La crisis mundial revaloriza el papel de la UNASUR

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Este último punto tuvo fuerte presencia en las discusiones tanto por una evaluación crítica de los actuales organismos financieros -Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o la Corporación Andina de Fomento (CAF)- como por el debate de fondo: ¿se buscará fortalecer el actual Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), como propone Brasil?, ¿o se trata, sin desestimar el FLAR, de ampliar la constitución y darle concreción definitiva al Banco del Sur?

Debate

Este es un tema crucial del debate. No es un secreto que Brasil no tiene mayor interés en el Banco del Sur. Si este constituye su capital con reservas, sería quien mas debería aportar pues de los 550.000 millones dedolares de reservas de la región, más de 300.000 pertenecen al socio mayor, con el adicional de que este ya posee su propio banco de desarrollo, tal vez el mayor del mundo, en tanto que Venezuela y Ecuador participando de la idea del banco regional tienen algunas diferencias en sus propuestas y Argentina pivota entre las distintas posiciones. De todas formas es probable esto se resuelva en una bilateral Argentina-Brasil.

Finalmente se constituyeron tres grupos de trabajo coordinados por distintos países para presentar en un máximo de 60 días las propuestas a la región.

La crisis como oportunidad

"Nos tenemos que preparar tanto para eventuales agravamientos como para una crisis más larga en los países avanzados", señaló el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega. "No es casual que nos hayamos demorado en la formación del consejo de economía. Es el área en la que más se notaban las diferencias entre los 12 países, pero también superamos esa barrera hoy". Así ratificó la voluntad colectiva de avanzar en la concreción de mecanismos comunes de defensa la colombiana secretaria general de la UNASUR, María Emma Mejía.

Es que la concreción de estas iniciativas, sin ingerencia o con independencia de EEUU, según como se lo quiera ver, puede ser un salto político significativo para la región. Todos son conscientes de las diferencias de enfoque en la política económica; de la fuertes asimetrías y condicionantes estructurales; de la diferente capacidad financiera de los países miembros; así como del papel que juegan en cada país las corporaciones multinacionales.

Pero al mismo tiempo la crisis empuja a lograr acuerdos en breve tiempo. Si se quiere es el lado positivo de la crisis. Está acercando a países cuyas direcciones hasta hace no mucho tiempo eran radicalmente opuestas, y está la experiencia limitada pero sustantiva del ALBA y de los TCP (Tratados de Comercio entre los Pueblos), que muestran que hay otra forma de relacionarse, de integrarse y comerciar, que no sea sólo mercantilista y no resulte promovida por la ganancia rápida

En un mundo tan cambiante como el actual nada debe descartarse. La crisis es también una oportunidad.

*Integrante del colectivo EDI- Economistas de Izquierda, Argentina

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