Irán-Israel-EU: Trump atrapado por la realidad

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El presidente estadounidense  Donald Trump se está enfrentando al la realidad: ya debiera saber que  es más difícil gobernar que hacer campaña electoral. El domingo, el mandatario declaró al mundo por su red social que Irán e Israel deben llegar a un acuerdo, pero el martes demandó la rendición incondicional de Teherán. No es novedad: los  giros inesperados también han marcado sus políticas antimigrantes y de comercio.

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Personas se refugian en una estación de Metro como medida de precaución ante posibles ataques con misiles iraníes, en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv.

Trump pide la «rendición incondicional» de Irán mientras el conflicto en Oriente Medio empeora. Adirtió que la paciencia de Estados Unidos se está agotando, pero señaló que por ahora no tiene intención de «acabar» con el líder supemo de la república islámica.

Los medios temen que se fracture la coalición de Trump por Irán y migrantes: tres importantes figuras de su equipo -el locutor y comentarista Tucker Carlson, el comentarista y estratega político derechista Steve Bannon y el organizador del movimiento estudiantil conservador Charlie Kirk- , se pronunciaron públicamente en contra de impulsar una guerra contra Irán.

Pero la retórica del presidente favorece la opción militar. De nuevo, la impunidad de Israel con el uso de la fuerza y la violación de la ley internacional para imponer sus intereses ha recibido el respaldo europeo y estadounidense, como se ha visto en la cumbre del llamado G-7 en Canadá.

Al salir de la reunión del Grupo de 7 países más desarrollados, para regresar a Washington, la retórica de Trump indica que ahora está favoreciendo la opción militar en torno a Irán. “Sabemos exactamente dónde se está escondiendo el llamado ‘Líder supremo’. Es un blanco fácil, pero está seguro ahí –no lo vamos a eliminar (¡matar!)–, por lo menos no por ahora”, amenazó. Admitió que EU ya está directamente involucrado, afirmando: “nosotros ahora tenemos control completo y total de los cielos sobre Irán. ¡Rendición incondicional!», concluyó.

Con ello logró lo que deseaba, detona la especulación entre los expertos y los medios, pero dejó al descubierto la ausencia de consenso dentro de su propio círculo.

Rusia intenta intermediar en un conflicto que amenaza con internacionalizarse, pero se ha enfrentado al rechazo europeo, más aún tras el nuevo ataque masivo ruso a Ucrania del martes, pero paradojalmente podría tener el inesperado apoyo de Donald Trump. Al presidente estadounidense no le importa jugar a dos bandas y aprecia los lazos de Moscú con Teherán y Tel Aviv.

Con su último bombardeo de Kiev, uno de los mayores de la guerra, el Kremlin está mandando una señal clara: Moscú tiene mucho que decir en la política internacional y le ampara la fuerza. Justo el mensaje que le gusta oír a Trump, que, en este caso, podría hacer una pragmática causa común con el Kremlin para desacelerar la crisis iranio-israelí antes de que sea demasiado tarde.

Tehran (IRAN (Islamic Republic Of)), 18/06/2025.- Iranian state television (IRIB) broadcast a message from Iran's Supreme Leader Ayatollah Ali Khamenei to the nation, in Tehran, Iran, 18 June 2025. The supreme leader stated that Iran will not accept US calls for an unconditional surrender, as the Iran-Israel conflict entered its sixth day. Israel has been conducting strikes across Iran since 13 June, targeting nuclear, military, and energy facilities, prompting Iran to launch retaliatory waves of missiles and drones toward Israel. (Teherán) EFE/EPA/ABEDIN TAHERKENAREHMientras, el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, advirtió este miércoles a Estados Unidos de que sufrirá un «daño irreparable» si intervienen militarmente contra su país. Jamenei añadió que el pueblo iraní no se rendirá. «Los estadounidenses deben saber que la nación iraní no se rendirá y que cualquier intervención militar por su parte causará, sin duda, daños irreparables», dijo Jamenei en su discurso televisado al país.

Son muchos los intereses estadounidenses en Oriente Medio, económicos y estratégicos, y la jugada de Israel contra Irán, respondida por Teherán con una virulencia que no se esperaba Tel Aviv, llega en el peor de los momentos para la Casa Blanca. Empeñado en imponer las reglas comerciales de Trump a medio mundo y con graves desórdenes internos en los propios EU, Washington busca una salida para evitar una mayor implicación en el conflicto que, desde el viernes, enfrenta a israelíes e iraníes.

Si Trump decide sumar a Estados Unidos a la guerra de Israel contra Irán, lo que sí queda expuesto son fracturas profundas en el llamado movimiento MAGA (Make America Great Again), que también han afectado y pueden detonar graves problemas en otros rubros, desde migración, aranceles.

Los servicios de Emergencias trabajan entre los escombros de un edificio bombardeado en Teherán este miércoles.
Israel vuelve a atacar a Irán tras ordenar la evacuación de parte de Teherán

Había que sopesar la validez de las peroratas de Trump. Durante su campaña presidencial, declaró repetidamente que pondría fin a todo involucramiento de Washington en guerras en el mundo con el propósito de enfocarse en Estados Unidos primero. Criticó a sus antecesores demócratas y republicanos por crear conflictos bélicos fútiles, prometió que sólo él podría lograr la paz entre Ucrania y Rusia en 24 horas, evitaría la guerra con China, tal vez un acuerdo de paz con Corea del Norte, y una vez en la presidencia dijo que estaba logrando un convenio con Irán.

A la vez, ante los nuevos tambores de guerra, legisladores demócratas, y notablemente algunos republicanos, impulsaron proyectos de ley para obligar al jefe del Ejecutivo a solicitar autorización del Congreso antes de ordenar acciones militares contra Irán. El senador independiente Bernie Sanders encabezó esa iniciativa en la Cámara alta con otros siete colegas. Uno de ellos, el republicano Rand Paul, declaró: no es la tarea de EU involucrarse en la guerra israelí contra Irán.

Estas pugnas sobre Irán y guerras también suceden en torno a otros temas. Fue Trump quien aseguró que las amenazas de aranceles resultarían en acuerdos comerciales favorables para Estados Unidos sin provocar inflación, y que el manejo de la política antimigrante tendría beneficios inmediatos para el país. Pero en todos estos rubros, Trump no ha logrado cumplir con sus promesas y, más aún, están ahora enfureciendo a una parte de sus bases conservadoras y generando rechazo a sus políticas entre supuestos aliados.

Trump y Netanyahu, destuyendo Medio Oiente

Eso se manifestó la semana pasada cuando Trump ordenó a su Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) pausar redadas en los centros de trabajo de los sectores agrarios, restauranteros y hoteleros después de recibir quejas y presión de empresarios, pero para el lunes se reportó que la Casa Blanca anulaba esa orden en aras de continuar con los operativos de forma general.

Mientras, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, explicó la semana pasada que espera extender la pausa de 90 días sobre tarifas de importación con algunos de los principales socios comerciales de Estados Unidos. No obstante, otro asesor del presidente, Peter Navarro, insistió en que los aranceles de 50 por ciento al acero son necesarios para blindar a la industria estadunidense.

 

* Economista, politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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