El genocida expresidente colombiano Álvaro Uribe quedó en libertad este martes después de que el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá revocara la orden de detención domiciliaria que pesaba en su contra. El fallo llega apenas dos semanas después de que fuera condenado en primera instancia a doce años de prisión por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal.

Su gobierno fue cuestionado por miles de asesinatos cometidos por militares durante la lucha contra los rebeldes. Han sido documentados más de 6.000 «falsos positivos», como se conoce el caso de civiles ejecutados y vestidos como guerrilleros para inflar resultados de combate y recibir recompensas. De los ocho millones de víctimas que por entonces dejaba el conflicto armado -entre desplazados, muertos y heridos-, el 40% se registraron durante su mandato.
La Sala de Decisión Penal del Tribunal amparó el derecho fundamental a la libertad individual de Uribe y dejó sin efecto la decisión de la jueza Sandra Heredia, del Juzgado 44 Penal del Circuito de Bogotá, que había ordenado su encarcelamiento inmediato. Según el fallo, los argumentos esgrimidos por la magistrada para justificar la detención fueron «vagos, indeterminados e imprecisos», al tiempo que consideró «ininteligible» la relación entre la privación de libertad y la preservación de la convivencia pacífica.
Desde el 1° de agosto, el político de 73 años está detenido en su casa en el municipio de Rionegro, a unos 30 kilómetros de su natal Medellín. Uribe apeló la decisión de la justicia que lo convirtió en el primer exgobernante del país condenado penalmente y privado de la libertad. Según el exmandatario, el juicio estuvo politizado y bajo presiones de la izquierda, actualmente en el poder en cabeza del presidente Gustavo Petro.

Con la decisión, el Tribunal Superior de Bogotá dio luz verde para que Uribe apele en libertad. Pero esta segunda instancia tiene solo hasta el 16 de octubre para ratificar la condena o revocarla y absolverlo. Si excede esa fecha, el proceso será archivado. Tras conocer el fallo, Uribe afirmó que «cada minuto de mi libertad lo dedicaré a la libertad de Colombia», manifestó en su cuenta de X.
Todo empezó en 2012 cuando Uribe denunció al senador de izquierda Iván Cepeda por un supuesto complot para vincularlo con paramilitares. Cepeda había mencionado en el Congreso las denuncias de exparamilitares en prisión que acusaban a Uribe de fundar un escuadrón antiguerrillas en la finca de su familia. En 2018, el caso dio un giro inesperado, la Corte Suprema empezó a investigar a Uribe por manipular a testigos para desacreditar a Cepeda.
Cepeda aseguró que respeta la decisión pero no la comparte. «Tenemos la plena certeza de que el condenado expresidente viene realizando numerosas acciones de presión a la justicia, campañas en contra nuestra. Y creemos que la medida que impuso la jueza (Sandra) Heredia era de alguna manera una medida para protegernos de ese tipo de acciones», declaró a la prensa.
* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.