Honduras ha cambiado para siempre, afirma la resistencia Popular

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uan Barahona*

 El siguiente es el texto del discurso de Juan Barahona en los actos de traspaso de poder desde el Presidente Zelaya hacia el pueblo hondureño, representado en el Frente Nacional de Resistencia Popular.

Honduras ha cambiado para siempre. Nuestro pueblo, hoy alzado contra la dictadura del enemigo oligárquico e imperialista, se ha convertido en un gigante de la dignidad, el sacrificio y la conciencia. Nunca antes en nuestra historia estuvimos más unidos los sectores populares, nunca antes se tuvo tanta conciencia de los derechos de los hombres y mujeres pobres, nunca antes se mostró tan claramente la naturaleza explotadora, totalitaria y asesina de los que han sido dueños de este país y que hoy tiemblan ante la fuerza arrolladora de la Resistencia Popular.

Hoy, a pesar de decirlo en el fragor de la lucha y en el mismo momento en que las fuerzas del atraso juramentan a su nuevo testaferro, podemos afirmar con todo orgullo que hemos despertado y somos capaces de construir nuestro futuro.

Antes de continuar, permítanme un acto solemne e imperativo: recordemos a las mujeres y los hombres que han ofrendado su vida en esta lucha, asesinados de manera cobarde y traicionera por las fuerzas de terror del régimen de facto. Con ellas y ellos recorrimos juntos las calles, respiramos los mismos gases envenenados, recibimos la misma metralla, la misma cárcel, la misma humillación. Pero también, con ellas y ellos escribimos los pasajes más hermosos de lucha y resistencia que tuvo nuestra patria.

¡El día que su corazón se detuvo, murieron para vivir eternamente en nuestros corazones y en nuestra lucha!¡Viva el ejemplo de los héroes del Pueblo!¡Sangre de mártires! …¡Semilla de Libertad!

Por ellos y ellas juramos que no habrá descanso, que no negociaremos los principios jamás, que no perdonaremos la traición y que vamos a transformar este país para que sea libre, democrático, justo y verdaderamente independiente.

Luchamos por la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente Popular que sea revolucionaria y vaya más allá de reformas tibias que dejarían intacto el sistema de privilegios mediante el cual los poderosos viven con infinitos lujos a costa de la explotación del trabajo de los pobres y el robo de los bienes públicos y la extracción inmisericorde los recursos naturales.

Nos planteamos una sociedad nueva, un ser humano nuevo, que no exalte el egoísmo como valor supremo, sino que pretenda el desarrollo integral de la colectividad. Aspiramos a forjar personas solidarias, que sientan como propias las miserias de los demás y que luchen por eliminar las desigualdades sociales que provocan el capitalismo, el patriarcado y el racismo.

Peleamos por una patria libre de injerencias externas, sin bases militares que sirvan para dañar a nuestros hermanos centroamericanos, sin transnacionales que roben nuestras riquezas impunemente, sin clases políticas que reciban órdenes desde el imperio. Luchamos por la integración de los pueblos latinoamericanos y la unión de Centroamérica.

Así lo soñaron José Cecilio del Valle, Cabañas, Visitación Padilla, Graciela García, José Martí, Juan Pablo Wainwrigh, Manuel Cálix Herrera, Sandino, Farabundo. Nuestros próceres y los grandes líderes históricos del Pueblo Hondureño y de los pueblos centroamericanos. Ese fue el ejemplo de Morazán, nuestro máximo referente, quien a pesar de haber vivido hace doscientos años, nos dejó un legado de dignidad y entereza que aún hoy es una afrenta para los enemigos del progreso.

Francisco Morazán fue asesinado hace 168 años por una oligarquía retrógrada y cobarde, confabulada con el imperio de su tiempo, tal como hace la oligarquía hondureña de hoy. Si Morazán viviera en este tiempo, sus enemigos estarían en el COHEP y en la ANDI, sus enemigos llevarían los nombres de Goriletti, Elvin Santos, Pepe Lobo, Carlos Flores, Adolfo Facussé, Rafael Callejas, Rafael Ferrari y otros cuya larga lista da nauseas mencionar.

Si Morazán viviera hoy, la clase política que usurpa los poderes del Estado, mandaría contra él al ejército y a la policía, tal como la mandan contra nosotros, que somos los continuadores de las luchas por la soberanía y la libertad de nuestro pueblo.

¡Qué gran diferencia con el Ejercito Defensor de la Ley que él comandó en contra de los oligarcas de su tiempo!

¿Qué sentiría el General Morazán si viera a los militares y policías disparando contra compatriotas desarmados, moliendo a toletazos a niños y ancianos, violando y ultrajando a mujeres y niñas indefensas, y torturando a nuestros jóvenes? El insigne General, se moriría de la vergüenza.

Aunque siempre lo hemos sabido, nunca como hoy queda tan claro que la cúpula de las Fuerzas Armadas no sirve para ganar guerras, sólo sirven para dar Golpes de Estado con los que derrocan gobiernos legítimamente electos, cuando así se los ordena su amo del norte o la minoritaria oligarquía, explotadora y corrupta.

No está lejano el día en que esos Generales pagarán sus delitos acompañando también a los empresarios y políticos golpistas en las cárceles de la Nueva Honduras.

Pero también ha quedado claro que detrás de los enemigos locales del Pueblo hondureño, se encuentra el enemigo numero uno de todos los pueblos: el imperio norteamericano. Si no hubiera contado con su apoyo, esta oligarquía cobarde nunca se habría atrevido a dar este Golpe, desafiando a la mayoría de la nación y mucho menos al mundo.

Los funcionarios norteamericanos son tan cínicos que, tras haber preparado detalladamente el Golpe con sus siervos locales, fingieron después estar en contra, ocultando su verdadero propósito de legitimar la dictadura mediante la tramposa negociación de San José y mediante unas elecciones fraudulentas.

Ahora, con número inflados, los golpistas y su hipócrita amo del Norte, tratan de engañar a los pueblos y gobiernos del mundo haciéndoles creer que aquí hubo “elecciones democráticas”.

¿Hubo elecciones democráticas, compañeros? NO, lo que hubo fue una FARSA. Al pueblo hondureño no lo engañan, porque aquí nos conocemos y sabemos que cuatro gatos fueron a votar.

Aún así, quieren engañar al mundo. Con lo que no contaban es que el mundo ha cambiado y si antes casi todos agachaban la cabeza, hoy muchos pueblos tienen gobiernos dignos que no se arrodillan ante el dólar.

 Los golpistas no tienen ninguna posibilidad de engañar más a este pueblo que alcanzó niveles de conciencia superiores a cualquier momento anterior. La gran mayoría de hondureños y hondureñas sabe que Pepe Lobo es la continuación de la dictadura, es la continuación del neoliberalismo, es la garantía del imperio para usar a Honduras como base de operaciones militares y su apuesta para detener los procesos de cambio en América latina.

Pepe Lobo no es nuestro presidente, como Goriletti tampoco lo fue. Es el “presidente” de los Kaffati, Hándal, Facussé, Ferrari, Maduro, Callejas, entre otros; es el “presidente” de los traidores, de los corruptos, de los entreguistas.

Por eso, hoy la Banda Presidencial legítima no pasa al Lobo; quien la recibe es el pueblo luchador, el pueblo digno. Hoy la Banda Presidencial la recibe, en nombre la mayoría de la población, ¡el Frente Nacional de Resistencia Popular!

Es, por supuesto, un honor que como Resistencia se nos haga este traspaso de las manos del legítimo Presidente Manuel Zelaya, el único que fuera electo por la voluntad mayoritaria del Pueblo.

Compañeros y compañeras, la Resistencia no recibe esta banda como un trofeo o un simple reconocimiento a su esfuerzo. Sino que lo recibe como una altísima responsabilidad: la de representar al Pueblo y lograr que prevalezca la verdadera Democracia participativa y popular.

O ES NUESTRO Ahora bien, el camino frente a nosotros se presenta lleno de desafíos, el Frente Nacional de Resistencia Popular es ya una fuerza nacional con impresionantes capacidades de movilización y una arrolladora simpatía, pero hacer falta dar pasos importantes hacia su consolidación.

Desde ahora la consigna es ¡Organización! ¡Movilización! ¡Formación!

Estos tres ejes de trabajo deben ser asumidos por los núcleos de Resistencia en cada barrio, en cada comunidad rural, en cada centro de trabajo, y en cada uno de ellos debe primar la democracia interna. El FNRP debe canalizar las necesidades de grupos de Campesinos, obreros, indígenas, negros, grupos LGTB, artistas, pobladores urbano- marginales, micro pequeños y medianos empresarios, movimientos ambientalistas, mujeres, organizaciones estudiantiles, fuerzas políticas progresistas y democráticas, maestros, profesionales, grupos de derechos humanos, jóvenes, iglesias populares, y otras organizaciones. Es decir, de todos los sectores explotados, oprimidos y marginados de nuestra nación, sin excepción alguna.

El abanico de ideologías que integran el Frente debe asumir una actitud de debate sincero y maduro, la unidad dentro de la diversidad es la característica más valiosa que hasta hoy tenemos y es necesario fortalecerla. En ese sentido es necesario reconocer el liderazgo y actitud de nuestro presidente Manuel Zelaya Rosales, quien ha llegado al extremo de sacrificarse y arriesgar su vida para luchar por la democratización de nuestra Patria.

Hoy el Presidente Zelaya ha vencido los inútiles intentos de quebrar su voluntad y opacar su ejemplo. Es también una manera digna de cerrar un ciclo en el que por primera vez desde que se reiniciaron las elecciones en nuestro país, un presidente se acerco a las necesidades del pueblo, que se enfrentó a la clases más conservadoras del país, y fue capaz de asumir la agenda de los sectores populares.

¡Qué pequeños se ven sus enemigos! ¡Cuán cobardes se han mostrado!

Compañero Presidente, sepa que la Resistencia lo aprecia como un líder incuestionable, A su regreso encontrará un pueblo en lucha, indetenible, y con más valor y más ganas de derrotar la dictadura. También una Resistencia Popular mejor organizada y más consciente.

El Pueblo Hondureño inicia a partir de este momento, una etapa distinta en la lucha por la construcción de un país nuevo.

El Frente Nacional de Resistencia Popular, tiene claridad del reto asumido y como lo dice literalmente su plan estratégico, deberá “Fortalecerse como instrumento de poder popular, para la conquista del poder, construyendo una nueva institucionalidad hacía la refundación de la República, para el surgimiento de una nueva democracia popular en la que participemos todos y todas y seamos protagonistas de un Estado de justicia social, para garantizar la solidaridad, la libertad y la independencia, a través de una Asamblea Nacional Constituyente que formule y apruebe la primera constitución Política hecha por el pueblo, con una visión latinoamericanista.”

El camino no será fácil, estará lleno de obstáculos y sacrificios, pero tenemos la certeza de que al final triunfaremos frente a la oligarquía y sus amos imperiales.

De nuestro lado tenemos el respaldo del pueblo, la experiencia de la lucha popular y la conciencia de lo justo de nuestras aspiraciones.

Sabremos responder a la responsabilidad que hoy asumimos.¡Viva el pueblo heroico de Morazán!¡Viva el Presidente Manuel Zelaya Rosales!¡Viva el Frente Nacional de Resistencia Popular!¡Viva la Asamblea Nacional Constituyente Popular!¡Resistimos y Venceremos!

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