La Florida: – CHOCOLATES Y SUÉTERES PARA LA »DEMOCRACIA» EN CUBA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Me pareció sorprendente el voto en la Cámara de Representantes. Estos son los mismos programas que fueron investigados el pasado año por la Oficina General de Responsabilidad (GAO) y un cáustico informe de noviembre pasado demostró que gran parte de ese dinero se quedaba en Miami –más de 50%, y he oído decir que hasta el 80% de este dinero se queda en nuestra hermosa ciudad–. La propuesta fue aprobada por 254 a 170, con 66 demócratas votando junto con los republicanos a favor.

Pablo Bachelet de The Miami Herald escribió que estos son los mismos programas que el informe de GAO citó como que tenían “problemas de manejo y supervisión”. Estos son los mismos programas en los que el dinero se utilizó para comprar chocolate Godiva, suéteres de lana de Cachemira y chaquetas de cuero.

Pero eso no impidió que dos legisladores «cubano-americanos» presionaran en pro de la propuesta. En un apasionado discurso en la Cámara de Representantes, Díaz Balart dijo a sus colegas: “No demos la espalda a la oposición cubana interna… Ella desempeñará un papel clave en la inevitable transición democrática que se aproxima”.

¿Y cómo piensa Díaz-Balart que estos programas van a ayudar? ¿O es que sabe algo que no comparte con nosotros acerca del poder del chocolate? Quizás está planeando eliminar a los cubanos en la isla derritiéndolos con nuevos suéteres de Cachemira y chaquetas de cuero.

El hecho es que este es otro juego del intercambio político del dinero. La mayor parte de este efectivo nunca llegará a la isla de Cuba. Eso sí, terminará en manos de personas del Sur de la Florida que ayudan a elegir y reelegir a políticos como George W. Bush, Lincoln Diaz-Balart y muchos otros parecidos.

Y si Lincoln fuera honesto nos contaría el secreto de los 46 millones, como los casi 50 millones que van a parar a Radio y TV Martí: “cash” que poco tiene que ver con Cuba y la democracia.

Sabiendo lo que sabemos, tal como informó la propia oficina de contabilidad del gobierno, es una vergüenza que 254 miembros de la Cámara de Representantes se hayan rebajado a apoyar tal politiquería a favor de programas cuyo objetivo ni siquiera es el que dicen tener. En cuanto a Lincoln Diaz-Balart, una vez más él demuestra que le importa poco su comunidad.

En un área como Miami, donde se necesitan más fondos para viviendas, educación y muchas otras cosas, él se dedica a luchar por $46 millones de dólares que sabemos que van a ser derrochados.

La buena noticia es que este financiamiento aún debe ser aprobado por el Senado. Espero que ellos tengan un sentido mayor del respeto –hacia sí mismos y hacia los contribuyentes–.

Por último, si ustedes no son unos cínicos, acciones como estas por el Congreso de EEUU seguramente los ayudarán a serlo. ¿O de qué otra manera se puede explicar que los políticos voten a favor de los programas de “regalo” de la democracia cubana?

Mientras tanto, muchos de nosotros y en la isla de Cuba esperamos por el Congreso para que haga con valentía lo que hay que hacer: eliminar las crueles e inhumanas restricciones que ayudan a separar a las familias a ambos lados del Estrecho de la Florida. Pero estas son medidas que el Congreso no quiere tocar… “Es muy delicado”, nos han dicho. Y el año próximo hay elecciones presidenciales.

Piensen en lo siguiente: Se permite hacer negocios con Cuba. En estos momentos hay un comercio legal. Pero ustedes no pueden visitar a un familiar moribundo si ha estado en Cuba en los últimos tres años.

¡Es vergonzoso! Parece que lo que sí es importante es el “cash”.

Para mayor abundamiento puede leerse en esta revista el artículo de Manuel Alberto Ramy, Las tarjetas, las platas y la democracia.

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* Periodista, en Progreso Semanal (www.progresosemanal.com).

alfernandez@the-beach.net.

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