidores.

Ya hay fuerzas que se preparan para la violencia que probablemente se ejercerá a través del ejército y las pandillas. La periodista Isabeau Doucet publicó este relato de primera mano [6] el pasado mes: “Durante más de un año, en una ladera al sur de Puerto Príncipe, unos 100 ex soldados y jóvenes reclutas se entrenan tres veces por semana. Afirman que tienen una red de campos en todo el país en los que los haitianos se reúnen y entrenan, aprenden protocolos militares y artes marciales y reciben entrenamiento básico… La bandera negra y roja del partido de Jean-Claude Duvalier cuelga en su vestuario de lona impermeable… Alguien paga por esto, aunque ellos afirman que todo es voluntario y el actual gobierno hace la vista gorda, si no da apoyo tácito.”

Una pregunta es cómo se podrían aliar las fuerzas de la violencia con diversos patrocinadores –una cierta combinación de Martelly y de los que rodean al retornado ex dictador Jean-Claude Duvalier [7]. Otra es hasta qué punto podrían tiranizar a un movimiento ciudadano que demanda soluciones a la falta de vivienda generalizada, el desempleo y la extrema pobreza. Dos grupos basados en EE.UU., que apoyan la organización comunitaria en Haití ya preparan reacciones de emergencia en caso de que estalle una violencia política de importancia.

Más allá de los planes de Martelly respecto a un ejército, sus asociaciones del pasado suscitan preocupaciones sobre el tipo de políticas que puede llevar a cabo su gobierno. Martelly [8] hizo público su apoyo [9] a los regímenes amigos de los escuadrones de la muerte que existieron después de golpes de Estado contra Aristide (1991 y 2004). Más recientemente, Martelly ha hecho declaraciones públicas [10] como: “Yo mataría a Aristide… meterle una polla en su culo”.

Martelly ganó en una segunda vuelta electoral [11] en la que menos de una cuarta parte de los votantes registrados se tomó la molestia de participar, lo que significa que fue apoyado por un 16,7% de los votantes registrados. Si esto suena terriblemente poco para un mandato, es alto comparado con el 4,6% que se cree que apoyó a Martelly en la primera vuelta. Nadie sabe exactamente la cifra, porque la elección fue tan fraudulenta que incluso el Consejo Electoral Provisional del gobierno se negó a ratificarla [12] por un voto de mayoría. Aunque legalmente esto debería haber anulado la primera vuelta, la Organización de Estados Americanos (OEA) y el gobierno de EE.UU. presionaron intensivamente [13] al gobierno haitiano para que aprobara las elecciones y enviara a Martelly a la segunda vuelta. La secretaria de Estado Hillary Clinton incluso viajó a Haití para asegurar esos resultados.

http://www.truthout.org/?q=haitis-displaced-caught-between-greedy-landlords-and-absentee-government/1303839310

*Ha trabajado con movimientos sociales haitianos durante más de 30 años. Autora del libro Walking on Fire: Haitian Women’s Stories of Survival and Resistance. Coordina Other Worlds, www.otherworldsarepossible.org , que promueve alternativas sociales y económicas.
Fuente: http://www.truthout.org/haiti-just-when-you-think-it-cant-get-worse/1304829823

 

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