La justicia chilena frenó la adjudicación de litio de Piñera
Tras la lluvia de críticas al gobierno, la Justicia chilena ordenó suspender una licitación para la explotación de 160.000 toneladas de litio en el desierto de Atacama que la administración neoliberal de Sebastián Piñera adjudicó el miércoles anterior a favor de dos empresas, una china y una nacional, por valor de 121 millones de dólares.
La Corte de Apelaciones de Copiapó, en la región de Atacama, zona que alberga la mayor reserva de litio del mundo, acogió a trámite un recurso de protección contra el ministro de Minería y Energía, Juan Carlos Jobet y dictó «que suspende el proceso de licitación de contratos de explotación, exploración y beneficio de litio».
La Corte dio por interpuestos desde el viernes sendos recursos de protección, dictó orden de no innovar y dispuso la inmediata suspensión del proceso de selección y adjudicación del proceso de licitación pública nacional e internacional para la exploración y explotación de yacimientos de litio.
Cuatro días ante, Miguel Vargas, gobernador de la región atacameña, interpuso el recurso, admitido por el Tribunal de Alzada, donde argumentó que la licitación debía suspenderse para dar paso a un proceso que permita «la participación real de la comunidad atacameña con miras a la protección de la igualdad ante la ley, la protección del medioambiente y el desarrollo turístico y libertad económica» de la zona.
Según el texto, la licitación gubernamental entraba en «ilegalidad, arbitrariedad y afectación» de derechos consagrados en la Constitución del país, como el de vivir en un ambiente libre de contaminación.
Desde el Ministerio de Minería señalaron que respetan la resolución del Poder Judicial, aunque se encuentran «analizando los antecedentes para responder conforme a las herramientas y plazos que entrega la ley». Añadió el ministerio “que la licitación nacional e internacional para aumentar la producción de litio ha sido un proceso abierto, informado, transparente y que ha cumplido con toda la legalidad vigente».
El gobierno había adjudicado el miércoles anterior dos contratos para la explotación de 80.000 toneladas de litio cada uno a la empresa china BYD, una de las mayores firmas de vehículos eléctricos, y a la chilena Servicios y Operaciones Mineras del Norte.
Los acuerdos impugnados, por valor de 61 y 60 millones de dólares, respectivamente, tendrían una duración de 27 años, prorrogables a 29, contando la fase de exploración geológica, desarrollo del proyecto y producción del litio, del que Chile dice ser el segundo productor mundial después de Australia.
La licitación generó una ola de críticas de parte de las comunidades, la oposición y muchos activistas ambientales, que denuncian que la decisión del Gobierno fue apresurada, a solo dos meses del fin del mandato del empresario conservador Sebastián Piñera, y que refleja el modelo extractivista que se implantó hace décadas en el país, poco respetuoso con el medio ambiente.
El presidente electo, el diputado de izquierda Gabriel Boric, afirmó que los contratos son «una mala noticia», aseguró que los «revisará» con su equipo y reiteró su idea de crear una empresa nacional del litio «que actúe en consideración con las comunidades, con el cuidado de las salares y con el desarrollo productivo nacional».
Hasta ahora se ha tratado de frenar la adjudicación por varias vías. Al recurso de protección del gobernador de Atacama se sumó el escrito presentado el jueves por un grupo de diputados de izquierda que solicitaron a la Contraloría (ente regulador) investigar el proceso por irregularidades procedimentales.
«Toda la presión política y social de alguna manera va encontrando un buen resultado. Celebramos la decisión y valentía de la Corte de Apelaciones», señaló el diputado opositor Ricardo Soto, del Partido por la Democracia.
El litio, cuya extracción requiere de un gran consumo de agua, es imprescindible para la elaboración de baterías de teléfonos, ordenadores portátiles y vehículos eléctricos, y su consumo y precio se han disparado en los últimos años por el auge la electromovilidad.
Chile ofrece, comparativamente, pocas reservas de litio, y no tiene la menor idea de cómo desarrollar, adaptar, diseñar o construir baterías. Por lo tanto, los que afirman olímpicamente que somos los poseedores de una riqueza estratégica están equivocados o desinformados, aunque suene bonito, señala el analista Mario Waissbluth. Lo que se está licitando hoy es un 4%, una proporción mínima de las reservas de litio del país.
A medida que el litio ha aumentado rápidamente de precio en el mercado internacional, y que la demanda por baterías de litio ha crecido casi exponencialmente, los geólogos –en especial los de empresas trasnacionales- se han dedicado a buscar nuevas reservas de litio. Éstas se han cuadruplicado en los últimos cinco años. Chile tiene hoy sólo un 10% de las reservas mundiales y, probablemente, tendrá menor fracción que eso, pues en el caso chileno, está a flor de piel.
* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)