Honduras y el contexto americano

Néstor Francia*

El pasado viernes finalizamos nuestro análisis de esta manera: “La situación de Honduras verá grandes definiciones de aquí al lunes. Ese día abordaremos ese tema fundamental para la lucha antiimperialista y revolucionaria de los pueblos de América”.  Sobre la asonada militar, tres precisiones: 1) Es un golpe apoyado de una nueva manera por los Estados Unidos 2) Es, una vez más, un golpe mediático 3) Es un golpe de la oligarquía latinoamericana (incluida la venezolana) contra todos los pueblos de América Latina.

1.- El apoyo al golpe por parte del Imperio no puede darse de manera inmediata ni abierta, las circunstancias internacionales actuales no lo permiten, ni el proyecto de imagen que se le ha creado a Barack Obama. De allí las declaraciones ambiguas de sus voceros, incluyendo al presidente.

Las tibias condenas del imperialismo, que no incluyen por ningún lado las palabras “golpe de Estado”, apenas pueden esconder el fondo de su plan, que se devela en la siguiente declaración de Hillary Clinton: “Instamos a todas las partes en Honduras a respetar el orden constitucional y el estado de derecho, para reafirmar su vocación democrática y comprometernos nosotros mismos a resolver las disputas políticas en forma pacífica y a través del diálogo”.

Para la diplomacia hipócrita del imperio, en Honduras no se estarían enfrentando unos golpistas descarados con un gobierno democrático, sino unas “partes” de un conflicto que deberían emprender un “diálogo” para resolver las “disputas políticas”

¿Cuál es el plan?

Ir dando largas el asunto, tratar poco a poco de minar las posiciones más radicales del continente, someterse a la política de los “hechos consumados”, promover instancias de “diálogo” que en realidad les darían beligerancia y legitimarían a los golpistas, para terminar con algún tipo de acuerdo bendecido internacionalmente y, finalmente, torcer la voluntad del pueblo hondureño y llegar a una solución de compromiso que detenga la marcha de ese pueblo hacia la independencia y hacia la democracia participativa y protagónica.

 Frente a este plan macabro encabezado por Barack Obama, solo queda sostener el tono de condena inconfundible que expresan las declaraciones de la Unión Europea, de la Presidencia de la Asamblea General de la ONU, de la ALBA, de MERCOSUR, de UNASUR, de la SICO, del Grupo de Río y otras instancias internacionales, y sobre todo mantener las posiciones radicales de los gobiernos latinoamericanos de izquierda de no permitir, ni ahora ni nunca, ningún reconocimiento ni beligerancia a los golpistas, así como profundizar su aislamiento, para ahogarlos en el río de la lucha del pueblo hondureño y de la solidaridad internacional.

2.- La actitud de los medios de comunicación de la derecha, tanto de Honduras como de Venezuela y el resto del continente, demuestra que este es un golpe con apoyo fundamental de esos medios. Ya el domingo el diario oligárquico de Tegucigalpa El Heraldo anunciaba sutilmente la asonada: “Se acerca la jugada final”, lo cual recuerda el titular de El Nacional el 11 de abril de 2002: “La batalla final será en Miraflores”. Ambos titulares presiden editoriales golpistas.

Entretanto, Para CNN lo de Honduras no es un golpe de Estado sino una “Sucesión forzada”, como rezaba su cintillo que acompañaba en pantalla la presentación de las noticias. Los titulares de hoy también intentan ocultar el hecho de que se ha dado un golpe en Honduras. El Nacional titula: “Poderes públicos aprobaron la destitución de Zelaya”. Por supuesto que los golpistas de este diario de la derecha tratan de justificar la acción de sus congéneres hondureños.

El Universal, por su parte, preside su primera plana con “Honduras en vilo” (no es un golpe de Estado, sino una crisis) y completan su nauseabunda faena con una gran foto del usurpador Roberto Micheletti invistiéndose como “Presidente” del país centroamericano.  La canalla mediática seguirá apuntando a respaldar la posición del Imperio y ya veremos como sus noticieros, reportes, entrevistas, “especiales” y artículos tratarán de justificar el golpe y llamarán al “diálogo entre las partes”.

3.- La respuesta rápida y contundente de gobiernos como los de Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Argentina, Brasil, Paraguay contrasta con el silencio o la tibieza de gobiernos abiertamente neoliberales como los de Colombia, Perú o México. Es una confrontación de índole continental que se ha manifestado en el globo de ensayo que ha sido lanzado en Honduras.

Si triunfa la receta de Honduras, tendremos que poner nuestras barbas en remojo. En los próximos días se comenzarán a delinear los campos. Los gobiernos de izquierda seguirán impulsando el desconocimiento y el aislamiento de los golpistas, los gobiernos neoliberales comenzarán a pedir concesiones en “aras de la paz” y para “evitar sufrimientos” a los hondureños. Impulsarán paulatinamente, junto a Estados Unidos, la política de los “hechos consumados”, legitimarán paso a paso a los amotinados y revestirán sus intenciones con llamados al “diálogo” y al “acuerdo”.

Las primeras declaraciones de los opositores venezolanos son unas perlas. El coordinador nacional de Primero Justicia, Julio Borges, señaló que lo que ocurre en Honduras es una situación delicada “con la cual debemos tener prudencia en cualquier opinión, pero lo importante es que sepamos que lo que está sucediendo responde a una manera y a un estilo de gobernar que lamentablemente termina en estos episodios”. Además opinó que el país centroamericano se encuentra en una posición en la cual “uno no sabe a quién responsabilizar”.

Sin duda este golpista camuflado responsabiliza al pueblo de Honduras y al presidente Zelaya, y justifica a los conjurados. Por su parte, el secretario general de Acción Democrática, Henry Ramos Allup, declaró que no está de acuerdo “con los militares torciendo el rumbo de los países” pero que “Lo que pasa es que allá reaccionaron porque no quieren que desde el poder el presidente Zelaya hiciera lo que hizo Chávez. Nosotros no estamos justificando, pero estamos examinando el ambiente que allí se produce cada vez que un presidente que llega democráticamente se vale del instrumento democrático, se atornilla en el poder y acaba con la democracia”.

Y el inefable alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, dijo que se debe “ser cautelosos” y esperar que “estos conflictos se desarrollen dentro del marco de la Constitución de Honduras”. También se manifestó en contra de una “incursión extranjera” en Honduras, al tiempo que llamó al presidente Hugo Chávez a “ocuparse de los problemas de Venezuela”.

No pueden, por supuesto, condenar a los golpistas, porque sus planes son exactamente iguales a los de sus gemelos hondureños. Quisieran controlar la Asamblea Nacional, los poderes públicos, la Fuerza Armada, para hacer exactamente lo mismo.

Lo que pase en Honduras definirá el destino de América Latina, por eso es tan importante esa batalla, una batalla de todos. Ya el pueblo hondureño está dando una clara respuesta. Se ha volcado a las calles, sus organizaciones populares han emitido varias declaraciones, los medios alternativos están resistiendo desde la clandestinidad, se anuncia una Huelga General. La lucha heroica de los hondureños se siente en nuestros corazones y cuenta con la solidaridad y la simpatía de todos los revolucionarios del mundo.

* Analista político.