La Lavadora de Medianoche VI. Una colada rápida

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Prólogo

Con esta entrada dejamos atrás ya los análisis meramente técnico-físicos y nos metemos de lleno en el análisis económico y, posteriormente, político-social. En un principio este artículo era mucho más largo, era ‘doble’, y contenía parte de lo que es la siguiente entrada. Terminé de escribirlo el 11 de Junio de 2022. El 12 de Junio empecé a ‘ponerlo guapo’, es decir, fotos, negritas, enlaces, etc. El proceso de edición o ‘maquetación’ típico de todos los artículos.

En ese proceso, nada casualmente y muy causalmente, cayó en mis manos el proyecto de ley del ‘tope’ del gas, que es el que ocupa la siguiente entrada. Eso paró todo intento de ‘terminar del todo’ el artículo. En otra serie de coincidencias ‘sincrónicas’ menores, me llegaron varias consultas de compañeros, conocidos y ex-compañeros de trabajo al respecto del autoconsumo, que es precisamente el tema que se trata aquí. Así pues, el artículo ‘viejo’ ha dado paso a dos artículos, afortunadamente algo más cortos, pero monotemáticos.

En el que ahora nos ocupa, no sólo se hará el análisis de un caso particular de instalación de autoconsumo comunitaria. También se detallará, explicará qué hay que mirar al respecto para que uno se pueda hacer una idea de si es viable, rentable, produce un ahorro, o no. La clave, de nuevo, está en el tiempo. La idea es que los que lo lean, tengan algunas herramientas para hacer los cálculos por uno mismo. De si puedes ser ‘autoconsumidor’, o si no queda otra que ser ‘prosumidor’.

Un error táctico

Debo confesar que he cometido un grave error táctico. Estas semanas de Junio de 2022 se me ha ocurrido mirar las noticias en la televisión. Generalmente me informo buscando aquello que me interesa, y como en la televisión la información que dan es la que a otros (más poderosos) les interesa, pues no suministra lo que busco. Sin embargo, esta vez precisamente me puse a ver la televisión por esa misma razón: averiguar qué es lo que les interesa a los poderosos.

Lo que más me llamó la atención es la enorme proliferación de anuncios para autoconsumo, incluyendo algunos con baterías, que se publicitan tanto en las tandas de anuncios como en las tandas de propaganda que ‘enlatan’ como noticieros, programas de entretenimiento, de análisis variado, o de manipulación de la ‘opinión’.

Uno de los comentarios habituales es el del cambio de término de autoconsumo a prosumidores, por aquello de producir y consumir a la vez, vocablo que en mi nada humilde ni imparcial opinión es sumamente correcto. También me resultó notorio de en qué cadenas (y la afinidad política, o, mejor dicho, propiedad ideológica de las mismas) metían más o menos propaganda, en qué tono, y con qué comentarios.

De este ‘estudio’ particular de ingeniería social hablaremos en otro momento. Sin embargo, hay un par de detalles que inmediatamente hicieron saltar todas las alarmas a mi solitaria neurona ingenieril, que dada su falta de compañía lleva muy mal las distopías. El primero, es el tema este de que lleven baterías, algo nuevo hasta la fecha. Pero el detalle importante es el segundo, el de ‘ahorra hasta un 120% 70% de tu factura de la luz’ (y presume de ello).

Algo no me cuadra

El ‘Estudio’ de ‘Autoconsumo’

Bien, la cuestión es que decidí investigar un poquito al respecto. Tenía varias posibilidades sobre la mesa, algunas de las cuales iban a implicar un cierto tiempo, cuando se me presentó la ‘solución perfecta’ cual sincronicidad junguiana. Un compañero de trabajo fue involucrado por su comunidad de vecinos para poner la ‘ventajosa’ fotovoltaica de autoconsumo.

Es un ingeniero mecánico a quién se le dan bien las cuentas, las unidades, la potencia, la energía y el 3D (en este caso, la orientación espacial). El tipo de ‘mente’ analítica que se puede meter en el asunto de analizar casos técnicos relativamente complejos. Dado que la ley obliga a tener una mayoría relativa para poner un ascensor, pero con una minoría (30%) ya permite imponer, obligar a la mayoría a poner fotovoltaica (¿dónde está la democracia en eso?), al vecino no le quedó más remedio que gastarse el dinero en que hiciesen el estudio. La curiosidad, además, fue un buen acicate.

Ese estudio, así como parte del análisis de la situación, me ha sido confiado con las consabidas restricciones de privacidad. Afortunadamente, los datos importantes no son tan privados, con la excepción de la ubicación. A tales fines, voy a poner una ubicación ‘neutral’ que aseguro que NO es la real, pero que elijo con toda la mala intención del mundo (¿por nostalgia quizás?): el Palau de la Almudaina de Palma de Mallorca (o sea, el Cuartel General del Ejército en la zona, obviamente ahí no vive mi compañero de trabajo), zona turística por excelencia en esta época del año (finales de Junio de 2022).

El ‘estudio’ de esta empresa privada es en realidad cortito cortito, apenas cinco páginas de datos técnicos, en la cual la mayoría son fotografías bastante irrelevantes (pero que ‘dan el pego’), y con unos datos sacados de una web de la Unión Europea muy interesante y que será utilizada posteriormente en este mismo análisis.

De todo el análisis técnico, sólo la segunda página es realmente relevante (la tercera, también importante, es una captura de pantalla la web antes mencionada).

Aquí recojo todos los datos de dicha página con la única omisión de los propietarios:

Vecino Potencia instalada Energía consumida Coste Iva Ahorro estimado
Garage y zonas comunes 13,86 kW 2190 kWh 1471,32 € 711,03 47,6 %
4,6 kW 3285 kWh 1539,21 € 508,36 66,97 %
5,75 kW 2920 kWh 1437,59 € 519,27 63,88 %
4,6 kW 2920 kWh 1390,66 € 473,73 65,93 %
4,6 kW 2190 kWh 1093,56 € 404,47 63,01 %

En total tienen una potencia instalada de 36,41 kW, un consumo energético total de 13.505 kWh, con un coste de 7.069,3 € y un IVA de 2.810,20 € sobre los que estima el estudio que se va a ahorrar una media de 60,25%.

De los datos de la Web de la Unión Europea (que presentan en la siguiente página), extraen (en la misma primera página) que la fotovoltaica que pretenden meter va a proporcionar 16.744,6 kWh al año, equivalentes a 1.516 h de producción solar (de un total de 8.760 que tiene el año), estiman que la mitad se van a ‘autoconsumir’, que les va a ahorrar 4.259,11 € al año en total, o 106.477,69 € en 25 años que es lo que estiman que va a durar la instalación.

Para sus estimaciones, estiman que el precio del kWh a pagar a la comercializadora será de 0,32 €, mientras que la comercializadora les comprará el kWh sobrante de la fotovoltaica a una cuarta parte de dicho precio, 0,08 €.

Bien. Esta oferta está ligada a una comercializadora, y sólo dicha comercializadora les garantiza la compra de la fotovoltaica sobrante al 80% del precio del pool a esa hora. La instalación está vinculada al cambio de comercializadora. Esa misma comercializadora que ‘estima’ los precios que pone. Y si lo ‘estima’, es porque el precio horario va fijado al pool, tanto para la venta como para la compra. Es variable.

La única pregunta que le hicieron al vendemotos comercial de la empresa a instancias mías, fue simple: si, un mediodía soleado, se va la luz del barrio, ¿podremos seguir auto-consumiendo? Dicho de otra forma, en caso de apagón, y dado que tenemos medios para producir, ¿podremos consumir lo que producimos?

La respuesta es contundente: NO.

Esa respuesta ya la sabía, pero la gente iba totalmente convencida que era un sí. Y es que los inverters de autoconsumo no están diseñados para gestionar la demanda ni nada de nada, sólo para verter toda la producción en la red, siguiendo la sincronía de la misma. Sin red eléctrica no saben trabajar. No pueden trabajar. El poder hacerlo implica unos inverters más grandes, más caros… y métodos de almacenamiento (baterías en todos los casos) que tienen un elevado costo asociado.

Bien, el siguiente paso es ver de dónde sacan la cantidad de energía estimada que hará la instalación. Para ello, hicieron el estudio de ubicación y orientación, de lejos lo que les llevó más tiempo de trabajo. Para ello miraron los m² y la orientación del tejado que podían dedicar a la instalación. Llenándola de paneles fotovoltaicos daba una potencia de pico instalada de 11,04 kW. La orientación es de 25º de inclinación sobre la horizontal, y 30º de azimut (mirando hacia el suroeste).

Estos datos se meten en esta web de la Unión Europea. Y con los mismos datos de potencia instalada, sólo que cambiados de ubicación a dónde he indicado, sale esto:

Como se puede ver, los datos no son muy diferentes con respecto del caso real anónimo explicado.

Cambiando la orientación a la más eficiente, la diferencia es bastante breve (unos 500 kWh al año, alrededor del 3%).

Dato importante, la variabilidad interanual, en este caso presentado del orden de 434 kWh es bastante baja, del orden del 2,5%, frente al 3% del caso del estudio.

Una ojeada a los gráficos que hay al final de la primera entrada de esta serie pone esto en duda.

 

Para obtener estos datos, no han hecho falta ni cinco minutos. He tardado más en copiar/pegar y escribir que en ‘hacer el estudio’.

Cualquier persona con algo de habilidad en internet, eso incluye jóvenes del orden de los 12 años, ya puede ‘hacer el estudio’ con un mínimo aprendizaje.

Un análisis versión ingeniero

Bueno, hasta aquí, la presentación del ‘estudio’ que les explicaron a esta comunidad de vecinos. Antes de la presentación con el comercial, se les pasó el documento para que pudiesen leérselo en detalle y hacer preguntas. A mí me llegó con posterioridad.

El compañero hacía ya un tiempo que me iba preguntando sobre el tema renovables y electricidad, así que le expliqué algo básico, algo que ya se vio en la segunda entrada de toda esta serie: que esto es una cuestión de potencia, no de energía.

El cuándo importa. Importa mucho

Aparte que en el estudio presentado se mezclan sin rubor las unidades de potencia (kW) y de energía (kWh), el comercial no entendía la diferencia, y los que hicieron el estudio, todavía menos.

Pero mi compañero sí. Hizo lo siguiente (es decir, lo correcto): miró su consumo por horas, que es el mejor ‘proxy’ para la potencia que tenemos, y que además, es la base de la tarificación de toda comercializadora. En su caso, más de la mitad del consumo se concentraba entre las 20:00 y las 22:00 h de lunes a viernes, con algo más de variación los fines de semana.

Es lógico: marido y mujer trabajan y llegan a casa sobre las 19:30, así que entre los asuntos de higiene (duchas, lavadoras) y alimentarios (cena y la comida de ‘tupper’ para el día siguiente)  familiares, para las 22:00 ya han terminado el consumo de pico.

¿Producción fotovoltaica de ‘autoconsumo’ a estas horas? Cero patatero en otoño e invierno, poco o nada en primavera y verano. Bien, eso implica que el consumo es en horas de tarifas altas, y la producción, que es en horas de tarifas bajas, se tiene que mal vender por no poder autoconsumir.

Y aquí viene lo bueno. Los defensores de la fotovoltaica insisten en que es la energía más barata que hay en el mercado. Veamos el precio del pool el Domingo de Pascua de este mismo 2022, en que se tuvo que recortar fotovoltaica por no poder regular su variabilidad y que ya mencionamos.

Recordemos que en el análisis de este hecho, ya se omitió precisamente el tema precio, dejándolo  para esta entrada… y para otras más adelante. El precio del Pool según el que se basa la tarifa de la comercializadora obligatoria del ‘estudio’ bajo análisis es este:


Durante la producción fotovoltaica se observan precios tan bajos como 3,7 €/MWh, lo que equivale a 0,0037 €/kWh, que se traduce en pagar 0,296 céntimos de € el kWh generado de fotovoltaica. Sí, habéis leído bien: hace falta vender más de 3 kWh para que te paguen un céntimo. Sin embargo, el consumo se centra en las horas caras en que está a más de 18 céntimos el kWh (aunque lo pagan más caro ya que la comercializadora se tiene que llevar su beneficio).

Dado que no pueden autoconsumir, tienen que vender la energía sobrante a 0,3 céntimos, y comprarla cuando la necesitan a más de 18 céntimos. El kWh consumido es más de 60 veces más caro que el producido. Quien vuelva a pensar que todos los kWh son iguales, que vuelva a leer lo que sale de la gráfica. Obviamente, resulta que de ahorro, en realidad poco… suponiendo en todo momento la misma tarifa, que no es el caso.

Ante esta observación, que hizo antes a todos los vecinos del inmueble, el comercial explicó lo siguiente: sólo puedes ahorrar si consumes lo que tu autoproduces, es decir, si modificas tus hábitos de consumo para adaptarlos a la generación diaria de tu sistema fotovoltaico.

De lo contrario, no se ahorra nada.

En la gráfica adjunta se detalla, en azul, la producción fotovoltaica el día del equinoccio de primavera, contra el consumo medio, en rojo, de ese día.

Como queda patente, la producción se tiene que vender (durante las horas de precio más bajo), mientras que el consumo se tiene que comprar (durante las horas más caras del día). De ‘auto consumo’, nada, de ‘productor consumidor’ (de ahí lo de prosumidores), mucho. Así pues, la pregunta es obligada: ¿porqué no calculan los ahorros haciendo el análisis por horas cómo hizo el mismo compañero (y se ve que los vecinos tardaron poco en hacer estimaciones similares)?

Pues, por aquello de la privacidad de datos, dijo el comercial. Claro que si les preguntas a los vecinos, puede que ellos mismos te pasen los datos para que les puedas aproximar el resultado.

Pero eso tiene dos inconvenientes: el primero, da mucho trabajo para hacer un presupuesto. En lugar de tardar cinco minutos en entrar los datos en la web y listo, hay que dedicar horas… si no lo tienes automatizado, claro, que entonces en menos de 5 minutos lo tienes hecho… Sin embargo, el principal inconveniente es el observado por todos los vecinos del inmueble: dados los horarios de la mayoría de trabajadores, el ahorro no llega al 10%. Se estropea el argumento de venta.

Peor aún. Tanto el compañero de trabajo como el que esto suscribe, tenemos la misma tarifa con la misma compañía. Una en la que todo el consumo durante dos horas diarias, a elección, es ‘gratis’ (‘happy hour’). Eso significa que esas dos horas de pico, en que se concentra más de la mitad del consumo, ‘salen gratis’, y sólo se tiene que pagar (eso sí, a un precio más elevado, alrededor de 0,25€) el resto de energía.

Con los datos en la mano, sin embargo, es perfectamente calculable lo que sale con la tarifa happy hour que tiene el compañero, y lo que saldría a calcular con la tarifa estimada de la comercializadora, tarifa que, por otra parte, parece estar adaptada al autoconsumo, con un precio de compra de excedentes relativamente alto (8 céntimos). Tarifa falsa, como hemos comentado.

Y el resultado fue más que concluyente: no sólo no había ahorro, sino que al año había que pagar alrededor de 250 € más sólo de luz, añadido el IVA. Habida cuenta que el compañero es el del 4º (unos 1100 €/año sólo de luz), eso implica un sobrecoste del 22,7%… frente a un ahorro ‘estimado’ de 63,01%. Y a eso hay que añadir los 4.620 € de instalación por vecino. Claro que puede que la UE les diese una subvención del 1.476€.

O no.

A saber.

En todo caso, dicha subvención llegaría, en caso de aprobarse, para 2025 o así, antes los vecinos tendrían que adelantar la suma completa (y con la inflación, a saber en qué les quedaría la ‘ayuda’). Eso sí, sobre seguros en caso de granizo, o el coste de un inverter que suele durar unos 10 años, la limpieza de los paneles, las pérdidas de potencia por suciedad y demás historias, de eso nada. Más costes a añadir, pero que se obvian de la explicación.

Ante estos datos, surgen más preguntas.

Vecinos: ¿Porqué esas placas fotovoltaicas alemanas caras cuando las de X son más baratas?

Comercial: porque si no, no viene la subvención desde Alemania, porque Alemania lo vale. Se ve que Deustchland tiene mucho peso en eso de aprobar ayudas y subvenciones (y sanciones) ‘boomerang’.

Vecinos: ¿De dónde se sacan esto de que se utilizará el 50% de la energía producida para autoconsumo? ¿Por qué se dice que el vecino del cuarto se va a ahorrar un 63% cuando el resultado es que va a pagar un 25% más? ¿Por qué no se habla del granizo, seguros, mantenimiento y demás costes asociados? ¿Por qué las subvenciones, si llegan, tardan tanto, porque no puedes asegurar ese cobro?

Respuesta: ‘Instalaciones el Calvo, porque yo lo valgo’. Porque es una tomadura de pelo.

Digámoslo con todas sus letras: es una ESTAFA.

Obviamente, los vecinos no pusieron nada de nada porque vieron lo que era. Por otra parte, que una empresa que se dedica a esto no haga el estudio según el consumo horario quiere decir dos cosas: Uno, que no saben de qué va eso de la tarificación, menos aún lo de la producción solar. ¿Alguien compraría algo a quien no sabe de que va lo que vende? O dos, que sí lo saben, pero engañan ponen el estudio de la forma que más les conviene. Argumentos de venta, lo llaman. Publicidad engañosa en términos jurídicos.

Visto que sí tienen alguna idea según el comentario verbal, no escrito (las palabras se las lleva el viento) del comercial diciendo que tienen que adaptar su consumo a su producción, se puede ver que esta manipulación de los datos se hace intencionalmente.

Por tanto estamos ante un dilema cada vez más habitual: ¿es una empresa de ignorantes o nos están engañando adrede? ¿Son estúpidos o malvados? Por eso los vecinos decidieron que esto era una tomadura de pelo que no les convenía. Algunos empezaron a poner ciertas pegas a esto del ‘cambio climático’, la ‘transición’ (comentarios referentes al 78 incluidos).

De vuelta al principio

La cuestión es si esto, en caso de que los vecinos hubiesen caído en la trampa, hubiese sido caso judicial de estafa. Probablemente no, ya que la ley (un arma de doble filo) de protección de datos ampara que se utilicen estimaciones, por muy incorrectas, falsas, falaces e irreales que sean.

Que en la tele se meta propaganda a toda hora sobre este tema, anunciando sin tapujos ahorros de hasta el 70% cuando a tenor de lo visto eso es falso, suena a publicidad engañosa, teóricamente delito, pero visto que los cochepilas (Mobile Krematorien en alemán) son de ‘cero emisiones’ a pesar de emitir en la central para su carga, dudo mucho que se haga nada para parar semejante timo.

Que además el gobierno de turno (no, no me refiero al particular español, sino a los gobiernos en general, sean del color que sean) promocione lo que es a todas luces una nueva burbuja fotovoltaica y de autoconsumo, de mayoría privada, de familias, de personas, de pequeñas empresas, me parece peliagudo.

¿Qué va a pasar con la opinión pública cuando se den cuenta del timo, que no ahorran nada, que esto no funciona? ¿Alguien se acuerda de la anterior burbuja de autoconsumo? Si es tan beneficioso para todos, ¿porqué tantas empresas no se lo ponen?, ¿porqué las eléctricas no se están lanzando en masa a la fotovoltaica?

En la empresa en la que trabajo, con bastantes inyectoras de plástico y una gran cubierta, el poner fotovoltaica en teoría debería ser interesante ya que toda sería autoconsumida. Sin embargo, hechas la cuentas, tampoco sale rentable. No en vano una parte sustancial de las ayudas de la UE para este tipo de inversiones se están devolviendo.

Los que se meten son aquellos instaladores y comercializadoras, que se llevan su tajada de lo que producen otros. También mucho empresario de la construcción. Los intermediarios. Los bancos que gestionan todo esto con su interés por encima del 5%, los distribuidores, los alemanes que fabrican la fotovoltaica (y que aumentan sus ventas por las ayudas europeas supeditadas a que les compren los paneles a ellos, paneles que compran a China), los alemanes que importan los inverters made in China, los aduaneros… y los gobiernos centrales que se llevan su IVA de las importaciones y su parte de hacienda, mientras que las bonificaciones salen del bolsillo de los ayuntamientos y de todos nosotros.

Otro detalle importante es que esas ayudas de la UE no salen de la nada. Es deuda pública. Salen del bolsillo de la gente. De TU BOLSILLO. Es TU DEUDA. Y la mía. Aumentan la deuda pública. No es dinero ‘gratis’ que ‘sale de la nada’. Salen de los impuestos que tienen que venir de otras partes. El tema impuestos y deuda pública es capital. Es, de hecho, El Problema.

Olvidaos del Peak Oil y del Oil Crash y demás. El Problema es la Deuda Pública. Pero de eso, y de geoestrategia hablaremos hacia el final de esta serie. Lo importante aquí es que todo este lío, este timo bien montado, esta estafa oscurecida por una tecnología que todo lo ofusca, se produce con el beneplácito de, por no decir directamente incentivado por, los gobiernos de turno, especialmente los ‘occidentales’, a saber, Europa, USA, Canadá, Japón y Australia. Los mismos (los únicos) que están poniendo sanciones a Rusia. De nuevo, geoestrategia, y en este caso, con el trasfondo energético y alimentario.

¿Cómo calcular todo esto?

Pero volvamos al tema del autoconsumo. Bien, el compañero del trabajo no es el único que me ha preguntado sobre el tema del autoconsumo al que se vio arrastrado por una ley muy poco democrática. En comparación para poner un ascensor hacía falta un 66% de los votos, mientras que para poner autoconsumo basta con engañar a un 30%.

La gran cantidad de anuncios y propaganda que se hace al respecto en muchas partes, capaz incluso de llamar la atención a personas que nunca se han interesado por el tema, ha levantado bastantes suspicacias.

Esa es la razón por la que bastantes personas me han preguntado al respecto, ya que no se fían de los anuncios y los valores que ponen, con ‘ahorros’ del 70%. Y es que bastantes se han mirado su factura de la luz y han podido constatar que sólo en término fijo ya se les va más del 40% de la factura, lo cual implicaría que tendrían que pagar nada y menos del término de potencia. Además, muchos no tienen la capacidad para financiar el desembolso necesario para la instalación. Que ‘casualmente’ aparece alguna entidad que ofrece financiación…

De lo que se ha comentado hasta aquí, el primer punto a observar es el de los consumos por franja horaria de cada caso particular. Esta es la clave, y lo primero que les recomiendo a todos. Básicamente: ¿eres un trabajador que se pasa todo el día fuera de casa? ¿O puedes estar al mediodía en casa con tiempo para poner lavadoras, cocinar, etc?

A los primeros, les llamaremos prosumidores, porque están obligados a producir durante las horas de sol y vender esa energía a bajo precio, mientras que el consumo están obligados a comprar cuando NO producen, a una tarifa sistemáticamente la más cara del día. Por supuesto la obligación viene del hecho que trabajan fuera y los horarios son los que son.

A los segundos, los llamaremos autoconsumidores, puesto que pueden consumir la potencia que generan tal y cómo la generan. Bueno, exactamente no es así, de hecho, hay un buen trecho, pero desde luego es mucho más similar y parecido al concepto de consumir lo que uno produce, y por tanto, a efectos tarifarios (pero no, ni de lejos, a efectos de estabilidad de la red eléctrica), mucho más conveniente.

Sin embargo, si uno se quiere aprovechar de la diferencia de precios horaria (no por tramos según definió el gobierno a principios de 2021) que es la que ‘obligan’ las comercializadoras a tener si quieres autoconsumir, resulta que tampoco se ahorra uno mucho por tener autoconsumo, ya que de todas maneras consume cuando los precios son más baratos de todas formas, lo cual implica que la amortización de la instalación tarda mucho más de lo que se insinúa. De todas formas, es sumamente importante comprobar el consumo que uno hace con la tarifa que tiene así como la tarifa que le fuerzan a contratar.

De forma gráfica, el caso de un prosumidor es este:

Gráfica que ya se puso antes.

El caso de un autoconsumidor, es este:

En ambos casos, azul producción fotovoltaica con la orientación estimada en el equinoccio de primavera (un día relativamente favorable), y en rojo el consumo, concentrado en dos horas por la tarifa ‘Happy Hour’. Ese consumo se podría repartir mejor. Lo más obvio: la mayoría de trabajadores no pueden ser autoconsumidores. Eso queda reservado a gente en el paro (que en muchos casos no se pueden permitir la instalación) o a jubilados, gente que no trabaja.

Eso implica cambiar de hábitos de consumo, que ahora en lugar de poner la lavadora cuando nos convenga, la tenemos que poner cuando hace sol (o a medianoche si tenemos tarificación por tramos según la propuesta gubernamental). Volvemos a depender, de una forma cada vez más acusada, de la volubilidad del tiempo.

También se puede hacer una inversión económica más grande y comprar una lavadora secadora con programación para que haga la colada y la seque durante las horas de más sol, mientras uno trabaja. Entonces aún queda el tema comida y climatización.

Las cuatro estaciones

Hemos visto unas gráficas simples para un día presumiblemente favorable, el equinoccio de primavera. Se comentó en las primeras entradas que había mucha variabilidad, y se hicieron estudios de energía y potencias en varios días clave del año, específicamente los solsticios.

También se hicieron algunos cálculos y gráficas en el equinoccio de otoño, que es cuando se produjeron los picos de precio del 2021, medio año antes de que estallara la guerra de Ucrania.

Como precuela de un estudio más avanzado para dentro de un par de artículos, aquí podemos hacer una comprobación de la producción y consumo de esos cuatro días clave del año, para ver cómo varían y qué puede haber de diferencia. Cuál es el peor caso y cuál es el mejor. Cuando vamos a ahorrar más y cuando menos.

Y qué podemos hacer para maximizar ahorro y similares.

El primer punto, es obtener las coordenadas de la vivienda en que uno vive. Google Maps ayuda, pero la página web se comentó ya tiene un enlace al Google Maps que permite establecer estas coordenadas.

Así pues, todo empieza entrando en esta página web. Si, es la misma que se ha puesto antes. Pero en este caso, vamos a usarla como toca, no como han hecho los comerciales de ‘Instalaciones el Calvo’. En dicha página se puede ver un mapa a la izquierda. Lo usaremos para establecer las coordenadas de la vivienda en la que se pretende hacer la instalación.

Es interesante tener una idea de cuantos kWp (potencia de pico de la instalación) tendremos. Por defecto, en caso de no tener ese dato, pondremos 1.

Pero lo que importa es la potencia diaria recibida según datos históricos. Ojo, es imposible que en la ubicación señalada haya ningún sistema real que recoja esos datos, pero es probable que sean calculados (ignoro cómo, no está explicado en ningún lugar de fácil acceso) bien en base a datos de otros puntos de recogida y triangulación, bien por simulación matemática (lo que quiere decir que el efecto de las nubes simplemente es ignorado).

Si queremos tratar los datos con una hoja de cálculo u otro sistema informático estándar o que sea capaz de tratar datos tabulados, tenemos que elegir el bajar los datos en formato CSV.

Hay que poner qué año queremos consultar (en teoría son datos medidos), a ser posible que no sea uno bisiesto, y bajar el archivo.

En la captura de pantalla adjunta se señala en rojo los dos elementos que hay que elegir para bajarse esos datos. También puede ser interesante experimentar con sistemas fijos (el que sale en la captura), con eje vertical, inclinado o seguidor de dos ejes.

Dado que estamos en España, en Slope conviene poner 45º que es la inclinación presuntamente óptima. Puede ser interesante repetir el experimento con diferentes inclinaciones y ver cómo varía de un mes para otro (en ese caso, quizás fuese más adecuado el bajarse los datos por energía mensual – Monthly Data).

El archivo se compone de muchas líneas. En el caso que no sea un año bisiesto, lo primero que se puede buscar es el 21 de marzo, equinoccio de primavera. A mí me sale en la línea 1906. La primera columna es la fecha y hora. La segunda la energía recibida durante esa hora. La tercera la altura del Sol sobre el horizonte. Lo que necesitamos es la energía horaria. Copiar y pegar en otra hoja.

Luego repetimos para el solsticio de verano (22 de Junio, Línea 4138), equinoccio de otoño 21 de Septiembre, Línea 6322) y solsticio de invierno (21 de Diciembre, Línea 8506). Es aconsejable añadir una columna con el consumo horario del propietario en cuestión.  Esos datos son particulares de cada casa, y se tienen que sacar de la factura. No es algo difícil, por eso, y también sería adecuado sacar la media mensual para cada mes de los cuatro afectados.

En la gráfica adjunta se puede ver con el consumo medio anual del compañero, más o menos escalado (ahí hay que hacer más cuentas, pero para que nos hagamos una idea, se trataría de poner el valor de potencia fotovoltaica igual al pico de demanda o algo por encima, en la web de la UE de dónde se sacan los datos).

 

Como se puede ver en la imagen, en ningún momento se autoconsume, en todo el año se tiene que comprar energía en la que es sistemáticamente la hora más cara del día, y mal vender el resto a lo que os dé la comercializadora de turno. Vista la situación, lo más seguro es que el precio de la electricidad al medio día se desplome en el mercado spot, otra cosa es en la subasta, que también se caerá.

Pero es que esto de la subasta, el mercado spot, y el mercado de estabilización (sí, hay otro mercado por otra parte, del que no se habla, y que es todavía más opaco si cabe) es harina de otro costal de lo que hablaremos en otro día.

Al respecto, otro amigo que también es totalmente autosuficiente (volveremos a su caso en otros momentos) me comentó la diferencia entre seguidor solar e instalación fija. En su caso tiene claro que el tener una instalación con seguidor solar es mucho más interesante que tenerla fija aunque ésta tenga más paneles y de más potencia de pico. Incluso, según algunas cuentas, la diferencia de precio entre el seguidor y la instalación fija puede favorecer que la instalación fija genere más energía total que la que tiene seguidor, puesto que los motores y la mecánica son caros.

Pero para el caso de mi amigo, así como el de otros que pretenden ser también autosuficientes, la diferencia es, de nuevo, un asunto de potencia. Así que tirando una vez más de la misma web y proceso, he repetido el análisis pero con una instalación con seguidor a dos ejes que es el caso óptimo. Los resultados son las dos siguientes gráficas. Primero, la de potencia para los cuatro días cardinales:

Se puede apreciar que las curvas son más ‘cuadradas’, pero para verlo claro, mejor esta otra comparativa entre instalación fija y con seguidor para el mismo día (equinoccio primaveral), misma potencia:

La gran diferencia para este caso, es que a las horas de desayunar y levantarse, así como a las primeras horas de la tarde (si uno sale del trabajo pronto o hace jornada intensiva), aún hay potencia de sobras, utilizable, para hacer algo. Dicho de otra manera, da muchas más horas aprovechables para poder hacer cosas, mientras que la instalación fija ‘obliga’ a utilizar la potencia durante las horas centrales del día, es menos flexible.

En este otro caso, mi compañero tiene claro que esas ventajas justifican de sobras su precio. Claro que hay otros elementos que tener en cuenta, entre ellos, que tiene baterías y un inverter de mucha más potencia que la potencia de pico que pueden dar los paneles.

Más detalles

Es hora de echar unas cuentas más. En concreto, el coste por MWh producido, de forma aproximada. Según el estudio presentado, la web de la UE en el apartado usado por los instaladores, estimaba unos 16.744,6 kWh anuales. Por 25 años, 418.615 MWh totales.

Coste de la instalación, 18.480 €. Si dividimos, la amortización sale a 44,15 €/MWh.

Sin embargo, aquí hay dos cosas que no están correctamente calculadas. La primera, es que esto es sólo el coste de instalación, la amortización de la misma, pero no incluye en ningún momento costes de mantenimiento (limpieza, probablemente imposible de hacer por falta de accesibilidad), reparaciones (el inverter nuevo cada 10 años o antes, según la temperatura media de trabajo del mismo), averías (una granizada fuerte rompe más de uno de esos paneles, que son baratos porque son muy finos y débiles, precisamente para que sea barato).

Y el segundo punto que no se calcula, es que la energía estimada producida no es la que se va a producir ni de rebote.

Porque el método de cálculo que hace la web de la UE en este tipo de simulación, es la previsión de máximos sin una sola nube en todo el año, con los paneles limpios (es decir, sin que haya calima ni un sólo día, que ningún pajarito se acuerde de los panes, etc) y nuevos (con el tiempo pierden potencia). Resulta relevante que en esa misma simulación decía muy ufanamente la web que la variabilidad interanual era del orden del 2,5%.

Una ojeada a las gráficas que he puesto de producción en “los cuatro días cardinales”, obtenidos a partir de datos reales, históricos, deja muy claro que hay variaciones por nubosidad muy acusadas. Y siempre a la baja. Así que es imposible que en realidad genere esa energía que hemos utilizado, a la vez que los costes van para arriba.

Y no se ha hablado aún de la subida de precios de la fotovoltaica y de los inverters asociados que está ocurriendo mientras esto se escribe, ni de los costes de instalación cuando hay que subir la potencia de la acometida, la conexión a red, o alquilar los terrenos a alguien. Con estos precios es impensable que se pueda ofertar electricidad fotovoltaica a 25€/MWh contándolo todo.

Así que de cara a la ‘gran fotovoltaica’ esto se tiene que retomar. Promete ser esa una entrada interesante, así que veamos algunos detalles más todavía para ir adelantando.

Se ha comentado el tema de la variabilidad que en la gráfica obtenida con datos históricos (para el año 2019 en el Palau de S’Almudaina) hay claramente visible unos ‘vestigios’ de variación debido a la nubosidad.

Si bien el día del equinoccio de primavera está limpio (línea azul, una parábola bastante clásica), el resto no. Resulta llamativo que el solsticio de verano, en un adecuado rojo incluso está por debajo del de primavera, cuando en teoría hace más sol, durante más horas.

Una parte tiene que ver con la caída evidente durante la tarde seguramente debido a un tiempo nuboso. Pero también tiene mucho que ver con la orientación. Y con la temperatura: al hacer más calor, cae brutalmente el rendimiento del panel. Rendimiento ya de por sí bajo debido a su peor orientación (el sol está más alto, hay que poner los paneles más planos).

El de otoño, que debería ser prácticamente calcado al de primavera por la orientación solar, resulta todavía más variable y también por debajo. De nuevo tenemos el tema temperatura (en el equinoccio de primavera suele haber una temperatura media bastante por debajo de la del equinoccio de otoño), pero además está la nubosidad que en el Mediterráneo suele ser bastante más abundante desde finales de Agosto.

Obviamente, del invierno no cabe esperar gran cosa. Se observa también la variación debido a la nubosidad típica de esa estación en el clima Mediterráneo.

El resultado, extrapolable al resto de España, es que en primavera hay energía solar en abundancia, y es cuando ésta suele generar más. De ahí lo del recorte de fotovoltaica el Domingo de Pascua. Además suele hacer algo de viento, temperaturas suaves (o sea, poco consumo por temas de climatización), pantanos relativamente llenos con lo que se puede aprovechar la hidro y el bombeo, pero con las reservas de gas bajas tras el invierno.

Un momento excelente para la generación renovable y que con ella baje el precio de la luz.

En invierno el Sol apenas genera, como ya hemos hablado. Si hay suerte, hay viento, pero eso va a rachas, pero suele ser húmedo, así que hay hidroeléctrica. El frío hace que haya el pico de consumo anual a mediados de Enero, y eso aumenta la demanda de gas, aunque para eso se han llenado las reservas de gas durante el verano. En esa estación el precio va a depender de cómo sople el viento, y de cómo estén las reservas de gas.

En verano aún hay reservas hídricas, sobre todo al principio. Bastante sol, pero las instalaciones fijas no producen todo lo que pudiesen debido a la temperatura. La termosolar está en su momento de mayor esplendor, pero el viento ya empieza a aflojar.

El calor hace que haya picos de consumo y que éstos se desplacen del anochecer hacia el mediodía: es la demanda de los aires acondicionados, y que se puede suplir moderadamente bien con la solar. ¡De hecho es el mayor lujo energético que se puede dar uno con el tema fotovoltaico!

Pero llega el otoño, con los pantanos vacíos, sin viento y con las reservas de gas en proceso de llenado, y con poca solar, que, encima, suele ser el momento del año con más nubosidad variable y por tanto con mayor variabilidad y problemas de estabilidad debido a la fotovoltaica.

Ahí la clave es el estado de las reservas de gas, así como el precio de éste, puesto que es lo único que queda para poder estabilizar la red. Y, de nuevo, el pico de consumo vuelve a su horario normal puesto que no hay aire acondicionado y el día ya es corto, así que toca poner las luces tras la puesta del Sol.

Por tanto, si hay una época apropiada para tener altibajos muy bruscos con el tema precio del MWh, es otoño. En invierno tocará sistemáticamente precios elevados debido al precio del gas, máxime tal  y cómo pintan las cosas con los gaseoductos provenientes de Rusia cortados.

Eso explica precisamente el porqué en el otoño de 2021, antes de que hubiese problemas con el suministro ruso (problemas serios, que ya empezaba el tema a asomar la patita) es cuando empezó todo el problema del precio de la electricidad, y su obvia continuación durante el invierno hasta que empezó la guerra a finales del mismo, antes que llegase la primavera.

En primavera vuelta a los precios sumamente variables y recortes en la producción, especialmente fotovoltaica, y en verano precios más moderados, aunque depende de las olas de calor (aumento de la demanda) y de si hay restricciones hídricas (sequías), térmicas (las nucleares reducen potencia debido a la temperatura ambiente y de los ríos que las enfrían), parones en el viento que ya empieza a escasear. Probablemente los veranos cada vez sean más volátiles también en precios a medida que la situación empeore.

En resumen, dependencia cada vez mayor de la climatología, medio ambiente, nubes, estación, mercados internacionales, caprichos de los políticos y cambio climático. Lo contrario a ‘progreso’.

Alternativas

Por otra parte, en caso de modificar nuestras costumbres de consumo, también podríamos comentar ciertas soluciones de las que no terminan de gustar, que serían todavía mucho más eficientes, ahorrativas, baratas, con almacenamiento y que no pasan en ningún momento por factura alguna.

La primera es simple: agua caliente sanitaria (ACS), o lo que es lo mismo, el agua de la ducha, de fregar los platos, incluso de la calefacción si queremos, que se caliente con el sol.

La primera ventaja es que es más eficiente que la fotovoltaica, y más barata para hacer el mismo proceso. La eficiencia va desde el 40 al 80% dependiendo de varios factores. Comparemos con la fotovoltaica que está por debajo del 20% y resulta evidente esa ventaja añadida.

También necesita menos materiales raros, e incluso se la puede hacer uno mismo que sea algo mañoso, lo cual es especialmente bueno para aquellos que están en el paro y tienen buena mano para el bricolaje.

Tiene almacenamiento incluido y con una buena orientación, ¡da agua caliente justo cuando más se la necesita, en invierno! Además necesita menos espacio que la fotovoltaica y menor inversión, precisamente debido a la eficiencia. Todo lo cual lo hace precisamente interesante para que sea complementario con el autoconsumo, incluso una inversión mejor, ya que directamente reduce el consumo de gas.

Ni que decir tiene que mi amigo autosuficiente también tiene este sistema (y no es el único sistema que tiene). Y eso que no necesita cambiar hábitos apenas (salvo el de ducharse por la tarde/noche, no a primera hora de la madrugada, aunque eso también puede ser factible). Si vamos a estar en casa al mediodía, también podríamos pensar en cocinas solares.

El Sol es particularmente bueno para dar calor. En 51 años que llevo en este planeta, he sudado mucho y me he quemado por exponerme al sol, pero nunca me he electrocutado. Así que igual que con el agua caliente, una cocina solar es mucho más eficiente, barata y sencilla que un sistema de cocinado mediante fotovoltaica y cocina eléctrica. ¡¡Además también tiene acumulación energética!!

No hay que currarse mucho una búsqueda por internet para encontrar cocinas y hornos solares de compra por precios por debajo de lo que vale una vitrocerámica. ¡Y eso que además habría que añadir toda la parte de fotovoltaica!

Pero es que para los mañosos, es perfectamente factible el construirse uno de estos sistemas de forma artesanal por poco dinero. En el caso de tener que cambiar hábitos y tener que estar en casa a la hora de cocinar, o en el caso de estar parado, este sistema puede ser mucho más ventajoso que la fotovoltaica de ‘autoconsumo’, y más barato, con una vida útil mucho más larga, con menos problemas de recambios, y menor dependencia de otros países. De la misma forma, también se pueden hacer sistemas de calefacción por aire para la casa, secadores de fruta, generadores de vapor, etc.

Todo solar, sin fotovoltaica, y muchas de estas cosas, además con acumulación (especialmente lo que tenga que ver con calor) o perfectamente compatibles con horarios laborales.

No olvidemos también de la posibilidad de usar calentadores, cocinas, hornos, calderas, barbacoas, basados en biomasa, leña, o todo aquello que pueda arder. Estos últimos, además, ‘a disponibilidad’, sin necesidad de tener que cambiar hábitos. Además hay sistemas que son más eficientes (incluso utilizando una vitro que ya tengamos) reduciendo el consumo y el tiempo que hace falta para cocinar. Técnicas de hace 90 años que hemos olvidado (porque se ve que ahora somos más ‘listos’ que los prehistóricos de hace un siglo).

Todo esto son alternativas. Varios de mis amigos y conocidos que viven aislados en el campo tienen casi toda esta serie de soluciones. De hecho, todos ellos sin excepción hablan de la electricidad como un lujo que gastar lo menos posible, con la excepción del aire acondicionado. Todos minimizan el uso de la electricidad todo lo posible: nevera, conservadora (con grandes masas de acumuladores de frío en ambos casos), y lavadora con entrada de agua caliente que proviene del ACS/caldera de biomasa.

Sin embargo, se les (nos) llama ‘Trogloditas’, ‘retrógrados’ y un montón de cosas más.

El mero hecho de proponer este tipo de soluciones choca a muchos, y ‘va en contra’ de lo que muchos perciben como ‘progreso’. Ya hay discusiones sobre cómo la ecología va en contra del ‘progreso’. Además, la mayoría dirá algo evidente: son sistemas engorrosos, incómodos. Y probablemente uno de los errores más garrafales: ocupan mucho sitio (ya hemos dicho que el ACS ocupa menos). Claro que el hecho de ‘poder vender’ los ‘excedentes’ y por tanto eliminar el elemento negocio(nismo) también ayuda. ¿A qué precio van a vender estos excedentes? ¿A 0,003€ el KWh? ¿Sale realmente rentable?

Ahí topamos con otro elemento importante, el elemento cultural, social.

Conclusiones

Hemos hecho un estudio con algo de profundidad sobre el tema autoconsumo para familias, y se ha demostrado que este apenas es rentable, incluso en muchos casos, hasta contraproducente.

Hemos aprendido cómo evaluar realmente el tema autoconsumo y prosumidores a partir de datos por nuestra propia cuenta.

Hemos visto alternativas que son mejores en muchos aspectos al autoconsumo.

En total, se ha visto que no es oro todo lo que reluce, y todo esto apunta a otra burbuja fotovoltaica privada que al final va a estallar… otra vez.

Y eso que aún no hemos visto todos los efectos negativos que todo esto produce.

Pero ya se ha cubierto mucho terreno por hoy. Para la próxima, analizaremos el tema del ‘tope’ del gas.

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