Japón, Central Fukushima: el plutonio es poquito, pero nos quiere mucho
Rivera Westerberg.
Los alarmistas de Greenpeace aseguran que encontraron contaminación radiactiva por plutonio a unos 40 kilómetros de los quebrados reactores de Fukushima; no hay que creerles a esos torpes defensores de ballenas; el plutonio no camina, tarda apenas unos 24.000 años en degradarse y sólo uno de los cuatro reactores nucleares en estado ultracrítico lo utiliza(ba). Con responsabilidad, aunque herida en sus ahorros, la Tokio Electric Power, optimista, dice que no hay riesgo para la vida.
Con nipona honestidad al estilo samurai, los voceros de la TEPCO, auténticos ronin, aceptaron que la cantidad de plutonio 238, 239 y 240 detectada en cinco áreas vecinas a la planta atómica son insignificantes, que no hay que entrar en pánico; eso sí: que los residente aledaños, evacuado en un radio de 20 kilómetros alrededor de Fukushima no se les ocurra volver a casa ni disfrazados de viejitas que venden huevos.
Los otros reactores —que no quedaron en mucho mejor estado— solo usan uranio como combustible; como se sabe el uranio —el mismo de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki— es menos peligroso que el plutonio: si mata y revienta los genes es porque daños colaterales siempre se producen, qué caray, y no es posible evitarlo.
El desastre de la central lleva dos semanas y, como en las mejores teleseries de terror, cada capítulo provoca más miedo que el anterior y los enigmas tiene un "suspense" que ya te lo dije.
Para tranquilidad del personal, los expertos están contestes en que la aparición del plutonio fuera del blindaje del (seguramente malvado y admirador de al-Qaeda) reactor se debe a una de dos razones: o se filtró del núcleo del reactor o se fundieron, derritiéndose las cápsulas que protegen al combustible gastado. Lamentablemente da lo mismo: es una fuga radiactiva y ya.
Sakae Muto, vicepresidente de Tepco, en una declaración que lo honra desestimó todo rumor alarmista: los niveles de plutonio, dijo, son similares —quizá levemente mayores, nada para preocuparse— a los encontrados en otras partes de Japón debido a las partículas transportadas por el viento después de ensayos atómicos en otras tierras.
El drama es el agua
El drama es el agua porque, primero, de un modo tan insidioso como desobediente unos cuantos hectólitros de agua contaminada con radiación se fugaron de uno de los reactores; se supone que toda ella se empozó en un túnel subterráneo, lo que implica el riesgo —o se tiene la seguridad— de que se infiltre el suelo y extienda la mancha radiactiva silenciosamente por tierras bajas y llegue hasta la mar.
Y, segundo —no se habla de esto— en forma un tanto rústica para evitar la eventual explosión coral o solista de alguno de los reactores, se usó agua de mar, arrojada a baldazos desde helicópteros, para enfriar esos diabólicos y rebeldes motores atómicos. El agua cayó sobre los silos, se derramó y, ¡adivinen que hizo después! Exactamente, se desparramó por doquier buscando el regreso a casa, o sea: a la mar. ¿Estaba "limpia" entonces esa agua? Si le dicen que sí no lo crea ni en estado de ebriedad.
Ahora esos mozalbetes de Greenpeace piden que el área de seguridad se amplíe sobre los 30 kilómetros, a la que la amplió el gobierno; se amparan en que integrantes de los equipos de investigación gubenamentales han encontrado, a unos 40 kilómetros de distancia, manifestaciones potentes de radiación por cesio 137 unas 500 veces más elevadas de lo que se estima no peligroso.
En una constatación del valor viril de los gobiernos de los países con costas sobre el Pacífico, ninguno ha dicho esta boca es mía ante la eventual contaminación radiactiva de la mar que vieran Balbola desde los riscos de Panamá y que navegaran, desde Magallanes, tanto pirata, explorador, científico y, que en actualidad, navegan las naves turísticas.
Es comprensible: nunca lo han hecho. Y tienen razón: las flotas depredadoras, entre otras las japonesas, coreanas, españolas,. etc… , etc… acabarán con la pesca antes de que encontremos peces con dos cabezas y carne radiactiva. En cuanto a los pescadores artesanales, ya se los está liquidando.
"Y tras la última paletada / nadie dijo nada"-