Con la contundencia de la afirmación abrió su campaña hacia la presidencia de Honduras la candidata del oficialista Libre, Rixi Moncada, ante una multitud reunida el pasado fin de semana en la norteña ciudad San Pedro Sula, a uno 250 kilómetros de Tegucigalpa, la capital de este país centroamericano.
“Honduras atraviesa un momento histórico y me comprometo a continuar con la refundación del país. Desde aquí quiero mandar un grito de triunfo y victoria para el próximo 30 de noviembre. Honduras no solo está en resistencia, está en revolución”, proclamó Moncada, en la ciudad de San Pedro Sula, que fue el escenario elegido para que Libre iniciara su campaña electoral de cara a las elecciones del próximo 30 de noviembre.
El sábado 31 de agosto quedará registrado en la historia hondureña como el día en que, en esa ciudad industrial y una de las más pobladas de América Central, el partido oficialista Libre no solo dio inicio a su campaña electoral, sino que reunió a más de cien mil personas dispuestas a respaldar un proceso político y social que refundó al país y promete avanzar en cambios favorables para la mayoría de la población.
Un día antes, la ciudad ya se veía conmovida por la llegada de nutridos contingentes en automóviles particulares o buses repletos de militantes movilizados por sindicatos, organizaciones territoriales y también de ciudadanos independientes. En cualquier calle, bar o tienda comercial, el tema de conversación era el acto que al día siguiente encabezaría Rixi Moncada.
La magnitud del evento recordaba la última gran movilización del campo popular y de la izquierda que se realizó en esta importante urbe el 6 de julio de 1944. En aquél entonces, la dictadura de Tiburcio Carías masacró a miles de personas en una protesta convocada por el Comité Democrático Centroamericano y respaldada por obreros, campesinos y diferentes fuerzas políticas.
A pesar de desarrollarse de manera pacífica, la marcha fue brutalmente reprimida: la policía abrió fuego contra la población civil, dejando los cuerpos tirados en las calles, recogidos horas después en camiones como si fueran escombros.
El pasado sábado 30 de agosto por la mañana, un potente sol se levantó sobre la ciudad. Al mediodía, una auténtica “marea roja” —por el color de Libre y las camisetas que la mayoría vestía con orgullo— copó San Pedro Sula. Cientos de miles marcharon desde el bulevar del Este hasta la Quinta Avenida suroeste, donde se levantaba el escenario principal.
A lo largo del kilómetro y medio de movilización podían verse banderas de organizaciones territoriales de distintas regiones, sindicatos (llamó la atención el sindicato de trabajadores de las maquilas), colectivos culturales y agrupaciones juveniles.
También estuvieron presentes diversas coordinadoras de amistad con Venezuela —tema sensible por las amenazas de Estados Unidos a Caracas—, además de banderas de Libre, de Palestina, Cuba, Honduras y otros símbolos de la cultura política latinoamericana.
La movilización popular fue acompañada por candidatos y candidatas a diputados, alcaldes y concejales de todo el país. Como si la propia naturaleza y geografía hondureña le dieran su respaldo a Rixi Moncada, la sierra del Merendón estaba allí, en el horizonte.
Bajo los 35 grados de temperatura, la sombra de árboles, balcones y banderas se convirtió en refugio codiciado. Para resistir el calor, los asistentes recurrían a paraguas que chocaban entre sí o se lanzaban agua que, a esas alturas, ya estaba tibia.
El acto se abrió con el discurso del candidato a alcalde de San Pedro Sula por Libre, Rodolfo Padilla Sunseri, quien, visiblemente emocionado, agradeció a la militancia, a la candidata presidencial Rixi Moncada, al coordinador general de Libre, Manuel Zelaya, y a la presidenta Xiomara Castro.
“Muchísimas gracias por este acompañamiento y demostración de fuerza. Asumo la responsabilidad y el compromiso de ganar San Pedro Sula, porque estoy seguro de que juntos vamos a rescatar la ciudad y el sector norte”, dijo.
“Soy un hombre de convicciones firmes, un hombre de compromisos, que sueña y luchará por una San Pedro Sula unida y no dividida, donde trascendamos los colores políticos. Somos un movimiento social”, agregó Sunseri. Y para concluir, afirmó: “San Pedro Sula vibra con la certeza de que este 30 de noviembre estaremos listos para seguir escribiendo la historia de Honduras”.
Inmediatamente tomó la palabra, la candidata presidencial de Libre. “Honduras atraviesa un momento histórico y me comprometo a continuar con la refundación de Honduras. Desde aquí quiero mandar un grito de triunfo y victoria para el próximo 30 de noviembre. Honduras no solo está en resistencia, está en revolución”, proclamó Moncada.
Y delineó su visión de país: “Patria activa, libre, independiente, soberana y socialista para el servicio de su gente”. En ese marco, evocó a las víctimas de la masacre de 1944 y recordó que un tío de Sunseri fue uno de los líderes de aquellas movilizaciones reprimidas a sangre y fuego.
También repasó los episodios de la huelga bananera de 1954, a la que calificó como “un hito de la historia laboral hondureña y un símbolo de la lucha contra la explotación de las multinacionales”. Con tono enérgico, Moncada aseguró: “Voy a acabar con la corrupción público-privada de forma radical, y no me vayan a venir con cuentos porque yo sé cómo hacerlo. Conozco todos los vericuetos de esos corruptos porque durante 12 años y 7 meses les hemos resistido, les hemos combatido y los hemos denunciado. No olvidaremos su corrupción”.
También condenó casos emblemáticos de desfalco, como el del Instituto Hondureño de Seguridad Social, los proyectos de vivienda inconclusos y el saqueo en el Instituto de la Propiedad. “Ustedes saben quién soy, ustedes me conocen, y voy a ser implacable contra esos corruptos”, enfatizó.
Moncada anunció además una serie de reformas en el sistema judicial y, en el plano económico, la implementación de créditos para los sectores más vulnerables y para los jóvenes. “Vamos a combatir el lavado de activos, a los evasores de impuestos y a esa élite que, desde el sistema financiero, sigue saqueando a la gente más humilde y pobre”.
En otro tramo de su intervención se refirió al papel de la resistencia popular tras el golpe de Estado de 2009 que derrocó al presidente Manuel Zelaya hasta la llegada de Xiomara Castro al poder, y a la defensa de los procesos electorales.
“Caminé junto a ustedes en todo el proceso de resistencia. Acompañé al presidente Zelaya en su gobierno. Las elecciones de 2003, 2017 y 2021 las garantice con mi vida y con mi presencia en el Consejo Nacional Electoral. Hoy les digo: tengo la capacidad de conducir este país”, resaltó.
Para el cierre, el destacado músico y referente del cancionero cubano Raúl Torres —autor de canciones emblemáticas dedicadas a Fidel Castro y Hugo Chávez como El regreso del amigo y Cabalgando con Fidel— subió al escenario junto a su hijo (de igual nombre) para cerrar una jornada de enorme trascendencia, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
Pero no fue solo un acto proselitista. Tuvo lugar una demostración masiva de las fuerzas políticas y sociales que acompañaron el proceso transformador y refundacional iniciado en 2006 con la llegada a la presidencia de Manuel Zelaya y que volvieron a ubicarse en la centralidad política con la llegada de Xiomara Castro al poder, el 27 de enero de 2022.
Moncada se propone mantener los derechos conquistados y profundizará la refundación de este país. Enfrente estará el bipartidismo dependiente de una derecha mantenida por las viejas élites económicas, que aún bloquean leyes clave como la de Justicia Tributaria, pensada para hacer de Honduras una nación más justa.
* Periodista, Licenciado en Historia de la Universidad de la Habana. Fue Jefe Editorial de la revista internacional Correo del Alba. La Paz, Bolivia, Redactor de la Agencia Periodística de Buenos Aires (Agepeba) y Director del Portal del Sur (www.portaldelsur.info). Colaborador de Prensa Latina y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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