La mutilada ley ómnibus de Milei fue aprobada en Diputados tras tres días de sesión
Claudio della Croce
El ultraderechista presidente argentino Javier Milei logró superar el primer escollo parlamentario con la media sanción de Diputados a su megaley de desguace del país, tras retirar el gobierno casi la mitad de los artículos del proyecto: el proyecto oficial constaba de 664 artículos y apenas quedaron 380, muchos de ellos reformados.
Mientras las fuerzas de seguridad montaban otro operativo reprimiendo nuevamente a manifestantes en la plaza del Congreso de la Nación, la Cámara de Diputados aprobó con 144 votos a favor y 109 en contra la llamada ley ómnibus, con una buena parte de artículos reformados o suspendidos, contando con el apoyo de la oposición amiga, en medio de negociaciones sospechosas y extorsiones evidentes. La normativa necesita también el visto bueno del Senado para ser ley.
Casi 72 horas después de lo previsto, las negociaciones entre el oficialismo y la oposición dialoguista -o concesiva- redujeron las facultades delegadas del Poder Legislativo al Ejecutivo de las 11 del proyecto original a sólo cuatro (en materia energética, sanitaria, económica y de seguridad), dividieron y redujeron la cantidad de empresas públicas a privatizar y negociaron la coparticipación del impuesto PAIS para las provincias.
Milei logró un triunfo a medias, porque el próximo martes se volverán a debatir de forma particular, uno por uno los artículos para aprobarlos, modificarlos o anularlos. No obstante, si se avala la cesión de facultades legislativas al ultraderechista Javier Milei, ésto se consideraría un golpe de Estado blando, ya que todo lo debatido puede ser borrado con decretazos.
Pero el presidente ultraderechista debió, asimismo, resignar su pretensión de obtener facultades legislativas de emergencia para todo su mandato presidencial. Primero intentó que el Congreso le concediese estas facultades por dos años prorrogables por otras dos, luego por un año prorrogable a otro más, pero aún tiene que someterse a la votación particular dado el recelo legislativo a conceder poderes extraordinarios a quien ataca permanentemente al Estado y quiere reducirlo a su mínima expresión.
La Libertad Avanza, el partido encabezado por Milei, tiene sólo 38 de los 257 diputados de Argentina, pero mantiene una alianza gubernamental con el PRO del expresidente Mauricio Macri, que cuenta con 37 diputados.
Los demás votos afirmativos salieron de las bancas de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR), de algunos legisladores de fuerzas regionales y de peronistas que abandonaron la coalición de Unión por la Patria (UxP), que retiene aún 99 diputados y es la principal fuerza opositora.
Días atrás, el gobierno debió renunciar a las reformas fiscales que planteaba la megaley (aumentos impositivos a las exportaciones y a los trabajadores con mayores salarios), totalmenmte opuestos a su promesa de campaña de bajar impuestos, y también la modificación del sistema actual de actualización de las pensiones que suponía un nuevo recorte en el poder adquisitivo de los jubilados. El paquete de medidas fiscales se debatirá por separado con los distintos gobernadores provinciales.
Tampoco tendrá libre el camino para aprobar los artículos sobre las privatizaciones. Milei quiere vender todas las empresas estatales, cuando sus propias encuestas muestran que más del 60% de la población se opone. La lista inicial se ha reducido de 41 a 27 empresas y ha dejado fuera a algunas de las más conocidas, como la petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Otras empresas estatales sólo podrán ser privatizadas de forma parcial.
Tampoco hay consenso sobre las atribuciones del Gobierno para tomar deuda externa ni en el endurecimiento de la política de seguridad que pide la represiva ministra Patricia Bullrich. Lo que intenta Milei es deshacerse de la obligatoriedad de pasar por el Congreso para obtener préstamos como el que en 2018 recibió el expresidente neoliberal Mauricio Macri del Fondo Monetario Internacional, de 44.0000 millones de dólares, que Argentina aún no ha terminado de pagar.
Poco antes de la votación, Milei había emitido una advertencia en su cuenta de X, que algunos interpretaron como una extorsión: “Tienen hoy la oportunidad de demostrar de qué lado de la Historia quieren estar”. la pregunta que quedó entre los analistas locales es si es una muestra de poder por haber obtenido la media sanción o una derrota por haber perdido buena parte de la ley, incluidas las cuestiones fiscales.
Para el politólogo Facundo Cruz, “a esta altura, la ley como sale es para construir narrativa”. Si bien “le va a dar una herramienta sensible al presidente, que es la delegación legislativa, no cambia con el nivel de profundidad que querían cambiar”.
La narrativa desde el gobierno señala que se trata de “un verdadero día D”. La diputada de la Coalición Cívica, Marcela Campagnoli, que presentó un dictamen en minoría pero apoyó la ley en general, dijo que lo que se jugó era “la primera batalla legislativa” del gobierno, y advirtió que la próxima semana, en el debate del articulado en particular, aún pueden caerse varios artículos.
La Justicia también juega
Mientras, la Justicia sigue dando por tierra con diversos elementos del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que había presentado el gobierno aun antes que la ley ómnibus. Esta semana la Justicia frenó la reforma laboral y antes ya había sido frenada la reforma política, la habilitación de las SAD (Sociedades Anónimas Deportivas) y la reforma de ciertos puntos del Código Penal.
Milei es, de algún modo, un experimento con futuro incierto que está siendo mirado a nivel internacional con atención. El poder económico está apoyando con todo lo que puede a Milei, pero él es un instrumento, como antes lo fue Mauricio Macri. Lo ven como una oportunidad muy grande, claro, porque es más brutal, menos político que Macri. Hay que ver qué garantías les ofrece, porque el poder económico también ve la inestabilidad”.
La ilusión de la derecha y ultarderecha está depositada en Milei, pero también en Macri como una suerte de garante, y tiene como defensores a empresarios petroleros, los grupos Techint, Elsztain y Eurnekian.
Mientras, el ultraderehista presidente prepara un decreto para autorizar a las Fuerzas Armadas a intervenir en cuestiones de seguridad interior definidas como «amenazas extranjeras», lo que incluiría al narcotráfico y organizaciones de pueblos originarios. El gobierno también avanza en la compra de 24 aviones dinamarqueses F-16, de origen estadounidense. EU venía presionando para que Argentina descarte la compra de los aviones chinos J-17, mucho más modernos y con armamento incluido.
Milei impuso a su jefe de Gabinete, Nicolás Posse, a cargo de la privatización de los medios públicos de comunicación, como la Televisión Pública , la Agencia de Noticias oficial Télam, Radio Nacional y otros.
Posse fue enviado a una reunión con el general Scott Jackson en Florida, para profundizar la agenda común vinculada a la seguridad nacional y ahora se espera la llegada de Brian Nichols, subsecretario de Estado para América Latina, que será recibido por Milei antes de viajar a Israel. Milei asumió compromisos con los fondos de BlackRock, después de entrevistarse, en medio del caos reinante, con un enviado especial, quien estableció cuáles eran las empresas estatales que comprarían.
Represión y después
El ajuste de Javier Milei generó la caída salarial más grande en 30 años y el salto de la inflación (211 por ciento) a partir de la devaluación anunciada en diciembre del 2023 (suba del 118% del valor del dólar) pulverizó el poder adquisitivo de los salarios. El salario mínimo apenas llega a cubrir el 64,8% de una canasta de alimentos.
Hubo demasiadas irregularidades durante el tratamiento del proyecto: durante los tres días no se contaba con el dictamen ni la redacción final del proyecto por las idas y venidas en las negociaciones, mientras se desataba un feroz represión en el exterior del Congreso, en el que más de 26 periodistas fueron heridos y casi otra centena de personas fueron golpeadas, baleadas con postas de goma y gaseadas.
Mientras se debatía en la cámara, el propio Milei se dedicó a repostear y linkear un sinfín de tuits y mensajes agresivos contra los manifestantes que protestaban contra esta ley, e incluso a quienes pedían que los reprimieran más fuerte. La canciller Diana Mondino tuiteó un meme para atacar al dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, que el miércoles y el jueves había sido herido por las fuerzas de seguridad.
Desde la Coordinadora contra la Represión Policial (Correpi) se denunció el uso de un nuevo gas pimienta que deja quemaduras en la piel y advirtieron por el uso de gafas protectoras ante los disparos a la altura de los ojos que estaban prodigando las fuerzas de seguridad.
Hacia dónde irá Argentina depende mucho de Milei. Hacia dónde irá Milei es incierto para todos. Él desconfía profundamente de sus aliados ocasionales a los que considera una casta, de sus propios funcionarios a los que considera contaminados o potenciales traidores y no suele tomar bien la frustración.
Si bien el futuro es poco claro, por ahora Milei conserva un margen de apoyo popular, lejos del 55 por ciento que lo llevó a la presidenncia. Hasta la semana pasada aún tenía en torno al 50% de imagen positiva, e igual de negativa.
*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)