Ecuador: La migración no es un delito y a la xenofobia se la combate con solidaridad

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La migración es una lucha cotidiana para los que se han visto forzados al desarraigo, a dejar terruño y familia, para subsistir. En el mundo se registran movimientos masivos de hombres, mujeres y niños que se desplazan por ríos y mares, por carreteras y desiertos llevando en muchos casos solo un atado de ropa.

Cubiertos de polvo o empapados, pasando frío o calor agobiante, tratando de llegar a alguna parte… para encontrarse con muros, barreras, guardianes de frontera, que les cierran el paso. Una imagen demasiado común en Europa y Estados Unidos, supuestos paladines de la democracia, pero democracia solo para los que poseen la documentación requerida.

Resultado de imagen para Ley Orgánica de Movilidad HumanaEn América Latina, en años pasados, se dieron pasos importantes para facilitar el flujo de personas a través de las fronteras. Como parte de esa dinámica a favor de la integración de los pueblos, Ecuador sancionó la Ley Orgánica de Movilidad Humana el 28 de enero de 2017. La ley establece en el Artículo 2, los principios fundamentales de:

Ciudadanía universal: El reconocimiento de la potestad del ser humano para movilizarse libremente por todo el planeta. Implica la portabilidad de sus derechos humanos independientemente de su condición migratoria, nacionalidad y lugar de origen, lo que llevará al progresivo fin de la condición de extranjero;

Libre movilidad humana: El reconocimiento jurídico y político del ejercicio de la ciudadanía universal, implica el amparo del Estado a la movilización de cualquier persona, familia o grupo humano, con la intención de circular y permanecer en el lugar de destino de manera temporal o definitiva.

Más adelante, entre las obligaciones de las personas suramericanas establece en el Art. 84: Ingreso y salida del territorio nacional: Los ciudadanos suramericanos pueden ingresar, circular y salir del territorio ecuatoriano presentando solamente su documento de identificación nacional (1), por puntos de control migratorio oficiales. Los documentos de identificación emitidos por sus respectivos países constituyen documentos de viaje.

Debido a la crisis político-económica que atraviesa Venezuela -país en la línea de fuego del gobierno estadounidense, una injerencia reforzada por el gobierno colombiano y otros- en los últimos meses se ha incrementado el flujo de migrantes venezolanos hacia Ecuador. Ante la situación catalogada como «emergencia migratoria», el 18 de agosto de 2018 el ministro del Interior Mauro Toscanini anunció que los ciudadanos venezolanos que no tengan pasaporte no podrán ingresar a Ecuador. El nuevo requisito estipulado en un decreto viola el Art. 84 de la Ley de Movilidad Humana, según la cual cualquier documento de identidad es válido.Imagen relacionada

En entrevista con el diario El Comercio el ministro de Interior adujo que hay “mucho desorden” y «falta de control en la frontera», que en muchos casos los documentos de identidad de los venezolanos eran “ilegibles”, que Ecuador había sido “demasiado generoso” con los cerca de 250.000 venezolanos residentes en este país. También mencionó que no se puede permitir la “migración indiscriminada”.

Tanto el decreto que impide la entrada de los ciudadanos venezolanos con cédula de identidad como los conceptos vertidos por el ministro del Interior están en abierta contradicción con los principios contenidos en la Ley de Movilidad Humana. Según la Defensoría del Pueblo y la Defensoría Pública de Ecuador, el decreto es ilegal y debe ser suspendido de inmediato.

En la encrucijada: ¿política humanitaria de fronteras abiertas o xenofobia?

En las redes sociales de todo el mundo pululan los comentarios xenófobos, racistas, machistas; y Ecuador no es la excepción. A pesar de ser un país de migrantes -con más del 10% de su población en el exterior- la discriminación contra el extranjero ha sido denunciada por organismos internacionales como ACNUR ya en agosto de 2010. En ese momento, las víctimas de discriminación eran en su mayoría ciudadanos colombianos que huían de la violencia en su país. El representante adjunto de ACNUR en Ecuador, Luis Varese, expresó que la xenofobia no constituía una política de Estado, sino que respondía a una acción orquestada por diversos intereses: “La oposición está en contra de una política humanitaria y abierta de refugio”.

Resultado de imagen para ecuador migrantes venezolanosSin embargo, a partir del 18 de agosto pasado, parece ser que la xenofobia será una política de Estado. ¿Por qué razón el gobierno de Ecuador emitió un decreto que discrimina a una nacionalidad sudamericana? ¿No se percataron los asesores legales que el decreto viola la Ley de Movilidad Humana?

Si no se da marcha atrás, el gobierno de Lenín Moreno navegará por aguas oscuras. Detrás del apego a la ley que se ha tratado de proyectar en algunos temas, como la corrupción, está emergiendo una veta oportunista, al buscar congraciarse con sectores xenófobos. Ante la inestabilidad económica y política -la fractura del movimiento Alianza País, marcada por una aguda pugna entre correístas y morenistas; la renuncia reciente de varios ministros; los asesinatos en la frontera Norte con Colombia- da la impresión de que el gobierno busca con desesperación aliados, sin importar a qué costo.

De hecho, reconociendo la verdadera razón detrás del decreto que restringe el derecho migratorio de los venezolanos, el ministro de Interior finalizó la entrevista con El Comercio diciendo con sorprendente ingenuidad: “Cuando salgo en el centro (de Quito) se ven visos de xenofobia, lo cual está mal desde cualquier punto de vista, y me dicen, señor ministro, el venezolano me está quitando el trabajo. Veo las redes sociales, las reacciones, los diarios, la gente que llama a las emisoras radiales… Hay un porcentaje altísimo, a lo mejor de un 90 o 95% (de la gente), que está de acuerdo con esta medida…”.Resultado de imagen para ecuador migrantes venezolanos

¿En lugar de continuar con las campañas de educación para revertir la xenofobia y otras formas de discriminación, el gobierno las refrendará? Si esa es la circunstancia actual, queda en los hombros de los movimientos sociales -indígenas, feministas, ecologistas, trabajadores- retomar los valores solidarios y exigir que se apliquen las leyes progresistas que existen en el país.

En Un séptimo hombre, John Berger señala: “La migración a una escala sin precedentes es una característica histórica de la época en la que vivimos”. Si bien el libro de Berger con fotografía de Jean Mohr, se centra en las experiencias de los trabajadores migrantes en Europa, puede ser aplicado hoy a América Latina y cualquier otra parte del mundo. Y no solo porque es un brillante análisis socio-económico de las causas de la migración y el rol del trabajador migrante en el capitalismo sino también porque es un llamado a la solidaridad con los migrantes, despreciados por las sociedades en las que viven y trabajan. Un séptimo hombre -con el formato y el sentimiento de un álbum de familias migrantes- está dedicado: “A ustedes, a los que han sido, y que hoy mismo son obligados a dejar a sus familias, con la esperanza de ganar un salario que les permita sobrevivir”.

Berger menciona algunos de los nombres despectivos con que se llama a los migrantes en Europa: “gitanos, gente que anda en camello, gente que come serpientes…”. Y dichos acerca de ellos: “Nos quitan nuestro dinero; nos quitan nuestro trabajo”. ¿Suena familiar?

Nota:
1 Requisito de persona suramericana para ingresar a Ecuador: solamente documento de identificación nacional.

Fuentes:
Ley Orgánica de Movilidad Humana de Ecuador: http://www.aduana.gob.ec/wp-content/uploads/2017/05/Ley-Organica-de-Movilidad-Humana.pdf
Xenofobia en Ecuador, 5 de agosto de 2010, Luis Varese, ACNUR: https://news.un.org/es/story/2010/08/1197381
Entrevista a Mauro Toscanini, ministro de Interior de Ecuador en El Comercio: https://www.elcomercio.ec/actualidad/maurotoscanini-entrevista-pasaporte-migrantes-venezolanos.html
A Seventh Man, John Berger y Jean Mohr (primera edición 1975) -título de la traducción al castellano, Un séptimo hombre.

*¨Periodista de medios alternativos. Publicado en rebelión.org

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3 Comentarios
  1. Reyes, I. dice

    Los derechos son otorgados por una entidad Estado Nacional o supranacional. Cada estado tiene su propia legislación interna con derechos y obligaciones para sus miembros. Es de lógica mínima que todos los Estados no son iguales ni en territorio ni recursos, por lo tanto deben haber limitaciones a la migración. Así un Estado super poblado como la india o China podrían «enviar», 50 o 100 millones de habitantes por ejemplo a Ecuador o Surinam, pues es un «derecho humano». Nadie va a decidir por nosotros quién vivirá o trabajará en nuestro país. Eso es un asunto de nuestras empresas, instituciones y del Gobierno.

  2. Ruth dice

    Identificar los motivos por los cuales hay rechazo al inmigrante nos ayudaría a entender mejor estos fenómenos. Por ejemplo, cuando salen los primeros venezolanos, personas de cualificación media/alta hacia Colombia, no se produce un rechazo en la población colombiana de acogida. Pero ahora están emigrando muchos venezolanos con escasa cualificación y, según parece, eso está haciendo caer el salario en los estratos socioeconómicos bajos de Colombia. Otro ejemplo: En la TV salen unas españolas alegando que son socialistas, no son racistas, pero que los varones árabes que viven ahora en ese barrio obrero de Madrid las molestan cuando ellas se sientan en un bar. Ellas argumentan que les gusta sentarse en un bar a tomar algo con las amigas y que siempre lo han hecho hasta ahora. Unos gitanos rumanos construyen sus chabolas en las afueras de Nápoles, un terreno perteneciente a la Maffia. Esta les quema las chabolas. Grandes titulares en la prensa: Xenofobia en Italia. Pero la Maffia hubiera procedido de igual forma si los ocupantes hubieran sido italianos. Xenofobia? O alegaciones muy puntuales y concretas? Los colombianos no cualificados no tienen problema con la inmigración de informáticos venezolanos. Del mismo modo, las madrileñas no tienen nada en contra de las mujeres árabes ni de los varones ucranianos que te dejen en paz. No podemos caer en la generalización de un fenómeno mundial de xenofobia. Hay que hilar más fino porque si no, poco vamos a entender.

  3. Anibl Saraguro dice

    Lo que dice la academia y la legislación sobre la migración ya se sabe y sobran las palabras porque lo hemos vivido en carne propia. Y que la migración es un derecho eso ya se sabe. Lo que la legislación ecuatoriana dice en materia de migración dice como se menciona en este artículo, «el reconocimiento de la potestad del ser humano para movilizarse libremente por todo el planeta. Implica la portabilidad de sus derechos humanos independientemente de su condición migratoria, nacionalidad y lugar de origen. Pero es puro poema o pura hipocresia de la legislación, de los gobiernos en América latina. Lo que los migrantes necesitan de urgencia es comida y agua para nuestras familias, para sobrevivir de antemano y despuéa como toda persona proyectarnos hacia el futuro con dignidad…

    Desde esta perspectiva la academia no dice nada de los responsables de esta expulsión de los venezolanos de su territorio por la culpa de un grupo de locos y de una ideología mal llamada socialismo del siglo XXI, aplicada de manera perversa para liquidar a los mas debiles economicamente, para dejar campear la corrupción en una suerte de darwinismo social mal fundado, enemigo de los pobres. Por que no lo cuestinan al gobiernop de venezuela por su falta de solidaridad y delegan a los otros paises esa reponsabilidad. Por los pobres, los excluidos,el pueblo pobre y mal oliente para los políticos; la academia no debe preocuparse porque por principio somos solidarios y sabemos dar un vaso de agua, sabemos colaborar a los que venden en el bus, sabemnos compartir con el malabarista que nos recrea en las calles…por ellos no debe preocuparse el venezolano que siempre encontrará las puertas abiertas; pero si condenamos a esa plaga enquistada en el poder, a asesinos de laa alegrías y las ilusiones de un pueblo a esos que quieren matar hasta la esperanza con ese cuento mal llamado socialismo y buen vivir.

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