“La derecha encontró la forma de sacarse el ropaje cavernario y ser más ‘fashion’”
Mario Casasús.*
Desde Buenos Aires, Sergio Langer expone una teoría sobre el humor gráfico y la política: “Hoy la derecha no necesita a Pinochet, lee El Mercurio; la derecha encontró la forma de sacarse el ropaje cavernario y ser más fashion, es el registro que trabajo actualmente; en otros tiempos lo importante era atacar a los milicos y a la iglesia, la realidad ha mutado, a pesar del poder que mantienen en la globalización. El humor que me gusta es el grotesco y satírico”
Langer (1959) Autor de los libros: Langer Blanco y Negro (2000); Burroughs para principiantes (2001); Orgullos Castrenses (2002); Cervantes para principiantes (2005) y del Manual de Historia Argentina (2003). Sergio Langer, de Clarín de Buenos Aires (y otras publicaciones "de afuera") charla sobre el laburo que intercala entre las dos Argentinas y Perú.
“Lo que yo trabajo en Barcelona es mi otro hemisferio cerebral —que está bastante deteriorado—, es como tocar a Bach en un sótano; en cambio con La Nelly (que aparece en Clarín) estoy tocando en un estadio de fútbol para miles de personas, hay que buscar la manera de sonar como uno suena siempre, con el registro de uno y ganás en la cantidad de gente que te lee.
La Nelly básicamente es una mujer de clase media que anda con una motosierra, que añora la época de Carlos Menem, es una crítica a la clase media argentina, no es Mafalda, ella sí que era pensante y progresista”.
—¿Argentina es una excepción latinoamericana por la cantidad de espacios para el humor gráfico?
—En algún momento lo fue, ahora no es el mejor momento, el del furor que hicieron el humor gráfico y las revistas, el último gran suceso del papel fue la revista Humor —y de esto ya transcurrieron más de 10 años—, lo que pasa es que hay una tradición de dibujantes y humoristas gráficos en la Argentina, en Buenos Aires, Rosario y distintas provincias, pero hoy por hoy no vemos que circulen revistas donde publiquen los “moneros” —como le dicen en México a los caricaturistas—; en la actualidad lo más representativo es la revista Barcelona, no sé si escuchaste hablar…
—Sí, “Barcelona. Una solución europea para los problemas argentinos”…
—Exacto, es una revista hecha básicamente por periodistas que escriben desde la crítica, no es mucho el espacio para los humoristas gráficos, yo tengo ahí una historieta que se llama “Mamá Pierri” y otra que se llama “Clase media”, que las voy alternando; después hay otros dibujantes, están Diego Parés, Altamira, Dani The O, Paula Socolovsky, Rodríguez y Daniela Acerbi, ellos hacen parodias del diario Clarín.
"Argentina siempre se destacó por la cantidad de dibujantes y la tradición de humoristas gráficos, ahora hay otros formatos que tienen que ver con Internet: los "blogs", facebook y twitter, están modificando el paisaje; aparentemente los medios impresos van retrocediendo, no hay medios masivos que publiquen a los humoristas gráficos, de repente un caricaturista que no puede llegar a los medios impresos agarra sus dibujos y los difunde por internet, esa posibilidad no existía, antes nadie te veía.
—Es pequeña la comunidad de “moneros” privilegiados, los que publican con Daniel Divinsky en Ediciones De la flor y vos, ¿cómo llegaste a la contratapa del Clarín?, ¿de qué tamaño es la responsabilidad de ilustrar el espacio que dejó Fontanarrosa?
—Fontanarrosa estaba en la misma contraportada pero con una viñeta, cuando se renueva la contratapa me dijeron que había la posibilidad de hacer una tira, lo hablé con Rubén Mira —mi amigo y socio guionista—, le dije: ‘parece que hay una posibilidad de hacer algo en Clarín’, realizamos una historieta con mi estética y registro, pensándolo con Rubén, así salió “La Nelly”.
"Después, cuando la aprobaron, quisieron ponerla en la contratapa donde alguna vez estuvo “El Loco Chávez”, una historieta de los años setenta, mítica; pero nunca hubo una tira de humor, más bien eran historietas que continuaban, hace 35 años que Clarín apostó por de dejar de publicar las series de cómics que venían de Estados Unidos, que hablaban de la realidad norteamericana, pero como en la Argentina se estaba viviendo un momento de mucha agitación, desde finales de los sesenta y los setenta, en Clarín se atrevieron a abrir una página ante el surgimiento de tantos dibujantes argentinos y uruguayos.
"La contratapa es el lugar al que cualquiera podría aspirar, el lugar más alto, yo tuve suerte, qué se yo, voy a cumplir siete años con la historieta de La Nelly”.
—Para los lectores en Latinoamérica que no están familiarizados, ¿qué representa La Nelly?, ¿podría entenderse fuera de la Argentina?
—La verdad es que La Nelly no puede ser exportable, debimos hacer un estudio de márketing más afinado (risas). Nelly es una vieja que vive acá, en un barrio de Buenos Aires, muy urbana y habla sobre los personajes políticos de acá, de la farándula, de los medios, yo no me imagino que pueda ser leía fuera, podría hacer una adaptación de una vieja parecida en México, pero eso demandaría la construcción de otro personaje, “La Nelly” tiene códigos que solamente un porteño puede comprender, pero a veces dicen: ‘pinta tu aldea y serás universal’.
—¿La Nelly está viendo el Mundial de Suráfrica y analiza la Ley de Medios en Argentina?
—La Ley de Medios no, porque como hay una guerra declarada entre el gobierno de Cristina Kirchner y Clarín, yo no voy a opinar sobre la Ley de Medios, sería un pasaporte para que me vaya del Clarín; nosotros nos enfocamos a la sátira social, lo grotesco de la tira va en sentido opuesto al diario, pero no tomamos eso temas ríspidos porque o tomás partido por Clarín o… —y tampoco lo quiero hacer—, eso no nos limita, podemos trabajar la realidad y mandar palos para todos.
"El humor nunca puede ser oficialista, porque sería aburrido, no tendría sentido. Y sí, estamos con el tema del Mundial todo el tiempo, hicimos la figurita de Santa Maradona para recortar y pegar, y vestirlo de muchas formas, con sus querubines Barlardo y Ruggeri, con la leyenda: ¡Armá tu santuario y preparate para ganarle la final a Brasil’, también hicimos la figura de Nelly como la mascota del Mundial 2010".
—¿Cuál es la diferencia entre lo que dibujás para Clarín y lo que hacés para la revista Barcelona?
—En Barcelona puedo poner lo más duro y negro, trabajar el tema de las drogas, el sexo, lo que sea. Lo temas duros jamás los podría hacer en un diario con el tiraje de un millón de ejemplares —los domingos—, lo que yo trabajo en Barcelona es mi otro hemisferio cerebral —que está bastante deteriorado—, justamente lo aceptan por lo ácida que es la revista, es como tocar a Bach en un sótano.
"En cambio con “La Nelly” estoy tocando en un estadio de fútbol para miles de personas, hay que buscar la manera de sonar como uno suena siempre, con el registro de uno y ganás en la cantidad de gente que te lee. La Nelly básicamente es una mujer de clase media que anda con una motosierra, que añora la época de Carlos Menem, es una crítica a la clase media argentina, no es Mafalda, ella sí que era pensante y progresista.
"Los personajes de La Nelly no son optimistas, ni buscan una sociedad mejor, es lo que quedó con la dictadura, después de 30,000 desaparecidos; Nelly convive con los pibes ‘chorros’, que son los delincuentes, con los migrantes, Catalina es boliviana, está el chino del supermercado y toda una fauna interesante".
—Hablando de los diferentes tipos de lectores, ¿estás en comunicación con caricaturistas de otras latitudes?, ¿conocés lo que se hace en México y lo que no se hace en Chile?
—Tengo bastantes amigos de tantos años de estar publicando, al caricaturista mexicano Boligán lo conocí en algún viaje, igual que a Lauzán lo conocí en Cuba; pero no es que yo esté al tanto de lo que ellos están haciendo ahora, al menos que navegue en sus páginas de internet o visite las páginas web de los periódicos para los que dibujan —El Chamuco y El Universal (México) y The Clinic (Chile)—, pero no estamos en contacto permanente.
"Cada uno está en su mambo, capaz que algunos sí se juntan durante las muestras internacionales, pero personalmente estoy en contacto con José Palomo porque es un gran amigo, la verdad es que nuestro trabajo es de esclavos, dibujar la tira en un diario no es lo único que hago, tengo otro laburo y no me queda mucho tiempo".
—¿Reconocés la influencia de la serie ilustrada “Para principiantes” que inició el caricaturista mexicano Rius?, lo pregunto porque tenés dos volúmenes “Para Principiantes: Cervantes y Burroughs
—Rius no me ha influenciado, reconozco una influencia del dibujante argentino Jorge Sanzol, me gustaba mucho el rosarino Napoleón —muy grotesco en su época—, admiraba a Saúl Stemberg, en verdad te estoy diciendo los artistas que me gustan, de chico era fan de Quino, de Fontanarrosa, de Tabaré”…
"Uno es una suma de todas las corrientes, Palomo es una influencia importante, es un maestro; seguramente me estoy olvidando de alguno en este momento. La realidad es que los libros Para principiantes, lo hicimos con Rubén Mira, yo no conocía la obra de William Burroughs hasta que dibujé el libro, el dedicado a Cervantes se me hizo un poco largo; nunca supe qué pasó con esos libros, si tuvieron buenas ventas, si se exportaron a Latinoamérica.
—¿Resulta difícil mantenerte al día para dibujar los cartones en El Comercio del Perú?
—Tengo 8 años trabajando para El Comercio, hago una página para la revista sabatina Somos, en algunos momentos tenía viñetas políticas del Perú, me metía a internet y tranquilamente podía resolver los chistes, sólo tenía que trabajar en un español más peruanizado; a veces dibujo un humor atemporal, el trabajo del humorista gráfico es básicamente de imaginación, busco la manera de ser lo más fiel; ahora todo es increíble, lo que antes tardabas un siglo en investigar, con un click lo buscás en Google y listo, si la globalización pasa por el lado de la creación y la libre circulación de las ideas será bienvenida, antes me parecía un acto de brujería enviar mis dibujos por fax, ahora pertenece a los museos, junto con los dinosaurios.
—A propósito de los museos, los dinosaurios y la moda del Bicentenario, ¿harás un segundo volumen del Manual de historia Argentina?
—La verdad que fue un libro muy bien editado, me llevó mucho tiempo pensarlo, fue una recopilación de los trabajos que yo hice en el diario Clarín cuando María Seoane… ¿la conocés?
—Sí, la coautora de La noche de los lápices…
—Claro, la periodista que hizo el libro sobre el dictador Rafael Videla, también escribió un libro sobre el guerrillero Santucho; hoy María Seoane es directora de Radio Nacional del gobierno de Cristina Kirchner, Seoane era mi jefa en Clarín —en la sección Zona—, ella me dio un espacio, la conocí cuando trabajábamos en el periódico del Partido Comunista de Argentina en 1989, me acuerdo que estaba cayendo el Muro de Berlín y nosotros entusiasmados fundando un diario del PC, duró dos años nuestro periódico comunista, quedamos muy amigos.
"Ella dirige la Radio Nacional, y por supuesto está enfrentada al diario Clarín, ¡pensar que yo trabajaba con ella en el Clarín! Regresando al tema del libro, es una antología de todos los dibujos que publicaba en Zona, además los bocetos que enviaba por fax, los definitivos y los que nunca publicaron en Clarín, es un libro que se va vendiendo tranquilo, yo estoy contento por la calidad de impresión, me gustaría reeditarlo. Pero ahora estoy pensando un libro con Mamá Pierri —mi personaje en la revista Barcelona—, y está el proyecto de publicar mi tira Clase media con la filial argentina de Editorial Planeta.
"Mario, en una pregunta vos me nombraste a Daniel Divinsky, él nunca se interesó en mi trabajo, creo que no le gusta lo que hago —y está bien, es su derecho—, De la flor es la editorial por excelencia del humor gráfico argentino; yo me fui por el lado de la autoedición, hicimos El Lápiz Japonés con un colectivo de artistas en 1990, me fui por otro camino, sin proponérmelo, salió así, de hecho me habría gustado que Divinsky publicara algún libro mío, pero no fue".
—¿Por qué reiteradamente caricaturizas la cúpula católica, a los milicos y el McDonald’s?, a estas alturas —con el pederasta Maciel y los Millonarios de Cristo, el desprestigio militar y la obscenidad alimentaria— ¿otro cartón contra la “santísima trinidad de los Buenos Aires” no sería un acto de sevicia?
—Son íconos, no soy el único y siempre me gustó caricaturizarlos, McDonald’s representa la globalización y cómo tienden a suprimir la pluralidad y fomentan la explotación laboral, no siempre les estoy dando “palos”, sólo que me parece divertido.
"Y bueno, los sacerdotes, qué puede hacer uno, que no hagan ellos mismos para destruir su imagen (risas); los milicos ya pasaron a la historia, están en el museo, ahora hay otras formas de control, el sistema tiene otros recursos, pero en su momento eran mi caballito de batalla. El personaje más parecido a ellos es Mamá Pierri, una mujer del Opus Dei, admiradora de Franco y Hitler, es una mujer de armas tomar que maltrata a su hijo.
"Hoy la derecha no necesita a Pinochet, lee El Mercurio; la derecha encontró la forma de sacarse el ropaje cavernario y ser más ‘fashion’, es el registro que trabajo actualmente, en otros tiempos lo importante era atacar a los milicos y a la iglesia, la realidad ha mutado, a pesar del poder que mantienen en la globalización.
"El humor que me gusta es el grotesco y satírico. A veces te causa problemas, recuerdo que una vez me llamó por teléfono el embajador de Austria en Perú, porque había dibujado varios negros en sus chozas y uno decía: ‘ya estoy cansado de tanta miseria, quiero que me respeten como ser humano, me voy a Austria’, los boludos de la revista le dieron mi teléfono al embajador y él me preguntaba por qué hacía esos comentarios que lesionaban la imagen de Austria, yo le dije: ‘no tengo la culpa que Austria sea la cuna del nazismo’, en fin, para leer humor hay que tener cierto grado de inteligencia.
"Por unos chistes que dibujé en Barcelona me acusaron de antisemita, ‘qué diría tu madre’, ella fue sobreviviente de un campo de concentración, hice una historieta donde yo hablaba con mi madre —que ya murió—, y la vez me reprendía: ‘hijo, ¿por qué hacés esos dibujos antisemitas, para qué te mandé a una escuela judía?’, en este momento que se está cayendo el tema religioso —lenta, pero inexorablemente— es más fuerte la reacción del lector, oponerse al matrimonio gay me parece de una cabeza troglodita, la iglesia se cierra a esos temas, se atrincheran para mantener su cuota de poder. Todo puede provocar risa y todo es cuestionable por el humor".
—Finalmente, además de Clarín (Argentina), sueles colaborar con El Comercio (Perú), Courrier Internacional (Francia), El Jueves (España) y O Pasquim (Brasil), ¿tenés un país al que te gustaría llegar mediante tus dibujos?
—Me gustaría dibujar para periódicos en Islandia, o en otros países que parecerían exóticos, yo creo que uno puede entrar sin conocer el idioma de un país, por decir: Suecia e Islandia, el humor se puede traducir y es universal y la temática de la globalización, del racismo, la economía y la crisis está en toda la tierra; es más difícil conseguir un laburo como periodista en otros país, y sin embargo como humorista uno puede entrar en cualquier país tranquilamente, te nombré esos países por decir algo, si tenés algún contacto llamame (risas).
* Periodista.
En www.elclarin.cl