Informó la casa de remates Sotherby’s que una carta «erótica» escrita por James Joyce a Nora Barnacle, perteneciente a un lote de objetos vinculados con el escritor, fue subastada en 360.000 euros; la colección completa de artículos rindió algo más de un millón de euros.
La carta en cuestión fue enviada a su destinataria -durante una breve separación- desde Duiblin, en el invierno de 1909, cuando la pareja llevaba unos cinco años de amores. En ella Joyce le confiesa que su ausencia le produce «deseos ingobernables» de tenerla junto a sí. Describe algunas de las cosas que le gustaría comparatir con ella, «zorra de ojos salvajes».
No se trató de un affaire prolongado en el tiempo: fue una relación importante, quizá la más importante del escritor, como lo demuestra el hecho de haberle dedicado nada menos que Ulises. Lo curioso es que Nora Barnacle, fallecida en 1952, once años después que Joyce, nunca -dicen los biógrafos de la pareja- leyó la obra, publicada en 1922 y que originó uno de los mayores escándalos literarios de todos los tiempos.
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