XXIII FESTIVAL DEL CINEMA LATINO AMERICANO Concorso Arcoiris TV – Premio del Pubblico On Line 5 Ottobre 1974. Nella Calle Santa Fe, nella periferia di Santiago del Cile, Carmen Castillo viene ferita e il suo compagno, Miguel Henríquez, capo del MIR, muore in combattimento. Nel documentario, la protagonista compie un viaggio attraverso la propria storia […]
La CIA tiene un ojo y las orejas en foros y salas de chat
Esta verdadera emasculación de la libertad y privacidad de las personas naturales viene organizándose en forma tan masiva como discreta por lo menos desde el primer semestre de 2003; en abril de ese año la CIA firmó un contrato con la Fundación Estadounidense de Ciencias (NSF), por el cuál ésta recibe financimiento y apoyo gubernamental para desarrollar la tecnología de espionaje necesaria.
Una de éstas fue desarrollada por un instituto técnológico (Rensealer) y es la que posibilita el seguimiento de los intercanmbios en salas de chat y grupos de opinión.
Entre los primeros denunciantes del avance sobre las libertades ciudadanas -que no se limita al control en Estados Unidos, sino que se convertirá en una práctica totaliaria mundial- figira la Electronic Privacy Information Center (EPIC), invocando la ley estadounidense de transparencia.
La revista de tecnología y computaciòn ZDNet menciona además a los investigadores Bulent Yener y Mukkai Krishnamurti, que en un informe de junio de 2004 lograron automatizar las escuchas en una red de 144 000 usuarios y 50 000 canales. En el informe se describe, entre otras cosas, la forma en que se podrían «abaratar los costos» de las escuchas, con el fin de «ayudar a los servicios de inteligencia a escuchar las salas de chat, identificar a sus usuarios y detectar salas ocultas».
En 2005, Yener y Krishnamurti recibirán poco más de US$ 150.000 de la CIA y NSF, para desarrollar «un sistema que pueda ser instalado en salas de chat para el monitoreo automático y silencioso».
Los vínculos y dependencia de la industria del software para computadoras personales y servidores corporativos y públicos con los aparatos de espionaje estadounidenses son conocidos, aunque -como en el caso de Microsoft- nunca se han podido probar más allá de toda duda.