Siempre hay un otro deshumanizado y condenado de antemano cuando se emprende una guerra. La historia lo demuestra. Trump está jugando a ella tratando de imitar a Benjamín Netanyahu. No hay demasiada diferencia entre los dos. Le vendió toneladas de armas para cometer el genocidio en Gaza.
Venezuela y no el narcotráfico es el objetivo de Estados Unidos. Con el mayor portaaviones de su flota desplazado al mar Caribe, no es creíble que se busque impedir el envío de drogas hacia EU en lanchas con motor fuera de borda. A menos que exista cierta simetría entre el Cartel de los Soles -un invento de la CIA, según el exagente y mercenario estadounidense, Jordan Goudreau- con la maquinaria militar más costosa del planeta.
La guerra en sus prolegómenos, dispara algunas de aquellas preguntas que se hacía Kant: ¿Cómo está constituido nuestro mundo?, por ejemplo. ¿Qué esconde la presencia del inmenso portaaviones Gerald Ford en una zona de paz? ¿Qué mensaje envía el buque más grande del mundo con sus 337 metros de eslora y capaz de operar a 75 aviones de combate al mismo tiempo?
No es una cuestión metafísica. Es geopolítica. Sugiere la gestación de una secuencia con final impredecible. Un bloqueo marítimo en el más suave de los casos. Un conflicto bélico en América latina como cuando sus países sufrían la política de las cañoneras.
La guerra cultural de Estados Unidos dinamizada por Trump encubre una lucha de clases –como describió Joge Majfud– que se emprende con propósitos multicausales: políticos, económicos, sociales, incluso aquellos tendientes a reescribir la historia.
Es algo muy simple que siempre funcionó para construir subjetividades modelables: se modifica la percepción de un pasado plagado de invasiones, rapiñas, sistemas esclavistas y genocidios por otro funcional a los que hoy detentan el poder global. Para manipular el presente y hacer que la historia la escriban los que ganan. Aunque eso quiera decir que hay otra historia.
* Periodista y docente por concurso de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en la materia Taller de Expresión III, y de la tecnicatura de Periodismo Deportivo en la Universidad de La Plata (UNLP) en la materia Comunicación, Deporte y Derechos Humanos. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.