Honduras, consumátum est: sólo en el pueblo permanece la esperanza

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Néstor Francia.*

Ha triunfado el Plan B Obama-Clinton, La debilidad de los dirigentes del ALBA terminó siendo parte del problema mientras Morales y Correa descubren el agua tibia. El carácter del imperio no depende de personalidades providenciales, es una manifestación de la lucha de clases: ¡qué éxito la venta de Obama como una blanca paloma! Por eso, el pueblo es la única esperanza.

Hoy se dará la votación en el Congreso de Honduras sobre la restitución de Zelaya. En sentido estricto, eso no tiene ninguna importancia, más bien sería una extravagancia que se apruebe tal restitución después de consumada la farsa electoral.

Ayer el secretario de Estado adjunto de EE.UU. para América Latina, Arturo Valenzuela, puso la guinda a la torta de lo que hemos llamado el Plan B Obama-Clinton, que finalmente ha tenido éxito. El funcionario gringo –de origen chileno– afirmó: “reconocemos que hay un resultado en Honduras en estas elecciones. Eso está bastante claro. Reconocemos estos resultados y felicitamos a Lobo por haberlas ganado”.

Mientras, Brasil se mantiene firme, junto a los países del ALBA y otros en su rechazo a las elecciones espurias. Sin embargo, hay reconocimiento de la Unión Europea. Sencillamente, digámoslo sin ambages, el imperio, la oligarquía hondureña y la derecha mundial se han salido con la suya. Líderes como Correa y Morales están descubriendo al agua tibia. El presidente boliviano afirmó:

“Con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca solo varió el color de la piel de quienes le antecedieron…Ni con el Gobierno de Bush se dio un golpe de Estado en América Latina”, mientras que con el de Obama “se da un golpe de Estado, no se lo puede parar y ahora resulta que, porque tuvieron elecciones bajo un régimen de facto, ya está todo solucionado”. Parecidas declaraciones dio el presidente de Ecuador.

Ahora bien, hay que señalar la gran debilidad que mostraron los líderes del ALBA, incluido el mismo Zelaya, cuando Estados Unidos los dejó de lado, al igual que a la OEA, y puso de protagonista a uno de sus lacayos, Oscar Arias. El rechazo a esa jugada ha debido ser inmediato, inclusive Daniel Ortega advirtió sobre quién es realmente Arias. Todos cayeron en la trampa de Obama.

Nosotros advertimos desde un principio sobre la verdadera catadura del “Acuerdo de San José” y sobre la existencia del Plan B con las elecciones espurias como centro. Igualmente dejamos siempre en claro sobre qué es y qué representa Barack Obama ¿Se habrá aprendido la lección o se seguirá creyendo en el cuento del “consenso” y de la eficiencia de los organismos y cumbres internacionales?

¿Se comprenderá finalmente que la lucha contra el imperialismo es a muerte, y que el carácter del Imperio no va a ser determinado por personalidades providenciales o predestinadas? ¿Acaso no es claro que ese carácter está definido por la lucha de clases a nivel mundial? ¡Cuánto marxismo le hace falta a nuestros líderes! Hoy, el resultado es patético: Oscar Arias se desenmascara como el principal mensajero de los planes imperiales en Honduras, se aleja de algún pudor que mostrara hace unas semanas y asume, como un paladín, la defensa de la farsa electoral, hasta el punto de andar criticando a quienes no la reconocen.

Por supuesto que el pueblo de Honduras es la única esperanza hacia el futuro de ese país, como lo son todos los pueblos para el futuro de América Latina.

Mientras, una encuesta de Gallup en América Latina  revela que la imagen de EEUU en América Latina gracias a Obama ha mejorado ¡Qué exitosa ha resultado la gran operación de mercadeo político orquestada desde Estados Unidos para vendernos a este farsante como una blanca paloma, hasta el punto de haber sido designado Premio Nobel de la Paz!

* Anallista de asuntos políticos.
 

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