HOLOCAUSTO DE LOS NIÑOS SEFARADÍES EN ISRAEL
En 1951 el director general del ministerio de Salud israelita, Dr. Chaim Sheba voló a EEUU y volvió con siete aparatos de rayos X, proporcionados por el ejército estadounidense. Fueron usados en un experimento masivo que tuvo decobayos a una generación completa de niños y jóvenes sefarditas.
Cada niño recibió una dosis 35,000 veces mayor de rayos X a través de su cabeza. Por hacer esto, el gobiernode EEUU de la época pagó al gobierno israelita, 300 millones de liras israelitas por año. El presupuesto total de Salud era de 60 millones de liras. El dinero pagado por los norteamericanos es equivalente a miles de millones de dólares hoy en día.
Para engañar a los padres de las víctimas, los niños fueron llevados a «viajes escolares» y a sus padres se les dijo después que las irradiaciones eran un tratamiento para la peste del «ringworm» del cuero cabelludo. Seis mil de los niños murieron poco después de recibir sus dosis, muchos de los restantes desarrollaron cáncer que los fue matando con el tiempo, otros todavía hoy continúan enfermos –y mueren–.
Mientras vivieron, las víctimas padecieron de desórdenes como epilepsia, amnesia, enfermedad de Alzheimer, dolores de cabeza crónicos y psicosis.
Testimonios
El programa comenzó con la presentación de un documental llamad, 100,000 Radiaciones, y concluyó con un panel de discusión moderado por Dan Margalit, sorprendente por estar cerca de la línea del stablishment.
Sí, ése es el asunto del documental en fríos términos. Es otra cosa ver a las víctimas en la pantalla. Por ejemplo ver a una señora judía-marroquí describir lo que se siente al recibir dosis 35.000 veces mayores que las aceptables en su cabeza:
«¡Grité!. ¡Haga que el dolor de mi cabeza se vaya!…. ¡Haga que el dolor de mi cabeza se vaya!… ¡Haga que el dolor de mi cabeza se vaya! Pero nunca se marchó».
Mirar el caminar agachado por las calles de un hombre barbado: «Tengo cincuenta años y todos piensan que estoy en los setenta. Tengo que inclinarme cuando camino para no caer. Ellos se llevaron mi juventud con esas irradiaciones».
Mirar a la hoy anciana que administró las dosis a miles de niños:
«Los trajeron en filas. Primero sus cabezas fueron afeitadas y untadas con un gel que ardía. Luego se les puso una pelota entre sus piernas y se les pedía a los niños que no la dejaran caer, para que no se movieran. Los niños no fueron protegidos en el resto de sus cuerpos. No habían trajes protectores de plomo para ellos. Me dijeron que yo estaba haciendo un bien ayudando a quitar el ringworm de sus cabezas. ¡Si hubiese sabido los peligros que los niños estaban enfrentando, yo nunca habría cooperado. Nunca!»
Dado que la totalidad del cuerpo se expuso a los rayos, la composición genética de los niños fue a menudo alterada, afectando así, a sus hijos. Vimos en pantalla a la mujer con su cara torcida explicando: «Mis tres niños tienen los mismos cánceres que han afectado a toda mi familia. ¿Va a decirme Usted que eso es sólo una coincidencia?»
Todos se dan cuenta que las mujeres sefarditas que han pasado los cincuenta años, a menudo tienen el pelo con crecimiento irregular que ellas intentan cubrir con teñidos. La mayoría de nosotros suponía que era una característica propia de las sefarditas. Vimos en pantalla a la mujer que lleva un sombrero tipo beisbolista. Ella muestra una foto de una joven adolescente encantadora con un pelo negro, fluido, opuesto al actual:
«Ésa era yo antes de mi tratamiento. Ahora míreme.» Se quita su sombrero. Ni siquiera la tintura roja puede cubrir las horribles cicatrices y manchas de calvicie.
La mayoría de las víctimas eran marroquíes porque ellos eran los inmigrantes más numerosos de los sefarditas. La generación envenenada se convirtió en los perpetuos pobres del país y en la clase delictiva. No tenía sentido. Los marroquíes que huyeron a Francia se hicieron prósperos y muy educados. La explicación común era que Francia recibió a los ricos, por lo tanto los más inteligentes. La explicación real es que a los niños judíos marroquí-francés no les frieron las células de sus cerebro con rayos gamma.
Sólo niños morenos
El reportaje fílmico deja perfectamente claro que esta operación no fue un accidente. El peligro de los rayos X era conocido desde hacía más de cuarenta años. Nosotros leímos las pautas oficiales para el tratamiento con rayos X en 1952. La dosis máxima para irradiar a un niño en Israel era 0.5 rad.
No se cometió un error. Los niños fueron envenenados deliberadamente.
David Deri hace notar que sólo niños sefarditas recibieron las radiaciones.
«Yo estaba en clases y los hombres vinieron para llevarnos a un paseo. Preguntaron nuestros nombres. Los niños ashkenazis fueron devueltos a sus asientos. Sólo los niños morenos fueron subidos al autobús».
El documental presenta a un historiador que primero da una breve charla del movimiento eugenésico. Mordaz declara que la operación ringworm fue un programa de eugenesia apuntado a desyerbar las percibidas como semillas débiles de la sociedad. El documental cita a dos conocidos líderes judíos racistas anti sefarditas, Nahum Goldmann y Levi Eshkol.
Un poco de historia
Goldmann pasó los años del Holocausto primero en Suiza, dónde –sabemos con certeza– prestó poca ayuda a los refugiados judíos; luego voló a Nueva York para ponerse a la cabeza del Congreso Judío Mundial encabezado por Samuel Bronfman. Según el escritor canadiense Mordecai Richler, Bronfman había acordado un trato con el Primer ministro Mackenzie King para prevenir la inmigración de judíos europeos a Canadá.
El papel de Levi Eshkol en el Holocausto fue mucho más siniestro que el sólo no salvar vidas. Él estaba ocupado aprovechándose de ellos en lugar de salvarlos . De una biografía de Levi Eshkol del sitio web gubernamental israelita:
«En 1937 Levi Eshkol jugó un papel central en el establecimiento de la Compañía de Agua Komorot y en este rol fue instrumental para convencer al gobierno alemán que permitiera que judíos emigraran a Palestina llevando consigo parte de sus patrimonio y recursos –principalmente en la forma de equipos de trabajo Made in Germany–.
Mientras la judería mundial boicoteaba al régimen nazi en los años treintas, la Agencia judía en Jerusalén apoyaba a Hitler. Un trato, llamado Acuerdo de Transferencia fue cerrado, en él los nazis cazarían a los judíos de Alemania para enviarlos a Palestina y los Labor-sionistas obligarían a los inmigrantes a usar sus recursos para comprar sólo bienes alemanes.
Una vez que la Agencia Judía consiguió a los judíos alemanes que necesitaba, es decir a aquellos que ellos mismos secretamente adoctrinaron en el anti-judaísmo de Shabtai Tzvi y Jacob Frank, dejaron a los nazis hacerse cargo del resto de los judíos europeos. El Holocausto fue un programa eugenésico y Levi Eshkol jugó un importante rol allí.
Los otros judíos
La señora marroquí vuelve a aparecer en pantalla. «Fue un Holocausto, un Holocausto de sefarditas. Y lo que yo quiero saber es por qué nadie se puso de pie para detenerlo».
David Deri, en el documental y ahora como un miembro del panel, relata la frustración que él sintió al intentar encontrar los archivos médicos de su niñez.
«Todo lo que yo quería saber era que fue lo que ellos me hicieron. Quise saber quién lo autorizó. Quise rastrear la cadena de ordenes. Pero en el ministerio de Salud se me dijo que mis archivos estaban extraviados».
Boaz Lev, el representante del Ministerio de Salud dice, «Casi todos los archivos se quemaron en un incendio».
Así que permítanos ayudar al señor Deri a rastrear la cadena de órdenes. Yo debo introducirme en la revisión. Hace aproximadamente seis años, investigué el secuestro de unos 4.500 niños, principalmente infantes y niños judíos yemenitas, durante los primeros años del estado. Me reuní con el líder del movimiento de los niños yemenitas, el Rabino Uzi Meshulum, encarcelado por intentar conseguir llegar a la verdad. Fue devuelto a casa después, en estado vegetativo de cual no se ha recobrado.
Él me dijo que los niños secuestrados fueron enviados a Norteamérica para morir cruelmente en experimentos nucleares. El gobierno estadounidense había prohibido test en humanos y necesitaban conejillos de Indias. El gobierno israelita estuvo de acuerdo en proporcionar a los humanos a cambio de dinero y secretos nucleares. El iniciador del programa nuclear de Israel fue el ministro de la Defensa Shimon Pérez.
El rabino David Sevilia de Jerusalén, corroboró el crimen y después incluso pude ver fotografías de las cicatrices por la radiación en los pocos niños sobrevivientes y las jaulas en que los infantes fueron enviados a Norteamérica.
Hace ya más de cinco años que publiqué mi creencia en internet de que los fundadores del laborismo-sionista de Israel habían dirigido experimentos atómicos con niños yemenitas y sobre otros niños sefarditas, matando a miles de ellos. Hace casi tres años, publiqué la misma aserción en mi último libro, ¡Salvar a Israel!. Sufrí mucho desdén por hacer aquello. Sin embargo, fue correcto.
Volvemos al documental. Se nos dicen que una ley estadounidense de fines de los años 40 puso fin a los experimentos de radiación humana llevados a cabo en presos que cumplían condena, débiles mentales y otros. El programa atómico norteamericano necesitaba una nueva fuente de ratas humanas de laboratorio y el gobierno israelita lo proporcionó.
Este era el gabinete gubernamental en el momento de las atrocidades del ringworm:
Primer ministro – David Ben Gurión
Ministro de Finanzas – Eliezer Kaplan
Ministro de Asentamientos – Levi Eshkol
Ministro del Exterior – Moshe Sharrett
Ministro de Salud – Yosef Burg
Ministro del Trabajo – Golda Meir
Ministro del Interior – Amos Ben Gurion
El puesto más importante que no estaba en el gabinete perteneció al director general del Ministerio de la Defensa, Shimon Peres.
Que un programa que involucra el equivalente amiles de millones de dólares de los fondos del gobierno de EEUU fuera desconocido para el primer ministro de un Israel con dificultades financieras es ridículo. Ben Gurion estaba involucrado en los horrores e indudablemente escogió a su hijo para estar a cargo de la policía –ministro de Policía– en caso de que cualquiera interfiriera con ellos.
Ahora, déjenos dar una mirada rápida a los otros conspiradores, empezando con el ministro de Finanzas Eliezer Kaplan. Él se ocupó de las ganancias de la operación y fue premiado hasta la eternidad con un hospital con su nombre cerca de Rehovot. Pero él no está solo en este honor.
El fanático racista Chaim Sheba que llevó a cabo «Ringworm Incorporated» tenía un complejo médico entero con su nombre. Es innecesario decir que si existe un gramo de decencia en la profesión médica local, aquellos nombres de hospitales tendrán que cambiar.
Luego está Yosef Burg, quien, insisten los líderes del movimiento de los niños yemenitas, fue el más responsable de los secuestros de sus infantes en aquel entonces. Como ministro de Salud con certeza jugó un papel crucial en los asesinatos del Ringworm. Ésa sería una buena forma de explicar la conducta peculiar de su hijo, el pacificador, Avraham Burg.
Permítanos no olvidar Moshe Sharrett que arrestó al rabino Yoel Brand en Aleppo en 1944 por proponer una manera práctica de salvar a 800.000 judíos atrapados en Hungría. La cita más conocida de Sharrett es, «Si Shimon Peres alguna vez entra a este gobierno, yo rasgaré mi ropa y empezaré a llevar luto». Varios activistas de los niños yemenitas me dijeron que Sharrett estaba refiriéndose al secuestro de los niños yemenitas cuando hizo esta declaración.
Otros historiadores aficionados me han dicho que Levi Eshkol anunció abierta y orgullosamente su creencia en los principios de Shabtai Tzvi, pero aunque lo he intentadono he logrado dar con un testimonio. Sin embargo sabemos que Eshkol, durante el período de las radiaciones, sirvió primero como ministro de Asentamientos, luego tomó el lugar de Kaplan como ministro de Finanzas. De su biografía:
«En 1951 Eshkol fue designado ministro de Agricultura y Desarrollo, y de 1952 a 1963 –una década caracterizada por el crecimiento económico sin precedentes a pesar de la carga de financiar la absorción inmigrante y la campaña del Sinaí en 1956– sirvió como ministro de Finanzas.
«Entre 1949 y 1963, Eshkol sirvió también como jefe máximo de la División de Asentamientos de la Agencia judía. Durante los primeros cuatro años del Estado fue también tesorero de la Agencia judía, principal responsable por obtener los fondos para el desarrollo del país, absorción de las olas masivas de inmigrantes y equipamiento para el ejército».
Para abreviar, Eshkol fue la persona con la mayor responsabilidad para con los inmigrantes de Israel, aquellos que él envió a las cámaras de tortura por radiación.
Finalmente está Golda Meir. No conocemos su rol, pero ella mantuvo el secreto y fue premiada por ello. Nótese que cada primer ministro posteriormente, hasta 1977, cuando el honorable Menachem Begin fue elegido, vino de esta cábala. Y también nótese, que nada de lo que se llama el Derecho Hoy era desconocido a la matanza de los niños sefarditas.
Apliqué esa lección a un hecho contemporáneo: son los descendientes de éstos carniceros los que nos trajeron la «paz» de Oslo y están determinados a sacar fuera a los colonos de Judea, Samaria y Gaza tan ciertamente como ellos trataron a los judíos morenos inferiores antes de que entrararan en sus engranajes cincuenta años antes.
Ahora procure imaginar que es el año 1952 y usted está en una reunión ministerial. Estará debatiendo si se envía a los bebés yemenitas a norteamérica para su desintegración final, o si les desintegra aquí. Éso es lo que los luciferanos, satánicos sabáticos fundadores de nuestra nación estaba parloteando cuando se juntaban a discutir los asuntos de Estado.
Después que acabó el documental, el presentador de televisión, Dan Margalit, intentó poner una buena cara ante lo que había presenciado. Cualquier cara tenía que ser mejor que aquella que había visto. Explicó dócilmente: «Pero el estado era pobre. Era una cuestión de sobrevivencia día a día». Entonces se detuvo. Sabía que no había ninguna excusa para las atrocidades que soportaron los niños sefarditas.
Pero fue el cantante marroquí quien resumió de la mejor forma la experiencia: «Va a herir, pero la verdad debe ser contada. Si no, las heridas nunca sanarán».
Hay una persona viva que sabe la verdad y participó en las atrocidades. Él es el líder de la oposición, Shimon Perez, el pacificador. La única manera de conseguir la verdad y empezar la curación es investigarlo por su papel en el secuestro de 4.500 infantes yemenitas y el envenenamiento masivo de más de 100.000 niños y jóvenes sefarditas.
Pero he aquí por qué eso no pasará. Es un milagro que 100.000 Radiaciones fueta exhibido. Claramente, alguien luchó por esto, pero tenía que aceptar un compromiso. La muestra salio al aire al mismo tiempo que el show más visto en Israel, el final de Ha Nacido una Estrella. Al día siguiente no hubo ni una palabra sobre 100,000 Rad en ningún diario, pero la fotografía de la nacientemente nacida estrella ocupaba la mitad de las paginas de portada.
Así es como la verdad se entierra en Israel, y de algún modo estos trucos funcionan. Los mismos métodos fueron usados para cubrir al asesinato de Rabin.
Sin embargo, unos pocos de cientos de miles de personas vieron la película en sus pantallas y ellos nunca se olvidarán de la verdad. Si el asesinato de Rabin no entierra al sionismo-laborista para siempre, entonces 100.000 Rad eventualmente podría hacerlo.
Una pieza con buena información acerca de la trastienda del holocausto del ringworm se encuentra en www.haaretz.com/hasen/spages/458044.html
Cubrí el asunto y procuré explicar las razones para tamaña crueldad en mi CD audio/vídeo Los secretos sucios de Oslo.
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* El texto original se encuentra en www.barrychamish.com.
Traducción de Animalweb, donde se publicó en agosto de 2004.
Tras la emisión del filme, participaron en un foro de discusión un cantante marroquí, David Edri, cabeza del Comité de Compensación para las víctimas de Ringworm rayos X, y Boaz Lev, portavoz del ministerio de Salud.