Israel, Irán, Gaza, Ucrania… La llave está en Washington

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El mundo contiene el aliento ante el desarrollo de las hostilidades de Oriente Próximo, con el pulso entre Israel e Irán y la dramática situación en Gaza. A la vez, observa el devenir de la devastadora guerra en Ucrania, con las fuerzas de Kiev en creciente dificultad por la escasez de medios defensivos. Hay otros conflictos, como el de Sudán, que provocan terrible sufrimiento humano. Pero esos dos tienen repercusiones geopolíticas de enorme magnitud.
En ambos casos, resulta decisivo lo que haga Washington. Es la ayuda militar estadounidense lo que permite al Gobierno de Netanyahu llevar a cabo ciertas políticas y ciertas acciones bélicas. Sin esa ayuda, todo sería diferente. De la misma manera, la ayuda militar estadounidense, bloqueada desde hace meses, es la única que puede revertir la senda de reveses que sufre Ucrania. En ambas vertientes, se acerca un momento decisivo: el voto en la Cámara de Representantes de EU sobre nuevas partidas de ayuda a Israel, a Ucrania y también a Taiwán.

 

Medio Oriente

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Diputados iraníes celebraban el ataque de Irán sobre Israel

Tras el ataque israelí contra una sede diplomática iraní en Damasco y la respuesta de Teherán con alrededor de 300 drones y cohetes lanzados contra Israel, el Gobierno de Netanyahu ha dado una nueva vuelta de tuerca con una ofensiva de carácter limitado en Irán.

Desde Occidente se había pedido contención para evitar que la escalada saliera fuera de control. Netanyahu había dado a entender que por muchos consejos que se le dieran, la decisión la tomaría su Gobierno de forma independiente. Pero la sensación es que los consejos/presiones han evitado una nueva acción de envergadura -que sin duda deseaban los ultras israelíes- y que habría alimentado la espiral bélica. Las declaraciones en tono contenido del régimen iraní dan a pensar que hay una oportunidad de desescalada. El tiempo dirá.
En paralelo, discurre el drama del conflicto en Gaza. Las fuerzas israelíes parecen dar señales de estar preparándose para entrar en la zona de Rafah, lo que acarrearía con toda probabilidad un coste humano espantoso. Algunos analistas especulan con la idea de que Netanyahu aceptó responder de forma contenida a Irán a cambio de una luz verde para atacar en la zona de Rafah. Lo que sí sabemos es que ayer EU volvió a esgrimir su poder de veto en la ONU para proteger los intereses de Israel:El veto de Estados Unidos frustra la solicitud palestina de ser miembro de pleno derecho de Naciones Unidas
Netanyahu necesita que el conflicto siga porque, en cuanto amaine, su destino más probable es la caída del Gobierno y un futuro ignominioso, entre la responsabilidad por no haber sabido prevenir o frenar el ataque de Hamás, sus múltiples casos de presunta corrupción, un balance político nefasto tras haberse presentado durante lustros como el guardián iluminado de un plan de seguridad de Israel que ha fracasado estrepitosamente.
EU tiene la mejor llave posible para abrir el candado del Gobierno de Netanyahu, tanto con respecto a su brutal, desproporcionada respuesta en Gaza, como con respecto a la alimentación de la escalada con Irán: condicionar o cortar su ayuda militar a Israel. Sin ella, la posición de Israel cambiaría por completo. De entrada, no habría podido probablemente neutralizar el ataque iraní de forma tan exitosa. Aquí una interesante pieza que explica cómo se desplegó la defensa: Cazas aliados y una defensa multicapas: así interceptó Israel los drones y misiles iraníes
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El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson

No es realista pensar que Washington se embarque en una parálisis total y duradera de esas entregas. Sin embargo, una revisión, congelación parcial u otros gestos no definitivos pero tangibles y sustanciales sin duda podrían producir un efecto significativo en el proceso decisional israelí. Biden no ha querido usar esa carta hasta ahora.

Este sábado está previsto que la Cámara de Representantes de EU vote finalmente sobre los nuevos paquetes de ayuda militar, paralizados hasta ahora por la oposición de gran parte del Partido Republicano a la parte dirigida a Ucrania. El Senado las había aprobado en una única medida.
Ahora, el líder republicano de la Cámara las ha separado en distintas piezas. Será fundamental ver qué ocurre en los próximos días con esas piezas legislativas y, si quedan aprobadas, cómo manejará la Administración de Biden la herramienta de los fondos para Israel.

Ucrania

Los líderes de Ucrania llevan meses advirtiendo de que, si no se produce un acelerón importante en el flujo de ayuda militar, la situación en el campo de batalla se tornará pronto insostenible. Europa está

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Soldados del Batallón Siberiano en unas maniobras del 10 de abril en Ucrania

intentando incrementar las entregas, pero ciertas limitaciones en la voluntad política y otras en la capacidad industrial hacen que el caudal europeo resulte insuficiente. La moral ucraniana se va erosionando. Kiev tiene problemas no solo con los medios materiales, sino también en reclutar el personal necesario.

La ayuda estadounidense se halla bloqueada por la resistencia de los legisladores republicanos devotos de Trump, rotundamente contrario a conceder más ayuda a Kiev. De forma sorpresiva, el líder republicano en la Cámara ha decidido desbloquear la posibilidad de un voto en el pleno. Ha dividido en distintas medidas lo que el Senado había aprobado en una sola. Grosso modo, se trata de unos 60.000 millones de ayuda militar a Ucrania, unos 25.000 a Israel, y unos 9.000 a Taiwán.
De aprobarse, sería un cambio fundamental en el devenir de la guerra de Ucrania. No sería suficiente como para producir un vuelvo total en el campo de batalla, pero sí para invertir la tendencia y ganar tiempo precioso mientras Europa desarrolla mayores capacidades.
*Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS de España
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