La crisis del capitalismo y la ruta hacia la servidumbre

Alberto Rabilotta.*

El presidente Barack Obama advierte que otra crisis financiera global puede desatarse si el Congreso de Washington no eleva el “techo” de la deuda pública… El economista Nouriel Roubini, quien anticipó la crisis financiera del 2007-2009 afirmó en Singapur (Bloomberg News) que la economía global enfrentará una “tormenta perfecta” en 2013 por la deuda pública en Estados Unidos, la reestructuración de la deuda en varios países de la Unión Europea, una desaceleración de la economía china y el estancamiento de la economía nipona.

 
Mientras, siempre según Roubini, en la segunda mitad del 2011 la expansión económica sufrirá una desaceleración. Y otro economista que anticipó la crisis financiera global, Stephen Roach de Morgan Stanley Asia, dijo en Shangai que debido a la debilidad de la recuperación el mundo enfrentará varios años de “sustos por el crecimiento”.

En declaraciones a Bloomberg Televisión el economista de Morgan Stanley solo contradijo a Roubini en lo tocante a China, donde —según Roach— los funcionarios tienen una “una estrategia clara” para dar el viraje hacia un modelo de crecimiento basado en el consumo doméstico y están alertas a la amenaza que plantea la inflación, pero enfatizó que estando el mundo industrializado en un período de débil crecimiento no se dispone de una retaguardia que permita enfrentar las sacudidas periódicas que surgen y golpean a economías específicas en el mundo.

Con los precios del petróleo que suben, la zona euro con problemas, con otro bajón en el mercado residencial en Estados Unidos y los problemas en Japón, ciertamente que estamos teniendo más sacudidas que en períodos normales, según Roach.
 
La dictadura del capital financiero
 
Este estado casi permanente de crisis, porque de eso se trata, está sirviendo muy bien (**) al sector financiero dominante, Wall Street, Londres y los grandes bancos de Alemania y Francia, para consolidar su poder sobre todo el sistema, como escribe el profesor de economía Michael Hudson[1] en CounterPunch, quien subraya que los estrategas financieros no dejarán pasar la oportunidad que les brinda esta crisis.
 
Y escribe que para estos financieros ha llegado el momento de privar a los deudores de sus derechos y que esto constituye una revolución, o mejor dicho una contrarrevolución para eliminar todo lo ganado en el siglo 20 en materia de democracia social, pensiones y seguridad social, el sector público para servicios médicos, y otras infraestructuras que proveen los servicios esenciales gratuitamente o a precios subsidiados.

El modelo básico que los financieros quieren ejecutar son las reformas neoliberales aplicadas a la ex Unión Soviética a partir de 1991: privatización de las empresas públicas, una reforma fiscal regresiva, la desregulación de la economía, de precios, condiciones laborales y términos del crédito. En resumen, según Hudson, el objetivo de la actual oligarquía financiera es “concentrar la riqueza en la cúspide de la pirámide[2] y bajar los salarios, porque la finanza ama los bajos salarios”.
 
 El trabajo de Hudson es importante porque define el “objetivo de las finanzas” como una “rebatiña de bienes”, una búsqueda de convertir la infraestructura pública en “peajes” para la extracción de una renta de la economía, el “almuerzo gratuito”, mientras desmantelan los sindicatos de trabajadores y bajan los salarios.

Pero, agrega, para lograr este objetivo —que es bien visible en el caso de Grecia, con el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI exigiendo que ese país ceda las joyas de su infraestructura pública al sector financiero extranjero para cancelar la deuda a los bancos alemanes y franceses— el sector financiero necesita apropiarse del poder político para reemplazar la democracia con tecnócratas financieros cuyo papel será fingir que no hay contrarrevolución alguna, sino un aumento de la ‘eficiencia’, de la ‘creación de riqueza’ mediante el ordeñe de la economía con el objetivo final de que “todo el excedente sirva para ser pagado como intereses a los gerentes financieros que están emergiendo como los nuevos planificadores centrales de la civilización occidental”.
 
Y esta receta que hace que los gobiernos sean responsables por las deudas del sector privado o la deuda pública incurrida para salvar el sistema financiero de la crisis del 2008, concluye Hudson, pone en tela de juicio la soberanía misma de los países. Y siendo este el objetivo de la guerra que está siendo librada contra Grecia por el BCE y el FMI, sería conveniente ver el caso de Grecia como un ensayo de lo que se aplicará no solamente para el resto de Europa, sino para lo que los "lobbistas"financieros quisieran aplicar en Estados Unidos.
 
La revolución en la agenda del día
 
Con las decenas de miles de indignados en las plazas de España, las cotidianas manifestaciones populares en Grecia para impedir la entrega del país a los bandidos de las finanzas, los banqueros de Alemania, Francia, Londres y Wall Street, y una sorda cólera fermentando en la juventud europea por la falta de perspectivas laborales al final de largos estudios, y en la sociedad en general por el desempleo, la exclusión y la precariedad laboral, por el empobrecimiento de los retirados y la baja del nivel de vida de la clase media, entre muchas cosas más que apuntan a lo que Hudson define como una contrarrevolución para eliminar todo lo ganado en el siglo 20 en términos socioeconómicos y hacernos volver al régimen de servidumbre.
 
 Pero el desenvolvimiento del sistema capitalista hacia esta predominancia del sistema financiero, hacia esta “dictadura del capital financiero” y el retorno a un sistema rentista de explotación a ultranza, es asimismo una indicación de que las economías capitalistas más desarrolladas están “preñadas” de gravísimas contradicciones, que quizás están gestando lo que Karl Marx definía en sus (muy poco leídos y menos aun estudiados) Grundisse —los dos tomos de “Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política”[3]— como “contradicción fundamental”, o el “cómo y cuándo se derrumbará el orden social capitalista”.
 
Si la contrarrevolución está en marcha es quizás porque empiezan a existir condiciones objetivas para una revolución. Y ese será el tema de un segundo artículo.
 
Notas
(**) Forma parte de lo que Naomi Klein elabora muy justamente en su libro La doctrina del Shock.
 
 1.- Michael Hudson, The Financial Road to Serfdom; How Bankers are Using the Debt Crisis to Roll Back the Progressive Era
(www.counterpunch.org/hudson06032011.html)
 
 2.- Sobre esta concentración de la riqueza en el tope de la pirámide y el proceso de pauperización en Estados Unidos ver el excelente trabajo —basado en estadísticas— del profesor de sociología William Domhoff, de la Universidad de California en Santa Cruz, en el portal Who Rules América?
 (http://sociology.ucsc.edu/whorulesamerica/power/wealth.html)
 
 3.- Grundisse, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política, Edición Siglo XXI Editores, 1971, con una excelente introducción de Martín Nicolaus.

* Periodista.
 En http://alainet.org

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.