Isaac Bigio. – GLOSAS DE AMÉRICA Y EL MUNDO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Montenegro. Yugoslavia, la Unión Soviética y Checoslovaquia habían sido las tres federaciones de repúblicas socialistas de Europa oriental. En 1991 1993, todas sus 23 repúblicas componentes –menos una, Montenegro– proclaman su independencia.

Así todas ellas buscaban romper con la planificación socialista multinacional para abrirse a la inversión privada y al mercado mundial.

La única que faltaba hacerlo era la menos poblada y étnicamente más similar a su confederado: Macedonia, cuyos 650,000 habitantes comparten en su mayoría la lengua y fe serbias.

La Unión Europea estaba dispuesta a aceptar la secesión de Montenegro sólo si en el referendo del 21-05-06 el Sí obtenía un 55% de los votos. Por apenas 1,600 votos los independentistas superaron ello.

Montenegro piensa que así podrá acercarse más a la UE. Serbia, una de las repúblicas post-socialistas que menos quiso abrirse a Occidente, sufre su quinta ruptura, se queda sin salida al mar y ahora debe prepararse, pues Kosovo buscará legalizar su independencia.

¿Qué hacer con Irán?. Desde el punto de vista militar Irán es más peligroso que lo que fue Saddam. Los ayatolas sí tienen armas de destrucción masiva (ADM), sí llaman a arrasar a Israel y no tienen ninguna oposición armada interna.

A pesar de que Bush quisiera evitar que Teherán se dote de armas nucleares, no puede invadirles. Un ataque contra Irán generaría más hostilidad de parte de Rusia, China, la UE y la mayoría de la opinión pública mundial. Irán podría reaccionar con bombas humanas en Occidente y ADM en la región.

Lo más grave es que EEUU necesita a Irán para estabilizar Afganistán e Iraq haciendo que los levantiscos chiítas de allí acepten cogobernar con los aliados de Wáshington.

La dureza de Bush contra Ahmadineyad lo convierte en héroe nacional. A nivel internacional crea como reacción el alza de un nuevo nacionalismo petrolero desde Rusia hasta Venezuela.

Mientras los europeos quisieran ir desafilando sin tanta amenaza a Irán buscando levantar a sus sectores liberalizantes, Bush e Israel están presionados hacia una opción más dura.

La diplomacia chavista. Tiene dos caras. La amable la muestra con el viaje de Chávez a Londres y el de su vicepresidente Rangel a Haití. Ellos ofrecen gas y petróleo barato o donado para los más pobres o pagado a largo plazo y con bajos intereses.

El pago puede ser hecho con trueque de productos que Venezuela requiera. Así Chávez también busca influir en Preval apenas jure como presidente haitiano y en el alcalde londinense (el rojo Ken).

La dura la muestra a Lima. Chávez quiere que un aliado suyo gane la presidencia y por eso ataca fuertemente a sus tres principales escollos (Flores, García y Toledo). Esto produce que el embajador peruano se retire de Caracas.

Si García obtiene la presidencia, él quisiese conseguir inversiones de EEUU y Europa, convirtiéndose en una cabecera continental anti-chavista. Si Humala lo derrota, Venezuela garantizaría el abaratamiento de los hidrocarburos y la compra de ciertas exportaciones peruanas.

Chávez y Blair. El presidente venezolano no vio en Inglaterra a Blair o a cualquiera de sus ministros, pero sí a los líderes del ala izquierda de su Partido Laborista. El quiso:

1) Intervenir en la crisis del laborismo potenciando a su sector socialista contra Blair;

2) Crear con Londres (cuyo alcalde es el laborista «rojo» Livinsgtone) un Tratado de Comercio de los Pueblos como el efectuado con Bolivia y Cuba;

3) Influir para que Gran Bretaña no ataque a Irán.

Blair y Chávez son los únicos mandatarios socialistas occidentales que vienen siendo reelectos desde los noventas, aunque ambos hoy lideran campos contrapuestos en la izquierda mundial.

Mientras Blair gira al centro, abandona todo socialismo, incentiva privatizaciones y se alía a Bush, Chávez se torna más rojo, crea más beneficios sociales, hace nacionalizaciones y ataca a Bush de genocida.

Bajan Bush y Blair. Blair y Bush han conmemorado tres años de haber proclamado su victoria en Iraq sin mucha pompa. Esto por tres razones:

1) Iraq es cada vez más inestable (en el último mes el gobierno reconoce que sólo en Bagdad se han producido unos 1,100 asesinatos).

2) Su principal aliado europeo en dicha invasión (Berlusconi) acaba de perder el premierato ante Prodi, quien plantea retirar las tropas italianas de Iraq.

3) Blair y Bush se desploman en las encuestas. Blair cayó al 26% de apoyo, la cifra más baja que jamás haya tenido un premier laborista, y Bush al 31%, un bajón sólo superado por Nixon y Carter cuando agonizaban en el poder.

Mientras en España e Italia los mandatarios belicistas fueron reemplazados por quienes se opusieron a la guerra iraquí, en Wáshington y Londres los nuevos recambios no serán palomos.

En EEUU, la candidata opositora en ascenso –Hillary Clinton– puede hacer la guerra a Irán. En Reino Unido los conservadores –más pro guerra que Blair– crecen, mientras que el Premier podría dejar su puesto a su tesorero Brown, quien secundó la invasión.

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