Kintto Lucas: Historias de por acá…

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1. Por acá son muy religiosos. EL GUITARRERO Óleo Lienzo Figura

Por acá un día mataron a un guitarrero porque anunció “Cuesta abajo” y cantó otra canción. Una canción que decía algo así como “con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal la zorra pobre al portal la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas. Se acabó, el sol nos dice que llegó el final. Vamos bajando la cuesta que arriba en mi calle se acabó la fiesta”. Tratando de disculparse dijo que era de Serrat, muy famoso en tierras mediterráneas.

Si ya bastante fue anunciar un tango de Carlitos y cantar una canción que no tenía nada que ver, peor cayó la explicación. Además, no les gustó para nada que se metiera con el sol. Por acá veneran a sol como los Incas. Entonces hubo como un rumor que fue creciendo. Le sacaron la guitarra, lo bañaron en agua fría, lo ortigaron y lo crucificaron. En la cruz se podía leer: Cuesta abajo en su rodada… Después lo tiraron barranca abajo, pa’ que aprenda y ya no se vuelva a equivocar…

2. Por acá son muy eclipsados. 

Resultado de imagen para eclipsePor acá los eclipses son maravillas que pasan por el cielo y por el corazón. El sol también a veces pasa por el corazón y cuando eso ocurre todos gritan habemus sol. Como si fuera el Papa, pero el Papa no es un sol. El sol ilumina, el Papa se viste de blanco y blanquea. El corazón ilumina. Los eclipses eclipsan, los eclipses son una maravilla del amor entre el sol y la luna. Cuando se terminan los eclipses también unos gritan habemus sol y otras habemus luna.

No sé si me entienden. Pero después de hacer el amor tan profundamente en un eclipse, el sol y la luna pasan por el corazón. Es el éxtasis del amor perpetuo. El Papa no entiende eso, sino después de cada eclipse diría amén.

3. Por acá son muy cerrados.

Por acá viven en un laberinto perpetuo. Depende de la puerta que se abra para ir camino de un mundo o de otro, o de otro. Depende de la puerta que se abra para ir camino de la soledad, o del sueño, o de la muerte. La muerte siempre está en alguna puerta, todos los laberintos llevan a la vida y a la muerte. A mi me interesa más tener la llave de acá, la llave de cada puerta del laberinto, para poder salir y entrar cuando quiera, que tener la llave de la puerta de mi casa. Alguna vez me sentí perdido en este laberinto, ahora no.

Ahora creo que las puertas siempre son una solución, así te lleven a un precipicio. Así te lleven a ninguna parte, las puertas mantienen la ilusión de sortear el laberinto. Las pastillas no son puertas. Las pastillas son como ladrillos colocados en todas las puertas. No hay salida del laberinto por medio de las pastillas. Para mi las llaves son como palabras y las puertas como las hojas de los libros. Los libros son como laberintos…

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