«Juegos de guerra» de EEUU contra China
Alfredo Jalife-Rahme*
Tras el rimbombante segundo Diálogo estratégico y económico celebrado en Pekín entre China y Estados Unidos (EU) –éste representado por una numerosa comitiva de 200 miembros que encabezó Hillary Clinton, la vigorosa secretaria de Estado–, la alta jerarquía militar china canceló el viaje de Robert Gates, omnipotente secretario del Pentágono, por no ser "el tiempo conveniente".
Curiosamente, el mencionado diálogo bitemático funcionó más en el ámbito económico –cuando la administración Obama cesó momentáneamente de exigir la revaluación de la divisa china, el yuan, mientras el euro se derrite inexorablemente–, que en el militar, cuando Pekín aún no digiere las afrentas de rearme de Taiwán por Washington, sumado al extraño hundimiento de un barco sudcoreano que las incorregibles fuentes estadunidenses mendaces endosan a Norcorea, mientras otras fuentes aseveran que el artero ataque fue producto de un submarino de EU.
En el lapso entre el hundimiento del barco sudcoreano y la reunión del Diálogo estratégico y económico, Gates había descolgado un triunfo transitorio al haber obtenido el acuerdo a regañadientes del primer ministro Yukio Hatoyama –lo cual le costó ser defenestrado por su partido en vísperas de importantes elecciones legislativas en Japón–, para la permanencia de la base naval estadunidense en Okinawa.
Es probable que los estrategas del poderoso círculo militar chino hayan concluido que es inevitable la decadencia de EU, por lo que se pueden dar el lujo de desinvitar a Gates.
Peter Brown, analista de Asia Times (12/6/10), sopesa las causales por las cuales Gates fue exorcizado por China cuando días antes el almirante Robert Willard, a cargo del Comando del Pacífico, se había reunido con el teniente general Ma Xiaotian, vicedirector del estado mayor del Ejército de Liberación Popular, en el marco del citado "diálogo".
Sucede que en la fase de transición de Obama, entre la unipolaridad de EU y la nueva multipolaridad a la que se tiene que ajustar y adaptar, Washington ha enviado señales diametralmente opuestas a China: por un lado, la nueva doctrina Obama (ver Bajo la Lupa, 16/6/10) asiente el advenimiento del nuevo orden multipolar que epitomiza el G-20 y que incluye la influencia de China; y, por otro lado, escasamente días después, el Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestales (CSBA, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, presentó un documento muy hostil hacia los orientales: "batalla aérea y marítima (ASB, por sus siglas en inglés): un concepto de punto de partida operativo".
Según Brown, el nuevo concepto operativo (ASB), "casi (sic) un manual de confrontación armada" entre EU y China, propone "acciones compensatorias" con base en que "el balance de poder en el occidente del Pacífico será desfavorable e inestable", por lo que fueron examinadas "misiones" tanto de la fuerza aérea como de la marina (con sus submarinos) "en los primeros días de guerra".
Se nota la enorme influencia en el íntimo círculo de Gates de Robert Work –subsecretario del Pentágono, anterior marine y analista de CSBA, a quien le fascinan los juegos de guerra con profundidad estratégica militar.
, o explorar opciones que puedan preservar el equilibrio militar estable”.
Viene el sofisma superlativo de Work, quien se defiende de buscar una guerra o una confrontación con China, ni siquiera obligar al Ejército de Liberación Popular a un repliegue ni inducir a su "contención", cuando lo único por lo que aboga es "compensar sencillamente (sic) la construcción militar indeseable y sin provocación del Ejército de Liberación Popular".
Por lo visto EU desea potencias mutiladas y lisiadas para poder derrotarlas con suma facilidad.
Los "juegos de guerra" de EU pecan de ser muy teóricos y apuestan siempre a la ingenuidad del adversario a quien, además de ofender mediante su terror disuasivo, buscan desarmar antes de empezar una batalla.
Lo peor: EU no advierte que es su armamentismo excesivo, sus centenas de bases militares en el planeta y las guerras que libra en varios puntos, los que en su conjunto obligan a las potencias responsables, que no desean suicidarse por instrucciones del enemigo, a defenderse en forma preventiva y disuasiva para mantener cierta estabilidad regional.
Brown concluye que la razón de la desinvitación del secretario del Pentágono, Gates, a China fue la "exitosa prueba hipersónica X-51A" que epitomiza la "estabilidad del primer golpe en el espacio", ideada por Rand Corp., que no es ningún jueguito teórico de guerra, sino una ominosa realidad.
*Analista mexicano, columnista de La Jornada