La obra de Borges a la luz de Kapuscinski

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Marcelo Rivarola*
Después de ser nombrado en 1957 Director de la Biblioteca Nacional, Jorge Luís Borges, decidió editar nuevamente la revista mensual de historia, ciencias y letras fundada en 1896 por Paul Groussac y desaparecida en 1898. Ahí publicó en sus páginas: Delia Elena San Marco, Diálogo de muertos, La trama, Un problema, Intenciones, El cautivo, Borges y yo, El simulacro, El Hacedor, Composición escrita en un ejemplar de la gesta de Beowulf y Un diálogo anglosajón del siglo XI. De esta revista se extrae el cuento: El cautivo, que representa la historia de los malones en la zona pampeana a fines del siglo XIX.

Este cuento breve nos permite introducirnos en una cosmovisión de la época entre mundos disímiles del hombre indio de América y el mundo de la civilización europea. La intención es observar aspectos de lo cultural manifestados en el Cuento y cotejar con los postulados de lo sociológico, los estudios culturales y las relaciones de interdisciplinariedad que se activan frente al análisis de sus contenidos. La cultura como el conjunto de fenómenos que contribuyen, mediante la representación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales, a comprender, reproducir o transformar el sistema social (García Canclini). Es por ello que se pretende realizar una aproximación sociológica desde postulados de Bourdieu, Wallerstein, y otros críticos radicales para reconstruir aspectos de la cultura manifiesta en nuestra literatura bajo la mirada de los relatos de Riszard Kapuscinski. Así, un relato o crónica, o bien, la manera en que el periodismo puede producir y divulgar conocimiento histórico. Y así, en un futuro, poder colaborar en la formación de la conciencia histórica de sectores más amplios de la población.
El cautivo, de Borges, Jorge Luís (1899 – 1986).

En Junín o en Tapalqué refieren la historia. Un chico desapareció después de un malón; se dijo que lo habían robado los indios. Sus padres lo buscaron inútilmente; al cabo de los años, un soldado que venía de tierra adentro les habló de un indio de ojos celestes que bien podía ser su hijo. Dieron al fin con él (la crónica ha perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no sé) y creyeron reconocerlo. El hombre, trabajado por el desierto y por la vida bárbara, ya no sabía oír las palabras de la lengua natal, pero se dejó conducir, indiferente y dócil, hasta la casa.

Ahí se detuvo, tal vez porque los otros se detuvieron. Miró la puerta, como sin entenderla. De pronto bajó la cabeza, gritó, atravesó corriendo el zaguán y los dos largos patios y se metió en la cocina. Sin vacilar, hundió el brazo en la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango de asta que había escondido ahí, cuando chico. Los ojos le brillaron de alegría y los padres lloraron porque habían encontrado al hijo.

Acaso a este recuerdo siguieron otros, pero el indio no podía vivir entre paredes y un día fue a buscar su desierto. Yo quería saber qué sintió en aquel instante de vértigo en que el pasado y el presente se confundieron; yo quería saber si el hijo perdido renació y murió en aquel éxtasis o si alcanzó a reconocer, siquiera como una criatura o un perro, los padres y la casa.

Los medios de comunicación cumplen la función social relativa al intercambio de información, conocimientos y reflexiones sobre la vida y el acontecer humano, más allá de su entorno próximo e inmediato. Desde nuestra perspectiva teórica, son las herramientas centrales del sistema de producción y reproducción de sentidos hegemónicos. Así esta crónica del relato de un indio, El Cautivo; no es más que un medio que para la época significaba el enfrentamiento al entorno civilización o barbarie, la civilización como lo hegemónico aun manifestado en la tradición oral de donde Borges extrae este relato.

La incertidumbre de la interpretación de los textos del Cautivo de Jorge Luis Borges, hace pensar que desde la interpretación sociológica saca a luz lo oscuro u oculto del pensamiento cultural de mediados de siglo XX; o más precisamente, desde la instauración del modelo neoconservador a través de las dictaduras militares instauradas en Argentina; ….yo quería saber si el hijo perdido renació y murió en aquel éxtasis o si alcanzó a reconocer, siquiera como una criatura o un perro, los padres y la casa. Ese renacer o morir para Kapuscinski, en sus crónicas no hablan de la "muerte", ese concepto filosófico que tanto ofrece a filósofos y antropólogos: hablan del muerto, de ese que se ha ido dejando una estela conmovedora y aterradora de devastación entre los suyos. Así esta crónica de Borges no es más que el relato de la muerte no solo de personas anónimas como los indios, sino también de una cultura. Este párrafo puede encarnar a todo el pensamiento de una época respecto de los pueblos originarios: palabras como: perro, sería más o menos animal y siquiera aunque más no sea solo eso. Esas identidades como perro, o siquiera, es parte de la actitud reveladora de los estudios culturales es manifestada por Stuart Hall al sostener que la cultura viene a ser todos aquellos patrones de organización, aquellas formas características de la energía humana que pueden ser detectadas revelándose -"en inesperadas identidades y correspondencias", así como en "discontinuidades de tipo imprevisto”, o bajo, todas las prácticas sociales (Hall).

La sociología puede generar miedo y sacar a luz ciertas cuestiones no transparentes respecto de lo cultural, así Bourdieu afirma: Saca el velo que existe sobre cosas escondidas y a veces reprimidas. Ella revela, por ejemplo, la correlación entre el éxito escolar, que se identifica con "la inteligencia", y el origen social o, más aún, con el capital cultural heredado” (Bourdieu. 2.000). De ahí que la relación con lo sociológico, con lo disciplinar dado que la sociología en cuanto disciplina fue elaborada más o menos durante el período entre 1880 y 1945. Es una disciplina en el sentido de que busca disciplinar el intelecto. Una disciplina define no sólo algo sobre lo cual se piensa, y cómo se piensa, sino también aquello que cae fuera de su esfera de alcance (Wallerstein. 1998). Un acercamiento al saber social de una época dado que tiende a la búsqueda de las interrelaciones entre los fenómenos sociales. De hecho, esta ciencia abarca aspectos de la realidad social más complejos y más vastos que las demás ciencias humanas, como la antropología, la economía, la historia, la psicología social. Lo interdisciplinario entre en juego frente a los aspectos culturales que presenta el texto y concentra la sociología.

“No hay que olvidarse que los imperialistas fincaban su dominio no solo en las armas de la economía, de la política, sino muy esencialmente también con las armas espirituales, con las armas del pensamiento, con las armas de la cultura”, nos decía Fidel Castro al analizar el poder de los medios de comunicación masiva y la cultura de las clases dominantes.

Para realizar el presente trabajo se tomaron los postulados de Immanuel Wallerstein en El Legado de la Sociología, la Promesa de la Ciencia Social. Discurso en el XIV Congreso Mundial de Sociología, Montreal de 1998. En la oportunidad Wallerstein reformula el argumento de Durkheim respecto de los hechos sociales y estos hechos que aparecen manifiestos en el texto de Borges son analizados en base a la teoría de Wallerstein presentadas en la exposición en Montreal y cotejados a la luz de Kapuscinski que siendo licenciado en historia y, según sus propias palabras: “…ser historiador es mi trabajo (…) estudiar la historia en el momento mismo de su desarrollo, lo que es el periodismo (…) Todo periodista es un historiador. Lo que él hace es investigar, explorar, describir la historia en su desarrollo. Tener una sabiduría y una intuición de historiador es una cualidad fundamental para todo periodista. (…) en el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico. Encontramos el relato del mero hecho, pero no conocemos ni las causas ni los precedentes. La historia responde simplemente a la pregunta: ¿por qué?” (Kapuscinski Los cínicos no sirven para este oficio). Considero importante cotejar estos postulados entre si como fenómeno de la crónica histórica como relato hegemónico y su puesta en valor en un mercado que difusión ideológica. Esta mercancía, como el texto narrando las historias de un indio de “ojos celestes” no es más que la fetichización del relato en búsqueda de consenso ideológico y político que esos perros debían ser exterminados y no podían vivir entre paredes sino en un desierto inhóspito, tierra de la barbarie. Como el relato del Matadero que es más importante la fechoría y el sarcasmo dado que “del niño degollado por el lazo no quedaba sino un charco de sangre: su cadáver estaba en el cementerio” (Echeverría).

En La Guerra del Fútbol Kapuscinski publica, en varios reportajes, ricas descripciones y narraciones sobre la vida de personas pobres en el tercer mundo. En un relato, por ejemplo, se encuentra en medio de una batalla en la selva con el pecho en tierra junto a un soldado raso:

-Señor, ¡mire cuántos zapatos!
Clavó la vista en las botas de los soldados de la compañía que se arrastraban, entornó los ojos, reflexionando con gravedad acerca de algo que le preocupaba y, finalmente, habló con una voz llena de desazón:
-Toda mi familia anda descalza.
(…) El tiroteo amainó por unos instantes (…) Me dijo con voz jadeante que lo esperara mientras él volvía hasta el lugar donde acababa de producirse el último combate de su compañía. Los vivos seguramente ya se habrían alejado de allí (…) y en el campo de batalla sólo quedarían los muertos, que ya no necesitaban zapatos. Él iría hasta aquel lugar, descalzaría a algunos muertos, escondería las botas entre los arbustos y señalaría el escondrijo. Cuando terminara la guerra y lo licenciaran, regresaría y calzaría a toda su familia. Ya había calculado que por un par de botas militares le darían tres pares de zapatos de niño, y él era padre de nueve criaturas. (Kapuscinski. La guerra del fútbol)
Así como lo zapatas constituían objetos de gran valor, lo era también el cuchillito de asta que nos relata Borges: Sin vacilar, hundió el brazo en la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango de asta que había escondido ahí, cuando chico (Borges. El Cautivo). Indispensables los “zapatos” y el “cuchillito”, para sobrevivir en tanto en la selva como en el desierto.

Esa devoción hacia estos objetos materiales que darían bienaventuranza frente a los avatares de la naturaleza no son más que fetiches como generadores de capacidades cuasi mágicas en contra de las adversidades de la vida mediadas por las circunstancias del intercambio. ¡Cuánto valor tenían ahí esos zapatos! Que solucionarían la problemática de toda una familia. Y en el relato de Borges y Kapuscinski el fetiche del desierto y la selva transformada en campos que se tensan por la apropiación de los grandes intereses. Más allá del cuchillito y los zapatos está el interés por la guerra de los medios de producción la han transformado en una propiedad común aquello que no lo era. El desierto del indio y la selva del soldado raso ya no les pertenece, sino que ahora es propiedad de los grandes intereses de han usado a la guerra del desierto o de la selva conforme a un objeto de mercado que se mueve por la oferta y demanda de los modos de producción. La selva y sus intereses bélicos y políticos y el desierto como interés de incorporar tierra a la fuerza productiva.

El fetichismo no es otra cosa que la capacidad de encantamiento que tienen ciertos objetos “preciosos” a los que se les otorga un valor esencial o inmanente, y a causa de ese mismo resplandor hipnotizante no permiten observar lo que guardan las relaciones que producen bajo su brillo. Marx alude a esto en el capítulo sobre la mercancía para mostrar que existe un equivalente general que toda mercancía esconde, estaría dado por el trabajo humano realizado en condiciones sociales “normales”, algo que el sistema capitalista precisa ocultar para poder seguir reproduciendo la plusvalía. Si así se da en condiciones sociales normales, cuanto más valor alcanza en condiciones como la guerra o la explotación. Esta interacción dialéctica entre objeto –sujeto donde ambos se transforman, como objetos los zapatos y el cuchillo adquieren su grado máximo de valor en ese contexto de supervivencia que demanda la capacidad creadora y apropiación directa de esos objetos los sujetos no son más que en relación directa a esos objetos. El indio en relación a su cuchillo y el soldado a esos zapatos. Es decir, el hombre es un ser social, histórico, cultural, que vive inmerso en la sociedad, siendo sólo así es posible concebir el papel de la práctica social, como componente esencial entre el sujeto y el objeto.

“…La convicción de que para tener derecho a explicar se tiene que tener un conocimientos directo, físico, emotivo, olfativo, sin filtros ni escudos protectores, sobre aquello de lo que se habla. (…) Es erróneo escribir sobre alguien con quien no se ha compartido al menos un poco de su vida” (Kapuscinski) este relato parece ser el legado de "Una excursión a los indios ranqueles" de Lucio Victorio Mansilla, basada en sus viajes hechos a territorios indios, mientras era comandante de frontera de Córdoba en 1869, apareció por primera vez en La Tribuna de Buenos Aires en 1870; más tarde se publicaron muchas ediciones y una de las primeras en Leipzig; fue traducido a varios idiomas; ganó mención honorífica, conferida en la reunión del congreso internacional de Geografía celebrado en París; sumamente elogiado (así como también criticado por carecer de profundidad, por contemporáneos tales como José Manuel Estrada); atrajo singular atención pública debido al nuevo interés hacia los indios, pero aun con mayor razón en virtud del don y talento especial de Mansilla por los relatos emocionantes y sus esmeradas descripciones de ese casi desconocido ámbito junto con su penetración y discernimiento en la sociedad. Llamó la atención no solo por su talento en el relato, sino que puso de manifiesto lo oculto de estas civilizaciones marginadas que bien se podrían incorporar al proceso de modernización del país sin perder su identidad cultural. Esa prédica de Mansilla, generó grandes controversias dado que el fetiche, no era lo originario, sino lo europeo como modelo a seguir, el valor estaba puesto en el Positivismo europeo como el gran “brillo” para los pueblos de América, y no lo lúgubre y opaco de una cultura aborigen. Como el indio de Borges, los ranqueles de Mansilla son la oposición a lo mágico del progreso, a la gran mercancía ideológica que hizo olvidar las raíces no solo de lo originario sino de lo humano mismo.

Wallerstein quiere reformular el argumento de Durkheim como el Axioma Número 1 de la cultura de la sociología: Existen grupos sociales que tienen estructuras explicables y racionales.

El problema con lo que llamó el Axioma Número 1 no es la existencia de estos grupos, sino su falta de unidad interna. Aquí es donde entra Marx en la oración que abre la primera sección del Manifiesto Comunista: “La historia de toda sociedad existente hasta ahora es la historia de la lucha de clases” (Marx y Engels, 1948, 9)1. Wallerstein busca responder a través de Marx, el por qué de los grupos sociales que supuestamente son una unidad tienen luchas internas.

El autor sostiene que Marx tenía, ciertamente, una explicación particular del conflicto social, centrada en el hecho de que la gente tiene distintas relaciones con los medios de producción, algunos poseyéndolos y otros no, algunos controlando su uso y otros no (Wallerstein. 1989). El conflicto social manifestado en el Cautivo es sin dudas un conflicto de luchas de clases. La lógica del sistema capitalista hizo desplazar lo cultural originario como lo marginal, porque desplazó también el sistema de producción tradicional aborigen o su medio de supervivencia. Lo natural pasó a ser parte del sistema, parte de los medios de producción y la campaña al desierto fue la anulación de una fuerza productiva que no coincidía con los intereses de la oligarquía de la época. La lucha contra el indio fue el sometimiento de una clase y su cultura a los intereses de la clase dominante. Un perro, podría ser el término acepado y correcto de anunciar la condición de inferioridad que manifiesta este conflicto de intereses. Así esta imagen del perro, es la fotografía de esa contienda con el otro, con el indio y “con cada fotografía o nota los diferentes personajes particulares son protagonistas de sus propias historias determinadas por sus particulares relaciones subjetivas con el mundo y por la realidad objetiva que los rodea” (Kapuscinski). Lo objetivo era tratarlo como perro dado que su comportamiento subjetivo era difícil de entender, lo salvaje, la búsqueda de libertad para este modelo era símil a un animal. La "barbarie" era un estadio intermedio de desarrollo, desde el cual el hombre podía retroceder al salvajismo o progresar a la civilización. Los representantes de la barbarie en Argentina eran los gauchos y los caudillos. En el territorio nacional había también seres "salvajes": los indígenas que habitaban y dominaban el extenso territorio sur del país, pero Sarmiento, desde su perspectiva política, no los consideraba integrantes legítimos de la nación. Así, desde el sustento más preciado por la civilización, la guerra coronó el sediento como el objeto preciado, el fetiche del progreso. La campaña al desierto dejó al descubierto no solo los intereses políticos económicos, sino la “Joya” de la sociedad rural argentina que financió esta campaña; el desierto como valor fundamental para la producción agropecuaria, el gran fetiche del siglo XIX. “En la guerra, a los hombres no los mueven las grandes ideas ni los principios políticos o teológicos, los mueven los intereses más contingentes, mezquinos y degradantes. Los moviliza el terror de no morir” (Kapuscinski).

De ahí que el texto devela que la sociología tiene como particularidad tener por objeto campos de lucha: campo de las luchas de clases. Una de las dificultades mayores reside en el hecho de que sus objetos son espacios de lucha: cosas que se esconden, que se censuran (Bourdieu, 2000)

Un campo es un sector determinado de la actividad social (estructuras simbólicas). La noción de campo está fundada sobre la teoría marxista de que la sociedad está definida por la lucha de clases; aunque se aparta en numerosos puntos cruciales del marxismo, Bourdieu conserva el principio de que las divisiones sociales no son posiciones continuas sobre una gradación numérica —en que los ricos se distinguirían de los pobres simplemente por poseer una mayor cantidad de dinero— sino relaciones estructuradas entre distintos roles en las actividades de producción, distribución y consumo, que se determinan mutuamente. La forma específica de esas determinaciones está dada por las reglas o principios del campo.

Y más allá del homónimo campo, es también el ámbito apetecido por la clase dominante donde plasmó su renta diferencial. La gran empresa de fines del siglo XIX fue la estancia, el campo de producción del modelo agroexportador que justificó la matanza y exterminio de la cultura. Es, homónimamente, el lugar de lucha de clases y lugar central del sistema productivo como aparece el cuento del desagarro de su lengua natal, y para el indio no es campo sino desierto, mejor pretexto para el sometimiento para ejercer el poder desde los intereses, desde una relación de fuerzas, una situación estratégica de la oligarquía. Por lo tanto, el sujeto está atravesado por relaciones de poder, no puede ser considerado independientemente de ellas. El poder, según Foucault, no sólo reprime, sino que también, produce efectos de verdad y produce saber. El perro, desde la manifestación de poder como fue tratado al indio, no fue más que un animal que fue a buscar su desierto. : "En la República Argentina se ven a un tiempo dos civilizaciones distintas en un mismo suelo: una naciente, que sin conocimiento de lo que tiene sobre su cabeza está remedando los esfuerzos ingenuos y populares de la Edad Media; otra que sin cuidarse de lo que tiene a sus pies, intenta realizar los últimos resultados de la civilización europea: el siglo XIX y el XII viven juntos; el uno dentro de las ciudades, el otro en las campañas" (Sarmiento).

Para Foucault, el desarrollo del poder y sus técnicas constituyen una verdadera revolución en la historia de la especie humana, ya que la vida está completamente invadida y gestionada por el poder y fue fundamental para la expansión del capitalismo al crear los instrumentos para la inserción “controlada de los cuerpos en el aparato de producción y mediante un ajuste de los fenómenos de población a los procesos económicos” que generó una expansión inaudita de la acumulación de capital. El indio, no podía vivir entre paredes… no fue docilitado para el sistema de la estancia, o las pretensiones de sus padres, en ese campo de relaciones de producción, y fue exterminado porque esta población no entró adecuadamente al sistema capitalista y sus procesos económicos.

Otro Axioma que plantea Wallerstein es que: Todos los grupos sociales contienen subgrupos que se escalonan según jerarquías y que entran en conflictos entre sí. Aquí Wallerstein nos presenta a Max Weber al extraer de este autor que Weber nos ofrece es que la autoridad es administrada por un equipo, una burocracia, que es “desinteresada,” en el sentido de que no tiene partido tomado a priori, ya sea frente a los sujetos o frente al Estado. Se dice que la burocracia es “imparcial,” es decir, que toma sus decisiones según la ley, razón por la cual esta autoridad es denominada racional-legal por Weber (Wallerstein, 1989) La legalidad con la que desde el Estado se planificó tal genocidio cultural llevada a cabo por la campaña al desierto y financiada por la Sociedad Rural, hubo ley de exterminio como política burocrática del Estado. El indio venía de tierra adentro, donde ya no hay más campo ni desierto, sino otro espacio de una legalidad global, la tierra, propiedad del Estado y de la clase dominante sin motivo a priori de ser cuestionada. El conflicto son los con tierra y los sin tierra, pero la diferencia de legalidad son abrumadoras. La legalidad del sistema capitalista esta hecha sobre derecho positivo, son los con tierra y con título. Este escalonamiento de jerarquía de posición y posesión se manifiesta en el texto. En este caso los padres, son de jerarquía superior, con tierra y cultura; en cambio, el hijo sin tierra es un indio y por lo tanto no podía vivir entre paredes y fue a buscar no su tierra sino su desierto. Como afirma Santiago Castro-Gómez donde todas las políticas y las instituciones estatales vendrán definidas por el imperativo jurídico de la modernización, es decir, por la necesidad de disciplinar las pasiones y orientarlas hacia el beneficio de la colectividad a través del trabajo (Castro Gómez)

Desde esta perspectiva, Wallerstein advierte desde los postulados de Weber que las autoridades son generalmente aceptadas y obedecidas. Por ello plantea un nuevo Axioma que puede ser enunciado del siguiente modo: En la medida en que los grupos/Estados contienen sus conflictos, ello acontece mayormente porque los subgrupos de menor rango conceden legitimidad a la estructura de autoridad del grupo, basados en que esto permite al grupo sobrevivir, y los subgrupos ven ventajas de largo plazo en la supervivencia del grupo. En este postulado Wallerstein hace hincapié en la importancia de la teoría psicológica. Freud ha sido de hecho ampliamente incorporado a la cultura de la sociología (Wallerstein, 1989).

La conducta del indio: indiferente y dócil se dejo conducir, nos permite visualizar aspectos conductuales y disciplinarios de la sociedad de la época. El indio prefirió la huida, volver a su desierto. Hemos aprendido del psicoanálisis que la esencia del proceso de represión yace, no en poner fin a, en aniquilar, la idea que representa un instinto, sino en evitar que se vuelva consciente (Freud, 1957). Se describe así el proceso social de la cultura del indio, el habitus de no poder vivir entre paredes, son las formas de obrar, pensar y sentir que están originadas por la posición que una persona ocupa en la estructura social. “Dentro de una gota hay un universo entero. Lo particular nos dice más que lo general; nos resulta más asequible”. (Kapuscinski El Sha) La confrontación cultural entre lo instituido y el conflicto de aceptación de las pautas culturales de la clase dominante. Lo racional es huir del peligro, donde también es descrita como un intento de rebelión, de lucha de clases.

El análisis de la cultura del indio presentada en el cuento el Cautivo de Borges puede convertirse en una crítica al capitalismo desde la transdisciplinariedad como interrelación que une orgánicamente aspectos de diversas disciplinasen relación con un objeto nuevo (Follari). Esos bienes simbólicos como desierto, ojos celestes, criatura o perro son presentados en el texto como mercancías del sistema capitalista que identifican una postura política definida de producción de la economía mundo. Adquieren un valor o un desprecio en el lector.

La ideología del positivismo en acción es presentada bajo la modalidad orden y progreso. Más bien, disciplina y hombre blanco. Así la ideología se convirtió en la categoría analítica más importante de la difusión de los medios de comunicación y la acción periodística. Esto permitió entender la cultura, a través de medios, como un dispositivo que promueve la dominación. Por tal motivo el análisis desde lo interdisciplinario, la cultura vista no solo desde la literatura, sino desde lo sociológico, psicológico, comunicacional, antropológico. De esta manera lo importante es someter a crítica dado que, la sociología no hace más que plantear a las otras ciencias preguntas que se plantean a ella de manera particularmente aguda. Si la sociología es una ciencia crítica, es quizás porque ella misma se encuentra en una posición crítica. La sociología crea problemas, como se dice (Bourdieu, 2.000). ¿Cuáles son los actuales ojos celestes, desiertos, perro o criatura? Riszard Kapuscinski afirma: "Estamos viviendo en un mundo muy contradictorio, de muchas desigualdades e injusticias y por lo tanto no se puede ser una persona con objetividad. Los que relatan sin ninguna actitud son los que trabajan con eso que se llama objetividad. Por el otro lado, estamos tratando de cambiar algo, de mejorar la situación, de estar donde tenemos que estar. Queremos tratar de mostrar el mundo y de escribir sobre el mundo para que nuestros lectores u oyentes despierten su conciencia y tengan una actitud de cambio. Creo que hay una falsa interpretación de la tradición anglosajona de la objetividad".

La vocación transdisciplinaria de los estudios culturales ha sido altamente saludable (Castro Gómez). Los estudios culturales empiezan a ver la sociedad como una red de antagonismos en la que instituciones como el Estado, entre otros, juegan como mecanismos de control disciplinario sobre los individuos. Althusser manifiesta que los productos simbólicos son entonces un “campo de batalla” en el que diferentes grupos sociales disputan la hegemonía sobre los significados. ¿Cuál es el significado entonces de niño de ojos celestes, tierra adentro, desierto, entre otros capitales simbólicos presentados en el texto? ¿Cuál era el interés de la clase dominante de presentar al indio como un perro y no como un hijo?

Los estudios culturales pueden ver los reales significados de la cultura hegemónica a través de los medios de comunicación y sus intereses de clase, dado que la ciencia, como señala Althusser ya no conoce realidades, sino interpretaciones mediadas por los códigos vigentes en la sociedad. Así el estudio cultural del texto es una ciencia multidisciplinar, dado que para Lyotard, la ciencia es tan solo un juego más en la multiplicidad de juegos de lenguaje, o, dicho de otra manera, una ideología tan válida como cualquier otra.

El filósofo norteamericano Immanuel Wallerstein ha mostrado cómo las ciencias sociales se convirtieron en una pieza fundamental para este proyecto de organización y control de la vida humana. El nacimiento de las ciencias sociales no es un fenómeno aditivo a los marcos de organización política definidos por el Estado- nación, sino constitutivo de los mismos (Castro Gómez). Así, el fetiche nos permite ver los flamantes medios de comunicación se profesionalizan, paso necesario para el encubrimiento de sus parcialidades, toda vez que los sentidos de nuevo tipo comenzaron a ser decididamente hegemónicos. Es por ello, la necesidad y capacidad de vincular ámbitos interdisciplinarios para conocer los procesos históricos y prácticas materiales de dominación y lucha de clases es un desafío no solo como acción innovadora e ideológica sino como acto disciplinar científico de los estudios latinoamericanos. “Los medios de comunicación siguen el discurso impuesto por el sistema capitalista imperialista global, cuya hegemonía se proyecta hacia estos principios de siglo XXI: podemos decir que constituye la marcha inexorable de los mismos hacia su perfeccionamiento como fetiches” (Ducrot).

Es también la posibilidad de llevar a la escena y arena política estudios proposititos de las problemáticas sociales, proyectos sociales y propuestas como respuesta a lo constitutivo de la acción del Estado y despojar al fetiche de su encanto y poner en valor las problemáticas que respondan a un interés común y no la acción hegemónica del sistema capitalista. La tarea de una teoría crítica de la sociedad es hacer visibles los mecanismos de producción de las diferencias,… en la descolonización de las ciencias sociales (Castro –Gómez). Las ciencias sociales como dice Giddens, son sistemas reflexivos donde su función es observar el mundo social desde el que ellas mismas son producidas. No es una cuestión de vanidad. Hay sistemas coherentes de hipótesis, de conceptos, de métodos de verificación, todo cuanto se adjunta comúnmente a la idea de ciencia. Por consiguiente, ¿por qué no decir que es una ciencia si lo es realmente? (Bourdieu, 2000)

“La causa nacional de Latinoamérica es, ante todo, una causa social: para que América Latina pueda nacer de nuevo, habrá que empezar por derribar a sus dueños, país por país. Se abren tiempos de rebelión y de cambio. Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como desafío candente, sobre las conciencias de los hombres” (Galeano)

*Periodista mendocina, Agencia de Prensa del Mercosur

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1 comentario
  1. Marcelo Rivarola dice

    Gracias por publicar el ensayo. Muchas gracias y un cordial saludo!!

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